Pico de Vallibierna (3.059)

ASCENSIÓN DESDE VALLIBIERNA

CORREDOR NO

Los Picos de Vallibierna culminan una montaña que se alza solitaria al sur de la cresta del Macizo de la Maladeta, altiva y algo más baja frente a ésta. Su roca es caliza, a diferencia del resto de picos de ese conjunto, construidos de granito. Si bien su altitud es menor que la de los grandes picos vecinos, supera en prominencia a la mayoría. En suma, que es más pequeño pero también más aislado y abrupto. Morfológicamente, se presenta como un crestón alargado y estrecho. Por último, su situación, fronteriza entre la montaña de roca desnuda veteada de neveros y los apacibles prados que caen ondulados al sur por Llauset y el Isábena, dotan a estas cimas de unos panoramas extensos y variados.

Como sucede con todas las rutas de ascensión por el norte, la subida es directa y empinada. Se trata de una alternativa de dificultad baja, centrada en la superación de tramos de nieve de cierta longitud y mediana pendiente, aunque no puede considerarse invernal, pues encontré la arista despejada y seca. La arista no es ancha pero permite caminar y, respecto al Paso del Caballo, opino que carece de dificultad, aunque es ciertamente aéreo y hay que pasarlo con cuidado. Además, la posibilidad de realizar esta ruta en las condiciones que lo hice a final de junio es un privilegio que no se da con frecuencia y tenía que aprovechar. Y, ni que decir tiene que, habiendo nieve presente, son necesarios los crampones y el piolet y, sobre todo, saber usar éste último para la propia seguridad.


Los picos de Vallibierna sobre la canal homónima. A la izquierda de la cumbre, el corredor NO corta la roca

SITUACIÓN:

  • Zona: Alta Ribagorza (Pirineos)
  • Unidad: Macizo de la Maladeta
  • Base de partida: Benasque (Huesca)

ACCESO: El Puente de Coronas está 154 km al NE de Huesca, por Barbastro, Graus y Benasque. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps. Las indicaciones acaban, ya en la pista de Vallibierna, unos 2 km antes de llegar; a partir de ahí seguir carril adelante (tampoco se puede hacer otra cosa) hasta el puente, junto al cual hay un refugio abierto y sitio para aparcar. Por otro lado, en verano sólo se puede remontar el valle a pie o en autobús y, como las fechas y horarios pueden cambiar de un año a otro, lo mejor es informarse en la web de turismo de Benasque.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.960 / 3.059
  • Mi tiempo efectivo: 5h01
  • Mi tiempo total: 7h17
  • Dificultades: PD en las condiciones del día; corredor bien formado, nieve consistente en el acceso y arista limpia. Corredor de 150 m a 45º con máximos puntuales de 50º. Otros tramos entre 30 y 40º. Corta arista aérea por roca segura y sin obstáculos (I).
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir del Puente de Coronas por el camino de Llosás y desviarse enseguida por senda a la derecha (SE) para cruzar el Barranco de Vallibierna por la Palanca de Riberetes. Al otro lado, continuar por la senda, a través de arboledas y prados, hacia la Canal de Vallibierna, bien visible durante todo el trayecto. Remontarla bajo las paredes de la cara norte y, llegando a la cabecera, superarla por un empinado (50º) corredor abierto en el rincón que forman la cresta principal y el cordal de Muyidós. Al salir a la antecima oriental (PD), tomar la arista cimera a la derecha (O) para llegar al Pico de Vallibierna.

Cruzar el Paso del Caballo para alcanzar la Tuca de Culebras (F) y descender al sur por unas gradas, hasta un hombro situado bajo esa cima. Bajar a la derecha (O) por una amplia canal nevada de moderada pendiente (40º), que gira bajo el Cuello de Culebras (F+) para tomar dirección norte y desembocar en la Canal de Vallibierna (F). Al encontrarse allí con el itinerario de subida, seguirlo a la izquierda (NO) para regresar al Puente de Coronas.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Ascensión de mediana longitud, repartida entre prado y bosque, pendientes nevadas y aristas de roca fáciles pero aéreas. Siempre he pensando que el valle de Vallibierna es uno de los sitios más bonitos del Pirineo, especialmente sus zonas más altas, al pie de los picos a que da nombre. Es más, estos picos de Vallibierna son, a su vez, una de las montañas más hermosas de la cordillera, por su carácter propio y por lo que los rodea. Y, esta vez, sí se alcanzan los 3.000 metros. Por otro lado, todas sus rutas presentan alguna dificultad, aunque sea mínima.

Como sucede con todas las rutas de ascensión por el norte, la subida es directa y empinada. Se trata de una alternativa de dificultad baja, centrada en la superación de tramos de nieve de cierta longitud y mediana pendiente. La arista no es ancha pero permite caminar y, respecto al Paso del Caballo, opino que carece de dificultad, aunque es ciertamente aéreo y hay que pasarlo con cuidado. Además, la posibilidad de realizar esta ruta en las condiciones que lo hice a final de junio es un privilegio que no se da con frecuencia y tenía que aprovechar. Y, ni que decir tiene que, habiendo nieve presente, son necesarios los crampones y el piolet y, sobre todo, saber usar éste último para la propia seguridad.

RELATO GRÁFICO:

Ya desde el mismo Puente de Coronas, la doble cima de Vallibierna destacaba sobre los pinos, en todo lo alto del valle. Y también se veía el corredor por donde iba a subir, cortando nítidamente la roca entre la Tuqueta Muyidós y la cumbre de la montaña. Comencé a caminar al este, por el ancho carril que sube a Llosás, pero...

... lo dejé enseguida, en el primer hueco de los árboles de la derecha, por una senda marcada con hitos que sale a ese lado (SE).

El caminillo, no siempre claro, me llevó a través del pinar, hasta la Palanca de Riberetes, por la que crucé el Barranco de Vallibierna.

Ya en la vertiente izquierda, continué el ascenso a través del pinar, atravesando...

... eventuales claros desde los que volvía a ver los picos de Vallibierna, cada vez más cercanos. También, a la izquierda,...

... iba descubriendo la cresta de la Maladeta; primeramente, las agujas de Cregüeña y la Cresta de Enmedio.

A mi espalda, el Macizo de Posets se dejaba ya ver más allá del valle.

Al salir del bosque, descubrí el Aneto, junto a los picos de Tempestades y Margalida, coronando el cóncavo escalonado de Llosás.

Ante mí se extendían los prados hasta la ancha y rocosa Canal de Vallibierna. Los hitos, más que la senda, que aparecía y desparecía caprichosamente, me llevaron a la derecha para...

... remontar un resalte tras cruzar bajo una cascada y acceder a una terraza más alta, por la que...

... continué ganando gradualmente altura. Si a mi espalda se ampliaba el panorama,...

... el Aneto se mostraba más cada vez impresionante al otro lado del valle.

Según me acercaba a la base de los Picos de Vallibierna por esta cómoda terraza me fui encontrando los primeros neveros.

El manto blanco ya era continuo al pasar bajo la Arista de las Culebras, donde el Barranco del mismo nombre desemboca en la canal. Por ahí descendería luego, cerrando el circuito.

De momento, continué remontando la canal, amplia y suave, con pendientes de 30º o menos. Caminaba pegado a la cara norte, en cuyo extremo estaba encajado el corredor.

A la izquierda, al otro lado de la amplia cuenca, el Aneto asomaba sobre la arista de Muyidós, cuya modestia nada tiene que ver...

... con la pared tremenda que me dominaba.

Y así, sin sobresaltos y en medio de toda esta belleza, me encontré frente a la boca del corredor noroeste.

Momento para volverse a contemplar el terreno superado desde el fondo verde del valle y, sobre él, repasar el horizonte: Posets, Bachimala, Gourgs Blancs, Perdiguero... hasta un cercano y fotogénico Aragüells.

Y, bueno, Su Majestad en todo lo alto.

El corredor propiamente dicho comienza a 2.870 m, es rectilíneo y presenta una pendiente de 45º, bastante regular, excepto algún pico puntual ligeramente mayor.

Si la visión lateral está limitada, atrás el panorama se extendía sobre los tres grandes macizos que rodean el valle de Benasque, así como sobre el verde surco de Vallibierna. Me encontré una huella que trazaba zig-zags pero, como la nieve estaba consistente, no le hice caso y subí recto pues, en cuanto se pasan los 30º siempre me he sentido más cómodo encarando directamente la pendiente que yendo en diagonal.

A partir de media subida, empecé a ver a mi derecha la cumbre y, en sus cercanías, figuritas sobre la arista.

Mientras, el tubo continuaba regular, sin cambios, hasta que distinguí el horizonte cimero y...

... poco después el pasillo se ensanchó, pasando a ascender por una pala bastante abierta hasta...

... que aparecieron frente a mí las montañas catalanas, con la cresta de los Besiberri en primer plano, entre la barrera norte aranesa y Estats a un lado, y las crestas de Aigüestortes al otro.

Al sur, las nubes cubrían al paisaje más allá de la vecina Sierra de Llauset.

Al norte, el Macizo de la Maladeta se extendía más allá de la cresta de Muyidós, abrazada por el corredor que acababa de superar y otro tubo que caía hacia la vertiente del Ibón Helado. 

Al oeste, en fin, la cumbre, al extremo de una arista casi horizontal.

Hacia ella me dirigí, caminando por un lomo no muy ancho pero regular y despejado.

La roca estaba cortada en algunos puntos por breves neveros, que no supusieron ninguna complicación.

Llegando a la cumbre, hay algunas perspectivas verdaderamente espectaculares y, como la progresión es tan fácil y cómoda, se puede disfrutar de ellas a placer.

Al llegar al Pico de Vallibierna, perdiendo unos metros al norte puede verse el corredor bajo la arista oriental.

Aunque si hay algo que domine el panorama y atraiga la mirada, es el Aneto rodeado de su corte.

Y eso que el horizonte desplegado al oeste está plagado de cimas de prestigio. Junto a las de antes, ahora se distinguían también, y muy bien, el Crabioules y el Maupas, entre otros.

Lástima que al sur las nubes no dejaran ver casi nada. Continué el cresteo dirigiéndome hacia la vecina Tuca de las Culebras. El Paso del Caballo se mostraba bonito con algunas pellas de hielo en su vertiente norte, aunque éstas no iban a comprometer el cruce, pues la arista estaba limpia.

Al acercarme, vi esta perspectiva de la sierra y el valle de Llauset.

Luego, me dispuse a cruzar una vez más esta cuchilla de excelente roca, tan impresionante como inofensiva.

El patio es tremendo, sobre todo al norte (derecha).

Desde la Tuca de Culebras, mirando hacia el Pico de Vallibierna, el paso impresiona incluso menos.

A continuación, bajé a la izquierda (S), destrepando unas gradas fáciles (I) pero algo sucias, para alcanzar el hombro en que se engarzan las sierras de Llauset y Negra. Allí, de nuevo pisando nieve, giré a la derecha (O) para...

... dejarme caer por un amplio tubo de mediana pendiente (40º) que parece dirigirse al Cuello de Culebras bajo...

... una impresionante Tuca de Culebras, que muestra desde aquí, como desde ningún otro sitio, el colorido de los estratos que le dan nombre.

No llegué al collado, sino que, girando con la nieve a la derecha (N) bajo la horcada, entré directamente en el Barranco de Vallibierna.

Ahora, la pendiente se suavizó un poco, pero sin bajar de 30º. Si delante tenía el Macizo de la Maladeta,...

... tampoco era manca la vista a mi derecha, pues ahora, bajo la Tuca de Culebras, me dominaba el perfil airoso y recortado de la arista homónima... ¡Qué de recuerdos me trae cualquier mirada en estos parajes!

Así, desemboqué en la Canal de Vallibierna,...

... bajo la Arista de las Culebras. Allí me encontré con mis huellas de subida, las cuales, siguiéndolas...

... a la izquierda (NO), me devolvieron al Puente de Coronas en un relajado descenso por prado y bosque, que aproveché para despedirme del Posets,...

... el Aneto y...

... por supuesto, el propio Vallibierna.

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