Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: El lomo sur
es un itinerario de ascensión poco utilizado; pese a ser vistoso y lógico, no
hay traza ni hitos en todo su recorrido. Carecería de dificultad si no fuera
por la primera parte, que se desarrolla a través del jaral e incluye varios
riscos que hay que superar. Pero no es terrible; el matorral presenta huecos y
los peñascos se pasan con apenas un par de apoyos de manos para ayudarse en los
escalones más altos. En todo caso, creo que es una actividad muy bonita y que merece
la pena para complementar el descenso por la ruta normal, que, balizada y por
senda, carece de dificultad.
Esta ruta ya
la había realizado en 2018. Entonces, con objeto de evitar repetir en la ida y
la vuelta el tramo entre La Torrecilla y el cruce bajo Cabeza Minga, me desvié
de la pista que va por esa cuerda, tomando un camino que sale a la derecha (NE)
en la collada de cota 1.350. Éste acaba en el fondo del Arroyo Valluengo, que
luego vadeé (tras recia pelea con zarzas y otra vegetación de ribera) para
subir por un cortafuegos (empinado y muy suelto) hasta la pista horizontal,
cerca ya de El Portillo. Este recorte es bastante más penoso que el resto de la
ruta y carece de atractivo estético, así que no lo aconsejo; es mejor la
versión de 2021 que expongo aquí.
El 28 de
diciembre de 2021 hizo un día de perros con nubes bajas toda la jornada y un
fuerte viento helado en la cima que, aunque abría algo los vapores, tampoco despejaba
lo suficiente para ver gran cosa. Así que, ya que tengo material gráfico
anterior, las fotos, salvo cuando advierta otra cosa, proceden de la primera
realización de la ruta, el mucho más soleado 13 de mayo de 2018.
RELATO GRÁFICO:
Tras
aparcar, continuamos atravesando a pie la Puebla de la Sierra al sureste, por
la carretera M-130, la única que llega al pueblo. Al salir del casco urbano, en
una curva a la derecha donde hay varios puntos de recogida de residuos, la dejamos
por una pista que remonta, a la izquierda (NE), un barranco. A la altura del
puente que se ve, tomamos a la derecha (SE)...
… una
senda que asciende entre los robles, bajo un tendido eléctrico y una manguera.
Por ella,
no tardamos en llegar a un depósito de aguas, desde el cual...
... hay
una bonita vista del Valle de la Puebla bajo Peñacabra.
Allí
llega desde el sur una pista de tierra que baja suavemente. La tomamos y,
enseguida, al trasponer un lomo…
… vimos a
la izquierda un carril que remonta la ladera en diagonal. Por ahí íbamos a
subir a continuación, tras…
… girar a
la izquierda (E) en una bifurcación junto a las Casillas de la Ciquiruela. Podríamos
haber llegado igualmente aquí siguiendo la carretera, pero así evitamos el
tráfico.
El
carril, indicado por un cartel al Robledal centenario y Collado de las Palomas,
sube a través de robles dispersos. Durante este tramo, dejamos de lado un
desvío a la izquierda. Es un atajo, pero preferimos la versión relajada del
camino.
Al ganar
altitud, la vista sobre el Valle de la Puebla se fue ampliando.
Al llegar
al morro de la loma que estaba remontando, salimos un momento de la pista,
girando a la derecha (SO) para…
…
alcanzar la modesta prominencia marcada con la cota 1.321. Como punto
destacado, tiene…
… una
estupenda vista sobre la Tornera, la cresta de Los Cellos y la Centenera.
Además, bajo la primera, se podía ver el lomo sur, por donde nos proponíamos
alcanzar la cumbre, asomando por encima del cordal que incluye La Torrecilla,
por el que continuaría la ruta. Así pues, volvimos a la pista y retomamos la
subida.
Ganado un
trecho de esta nueva rampa, nos dimos cuenta de que, a nuestra espalda, asomaba
ya algo del Guadarrama: el Cerro de San Pedro, a través del boquete del Río de
la Puebla y enmarcado por la Cabeza Antón y el Cerro Larda.
Para
entonces, la vista sobre la cabecera del Valle de la Puebla era amplia y
hermosa.
Esa es la
collada en que me desvié hacia el fondo del Valluengo en 2018; ahora,
continuamos por la pista. Pasado el alto de La Torrecilla, llegamos a un cruce
y seguimos por la derecha (NE), dejando la loma para...
... pasar
a atravesar la vertiente occidental de La Tornera. Cuando el arbolado de los
márgenes se abría, podíamos ver...
... al
otro lado del Valluengo y más allá del lomo del que veníamos, algunas crestas
del Guadarrama: la Sierra de la Cabrera y las nieves de Cabezas de Hierro.
También había,
más a la izquierda, una buena perspectiva de la garganta que abre el Río de la
Puebla bajo la Cabeza Antón.
Poco
antes de llegar a El Portillo, donde la pista traspone el lomo sur de la
Tornera, al ver que el terreno era accesible, dejamos el carril por la
izquierda (S) para...
...
remontar la cuerda, que aquí se presentaba ancha y de regular pendiente, con un
piso pedregoso cubierto de jaras no muy densas. Tras este principio llevadero,
poco después...
... nos
encontramos un monte mucho más cerrado y cortado por afilados crestones que nos
obligaron a desviarnos hacia el flanco occidental (izquierdo), donde nos fuimos
buscando la vida por los pasillos y terrazas más accesibles.
Tras
ganar unos 50 m de desnivel, aparecimos de nuevo en la cuerda, donde nos
encontramos, con alivio, con que un crestón de bloques permitía evitar el
matorral y sin apenas apoyar las manos.
Así ganamos
otro tanto de altitud, hasta una roca destacada desde donde había buena
perspectiva del tramo ascendido y, más allá, el Río de la Puebla y los cordales
de Guadarrama.
A partir
de ahí, la pendiente se tendía y, aunque seguían abundando el matorral y los
canchos, se podía pasar bien entre ellos. A continuación, llegamos a un pinar y
entramos en él. Aunque el suelo estaba despejado, las ramas bajas hacían tan
claustrofóbico el avance, que, en cuanto pudimos, derivamos a la izquierda
para...
... salir
del bosque por el este y seguir la linde loma arriba por terreno cómodo y
despejado.
Al pasar
el límite de esta arboleda, hacia los 1.650 m de altitud, el terreno prosiguió
cómodo, con mucho matorral y piedras pero con poca densidad y una pendiente que
no pasaba de mediana. Como subíamos por el flanco derecho de la loma, teníamos
la visión limitada al oeste, donde se alzaban,...
... al
otro lado de un cóncavo, Los Cellos y la Centenera, con su bonita mezcla de
pedregal y pinos. Éstos son de repoblación pero, bueno, nadie es perfecto.
Si nos
volvíamos, podíamos ver cómo aparecían más montes hacia Guadarrama: ahora, la
Cuerda de Cuelgamuros y Peñalara, tapado por las nubes.
El lomo
se empinó en los últimos ciento y pico de metros, pero no mucho.
Tras este
último tramo de remontada,...
... en
2021, las nubes nos dejaron ver así el dentado perfil de la cresta entre la
Tornera y Los Cellos y, más allá, la incierta sombra de unas lomas entre
móviles vapores.
Seguimos
en 2021: el hito cimero apareció de improviso entre unas peñas de la derecha
cuando ya lo teníamos muy cerca.
En la
cima de La Tornera, sólo al suroeste se distinguía claramente el panorama:
montes de la zona de El Atazar, Cerro de San Pedro y Sierra de La Cabrera. El
resto, estaba tapado por las nubes.
Volviendo
a 2018, tampoco el día estaba despejado del todo y un oscuro palio de nubosidad
cubría, al norte, las cumbres mayores de Ayllón, del Tres Provincias a la
Buitrera, pasando por...
... el
Pico del Lobo, rodeado de sus satélites.
Girando a
la derecha, al este, el Ocejón dominaba el final de la sierra hacia los llanos
de Guadalajara.
Al sur,
el cordal de la sierra se afilaba hacia la Centenera.
Iniciamos
el regreso bajando al noroeste por la senda clara y balizada con hitos el
cordal que es la ruta normal, cuyo arranque tenía esta pinta en diciembre de
2021. Siguiéndola, evitamos por la vertiente oriental (derecha) la parte más abrupta
de la cuerda. Y, ya, a partir de ahora, todas las fotos son de 2018.
Luego,
volvimos a ella cuando se convierte en un suave lomo verde, desde donde nos
despedimos de la cima.
Este
breve tramo de cresteo es espectacular, con Peñacabra y Guadarrama a la
izquierda,...
... el
Ocejón, más allá del picudo San Cristóbal a la derecha, y...
... el
Porrejón y el núcleo más alto de Ayllón delante. Pero se acaba pronto pues,
tras la primera bajada acusada, se desgaja a la izquierda (O), la loma de
Cabeza Minga, por donde continuará el descenso. Así, en el rellano previo a la
cota (1.703), nos desviamos a ese lado por...
... una
senda que atraviesa brevemente la ladera para encaramarse a la cuerda. Al pasar
por lo alto de Cabeza Minga,...
... veíamos
a la izquierda cómo iba quedando atrás La Tornera.
A
continuación, viene una bajada acusada hasta el cruce con una pista. Seguimos
recto (SO) por la cuerda, atendiendo un cartel que indicaba la Puebla de la
Sierra, siguiendo el GR-303.
Según el
cartel, la distancia del cruce último a la Puebla son 4,2 km pero redujimos esa
distancia a la mitad con un atajo que, por otra parte, es la ruta normal. Para
ello, llegando junto a La Torrecilla, cuando el carril gira a la izquierda, tomamos
a la derecha (O) una senda, marcada por un par de hitos,...
... que
baja derecha hacia la Puebla por la ladera.
Justo
antes de entrar en el pueblo, el sendero giró a la izquierda (S) para atravesar
la ladera. Pero no hay que alarmarse ni dejarlo. El rodeo es para alcanzar
cómodamente aquella senda del tendido y la manguera del principio, muy cerca de
las primeras casas. Cogiéndola ahora a la derecha (NO), entramos enseguida en
la Puebla de la Sierra, por el mismo lugar por donde habíamos salido.
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