Pico del Lobo (2.273)

ASCENSIÓN DESDE LA PINILLA

CANAL CENTRAL DE LAS MESAS

El Pico del Lobo es la máxima cumbre del Macizo de Ayllón, conjunto de sierras que se extiende entre Segovia, Madrid y Guadalajara. Está situado en el cordal que cierra el conjunto por el norte, hacia donde cae bruscamente, como un gran murallón frente a la Meseta. Es muy distinta la vertiente meridional, menos abrupta pero más compleja, articulada en varios cordales paralelos, separados por valles largos y profundos, que son el corazón del macizo. Lo común en ambos lados son las laderas muy verdes, mezcla de matorral y arbustos, que se levantan sobre el bosque denso del pie de monte para sostener crestas alomadas. Sólo en unos pocos lugares se muestra bravía la montaña, con la oscura pizarra rasgando la hierba; y precisamente por el más espectacular de ellos, el Circo de la Pinilla, abierto al noroeste del Pico del Lobo, va a transcurrir esta ascensión.

La ruta es simple; consiste en remontar dicho circo por su canal central. Luego, tras alcanzar la cima por la cuerda, la bajada se hará por la senda que va por el Aventadero y puede considerarse la vía normal norte de esta montaña.

Vertiente norte del Pico del Lobo. A la derecha de la cumbre, se ven el alto y la canal de las Mesas

SITUACIÓN:

  • Zona: Macizo de Ayllón (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de Ayllón
  • Base de partida: La Pinilla (Segovia)

ACCESO: La estación de esquí de La Pinilla está 75 km al NE de Segovia, por Torrecaballeros y Cerezo de Arriba. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.501 / 2.274
  • Mi tiempo efectivo: 3h17
  • Mi tiempo total: 4h36
  • Dificultades: PD, en las condiciones del día (buen espesor de nieve durante casi todo el recorrido, más bien blanda aunque transitable; hielo en los metros finales del tubo). La canal son unos 250 m de desnivel, con pendiente media de 30º y una máxima de 50º, que se alcanza en un par de tramos cortos.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de La Pinilla hacia el sur, remontando la vertiente de la sierra según el camino marcado por los remontes y pistas de la estación de esquí. A partir del Gran Plató, continuar por el eje de la canal, que alcanza los 50º cerca del final, hasta ganar la cresta en el Collado de las Mesas (PD). Girar a la izquierda (E) para rodear por el sur el picacho homónimo y alcanzar por la cuerda el Pico del Lobo.

Proseguir el cresteo al NE, rodeando por la izquierda (N) la cresta de Las Peñuelas. Al llegar al portillo del Aventadero, tomar a la izquierda (O) el camino que lo atraviesa y baja a La Pinilla.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Este itinerario invernal es posiblemente el más popular de Ayllón y un clásico del Sistema Central. Hay varios trazados invernales por los que superar el Circo de la Pinilla y éste es el más lógico, pues sigue el eje de la Canal de las Mesas, que constituye su eje. Si no lo había hecho hasta ahora fue por pereza: la mitad inferior de la ascensión transcurre por una estación de esquí. Para evitar los inconvenientes que esto supone, esperé a que cerraran la temporada, aprovechando que este año sigue habiendo bastante nieve. Otra solución es salir muy pronto para estar por encima del Gran Plató a las nueve, cuando abren los remontes.

Respecto a los aspectos montañeros, es una ruta muy bella, tanto por las amplísimas vistas hacia la Meseta y, con suerte, las montañas cantábricas e ibéricas que la cierran por el otro lado, como por el entorno inmediato. Que es además muy variado, con rincones espectaculares entre las agujas y espolones que coronan la Canal de las Mesas, y otros plácidos, como la extensa cuerda entre el Pico del Lobo y Las Peñuelas o los pinares que se atraviesan volviendo a La Pinilla. La canal en sí tiene una buena longitud y su pendiente es bastante regular, predominando las pendientes en torno a los 30º, excepto en dos lugares concretos en que se superan notoriamente los 45º durante una veintena de metros.

RELATO GRÁFICO:

Tras aparcar ante la estación de esquí, entré por su calle principal, para subir siguiendo el trazado del telesilla de la izquierda. Pero me encontré con que, pese a estar la temporada acabada, seguían cerradas las verjas que dan paso a la misma. Así que me desvié a la izquierda (E) por la primera calleja que vi entre edificios, a buscar...

... la carreterita que va entre los edificios de apartamentos y por la que se suele iniciar la ruta habitual por el Aventadero. Tomándola a la derecha (S), enseguida salí del núcleo de la estación, tras rodear un depósito de agua.

El asfalto acabó pero el carril continuó, de tierra, amplio y cómodo a través del pinar. En la primera lazada que hace a la izquierda, tomé a la otra mano (SO) un ramal que va al corte del remonte que me proponía seguir. Pero, en vez de entrar en él, tomé unos metros antes una senda a la izquierda (S). Se trata de un itinerario de BTT, que va paralelo al gran pasillo y, en mi opinión, lo mismo da ir por uno u otro lado.

Así que, en la siguiente comunicación entre ambos, hacia los 1.625 m de altitud, me pasé bajo el telesilla y remonté bajo el mismo la recia pendiente, viendo asomar sobre las agujas que coronan el Circo de la Pinilla.

Abajo, el sol se iba extendiendo por la llanura segoviana, mientras yo continuaba en la fresca umbría que, con el silencio de la mañana, construían un ambiente inmóvil, como de naturaleza suspendida.

En el Gran Plató, a 1.800 m de altitud, prácticamente acaba el bosque y pude ver la Canal de las Mesas en toda su longitud, con su eje principal ascendiendo hasta el portillo central y sus ramas laterales, más difíciles la mayoría, pero menos naturales como subida. Para llegar a su boca o base; es decir, donde el terreno efectivamente se acanala,...

... hube de superar algo más de 150 m con pendientes crecientes pero todavía menores de 30º, hasta un segundo rellano más pequeño.

A partir de ahí, me aparté de las instalaciones de esquí, que quedaron a mi derecha, ascendiendo por el eje de la canal. Me ayudó una huella, vieja pero aún aprovechable, que vino bien pues la nieve estaba blanda y me hundía por encima del tobillo. Tras superar así una cincuentena de metros...

... de pala regular y amplia al 30º, llegué a...

... la base de una banda rocosa. Varios pasillos, todos ellos estrechos, breves y de pendiente mediana, permiten cruzarla. Escogí el de la izquierda, por lógica orográfica y porque por él iba la huella.

En el tercio central de sus 35 m de desnivel, la pendiente alcanzó al menos los 50º y, además, la encontré helada y con la huella medio desaparecida.

Fue el primer punto de la ruta donde hube de poner algo de atención, pero el paso es más lúdico que otra cosa.

Estaba a 2.050 m de altitud y ante mí se extendía el tramo superior y más fascinante de la canal: 175 m de desnivel hasta la cresta, rodeados de canchos y agujas. Lo primero fueron unos 100 m de desnivel por una amplia rampa a 30º o poquito más, donde la nieve volvía a estar blanda.

El terreno estaba aún bastante abierto. A mi izquierda la vertiente norte “geométrica” del Lobo, donde hay pasillos de nieve pero poco marcados, y...

... al otro lado, el lomo de Las Cancheras, ya iluminado por el sol y por donde bajan las pistas.

Tras este otro tramo relajado,...

La pendiente se intensificó al entrar en el estrecho culminante, manteniéndose en torno a 40º, al pasar a la altura de...

... los espolones que delimitan los tubos occidentales de la canal (el del Gusano, el más conocido), más empinados que el central, pero muy cortos y desviados de la lógica del terreno.

En los 50 metros finales, con la huella desaparecida del todo, volví a encontrar hielo y la pendiente llegó a los 50º durante una veintena de metros, justo antes de remitir gradualmente hasta el estrecho collado o portillo de las Mesas. Y entonces llegaron las nubes, que vi pasar raudas a través del angosto boquete, para...

... extenderse por el cielo septentrional, hasta entonces inmaculado. Mientras miraba hacia atrás, La Pinilla y los setecientos y pico metros de ladera que acababa de superar se iban ocultando.

Pues bien, al otro lado, la cosa era aún peor. Hacia el oeste, la visión de la cresta se perdía a pocos metros.

Y al sur, igual. Bueno, sigamos hacia cumbre. Giré a la izquierda (E) e, incorporándome a la buena huella que iba recorriendo el cordal, rodeé por la derecha el Alto de las Mesas.

Durante ese corto flanqueo, los vapores se retiraron algo por un momento, dejándome vislumbrar la Buitrera de los Lobos y el barranco que la separa de un invisible Cerrón.

Al cabo, apareció el Pico del Lobo, en lo alto de un amplio lomo de nieve ligeramente empinado (<20º). Remontándolo, llegué, a la espalda del ruinoso edificio que ocupa la cima,...

... ante el gélido mogote sobre el que se asienta el hito cimero. Las condiciones eran como para quedarse poco: soplaba un vendaval helado y, encima, apenas se veía nada.

Cuando llegué, sólo hacia el este, hacia el Berbellido y el cordal del Rocín y la Cebosa se veía algo.

Al sur, ni siquiera, se distinguía la vecina Buitrera de los Lobos.

Y de las montañas más occidentales de la sierra (Cerrón, Tres Provincias), ni rastro. Ante el panorama, no tardé mucho en emprender el retorno y entonces, apenas...

... había empezado a bajar directamente al norte por una amplia pala de nieve de pendiente ligera (20º), aclaró en un instante. Ante mí, enmarcada por el Alto de las Mesas y Las Peñuelas, se extendía la apagada meseta castellana más allá del cambio de rasante de la ladera. Al acercarme a la arista, fui derivando a la derecha (NE) para seguir el cordal, unos metros por debajo del filo. Por si hubiera tenido alguna duda, una potente huella reproducía el recorrido.

Al llegar al Portillo de Las Peñuelas, me despedí una vez más del Pico del Lobo, contemplando una de las perspectivas más conocidas del Sistema Central. Pero que ese día estaba hermosa como nunca antes la había visto. Y no es mi primera visita invernal a este pico.

Pues, a continuación, cambié de vertiente y, con la Buitrera ante los ojos, pasé a atravesar, en diagonal ligeramente descendente, la ladera norte de Las Peñuelas.

Éste fue el tramo donde mejor me vino la huella pues la inclinación lateral de la ladera, sin llegar a ser grande, ronda los 40º en un par de puntos. Más cómodo así. Dejadas atrás Las Peñuelas, me reincorporé a...

... la cuerda que se extiende hacia el Cerro del Aventadero. Hasta aquí viene a llegar un camino que sube desde La Pinilla y cuyo trazado usaría en mi descenso. Pero no aún; tapado por la nieve como estaba, es más cómodo dejarse deslizar por lo blanco siguiendo el lomo del cordal hasta...

... llegar al rellano donde se encuentra el Portillo del Aventadero, hueco entre canchos por donde pasa el camino. Aunque aún estaba a 2.030 m de altitud, la nieve empezaba ya a presentar algunos huecos. Allí me incorporé a la traza, tomándola a la izquierda (O) para...

... cambiar de vertiente, pasando a dominar la gran caída septentrional de la Sierra de Ayllón, como un acantilado frente al mar verde y pardo de Castilla la Vieja. Por cierto que, al fondo, se asomaba el Tres Provincias.

Pero esa panorámica visión se ocultó pronto, al entrar en el pinar. El camino me fue llevando, a base de amplias lazadas, en un suave descenso hacia el pie de monte. Cuando se bifurcó a los 1.770 m de altitud, continué por un carril de saca que sale en medio (NO) de los dos ramales de pista. Éste permite un atajo, ahorrándose las lazadas ya que, a estas alturas, la pendiente de la ladera es ligera. Pasé varios cruces y, para no ser prolijo, vale con decir que siempre tomé el que bajaba más decididamente.

Más abajo y reincorporado a la pista habitual, al llegar a la cota 1.600, la dejé por la derecha (NO) para tomar una senda que me condujo enseguida a los bloques de apartamentos de La Pinilla. Cruzando entre ellos, siempre hacia abajo, llegué al aparcamiento, desde donde...

... me despedí de la Canal de las Mesas.

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