Cap Llitzet (2.322)

ASCENSIÓN DESDE FUMANYA

POR LA ROCA BLANCA

La Sierra Ensija es la culminación del Alto Berguedà, complejo conjunto montañoso que se extiende al sur del Cadí, situándose en la parte oriental de aquél. Se trata de un monte de cresta monótona, ondulada que, si bien no alcanza gran altitud, se eleva más de 1.000 metros sobre los valles circundantes. Su carácter es netamente prepirenaico: montaña amable cubierta de pinares y prados alpinos, donde ocasionalmente surge la caliza para formar contrastes encantadores o espectaculares. Precisamente su pico más alto, el Cap Llitzet, es llamado también de la Gallina Pelada por un paredón de 300 m que rompe en dos su cara sur. Aunque la presencia humana es considerable, con pistas que trepan hasta muy arriba, explotaciones ganadera y maderera intensas y abundante turismo, el entorno natural se mantiene bien y es fácil cruzarse con fauna salvaje si uno se sale de los caminos marcados.

La ruta, alternativa de baja dificultad a la normal, consiste en alcanzar la cresta de la montaña por el roquedo más accesible de la vertiente suroeste, recorrerla entre las cima secundarias de la Roca Blanca y el Pla de les Tores, para acabar bajando por un empinado barranco que cae desde ese último pico y Fumanya.

Vertiente suroccidental de la Sierra Ensija, entre el Cap Llitzet y el pico del Pla de les Tores

SITUACIÓN:

  • Zona: Prepirineo Oriental
  • Unidad: Sierra Ensija
  • Base de partida: Fumanya (Barcelona)

ACCESO: El Aparcament "Pla de la Creu de Fumanya" está 120 km al norte de Barcelona, siguiendo la C-16 hasta La Rodonella y luego por Sant Corneli. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.


OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.625 / 2.322
  • Mi tiempo efectivo: 4h13
  • Mi tiempo total: 5h45
  • Dificultades: Muy fácil. Breve tramo por bosque sin senda y una placa de roca en que hay que apoyar ocasionalmente las manos, pero sin apenas dificultad.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: En el Pla de la Creu de Fumanya, tomar la pista de tierra que sale de la carretera frente al desvío a Peguera y se dirige al oeste faldeando la sierra. Al pie de Els Canalons, tomar a la derecha (NO) un desvío que pronto acaba pero se continua por una senda borrosa que prosigue atravesando el pinar al pie de la ladera para luego descender hasta la pista de antes, que retomaremos a la derecha (NO). Al llegar a El Ferrús, dejar el carril por una senda a la derecha (NO) que continua bordeando la sierra hasta remontar la Canal Gran para alcanzar L'Estret. Girar a la derecha (NE) en la horcada y, siguiendo hitos, remontar la ladera, que incluye una gran placa de roca sin dificultad. Al ganar cresta en la Roca Blanca, tomarla a la derecha (SE) hasta el Cap Llitzet.

Proseguir por la arista, primero por senda y luego por el amplio y suave lomo herboso, hasta el collado 2.243. Girar allí a la derecha (SE) para descender por senda un barranco anónimo que nos devolverá a la pista original. Tomarla a la izquierda (E) para regresar en pocos minutos al Pla de la Creu de Fumanya.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Ruta muy bonita y tranquila, de longitud media, visitando una gran montaña y saliéndose de lo más transitado. Une a la visita a la cumbre, el atractivo de pasearse bajo las grandes paredes de la cara suroeste. El único obstáculo que presenta, la placa bajo la Roca Blanca, carece prácticamente de dificultad si no se encuentra mojada o helada, aunque puede condicionar un poco a los senderistas.

El recorte por senda bajo Els Canalons es un atajo respecto a ir por la pista hasta el Ferrús; al principio, la senda estaba clara, pero se fue borrando hasta desaparecer. Entre que la orientación, sin ser difícil, no es obvia y la ligera incomodidad del terreno, creo que el ahorro de tiempo respecto a haberme mantenido en el carril fue mínimo y, por otro lado, la variante no aporta nada a la excursión. Así pues, que cada uno elija qué le apetece más, si un trecho más silvestre dentro de la ruta o la opción pacífica de usar el camino principal, siendo ambas opciones similares en tiempo y esfuerzo.

Respecto a ir de la cumbre al collado oriental del Pla de les Tores a toda cresta o por la senda que pasa por el refugio, aquí creo indudable que la primera opción es la mejor. Salvo condiciones meteorológicas adversas, el lomo de la sierra resulta tan cómodo como el camino y posee mejores vistas.

RELATO GRÁFICO:

En el cruce del Pla de la Creu de Fumanya, tomé la pista de tierra que sale de la carretera frente al desvío al caserío homónimo y, a través del pinar,...

... faldea hacia el oeste la sierra, cuya cresta sólo podía ver al paso por algún claro.

Tras pasar ante desvíos a ambos lados, decidí tomar el segundo carril a la derecha (NO), marcado con pintura azul y cerrado por unas grandes piedras. Así atajaría el amplio rodeo que da la pista al pie de Els Canalons, aprovechando la terraza boscosa de Les Colladetes.

El nuevo carril...

... acabó enseguida ante un cerrado frente de vegetación, en el que se distinguía claramente un hueco.

Era el arranque de una senda estrecha pero clara, que prolongaba el camino.

Pero no tardó tampoco mucho en difuminarse. Al paso por un claro, aunque la salida estaba marcada con pintura azul en un árbol, el trazo desapareció. A partir de ahí, me dediqué a seguir sucesivos pasillos a través de la vegetación, manteniendo dirección noroeste.

El paso no era incómodo y, además, de vez en cuando aparecía entre las ramas la impresionante pared de la Gallina Pelada o de Ferrús, bajo la cumbre, que se ve desde pocos sitios al pie de monte. Cuando di en un poco definido lomo, me dejé caer por un tubo abierto de su vertiente izquierda (O), hasta...

... que fui a dar con una pista; la misma del inicio. La tomé a la derecha (NO) y...

... enseguida me encontré con una vista más despejada de la gallina Pelada y del collado de l’Estret, hacia donde me dirigía. Antes, la pista me bajó hacia las casas del Ferrús, o lo que queda de ellas pero,...

... llegando a ellas, dejé el carril por una senda a la derecha (NO), atendiendo a las marcas rojiblancas del GR-107.

El caminillo me llevó hacia el collado siguiendo la base de las paredes que caen de la cresta de la Sierra Ensija. Enseguida, llegué a un rellano herboso, desde el cual hay...

... un buen panorama, al sur, del corte que abre el río Llinars a través del complejo relieve del Berguedà. Más allá de las últimas estribaciones visibles, de la bruma cubría el Solsonès.

A continuación, el sendero, comodísimo e indudable, me llevó de nuevo bajo los pinos.

Cuando el arbolado se abría, podía ver sobre mí las paredes,...

... dominándome desde muchos metros.

Especialmente tremenda la Gallina Pelada,...

... pero los otros riscos también impresionaban.

Tanto a un lado como al otro de la Canal Gran, en lo alto de la cual fui viendo al rato el Estret.

Cuando los árboles disminuyeron de porte y densidad, volví a ver atrás, la niebla más allá de las estribaciones meridionales y, saliendo de ella en la parte izquierda de la imagen,...

... la cresta de Montserrat.

La Canal Gran es empinada y pedregosa pero la senda permitía un paso relativamente cómodo.

Pronto estuve al nivel a que culminan las paredes y...

... a mi derecha el roquedo fue menguando en potencia y verticalidad.

Al llegar a l’Estret, aparecieron al otro lado las sierras del Verd y Port del Comte.

Girando a la derecha, dejé el camino por un sendero más estrecho que remontaba al ladera, siguiendo más o menos un lomo poco marcado.

Pronto, estaba situado por encima de la Canal Gran, que, servía de marco a la sierra de los Rasos de Peguera. También pude apreciar la cresta que limita el tubo por el oeste.

Los hitos que me llevaban ladera arriba, me introdujeron en un terreno rocoso, primero muy tendido y...

... luego más empinado pero siempre dentro de una pendiente suave. Además, una fisura en diagonal ayuda a pasar los metros más empinados.

Superados, unos 60 m de desnivel, llegué al final de la placa.

Al volverme, podía ver ahora, por encima del gran prado del Portet, las sierras del Verd y Port del Comte, entre el río Llinars y el monte Cloterons.

Llegué enseguida a lo alto de un espolón a unos 2.100 m de altitud, desde el que...

... las vistas hacia la Canal Gran y la cuenca del Llinars eran vertiginosas.

Me quedaban menos de 200 m de desnivel para ganar cresta en la Roca Blanca. Con la hierba, reapareció el trazo de la senda, que me llevó primero por lo alto de un lomo y luego,...

... al acercarme al cancho culminante, hacia la izquierda rodeando su base hasta...

... salir al lomo suroccidental de la Roca Blanca. A través del hueco entre la Sierra del Verd y el Cloterons se veían ahora unas montañas, que debían de ser el cordal de Sant Joan de l’Erm - Boumort.

Hacia el oeste, eran visibles por primera vez en la jornada, el Pedraforca y el Cadí.

Tomando el lomo rocoso a la derecha, remonté los últimos metros que me quedaban hasta...

... la cresta de la sierra, sobre la que aparecía ya cercana la cumbre.

Antes de dirigirme a ella, me entretuve unos minutos en repasar el horizonte occidental en el que, en un amplio arco que iba de la Serra dels Tossals a la del Cadí, se extendía una amplia muestra de este Prepirineo verde, complejo y abrupto.

Al norte, podía ver ahora las siluetas contundentes del Puigmal y el Taga, más allá de la Tossa d’Alp, que había visitado el día anterior. A la izquierda, la nieve pintaba las montañas de la Cerdanya; la más visible, el Carlit.

El tramo de cuerda hasta la cumbre no puede ser más fácil: un ancho y suave lomo de roca. A la izquierda, entre los primeros pinos, iba una senda pero, con estas vistas y este terreno, mejor por la arista.

Al pasar sobre un barranco que cae al norte, mejoró la perspectiva septentrional, pudiendo apreciarse el hueco entre las sierras del Cadí y Moixeró, por donde ahora se veía el Puigpedrós junto al Carlit.

Desde la cumbre del Cap Llitzet, el corto trecho de cuerda recorrida desde la Roca Blanca, enmarcada por las sierras del Verd y el Cadí.

Girando a la derecha, el Pedraforca delante del largo cordal de esta última.

Al norte, Puigpedrós, Carlit, Peric y hasta un trozo del macizo de Madrès vistos a través del Coll de Pendís.

Sierra de Moixeró, Puigmal y Taga. Abajo, el largo espinazo rocoso de Mata Rodona.

Al otro lado, más allá del Berguedà meridional, algunas crestas de la Cordillera Costera Catalana sobresalían de la bruma que cubría la Cataluña Central.

Comencé el regreso continuando con el cresteo al sureste, hacia el sector oriental de la sierra, donde se elevan el Serrat Voltor, la Creu de Ferro y el Pla de les Tores, único de los tres picos que iba a pisar. Al principio, tomé la marcadísima senda de la ruta normal, que, por el flanco norte de la cuerda, me llevó confortablemente...

... al primer collado (2.232). Allí, cuando gira para bajar hacia el refugio Delgado Úbeda, yo continué recto (SE), por lo alto del amplio lomo culminante. La razón es que, con un terreno tan cómodo para caminar y en con un tiempo tan agradable,...

... prefiero asumir 50 ó 100 m más de desnivel, distribuidos además en varios subibajas cortos y suaves, para disfrutar de unas vistas estupendas. Véanse como muestra ésta, del Cap Llitzet desde la primera prominencia (2.257) o...

... esta otra del cordal que iba a recorrer camino del pico del Pla de les Tores.

La ruta habitual pasa por el refugio, que dejé pocos metros por debajo, y gana...

... el collado entre la Creu de Ferro y el Pla de les Tores, que era también mi objetivo, remontando una vaguada herbosa. Salvo en días inclementes de mucho viento o mala visibilidad, creo que es más agradable así; y, siendo menos frecuente, no debe de ser una alternativa rara, pues en algunos sitios se marcaban trazas de paso, aunque yo pasé de ellas y me dediqué a caminar por la arista geométrica, siempre amplia, compacta y despejada.

Con la distancia, como el cordal se arquea, se tiene una estupenda perspectiva de la vertiente sur, con el Cap Llitzet sobre los lomos rocosos que culminan el Ferrús y la Gallina Pelada.

También iba cambiando el ángulo sobre el Pedraforca o...

... la Sierra de Moixeró, permitiendo visiones diferentes.

Pero es al culminar el Pla de les Tores cuando el panorama se hace apabullante. Aunque sólo se adivina (o quizá por eso), obsérvese el corte de la Canal Gran bajo la cumbre. Bueno realmente, esta foto no está sacada desde la cima sino desde el espolón oriental, desde el que...

... todavía me quedaban por atravesar el extenso lomo cimero para llegar al punto más alto, que aparece aquí enmarcado por la Creu de Ferro y los Rasos de Peguera. Junto a este monte, muy lejos, se veía el Montseny sobresalir de la bruma.

Al otro lado, precisamente ahora el Cap Llitzet y Pedraforca enmarcaban perfectamente al Vulturó.

Y ahora empezaba el verdadero descenso. Primeramente, por el lomo suave que baja del Pla de les Tores al collado (2.243) que lo separa de la Creu de Ferro.

En el mismo, giré a la derecha (SE) para tomar una senda que se despeña por una empinada vaguada, a través del cual se veía el Cap de la Solana de Peguera.

El inicio del barranco es muy empinado para, enseguida,...

... hacerse más tendido y estrecho. Al llegar a los primeros pinos, dejé a la derecha un desvío que, de todas formas, como sube, dudo que haga confundirse a nadie.

Hacia media bajada, el camino se fue separando del cauce por la vertiente izquierda, al tiempo que ganaba en anchura y claridad.

Luego, atravesé dos pistas; en la primera, que es ésta, la salida al otro lado no se veía demasiado bien y hay que buscarla unos metros hacia la izquierda. Pero la senda tiene que estar clara todo el tiempo hasta...

... desembocar en una tercera pista, al final de la pendiente. Se trata de la misma por donde había iniciado la excursión y la tomé a la izquierda (E), para llegar en pocos minutos al sitio donde había dejado el coche en el Pla de la Creu de Fumanya.

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