Cerro del Estecillo (2.259)

ASCENSIÓN DESDE GUIJO DE SANTA BÁRBARA

POR LA CUERDA DEL RECUERO Y GARGANTA JARANDA

En el Cerro del Estecillo, se desprende del Macizo Occidental de Gredos la Sierra de Tormantos, donde se encuentran los dosmiles más occidentales del Sistema Central. No es una cima muy destacada por altitud ni prominencia, pero esa situación le da cierta relevancia. Se trata de un monte característico de la zona, con una culminación rocosa y vistosos canchos interrumpiendo las abruptas laderas cubiertas de matorral. Sin llegar al carácter alpino del área central de Gredos, la montaña es aquí agreste y ceñuda y, como a todo lo largo de la sierra, proyecta largos cordales al norte y sur del principal, separados por profundas gargantas.

La ruta es simple en su concepción; consiste en remontar una de las cuerdas que caen desde la cima al valle del Tiétar y luego bajar por la garganta que corre paralela al oeste.

El Cerro del Estecillo se alza al otro lado de la Portilla de Jaranda

SITUACIÓN:

  • Zona: Sector Principal de Gredos (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de Tormantos
  • Base de partida: Guijo de Santa Bárbara (Cáceres)

ACCESO: El inicio de la Ruta de El Trabuquete, en Guijo de Santa Bárbara, está 125 km al NE de Cáceres, por Plasencia, Malpartida de Plasencia y Aldeanueva de la Vera. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 852 / 2.259
  • Mi tiempo efectivo: 8h10
  • Mi tiempo total: 9h58
  • Dificultades: F. Un par de cortas y fáciles trepadas (I) para encaramarse a los canchos cimeros. Varios tramos relativamente largos sin senda, a través de matorral y cantos.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de la parte alta de Guijo de Santa Bárbara, por la pista de cemento que, por el Collado de Escoronillas, se dirige a los prados El Toril. Al llegar a los mismos, dejar la pista de cemento por un desvío de tierra que sigue recto (NE) en una curva y acaba el carril ante una casa. Continuar al NE por una senda que va a la derecha de una cerca y seguirla hasta una torrentera. Dejarla entonces por la derecha (NE), para remontar la ladera, al principio junto al cauce, más arriba derivando a la izquierda (N), cruzando el lomo y alcanzando el contiguo Arroyo Poyales, por el que se alcanza la Cuerda del Recuero. S a la izquierda (NO) la senda que la recorre, siguiéndola hasta que el matorral se aclara al pie del Alto de las Malezas. Desviarse entonces a la derecha (E) y rodear los riscos por el sur y este (derecha) hasta llegar al último y más alto. Buscar los bloques más fáciles en la cara oriental para encaramarse a la cima del Alto de las Malezas (F).

Destrepar y seguir rodeando el cancho por mal terreno, primero de matorral y luego de pedrera, hasta reencontrar la cuerda y la senda en el Collado Rodrigo. Retomar a la derecha (N) el trazo, que ahora pasa a la ladera occidental para rodear un risco, al cabo del cual, se bifurca. Seguir por la derecha (NE), volviendo a la cuerda para no dejarla ya. Cuando la senda se desvía de la divisoria ante el risco cimero de Mesas Altas, dejarla por la izquierda (N) para subir sin dificultad a la cima. Descender por una empinada canal que cae al NE, teniendo que destrepar (I) un par de pequeños resaltes. Al pie de la misma, nos reencontramos las marcas, que seguimos a la izquierda (N) hasta que, de nuevo, evitan una cima en el Cerro del Estecillo (F). Para alcanzarla, desviarse a la izquierda (O) pasada la cresta y trepar por los bloques (I) del lado norte.

Destrepar al norte y, una vez en las pedreras de la base, bajar a la izquierda (NO), siguiendo la arista por su flanco septentrional. Primero por el canchal y luego entre el matorral se ven hitos aquí y allí pero es inútil intentar seguirlos; es mejor buscar a ojo el paso mejor, para llegar a la Portilla de Jaranda (F). Tomar la senda que la atraviesa a la izquierda (SO) para descender por la garganta homónima hasta Guijo de Santa Bárbara.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Ruta larga y exigente; sin presentar dificultades técnicas notables, requiere poseer destreza para moverse en terrenos variados. Reúne unos atractivos estéticos notables, tanto por los parajes que atraviesa como por el panorama durante todo el cresteo. Si la Garganta Jaranda es una excursión bastante conocida en esta zona del Sistema Central, la Cuerda del Recuero es menos visitada y, de hecho, en ninguna de las tres cimas encontré ni un humilde montoncito de piedras, a pesar del itinerario de hitos que recorre el lomo.

El itinerario para alcanzar la cuerda desde Guijo de Santa Bárbara, debe de ser bastante poco corriente, ya que la senda que en algunos mapas (OSM) sube desde El Toril a la misma no existe, pero, mirando el mapa, tampoco he visto un camino alternativo ni se me ocurre otro trazado más lógico, al menos si se quiere pasar por el Alto de las Malezas. También quiero advertir sobre los tramos más altos del camino de la Garganta Jaranda; el piso está en tan mal estado que es casi como ir por una pedrera. Esto, junto a los tramos de camino inexistente (el ya comentado sobre El Toril y la bajada del Cerro del estecillo a la Portilla de Jaranda) y las largas paradas en las tres cimas, encantado con la claridad del día y las perspectivas nuevas (nunca había remontado una de estas cuerdas del sur de Gredos) me hizo tardar más de lo que había calculado, llegando de noche al pueblo.

RELATO GRÁFICO:

Tras aparcar junto al inicio de la ruta del Trabuquete, desde donde se veía al fondo la Portilla de Jaranda, comencé a caminar continuando por la misma calle por la que había llegado.

Manteniéndome siempre en subida en el par de encrucijadas que pasé, acabé saliendo de Guijo de Santa Bárbara por lo más alto del pueblo, sobre cuyas casas y montes cercanos se veía la niebla que inundaba el valle del Tiétar.

Al doblar un lomo, aparecieron, a la derecha de la Portilla de Jaranda, las tres cimas del día: de cerca a lejos, el Alto de las Malezas, Mesas Altas y el Cerro del Estecillo.

Dejando de lado algunos desvíos, que no suponían duda, pues o dejaban de subir o no iban en la dirección adecuada, volví a cruzar el lomo y entré en un robledal.

Salí del arbolado en el Collado de Escoronillas, donde seguí recto (SE) en un cruce y pasé a rodear  la cuenca del Arroyo Bereñuelo, al fondo de la cual podía ver las oscuras crestas de las Villuercas y Montánchez más allá de las nieblas que cubrían el Campo Arañuelo.

La pista me llevó de nuevo bajo los robles al entrar en la Garganta de El Toril, que remontaría en su integridad, hasta...

... los prados que dan nombre al barranco. Allí, dejé el cemento por un carril de tierra que sigue recto (NE) en una curva.

Poco después, el camino acabó ante una casa. Continué por una senda que sale a la derecha del edificio y sube junto a una cerca hacia el fondo de la cuenca.

Al llegar a una torrentera, dejé la senda por la derecha (NE) para remontar la ladera junto a la misma. Según OSM, hay una senda, pero no la vi por ningún sitio; eso sí, debió de existir en tiempos, pues un par de viejos muretes de piedra que atravesé presentaban pasos por donde iba. De todas formas, el terreno era razonablemente cómodo.

Empeoró algo la cosa más arriba, al salir del bosque al piornal y empinarse la ladera; pero no es de lo peor que me he encontrado por el Sistema Central. Intentando seguir el teórico trazado de la senda, fui derivando a la izquierda (N), saliendo de la vaguada y ganando el lomo, desde el cual...

... la vista a mi espalda abarcaba un amplio sector de valle del Tajo, entre las sierras occidentales de los Montes de Toledo y las estribaciones meridionales de la de Tormantos.

Siguiendo con la misma deriva, pasé al continuo Arroyo Poyales, junto al que continué la remontada, hasta que,...

... cerca ya de ganar la Cuerda del Recuero, vi unos hitos sobre un par de peñascos al otro lado del cauce seco. Girando a la izquierda (NO), me dirigía ellos y...

... descubrí que marcaban el recorrido de la senda del cordal, que iba buscando. Aunque borrosa, ésta sí que existía y la fui siguiendo, entre matorral y cantos, en una diagonal que bajo la cuerda, al parecer buscaba las menores pendientes.

Ahora, estaba en un privilegiado balcón sobre el ancho llano en que confluyen Tiétar y Tajo, con el telón de fondo de los Montes de Toledo, que se llegaban a ver casi en toda su longitud: de la Sierra de los Yébenes a la de Sao Mamede.

Acabando el rodeo, al pasar a la vertiente oeste del monte, apareció Mesas Altas, así como la rocosa cresta de las Azagayas y la Covacha a la derecha.

Aquí la ladera es menos empinada y la senda giró para subir hacia los canchales del Alto de las Malezas, que no alcanza, sino que rodea por debajo, pero...

... muy oportunamente, el matorral se abrió al paso bajo los riscos, lo que me permitió, sin gran incomodidad, dejar la senda por la derecha (E) para dirigirme a los mismos. Sin traza ni señales, el terreno me fue llevando a rodear los riscos por el sur y...

... seguir luego por la vertiente oriental, donde me encontré un matorral denso y alto, ahora sí, muy incómodo, que, si no da nombre al pico, podría hacerlo. El cancho más alto era el último, así que fui flanqueando los otros hasta estar ante el mismo. En busca de la subida fácil, también empecé a rodear éste, hasta encontrar...

... a mi izquierda (NO) un paso fácil (I) para encaramarme en la cresta y...

... culminar por bloques no más difíciles (I) el Alto de las Malezas.

Este pico es un mirador tan bueno que, en su cima, di por buenas las penalidades pasadas para alcanzarla. En primer lugar, al noreste, hay una estupenda vista de la vertiente meridional del segmento de sierra entre la Covacha y el Cancho. Girando a la derecha,...

... el ya sabido panorama hacia el valle del Tajo y los Montes de Toledo.

Al oeste, la Cuerda de los Infiernillos, más allá de la cual asomaban la Mesa y la Panera; por cierto, bajo esta última, en un rellano empradizado, brilla la capilla y refugio y la Virgen de las Nieves. Bonito emplazamiento ¿verdad?

Por último, al norte, sigue la cuerda hacia mesas Altas y el Estecillo, entre el Infiernillo Mayor, de un lado, y las Azagayas y la Covacha del otro. Para retomarla, destrepé por donde había subido y...

... continué el rodeo por la vertiente norte del risco, por terreno incómodo, empinado y caótico, primero de matorral y luego de grandes bloques, para volver a la cuerda en el Collado Rodrigo.

Curiosamente, llegando al mismo y cuando ya el terreno había mejorado notablemente, encontré hitos en los últimos bloques de la pedrera. A buenas horas.

Al llegar a la cuerda, crucé una cerca y busqué al otro lado los hitos y el trazo de la senda de antes. Al retomarla, me llevó al lado occidental (izquierdo) del lomo, para rodear un cancho cercano. Al dejarlo atrás,...

... la senda se bifurca. Continué por la derecha (NE), remontando la ladera para...

... regresar al cordal, desde donde hay esta bonita perspectiva del Alto de las Malezas.

Proseguí lomo arriba, hacia Mesas Altas. La senda era bastante ancha y cómoda y estaba marcada, ahora cuando menos falta hacía, además de con hitos, con unas manchas de pintura roja. No sé si en la foto se llega a distinguir bien la que hay.

A la derecha, sobre la cresta de Riscos Morenos y el Cancho, asomaba la cresta del Circo de Gredos, donde...

... se distinguía muy bien el Almanzor entre el Gutre y la Galana, a un lado, y el Casquerazo y el Risco del Francés al otro.

De las dos puntas que tiene, la principal de Mesas Altas es la septentrional; es decir, la segunda que alcancé. La senda no pasa por ella, sino que la rodea por el oeste y, para tocar cima, me salí del trazo por la izquierda y superé unos bloques sin apenas dificultad.

Entre las vistas, la mayoría conocidas, desde Mesas Altas, destacan la de la Cuerda de los Infiernillos al oeste y,...

... al norte, lo que quedaba de subida al Cerro del Estecillo.

Para regresar a la senda, por no volver sobre mis pasos, bajé por una empinada chimenea pedregosa que cae al noreste.

Llegando abajo, tuve que destrepar un par de resaltes como éste (I).

De nuevo guiado por los hitos y marcas rojas, atravesé un tramo de lomo pedregoso entre...

... riscos que se alzaban a uno y otro...

... lado, formando curiosas composiciones con las montañas del fondo.

Y es que Mesas Altas tiene otro aspecto muy distinto desde el norte. Tras dejar atrás los canchos,...

... el terreno volvió a pacificarse hacia la cumbre del día.

Cerca de llegar a lo alto del Cerro del Estecillo, una curiosa perspectiva del Torreón a través de la Portilla de Jaranda.

La senda tampoco pasa por esta cima, sino que la rodea por una collada pocos metros más baja. Como en los otros picos, dejé el camino por la izquierda (O), para...

... trepar directamente por los bloques (I) de la arista, que me parecieron bastante accesibles.

Desde el risco cimero del Estecillo, así se veía la Sierra de Candelario al noroeste, más allá de la Loma de los Sillares que, más a la derecha, se elevaba...

... por el Castilfrío y las Azagayas hasta la Covacha, máxima altura del occidente de Gredos.

Al este, las pocas nubes que se veían en el cielo, se habían ido a aposentar sobre el Circo de Gredos, más allá de los Riscos Morenos y el Cancho.

Al sur, por delante de los Montes de Toledo y un valle del Tajo ahora despejado, podía ver toda la cresta recorrida desde el Alto de las Malezas.

Siguiendo el giro, los Infiernillos dominaban la Garganta Jaranda, por donde regresaría a Guijo de Santa Bárbara. Para bajar hacia ella, comencé por...

... destrepar los bloques al norte. En la umbría bajo la cresta, me encontré manchas de hielo entre los cantos. Caminando con cuidado, giré a la izquierda (NO) para seguir la cuerda. No reencontré las marcas rojas y, respecto a...

... los hitos, aparecían aquí y allí, sin marcar una línea clara en este caos de matorral y cantos. Además, me di cuenta de que el terreno era bastante regular, así que daba igual bajar por un sitio que por otro. Tras dejar atrás el risco cimero, impresionante desde este lado,...

... continué avanzando por el lomo, ahora menos empinado e incluso con algún subibaja, pero siempre incómodo.

El matorral acabó prevaleciendo sobre la pedrera en las inmediaciones de la Portilla de Jaranda, donde giré a la izquierda (SO), no sin antes...

... despedirme de la Garganta de la Sierra y el núcleo de la Covacha, para...

... tomar la senda que la atraviesa y descender por ella la Garganta Jaranda, que se veía así, dominada por Mesas Altas.

Al inicio de la bajada, el piso de la senda era tan pedregoso e irregular que más parecía que caminaba por un canchal. Luego fue mejorando, aunque, como senda, es en general mala. Al bajar y separarme del cordal, el Cerro del estecillo fue mostrando otro perfil hasta...

... verse de frente como un frontón cuajado de agujas, que...

... luego se fue descubriendo como el conjunto de riscos que es.

Mientras, yo continuaba descendiendo la garganta, guiado por los hitos cuando desaparecía la traza, entre las alturas de...

... la Cuerda del Recuero a la izquierda y...

... la de los Infiernillos a la derecha.

Cuando entré en las sombras que iban llenado el barranco, el sol aún iluminaba la cresta cabecera.

A partir de una majada, tuve que vadear varios torrentes, pero todos tan fáciles como éste.

A partir de la poza y cascadas del Trabuquete, crucé otros, e incluso la propia garganta, pero ahora siempre por puentes.

Poco más abajo del primero, la senda se bifurcó y yo seguí, obviamente, por la derecha (S), ya que el otro ramal remontaba la pendiente. La ruta pasó ahora a estar marcada con las marcas blancas y amarillas de los PR, aunque no me iban a servir de mucho, pues la oscuridad fue aumentando ahora con rapidez y...

... la última media hora caminé a la luz de la frontal, llegando a Guijo de Santa Bárbara totalmente de noche. Esa parte final no fue un problema, pues el camino fue mejorando, según me acercaba al pueblo, hasta acabar convertido casi en una pista. El único punto que puede ser algo conflictivo es que, ya llegando, al cruzar la Gargantilla del Hueco, hay que dejar el carril principal por un camino algo más estrecho que sale a la derecha (OSO). Tampoco pasa nada si se sigue el carril: se entraría igualmente en el pueblo, aunque por la parte más alta, dando un rodeo y superando una cuesta adicional. Nada grave.

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