Campos Blancos (2.061)

ASCENSIÓN DESDE POSADAS

CRESTEO DEL OTERO (2.051) A GABIZALAYA

Otero y Campos Blancos son dos picos de la Sierra de la Demanda, vecinos en la cresta y de altitud y características similares, lo que invita a visitar ambas cimas en una sola ascensión. Montañas típicas de la zona, de forma cupular y laderas no excesivamente empinadas, salvo donde los glaciares dejaron su huella en forma de circos rocosos, que en este caso, se alojan en las vertientes nororientales. Como sucede en toda la Sierra de la Demanda, los valles son profundos y angostos, dando lugar a un paisaje grandioso en que se suceden aristas y barrancos de gran desnivel, poblados sobre todo, pero no sólo, de pinos y hayas. La intensa explotación del monte ha dejado una red de caminos, pero muchos de ellos, como veremos, se ha echado a perder, o casi, por falta de uso. Aunque lo que queda sigue facilitando unas ascensiones que, de otro modo, serían muy penosas.

La ascensión se inicia ganando la cuerda de la sierra por el viejo Camino de Barbadillo de Herreros, que la atravesaba por la Cruz de la Demanda. Luego, se recorre aquélla pasando por las dos cimas del día y bajando por Gabizalaya y su lomo suroriental hasta volver a encontrar la ruta y cerrar el itinerario.

Vistos desde el este, Otero y Campos Blancos muestran la vertiente por donde transcurre la ascensión

SITUACIÓN:

  • Zona: Sierra de la Demanda (Cordillera Ibérica)
  • Unidad: Sierra de la Demanda
  • Base de partida: Ezcaray (La Rioja)

ACCESO: La aldea de Posadas de Ezcaray está 66 km al SO de Logroño, por Santo Domingo de la Calzada y Ezcaray. Pasada la aldea, continuar por la misma carretera un kilómetro hasta ver la empedrada salida Camino de Barbadillo de Herreros a la derecha (SO). Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 982 / 2.061
  • Mi tiempo efectivo: 5h28
  • Mi tiempo total: 6h29
  • Dificultades: Muy fácil, en las condiciones del día (manchas de nieve helada de escasa pendiente en cordal y umbrías). Itinerario por caminos, aunque con algún pasaje escabroso.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Un kilómetro después de pasar Posadas por la carretera que sube a la Cruz de la Demanda, tomar a la derecha (SO) el Camino de Barbadillo de Herreros, que ha sufrido muchas transformaciones. Para mantenerse en su trazado, pasado el Collado Genezulla, dejar la pista en que lo han convertido por un carril que sale a la izquierda (O) y va atravesando la ladera hacia la Cruz de la Demanda. Al pasar la Loma Sagarraga, dejarlo por una senda que, a la derecha (NO), la remonta hasta la cuerda de la sierra. Por ella, se visitan sucesivamente el Otero y Campos Blancos.

Dejar la cumbre de la jornada por el lomo que, a la derecha (E) va al Cerro Gabizalaya y, desde éste, descender por el lomo de la derecha (SE), recorrido por un cortafuegos. En Majada Hilaria, tomar a la derecha (SO) un camino que enseguida desemboca en el Camino de Barbadillo de Herreros, el cual, tomado a la izquierda (SE), conduce de vuelta al punto de partida.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Larga caminata, muy bonita, por bosque y cordal. Pese a que la cima más alta es Campos Blancos, las mejores vistas, a mi juicio, están en el Otero, que por algo se llamará así. Por cierto, entre Sagarraga y esa cima, pasé por dos buzones, situados en sendos “bultos” de muy escasa prominencia. Pero, como no acabo de entender esa manía de buscar picos donde no los hay, ni me los apunto ni los tengo en cuenta, pero dicho queda. Sobre las dificultades, serían nulas si no fuera por los cruces de torrentes, que pueden ir crecidos, los tramos en que el camino casi se pierde entre las hayas y, sobre todo, el haber tenido que pisar hielo en varios sitios; cierto es que, sin pendiente, me bastó pisar con cuidado y la ayuda de los bastones para pasar tan ricamente.

RELATO GRÁFICO:

Desde la carretera que remonta el curso del Oja, tomé el Camino de Barbadillo de Herreros, vieja vía que cruza la sierra y que, en su inicio, se presentaba ahora empedrada y empinadísima.

Enseguida, ambas cosas desaparecieron; sí persistían eran las marcas de PR. Pasé pues a remontar el alto valle del Oja, trazando una diagonal a través de su vertiente septentrional, en busca del collado de la Cruz de la Demanda, que se vislumbraba al fondo, en la cresta iluminada por el sol.

Sol que me alcanzó cuando estaba a la vista del Collado Guenezuela y casi al tiempo que pasaba ante el desvío a la derecha que sube a la Majada Hilaria. Por ahí bajaría luego. 

Mirando atrás desde esa horcada, vi que había aparecido la característica cúpula cimera del Cerro de San Lorenzo.

Al otro lado, impresionaba ver la caída hasta el curso del Oja y, al otro lado, la mole del Gatón.

Al fondo del nuevo barranco, se veía ya la cima blanca del Otero. Y, en el siguiente lomo, el trazo del camino, pero que ya no se correspondía con la pista.

Ésta tuve que abandonarla por la izquierda (O) a la salida de este giro, junto a un hito que no sé si se ve bien en la foto. Tras bajar un par de metros, aparecí en...

... un carril abierto en el matorral, que prosigue atravesando la ladera.

Tras cruzar un torrente, crucé una acequia (el trazo más bajo de los dos que se ven), por la que se fueron las marcas de PR.

Desde el siguiente lomo, se veían así las vertientes del Salineros y el Gatón, al otro lado del valle.

Tenía delante la canal de Escorlacia y, debajo, el hayedo que iba a atravesar a continuación.

A la entrada en el mismo, me encontré con el primero de varios torrentes que tuve que vadear. Los cruces no eran muy anchos pero los complicaba el hecho de que muchos de los cantos que sobresalían estaban cubiertos por una película de hielo.

La traza del camino se hizo borrosa en el bosque, donde aparecieron unas manchas de pintura roja que me ayudaron a seguirla.

Al trasponer la loma de Escorlacia, crucé un pequeño claro, desde donde se veía así el San Lorenzo.

Luego, pasé a caminar un trecho entre pinos y escobas y...

... la senda se volvió aún más precaria mientras me acercaba de nuevo a las hayas.

Aquí, en el bosque entre las lomas Escorlacia y Sagarraga, me esperaba otro par de vados congelados y...

... un tramo en que compartí la senda, ya estrecha, con un chorro más de hielo que de agua, con la consiguiente incomodidad.

Así que fue un alivio salir del arbolado, desde donde se veía ya toda la cresta a recorrer: Otero, Campos Blancos y todo el lomo de bajada del Gabizalaya.

Enseguida alcancé el lomo de Sagarraga, en una soleada pradera frente al Gatón, Allí dejé el trazado del viejo camino, y las marcas rojas, por la derecha (NO), para...

... atajar hacia la cuerda por lo alto del lomo que, recorrido una senda entre pinos que enseguida...

... desembocó en un cortafuegos, por el que continué subiendo, volviéndome de vez en cuando para....

... contemplar el San Lorenzo.

El cortafuegos acabó en el cordal principal de la sierra, donde...

... un trazo se dibujaba en el matorral, facilitando el paso. Desde el primer alto de los que pasé camino del Otero, había...

... esta perspectiva del tramo de sierra que va de la Cruz de la Demanda al San Lorenzo. Más lejos, la silueta achaparrada de la Sierra de Neila se perfilaba contra el cielo.

Al ir avanzado, apareció también la otra cumbre de la demanda, el San Millán.

Al otro lado, podía ver la amplia canal de Escorlacia bajo el Campos Blancos y, sobre ella,...

... la cara más empinada del Otero. De haber sabido que quedaba esa nieve, hubiera venido equipado para subir por esas palas. Tienen buena pinta.

En el Otero, ya dije, creo que están las mejores vistas. En primer lugar, al oeste, donde se alza el núcleo del San Millán, entre el Mencilla y las Mamblas, a la izquierda, y la sombra blanca de la Cordillera Cantábrica a la derecha.

Al sur, sobre el cordal de la Demanda asoma el otro de este sector de la Ibérica; el que forman las sierras de Neila, Urbión y Cebollera. En la segunda,...

... se distinguía muy bien la puntiaguda figura de la Muela.

Más a la izquierda, el San Lorenzo, al otro lado de la cabecera del Oja.

En fin; al norte, el objetivo principal, por más alto, de la jornada: el Campos Blancos, al lado de un lomo de suave concavidad y recorrido por un camino, al menos hasta el collado intermedio.

A partir de ahí, un trazo en el matorral rastrero facilitaba (más aún) el paso. Al ganar altitud, ésta es la pinta del Otero.

Poco antes de cumbre, dejé la cuerda para bordear un altozano por la vertiente derecha y, de paso, pisar un poco de nieve.

Y así llegué a la cima de Campos Blancos. Las vistas son similares a las ya mostradas pero, destacan algunas imágenes. En primer lugar, a la izquierda del San Lorenzo,...

... se llegaban a distinguir las crestas del sector más occidental del Pirineo Central. Reconocibles, para mí, Anie, Bisaurín y la Sierra Partacúa, ya a la derecha del todo.

Al norte, por encima del Torocuervo, algunas cumbres de las montañas vascas, destacando contra el cielo la característica silueta curva del Gorbea.

Y, más a la izquierda, otra vista lejana, ahora de la Cordillera Cantábrica, concretamente el sector Alto Carrión – Alto Campoo y algo de Picos de Europa asomando en medio.

Al oeste, San Millán y Trigaza se mostraban en una perspectiva especialmente atractiva, con esa sucesión de lomas pintadas de blanco delante.

Y, en fin, es Otero aparecía enmarcado por las siluetas brumosas del Sistema Central y las Mamblas. Del primero, distinguía las siluetas bien conocidas del grupo del Pico del Lobo y el tres Provincias, a la izquierda del cordal monótono de la Somosierra.

Y ahora tocaba regresar, caminando por lo alto del lomo que, a la derecha (O) según había llegado, se proyecta hacia el San Lorenzo y, tras una primera bajada breve, se eleva en el Cerro Gabizalaya.

Desde ese modesto picacho, una mirada atrás me mostró las dos cimas visitadas.

A la izquierda, tenía los casi 1.000 metros de verde ladera entre la cima del Torocuervo y el Arroyo de las Cenáticas.

Continué por la cuerda, de escasa pendiente hasta un entronque de lomos, donde giré a la derecha (S) para...

... descender por un cortafuegos. Ojo, que el otro lomo también tiene; hay que coger el que apunta al Gatón.

Fueron alternándose tramos más y menos empinados, sobre un suelo muy cómodo. Así, crucé un par de pistas.

Tras la segunda, vino el tramo más empinado y, coincidiendo, encontré un piso muy suelto, pedregoso e irregular, que me obligó a bajar con cuidado. Así que, aunque tenía previsto seguir por el lomo hasta más abajo, decidí dejarlo a la primera oportunidad, que fue al llegar a la Majada Hilaria.

Tras un vistazo a la hermosa perspectiva del San Lorenzo desde ese rellano,...

... tomé un camino que salía a la derecha (SO) y que descendía brevemente en diagonal para...

... desembocar en el Camino de Barbadillo de Herreros, por el que había iniciado la excursión. Así que ya sólo quedaba descender por el mismo para retornar al punto inicial en la carretera del Oja.

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