Tossa d'Alp (2.536)

ASCENSIÓN DESDE L’HOSPITALET DE ROCA-SANÇA

POR COLL DE JOU Y EL SERRAT GRAN

La Tossa d’Alp es la mayor altura del núcleo oriental del cordal que, formado por las sierras de Cadí y Moixeró, separa la Cendanya del Berguedà. Aunque es una cumbre alomada, menos afilada que otros picos vecinos, posee una gran prominencia que la hace destacar desde lejos. Precisamente, esa notoriedad, junto a la facilidad de acceso y su cualidad de mirador privilegiado, la han convertido en una cima muy popular. Tiene dos vertientes muy diferenciadas; al este y norte presenta suaves rampas herbosas por las que transcurren las concurridas rutas normales; al sur, sin embargo, la montaña se eleva en un paredón de aspecto hosco, plagado canchos que surgen del bosque verticales y afilados, aunque existen abundantes canales que permiten ascensiones asequibles pero duras y, por tanto, solitarias. Todo el monte, incluso esta otra cara áspera, está muy humanizado, con una estación de esquí que llega hasta la cima y una tupida red de caminos, aunque sin llegar a afectar gravemente a la belleza del entorno.

La ruta consiste en un itinerario circular que recorre la cresta cabecera del Río de l’Hospitalet, visitando las cimas de la Tossa d’Alp y el Cap del Serrat Gran, alcanzando y abandonando el cordal por sus puntos más accesibles.

Vertiente meridional del Moixeró y la Tossa

SITUACIÓN:

  • Zona: Prepirineo Oriental
  • Unidad: Sierra de Cadí - Moixeró
  • Base de partida: Bagà (Barcelona)

ACCESO: La Iglesia de Santa María de Roca-sança está 135 km al norte de Barcelona, por Berga y Bagà. Pasado el desvío, a la salida de la curva, hay un ensanche a la izquierda de la carretera para aparcar. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.240 / 2.536
  • Mi tiempo efectivo: 5h59
  • Mi tiempo total: 7h47
  • Dificultades: Ninguna. Itinerario por caminos.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Desde L'Hospitalet de Roca-sança, tomar el sendero que, al NE, se dirige a El Claper. En la bifurcación que allí hay, seguir por la izquierda (N), remontando la ladera hasta el Coll de Jou. Recorrer el cordal a la derecha (E) para llegar a la cumbre de la Tossa d'Alp.

Continuar el cresteo al este y sur hasta pasar el Cap del Serrat Gran. Cuando la senda se bifurca, seguir por la derecha (S) hasta la Collada de Comafloriu, de donde se continúa el descenso por la vertiente norte de los Rocs de Canells. En las cercanías del Refugio de Rebost, tomar a la derecha (SO) la pista de acceso al mismo, para retornar a L'Hospitalet de Roca-sança.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Ésta es una alternativa sumamente fácil para subir a una cumbre representativa, pero asumiendo cierta dureza física a cambio de evitar las multitudes y visitar unos parajes espectaculares. El considerable desnivel se lleva sorprendentemente bien, merced al excelente trazado de los senderos; se nota que la subida al Coll de Jou es un camino muy antiguo: esos sí que sabían subir por lo mejor. Y poco más hay que advertir sobre este itinerario; está bien balizado en todo su recorrido y, durante todo su desarrollo, permite irse recreando los ojos con la belleza del paisaje y asombrarse con la altivez de la Roca-sança y otros canchos vecinos. En suma, una jornada para disfrutar.

RELATO GRÁFICO:

Desde la pequeña explanada donde aparqué, se ve la casa del Hospitalet de Roca-sança apoyada en la falda de la Sierra de Moixeró. Hacia allí me dirigí para dar comienzo a la excursión, deshaciendo algo de camino por la carretera, hasta el carril de cemento de acceso.

Al pasar por la granja, bajo la vertiente de bosque y canchos, la pista desemboca en un cruce. Continué recto (N) unos metros y, enseguida, giré a la derecha (E) para, siguiendo la indicación de una marca amarilla sobre una roca, cruzar el Torrente de la Miquel y tomar…

… una senda que remonta en diagonal la ladera oriental del barranco.

Al pasar sobre las casas del Hospitalet, se aprecia cómo la primitiva iglesuela ha sido absorbida por la más alta pero dejando curiosamente fuera el ábside. Al fondo y ya iluminada por el sol, se veía la Sierra Ensija más allá de la rocosa cresta de Gisclareny.

El senderillo, aunque estrecho, es cómodo y claro y está balizado, como todos los que usé durante la ruta, en este caso con trazos amarillos. Pronto me asomé a la vertiente del barranco de l’Hospitalet y…

… en el fondo del siguiente cóncavo me encontré con las ruinas de El Claper. Aquí, la senda se bifurca; un cartel indica que el ramal izquierdo (N) va al Coll de Jou y La Tossa; como ése es mi camino, pues por allí que fui.

Este sendero es tan bueno como el anterior aunque algo más empinado y las marcas pasaron a ser las blancas y amarillas de los PRs. Tras un breve trayecto boscoso, salí del arbolado en lo alto de un lomo, donde me encontré ante el Pedraforca.

Si miraba al otro lado, podía ver los acantilados contra los que el pinar parecía romper como olas de un mar verde. 

El roquedo me dominaba imponente pero iba salvarlo, merced al sabio trazado de la senda, con poco esfuerzo y ninguna dificultad. En primer lugar, siempre guiado por el camino, giré para encarar la pendiente por lo alto del lomo y volví a entrar entre los árboles.

Cuando éstos se abrían, podía apreciar a mi derecha cómo el gran resalte iba quedando atrás.

Luego, cuando el lomo topaba con la Roca-sança, entré en la vertiente occidental, que es ya la vaguada del Coll de Jou. Al pasar al pie del gran risco,...

… vi un montón de cruces grabadas en la pared junto a la senda. Aunque no parezca lo más lógico, ésta fue una vía principal de comunicación entre el Berguedà y la Cerdanya, de ahí la existencia del Hospitalet, y en otros tiempos los caminantes solían echar un rezo a media subida. Hoy nos encomendamos al GPS.

Cuando, en sus lazadas, el camino se separa de la Roca-sança, permite una buena perspectiva del risco.

Más arriba, disminuyen la densidad y el porte de los árboles y el Berguedà se muestra a los ojos: enmarcadas por el roquedo circundante, las sierras de Gisclareny y Ensija cayendo al valle del Llobregat.

El sendero acabó ganando el Coll de Jou, donde se cruza con el que recorre la cuerda del Moixeró. A través del boquete, asomó la monótona cresta que cierra Andorra por el sur, en la que destacaba apenas el Puigpedrós. Aquí doblé a la derecha (E) para…

… pasar a seguir el sendero del cordal, marcado de rojiblanco GR. El camino no va por la arista sino que,...

… buscando el paso cómodo, rodea por el norte las sucesivas prominencias, volviendo a transcurrir bajo los pinos.

Pero, de vez en cuando, se asoma a una horcada y da vista al sur, como en esta foto, donde se ve el Pedraforca junto a la Ensija.

Al ir ganando altitud, fui dejando atrás el arbolado. La cresta camino del Puig de la Canal Freda es herbosa y redondeada pero presenta sucesivas prominencias coronadas por canchos que la senda evita.

Al echar la vista atrás en este tramo, se pueden ver las airosas Penyes Altes de Moixeró, más allá de la Roca del Llamp, primera punta que a rodeé a partir del Coll de Jou.

El segmento de barrera norte de la Cerdanya era ahora mayor y, a la izquierda del Puigpedrós, distinguía también la Tossa Plana, el Monturull e incluso, más allá, la nieve que marcaba las crestas del Pallars.

Al otro lado, podía ver la cresta que marcaría mi descenso: el Serrat Gran y los Rocs de Canells, que abrazan la cabecera del Río de l’Hospitalet.

Al empinarse la cuerda, el sendero da otro rodeo por el norte, bajo el. Desde el lomo oriental de ese picacho, hay una inmejorable perspectiva para admirar el contraste entre el Berguedà montuoso y el plano valle de la Cerdanya, a ambos lados del Moixeró. También se ve el tramo recorrido desde el Coll de Jou.

Por cierto, la senda no llega a tocar la cima del Puig de la Canal Freda, así que los coleccionistas impenitentes deberán desviarse un poco a la derecha. Al doblar el lomo de este picacho, descubrí…

… la cumbre de la Tossa d’Alp, en lo alto de una desolada cuenca pedregosa. Cambia el mundo en dos pasos: prácticamente desaparece toda vegetación. La senda, siempre cómoda, prosigue flanqueando por la izquierda los canchos que surgen en el lomo del cordal, que sólo toca en el Coll de la Vall.

En la horcada, hay una bifurcación, donde proseguí por la derecha (E), para encarar…

… una última rampa hacia la cumbre, camino de la cual crucé una pista horizontal. Al coronarla, junto al refugio Niu d’Àliga...

… y antes de acometer los metros finales hasta el inmediato hito geodésico, me volví para tener un mejor panorama de las montañas del Berguedà: Rasos de Peguera, Ensija, Serra del Verd, Pedraforca, Port del Comte, cadí y, a mis pies, el cordal del Moixeró sobre la cabecera del Torrente de Fontllebrera. A la derecha, destaca, neto y solitario, en el horizonte el Turbón.

La cumbre de la Tossa d’Alp es tan extensa, que no hay buena perspectiva desde el vértice, sino que conviene desplazarse alrededor. Al norte, por ejemplo, junto a unas antenas, vi toda la Cerdanya desplegada ante mis ojos, limitada por los macizos del Monturull, la Tossa Plana, Puigpedrós, Madrès y Puigmal. Sobre la cresta del tercero, se llegaba a distinguir…

… el Puig Peric, entre el de la Portella Gran y el Petit Peric.

Al este, se aprecia la extensión de este tramo de cordal, que más allá continua por la Sierra de Montgrony. Al fondo, se ven las montañas del Ripollès, con el Puigmail y el Taga a la izquierda y las lejanas crestas de Santa Magdalena a la derecha, sobre el lomo del Puigllançada. Se intuye aquí cómo el Pirineo va perdiendo potencia camino del Mediterráneo. Para iniciar el descenso, me dejé caer hacia la derecha (S) por... 

... el suave y pedregoso plano inclinado que se extiende bajo la cumbre, hasta asomarme al...

... borde meridional de la planicie cimera, que se asoma a la cabecera del Río de l’Hospitalet. Al fondo, las crestas del Berguedà, incluyendo ahora el Catllaràs, aparecían perfiladas por la bruma, al otro lado de la cabecera del Río de l’Hospitalet. Al otro lado del mismo, podía ver la loma de los Rocs de Canells, que definiría mi descenso. Para llegar allí, comencé por rodear  el gran hoyo...

... siguiendo la cuerda primero al este y luego al sur. Al poco, vi que por su vertiente noreste iba...

... una senda, continuación del mismo GR por el que había llegado a la cumbre, y me incorporé a ella, para ir más cómodo que pisando guijarros. Tras rodear un par de modestísimas elevaciones,...

... el caminillo bajó a un collado para ascender a continuación al Serrat Gran.

Desde allí hay una bonita vista de la Tossa d’Alp y...

... del Río de l’Hospitalet dominado por los roquedos de las laderas del Moixeró.

Recorriendo la confusa cresta del Serrat Gran, al empezar a bajar al...

... collado (2.356) que forma la antecima sur, que presenta unos curiosos pozos, dejé el GR, que sigue al sureste hacia el Coll de Pal, por otra senda que sale a la derecha (SO). Guiado ahora por círculos anaranjados, atravesé la horcada, pasé la antecima y...

... bajé hacia la Collada de Comafloriu, que me separaba de los Rocs de Canells.

Durante el descenso, con el cambio de perspectiva, se apreciaban mejor los roquedos de la Sierra de Moixeró: los oscuros bajo la zona de Penyes Altes y los más claros bajo la Tossa, conocidos como Muntanyetes.

Desde el collado, la senda entra en la vertiente de l’Hospitalet y desciende en diagonal por la ladera de los Rocs de Canells. Al poco, el trazo que seguía recibió por la derecha otro que...

... atraviesa a media altura el desolado circo cabecero. A partir de ahí unas marcas amarillas se añadieron a las anaranjadas que ya iba siguiendo.

A continuación, llegué a los primeros pinos, aún pequeños y abiertos. Las vistas sobre el valle desde este balcón natural son soberbias. Aquí se puede ver el Coll de Jou a la derecha de las Penyes Altes y Les Suquetes.

El arbolado se fue adensando mientras pasaba frente a la Tossa d’Alp, hasta que...

... acabó transformado en un señor bosque, muy hermoso, pero que limitaba la visión. Salí del mismo...

... a una pradera bordeada por una pista, bajo los canchos de la Barita. Siguiendo las indicaciones anaranjadas y amarillas, pintadas sobre estacas, crucé el carril y el prado hacia...

... un pasillo de hierba entre los árboles, coincidente con el lomo del cordal. Un cartel me informó de que estaba en la “Ruta del Trencapinyes” (piquituerto). Enfrente, las siluetas recortadas de la Sierra Ensija, el Pedraforca y otras crestas berguedanas ponían un bonito fondo al suave paisaje inmediato.

A mi espalda, iban quedando los Rocs de la Barita y de Canells, hasta que...

... perdí todo ello de vista al...

... reentrar en el bosque, donde me llamaron la atención las señales: pequeñas tablillas pintadas, clavadas en los troncos.

Salí del arbolado al cruzar una pista junto a la carretera del Coll de Pal, que dejé de lado a mi izquierda. 

Continué el descenso bajo los pinos, vislumbrando entre los troncos las Muntanyetes.

Más abajo, la senda cruzó un par de pistas. Tomé la segunda, muy cerca del Refugio de Rebost, a la derecha (SO), ante cuyo carril de acceso pasé enseguida antes de...

... girar con la ladera al norte, encarando las Penyes Altes, camino del barranco de l’Hospitalet. En su cuenca entré tras...

... pasar el llamado Coll de la Gavarra, en realidad hombro, desde el que hay un curioso panorama de las crestas que rodean la cabecera de l’Hospitalet: Tossa, Serrat Gran y Canells.

Durante la bajada al barranco, pasé ante desvíos a ambos lados, que no plantean duda alguna (el uno sube, otro está en mucho peores condiciones, etc.). Más valía irse fijando en lo que se veía arriba, entre las copas de los árboles.

Así fui llegando al fondo, donde la pista gira en redondo y...

... cruza el torrente para pasar a seguirlo en su descenso por la vertiente derecha. Al poco de la curva, pasé ante un camino señalado al Claper. Ahora, los pinos se mezclaban con árboles de ribera que, otoñados, contrastaban con el verde dominante, sobre todo...

... donde el sol poniente los hacía relucir. Al llegar a un marcado contrafuerte,...

... me detuve a echar una mirada atrás, a las Muntanyetes y el Serrat Gran (la Tossa quedaba oculta por las primeras) sobre el vallecito de l’Hospitalet. Pues, al doblarlo, salí del mismo para encontrarme ante...

... el edificio homónimo, que marcaba el final de la excursión. Ya sólo quedaba, al llegar al cruce entre las casas, girar a la izquierda (S) y caminar el escaso trecho hasta la carretera y el coche.

Desde el aparcamiento, una perspectiva del flanco de la Sierra de Moixeró similar a la primera foto de la mañana... ¡Cómo cambia la luz un paisaje!

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