Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Este
itinerario es muy cómodo y, en las trepadas del final, la dificultad y la
exposición son mínimas. Pero hay que tener en cuenta que, además de un desnivel
nada despreciable, hay que caminar más de 20 km, con lo que la jornada será bastante
larga. Por otro lado, el entorno de la Garganta de los Caballeros, aunque
bonito, llega a hacerse algo monótono a la vuelta. En mi opinión, ésta no es la
mejor posibilidad de ascensión a la Covacha, pero, aunque sólo sea por visitar
la Laguna de los Caballeros, hay que hacerla.
RELATO GRÁFICO:
A partir
del aparcamiento en El Frontón, a la salida de Navalguijo, continué por la
misma pista al sureste, que enseguida se bifurca. Continué por la izquierda,
siguiendo las indicaciones del sendero PR-AV 40, que iban a guiarme durante
toda la aproximación hasta la Laguna de los Caballeros.
El carril
se transformó poco después en senda, que iba remontando el curso de la Garganta
de los Caballeros por la vertiente izquierda, ciñendo la ladera bastante por
encima del cauce y tomando dirección suroeste.
En
algunas praderas, el rastro se perdía, pero hitos y marcas permitían seguir su
trazado.
Antes,
pasé bajo la Chorrera del Lanchón, uno de los parajes características de la
garganta.
Luego,
pasé por un estrechamiento entre riscos, girando al oeste.
A la
salida, al ensancharse de nuevo la garganta, recuperé la dirección suroeste en
las Llanaillas. Luego vino una subida un poco más intensa que hasta entonces,
en lo alto de la cual pasé por lo que queda (casi nada) de una antigua mina de
blenda y...
... giré
de nuevo al oeste. Aparecieron entonces unos roquedos más potentes, incluyendo
ya el cresterío de los Riscos Morenos.
En este
tramo, vadeé el cauce por un paso con los cantos tan bien colocados que, salvo
que el torrente vaya muy crecido, no supone ningún obstáculo.
Desde la
orilla derecha, pude ver por primera vez la cumbre, a la izquierda del
espectacular risco del Juraco.
Pasando
cerca del Refugio de la Mina, se apreciaba al otro lado el gran rellano de Las
Vegas, bajo la cima del Pelado Bernardo.
De vuelta
en la orilla izquierda, tras otro vadeo sin dificultad, pasé otro
estrechamiento, con pasos un poco más incómodos.
Luego, ya
a la altura de
los Riscos Morenos, vino...
... un
largo y amplio rellano de hierba, al cabo del cual se veía ya la cresta del
macizo, con La Covacha a la izquierda. Una última subida, breve y suave, me
dejó...
... al
borde de la Laguna de los Caballeros, cerca de su desagüe. Aquí acaba el PR,
pero unos hitos indican el resto de la subida. Siguiéndolos, giré a la
izquierda (S), para seguir la orilla, en busca de la traza que permite superar
con relativa comodidad la pedrera que se eleva hasta un collado en la Loma de
la Cumbre.
El trazo
que encontré no es de los más claros, pero se veía lo suficiente, además de
estar marcado al arranque por un buen hito.
El rastro
estaba los suficientemente bien pisado y trazado como para hacer la subida
mucho más cómoda de lo que se podría esperar a la vista del pedregal y, pronto,
fue quedando abajo la laguna.
El
entorno se fue tornando agreste a la altura de los canchos bajo el Juraco.
Al
alcanzar la Loma de la Cumbre, a la derecha de los Riscos Morenos, apareció la
Garganta de Cuartos, que corre hacia el Valle
del Tajo, al otro lado del cual la silueta de los Montes de Toledo
quebraba el horizonte. En el centro, destacaban...
... las
crestas accidentadas de las sierras de Altamira y las Villuercas, bien visible
en esta última la cumbre de la cordillera. Tras el vistazo y las fotos, giré a
la derecha (NO) para...
...
proseguir la subida, ahora por lo alto de un lomo pedregoso, cómodo y no
demasiado empinado, del que me desvié a la derecha (N), para evitar una aguja
más arriba. A la altura de la misma y...
... bajo
el Juraco, me encontré ante un resalte. Los hitos me invitaron a superarlo por
una fractura que facilitaba el paso (I).
Luego,
giré a la izquierda (NO) para rodear la base del gran risco por unas placas,
bastante tendidas y cinceladas (I).
Pisé la
única nieve del día a punto de alcanzar la horcada entre la Covacha y el
Juraco, en la cual...
...
descubrí el monótono lomo de la Sierra de Candelario y giré a la izquierda (SO)
para...
...
completar la ascensión por un ancho y pedregoso lomo, muy tendido ya.
Aunque
aún tuve que usar las manos para encaramarme al amontonamiento de bloques (I)
de la cima.
Al norte
de la Covacha, corre la Garganta de Galín Gómez, o de La Vega, desde la laguna
del Barco. Al fondo, la ya mentada Sierra de Candelario. Girando a la
izquierda,...
... al
oeste la perspectiva no es muy extensa, limitada por los cercanos picos del
Estecillo, los Infiernillos, Azagaya y Castilfrío.
Al sur,
la vista era similar que desde el collado en que alcancé el cordal. En todo caso,
más amplia, distinguiéndose un tramo mayor del curso del tajo y los Montes de
Toledo.
Al este,
la Garganta de los Caballeros quedaba oculta por perspectiva, pero si se veían
algunas cumbres significadas. La más cercana y aislada, El Cancho, punteada de
nieve su vertiente norte. A lo lejos, la cresta accidentada...
... del Circo de Gredos, perfectamente
distinguibles la Galana y el Almanzor, entre otros.
Regresé por donde había llegado, bajando en
primer lugar hacia el Juraco.
Si bien acababa de pasar por ahí, no optó para
descubrir alguna perspectiva distinta. Como esta vista del Juraco mostrando su
mejor ángulo.
En ésta, a mitad del descenso de la zona de
placas, el tramo superior de la garganta y parte de la laguna de Los
Caballeros.
Más abajo, llegando al collado, vista de los Riscos
Morenos.
Ya en la horcada, se veía el Alto del Corral
del Diablo dominando la Laguna de los Caballeros.
Por Las Hoyuelas, El Cancho muestra su mejor
perspectiva.
La Llanaillas desde la antigua mina; se ven los
roquedos que...
... encajonan más abajo la garganta.
De bajada, la se ve el Lanchón, pero no el
chorro de agua.
Tras un último giro, el caserío de
Navalonguilla, aguas abajo de la garganta me anunció que quedaba poco para el
final.
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