La Flecha (2.077)

ASCENSIÓN DESDE RASCAFRÍA

CRESTEO DEL PUERTO DE LAS CALDERUELAS AL DEL REVENTÓN

La Flecha, pese a no ser su punto culminante, es la cumbre más destacada del monótono cordal que se extiende, sin prácticamente bajar de los 2.000 metros a lo largo de 20 km, entre los picos de Peñalara y el Nevero. Esta alineación norte del Guadarrama, coincidente con la divisoria del Sistema Central, separa las provincias de Madrid y Segovia. Se trata de una alta loma de formas suaves, con laderas cubiertas de robledal en la parte baja, pinos a media altura y pasto por encima de los 1.800 m. Por otro lado, es un monte muy humanizado, lleno de caminos que suben a la cuerda misma, abiertos por ganaderos y leñadores. Y, sin ser lo más concurrido del Guadarrama, también los excursionistas frecuentan sus laderas. Toda esta actividad espantó hace ya mucho a la fauna original: aparte de las aves, los huidizos gamos son los únicos animales mayores que quedan de ella, y en poco número.

La excursión es simple; consiste en unir los dos pasos citados, subiendo y bajando por las rutas correspondientes más accesibles desde Rascafría.

La Flecha desde el noreste

SITUACIÓN:

  • Zona: Sierra de Guadarrama (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de Guadarrama
  • Base de partida: Rascafría (Madrid)

ACCESO: Rascafría está 90 km al norte de Madrid, por El Molar y Lozoyuela. La ruta parte del inicio de la Calle del Artiñuelo, que va paralela al arroyo homónimo. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.158 / 2.077
  • Mi tiempo efectivo: 6h22
  • Mi tiempo total: 6h57
  • Dificultades: Ninguna. Itinerario por caminos. La escasa nieve que pisamos no influía en la progresión.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de Rascafría por la calle del Artiñuelo, paralela al arroyo del mismo nombre y, luego, por la pista que prolonga al oeste la Avenida de José Salgado. Cuando ésta se bifurca en Las Cayadas, seguir por la derecha (NE), para remontar la boscosa ladera en largas lazadas (está interrumpida al paso por un depósito de aguas, pero se rodea fácilmente yendo por la izquierda junto a la cerca). En el cruce del Raso de la Cierva, girar a la derecha (NE) y tomar enseguida un camino que, a la izquierda (N), va siguiendo el lomo, por la Piedra de Mármol hasta alcanzar el cordal cerca del Puerto de las Calderuelas. Girar a la izquierda (SO) y seguir la cuerda hasta La Flecha.

Continuar cresteando al SO, pasando por un par de elevaciones secundarias, hasta el Puerto del Reventón. Tomar a la izquierda (SE) la pista que lo atraviesa y descender por la ladera. Al paso por un cruce junto al Cerro del Diablo, seguir recto (NE) por un camino peor acondicionado, el cual desemboca en los prados de la Jaramilla, a la vista de las primeras casas de Rascafría, donde se entra por una pista, muy cerca del punto inicial de la ruta.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Bonito y largo itinerario, típico de esta zona del Guadarrama. La bajada la hicimos por el Puerto del Reventón, en vez del atajo de la versión invernal, ya que éste, sin nieve, es una ladera de pedregal y monte bajo de muy mal pasar; incluso con el vendaval helado que soplaba en la cuerda, es rentable esta prolongación, además de alargar la excursión en medio de un panorama muy bonito. Respecto al sentido de la circular, éste es preferible al inverso por tomar de subida las partes de peor tránsito en atajos y cortafuegos.

RELATO GRÁFICO:

Comenzamos a caminar remontando el Arroyo del Artiñuelo por la calle homónima. 

Al desembocar en la Avenida de José Salgado, la tomamos a la izquierda (O) y salimos enseguida de Rascafría por la pista de tierra que la prolonga. A la izquierda, íbamos ya vislumbrando entre los árboles la brillante presencia de Peñalara, que sería una constante durante toda la excursión.

Subiendo suavemente a través del robledal, dejamos dos desvíos a la izquierda; éste es el segundo y de la curva que hace la pista parte un atajo, pero, por conocer y con el día tan agradable que hacía, decidimos seguir por la pista todo el tiempo, que nunca lo habíamos hecho así.

Y nos la encontramos cortada en un tramo por el vallado de unas instalaciones, parece que de suministro depósito de agua. Por fortuna, no tuvimos que dar la vuelta, pues se rodean fácilmente por el norte (izquierda), siguiendo la cerca. Había un rastro bastante claro en la hojarasca: no éramos los primeros.

Dejando atrás el lugar, salimos momentáneamente del arbolado y pudimos ver trecho de Cuerda Larga; concretamente, de las Cabezas a la Najarra.

Del mismo lado, pero por delante, el Valle del Lozoya en su tramo más ancho.

Volvimos a la pista donde ésta desemboca en otra, que tomamos a la izquierda (N) para continuar remontando la ladera, que veíamos culminada por el bonito trío que forman los Pelados, Peñacabra y el Nevero.

No tardamos en volver a internarnos en el robledal. Tras un par de lazadas, vimos la salida a la izquierda (N) del segundo de los atajos del itinerario habitual al Raso de la Cierva y las Calderuelas. Para evitar más sorpresas, esta vez decidimos ir por lo conocido y dejamos el carril por...

... este caminillo, más estrecho pero suficientemente claro y bien trazado como para remontar el bosque con comodidad.

Al dar de nuevo con la pista, la tomamos a la izquierda (O) para continuar por ella.

En el paso del robledal al pinar, salimos por un momento a terreno despejado y pudimos ver esta bonita perspectiva de las Cabezas de Hierro y Peñalara al fondo del valle. Según volvimos bajo los árboles, llegamos al...

... cruce de caminos del Raso de la Cierva, donde giramos a la derecha (NE), para...

... dejar enseguida la nueva pista, tomando, junto a los restos de una barrera, un mediocre camino que sale a la izquierda (N) y...

... se interna en el pinar. La senda presentaba tramos muy deteriorados, donde no resultaba fácil reconocer la traza.

Al paso por un brevísimo claro, vimos este panorama a la izquierda: el Embalse de Pinilla bajo el cordal principal del Guadarrama y, al fondo, las crestas de la Sierra del Rincón.

Salimos del bosque a un cortafuegos, por donde continuamos el ascenso. No es demasiado empinado y encontramos el piso...

... bastante cómodo. Mirando atrás desde el alto de la Piedra de Mármol, se veía así la cabecera del Lozoya. Por esa pista que se ve más abajo, podíamos haber llegado también al Puerto de las Calderuelas, incluso ahorrando algo de desnivel. Pero preferimos continuar por este panorámico lomo, desde el cual...

... íbamos viendo a la izquierda el lomo cimero de La Flecha y,...

... al otro lado, las cumbre vecinas por el este y...

... las crestas meridionales de Ayllón.

Además, la temperatura era fresca pero agradable y apenas soplaba una brisa ligera, al menos hasta llegar a la altura del Puerto de las Calderuelas. Entonces, nos alcanzó un vendaval helado, que hizo que aceleráramos el paso y apenas nos detuviéramos durante el largo cresteo que siguió. Teníamos a la vista el alto de Las Poyatas y, precisamente acortar la exposición aunque fuera poco, lo soslayamos por un camino que sale a la izquierda (NO) y atraviesa la ladera en busca del cordal, que...

... alcanza por encima y al este del Puerto de las Calderuelas.

Así que seguimos a la izquierda (O) el carril que recorre la divisoria, comenzando por bajar a la horcada. La atravesamos y continuamos el cresteo remontando el lomo de La Flecha.

La subida es suave y muy cómoda por el camino. Pronto pudimos ver a nuestra espalda el Pico del Nevero y sus satélites.

La pendiente se suavizó aún más a partir de un hombro, desde donde vimos ya el hito de La Flecha.

En ese tramo final, podíamos ver a la izquierda la cuerda desde El Cancho al Reventón, que íbamos a recorrer después. Sobre ella, asomaban sugestivamente el Montón de Trigo y la Pinareja flotando sobre las nubes.

Desde la cima de La Flecha, se domina un buen segmento del Valle de Lozoya, entre la Sierra de la Morcuera y...

... el grupo del Nevero, en la de Guadarrama.

Al norte la llanura castellana aparecía cubierta de un palio de nubes.

Al oeste, el cordal por recorrer. Y no nos entretuvimos mucho en reemprender la marcha. Aquí acababa el camino que habíamos llevado antes y, dejándonos caer hacia la derecha (SO), caminamos por donde nos pareció a través del matorral disperso, que...

... se adensó antes de llegar al Collado de la Flecha. No encontramos una senda que mereciera tal nombre, pero junto al muro de la divisoria, había un pasillo un poco más despejado. Tras cruzar el prado que se abría en la horcada, nuevo tramo de matorral, que sólo comenzó a...

... abrirse pasada media subida, coincidiendo con la aparición de la nieve. Ésta tenía tan poco espesor y consistencia, que no influyó para nada en la progresión; prácticamente como ir por seco.

Así llegamos a El Cancho, desde donde hay esta perspectiva de La Flecha y que...

... no es una cima destacada, pese a la fuerte subida que hubimos de afrontar para alcanzarlo, sino apenas un hombro en el cordal al este del reventón. A partir de aquí, volvimos a contar con un camino, que, al principio, da un pequeño rodeo por la vertiente norte.

Desde este tramo, veíamos mejor las cimas del Montón de Trigo y la Pinareja sobre las nubes.

No tardamos en volver a la cuerda, que, con algún altibajo, asciende suavemente desde el Cancho al...

... vértice Reventón.

Sin detenernos en ese modesto picacho, descendimos hacia el puerto homónimo. Allí hay un cruce y giramos a la izquierda (E) para tomar...

... el carril que desciende por la vertiente de Lozoya.

Además del alivio de sustraernos al viento, íbamos disfrutando de la vista de las torrenteras que bajan del Morete y que, con algo más de nieve, podrían ser una vía de ascensión apacible y bonita.

Según fuimos llegando al límite del pinar, aparecieron unas estacas marcando el camino; no las dejaríamos hasta el final. Por otra parte, pasamos algunos cruces y desvíos, en todos los cuales aplicamos la lógica de mantenernos bajando.

Las cimas de las Cabezas de Hierro y Peñalara nos entretuvieron la vista en este largo descenso.

A partir de media bajada, comenzamos a ver Rascafría, abajo en el valle.

En el collado del Cerro del Diablo, nuestra pista desembocó en otra, horizontal. Nosotros continuamos recto (E) por un camino más estrecho y peor acondicionado, que se internó en el pinar, pronto...

... sustituido por robles.

Salimos del bosque frente al Paular y la Cuerda Larga.

Poco después, la senda desembocó en los prados de Jaramilla, de donde arranca una pista por la que entramos en Rascafría, muy cerca del arranque de la calle del Artiñuelo donde habíamos comenzado la excursión.

Antes de entrar en el pueblo, una mirada a Peñalara, que muestra desde aquí un aspecto imponente.

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