Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Muy bonita
ascensión, que permite una experiencia marcadamente alpinística sin necesidad
de afrontar grandes dificultades o exposición. El itinerario es bastante
directo y visita, además de una de las cumbres más panorámicas de la
cordillera, varios parajes impresionantes. Se puede acortar, añadiendo además
salsa a la excursión, si se baja por El Canalizo, aconsejable sobre todo con
nieve. Era lo que tenía previsto, pero, cuando vi que la nieve no era continua,
pero tampoco evitable, preferí bajar por Valverde; lo de andar quitándose y
poniéndose los crampones cada diez minutos lo llevo peor cada día.
RELATO GRÁFICO:
Aparqué
en las afueras de Maraña, junto a la pista que sale a la izquierda (S) de la
que sube a Riosol y, cruzando el río, se dirige hacia la mole del Mampodre para
remontar su ladera en diagonal a la izquierda.
Según
ganaba altura por la helada umbría, fue surgiendo el Pico del Lago al fondo del
valle.
Al llegar
a un rellano herboso, donde había un corral, dejé el camino por la derecha (SO)
y continué subiendo por lo alto de un lomo ancho y suave.
A mi
izquierda, podía ver ahora las crestas del Coriscao y el Alto Carrión.
Al otro
lado, el Pico del Lago sobre un valle cada vez más abajo.
Aunque no
había una senda definida, podía apreciarse un rastro de paso en lo alto del lomo.
Más arriba, sobre Maraña y la característica pared de Peña Hoguera, apareció en
el horizonte Peña Ten.
El
terreno fue volviéndose rocoso y me encontré los primeros escalones, cortos y
sin dificultad. Además, todavía se podía evitar trepar rodeando los canchos.
Más arriba, a la derecha, asomaba El Trampolín, una modesta peña situada en un
rellano, junto a la que pasaría luego.
Al otro
lado, se iba mostrando a la vista el circo corona por La Pared.
Cerca del
Trampolín encontré el primer nevero, muy duro. Su poca pendiente me permitió cruzarlo
sin crampones, pero tomé nota de evitar la nieve hasta que se hiciera continua.
Luego, vino
un tramo más empinado, con algunas trepadas fáciles (I) y cortas.
Desde el
Trampolín, el panorama a mi espalda se había ampliado considerablemente y eran
ya visibles los Picos de Europa y el valle de Maraña por debajo de la aldea.
La subida
continuaba por un lomo ancho, predominantemente cubierto de hierba, tras
contornear por la izquierda...
... un
empinado corredor que cae sobre el Prao de Pacho. Al fondo, se veían los picos
del Lago, Remelende y Abedular flanqueando el Puerto de Tarna, a través del
cual asomaban las crestas de Ponga.
Al poco,
salí a una zona más aguda del lomo, que se asomaba al rellano superior del
Canalizo, por donde todavía pensaba bajar. En el horizonte, eran ahora visibles,
a la izquierda del Pico del Lago, las Rapaínas, la Peña de San Justo y la
Sierra de Sentiles.
Volviéndome
al norte, más allá del Pico del Abedular, asomaba ahora el Tiatordos.
Tras el
tramo de hierba, volvía encontrarme con la roca, ahora más continua y pero
todavía bastante tendida (I).
... ver,
a la derecha (SO) de la cota 2.018 del mapa, la brecha de La Uve. Detrás, la
empinada vertiente de hierba y roca que me tendría que superar para llegar al
pico homónimo. Evitando la punta, me desvié hacia la horcada, que...
... es
estrecha pero no aérea.
El paso
es tan angosto, que apenas se ve algo de La Pared, que constituye cara norte de
la Peña de la Cruz.
Lo que sí
que queda bonito es la cresta del Alto Carrión con un marco de roca vertical.
Al otro
lado, comencé a remontar la ladera por la hierba.
Una
mirada atrás al salir de la brecha: la punta (2.018), con Peña y Picos de
Europa como fondo.
Como la
hierba resbalaba un poco, la dejé en cuanto pude para trepar por la roca, que,
por otra parte no presentaba pasos difíciles y, los menos fáciles (II) eran
cortos.
Mirada
atrás: el prado desde el que había salido, 900 metros más abajo, y buena parte
del lomo superado.
Y así
llegué al crestón cimero del Pico de La Uve, desde el cual...
...
descubrí las cimas de los picos del Convento y Valcerrao, asomando tras el del
Mediodía, que se elevaba al otro lado del Circo del Mampodre.
Para
alcanzar la Peña de la Cruz, sólo me restaba bajar a la brecha intermedia y
superar una corta arista de roca, con un tramo empinado donde tuve que volver a
trepar (II-).
Desde la cumbre
del Mampodre, vi por primera vez la Peña de la Polinosa. Más allá el Susarón,
un pico altivo y solitario. Y aún más lejos, el Polvoredo, donde la cordillera se
desploma frente a la llanura. Girándome a la izquierda,...
... la
antecima suroeste (2.185) tapaba la Peña del Mediodía, pero no las de la del
Convento y Valcerrao.
Al este, por
encima del canalón que baja de La Pared, los montes de Riaño y el Alto Carrión.
Siguiendo
la vuelta, sobre el Pico de La Uve, que ocultaba Maraña, brillaban en el
horizonte los Picos de Europa, entre los que...
... destacaba
la Peña Santa de Castilla, y más cerca...
... la
pareja que forman las peñas Ten y Pileñes.
Al norte,
las crestas de Ponga y el Pico del Abedular sobre el Puerto de Tarna.
Más a la
izquierda, el Pico Torres destacaba...
... entre
las montañas en torno al Puerto de San Isidro. En esa dirección inicié el
descenso, por la arista que, a la derecha (NO), cae hacia el collado y pico del
Gistral. Al principio, caminaba sobre hierba y piedras. Más abajo, al topar con
el primer nevero inevitable, además de calzarme los crampones, giré a la
derecha (N) para tener...
... nieve
continua, evitando cambios de calzado, en una pala de moderada pendiente (30º) que...
... baja
desde la brecha entre el Pico de La Uve y el Peña de la Cruz.
Tras unos
cien metros, no sólo se me acabó este nevero; pude ver que en el Canalizo, por
donde pensaba bajar, se alternaban tramos con y sin de nieve, lo que me
obligaría a ponerme y quitarme varias veces los pinchos. Para evitarlo, giré a
la izquierda (O), para...
...
volver a la arista, ya libre de nieve y proseguir por ella la bajada, de nuevo
sobre la goma de las suelas.
Al llegar
al Collado del Gistral, desde donde se veía así la cumbre, giré a la izquierda
(SO) para...
... bajar
al Arroyo de Valverde, dominado por el Pico de la Polinosa. Había una senda
estrecha pero clara. Lo malo es que estaba tan embarrada que iba patinando todo
el rato y encima daba un gran rodeo hacia la cabecera. Así que, en cuanto encontré
terreno favorable, derivé a la derecha (O) para acabar de alcanzar el cauce en descenso
directo por la hierba.
Poco
antes, me encontré con una traza, menso clara pero en mejores condiciones, que
descendía el barranco. La tomé a la derecha (NO) y...
... fui
por ella, llevando el cauce a la izquierda. Pronto apareció el Pico del Lago, por
la boca del barranco, cada vez más estrecho.
Crucé el
torrente cuando el panorama cambió a la Peña Ten.
Poco
después, el terreno se abrió al salir al valle de Maraña, cuyo caserío apareció
al poco bajo la Peña Hoguera. Olvidando ya la senda, me dediqué a bajar por lo
alto del lomo que caía suavemente hacia allí, entre los cursos del Arroyo de
Valverde y el Río Maraña.
Al poco,
me encontré con el cabo de un carril, luego pista, que, dominado por la mole
del Mampodre, me llevó hasta la pista de Riosol, pocos metros más arriba de
donde había dejado el coche.
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