Peña de la Cruz del Mampodre (2.192)

ASCENSIÓN DESDE MARAÑA

ESPOLÓN NORTE O DE LA UVE

El Macizo del Mampodre está situado entre los altos valles del Porma y el Esla, en la Montaña Oriental Leonesa. Se trata de un núcleo montañoso de poca extensión, que se eleva bruscamente sobre los valles circundantes, coronado por un vistoso conjunto de peñas calizas, siendo la de la Cruz la más alta. Separado del resto de la Cordillera Cantábrica y desplazado al sur de su eje, la vista desde su cresta se extiende desde el Alto Carrión a las Ubiñas. En sus vertientes, predominan el prado en las partes bajas y la roca más arriba, no encontrándose apenas arbolado. Por otro lado, destaca la gran población de rebecos, con los que es fácil en cuanto se deja el valle, tanto en las altas laderas como en los angostos barrancos que cortan el macizo.

Esta ascensión es la más directa desde la aldea de Maraña sin afrontar grandes dificultades. Transcurre remontando en su integridad el espolón que proyecta la cumbre de la montaña al norte, con la única variación de comenzar la subida por el límite izquierdo del frontón de la base. Para el regreso, empleé la opción más fácil, el Arroyo de Valverde, que da un amplio rodeo pero permite realizar el descenso caminando sin más.

Cresta del Mampodre desde el valle de Maraña; la Cruz es la primera peña por la derecha

SITUACIÓN:

  • Zona: Montaña Leonesa Oriental (Cordillera Cantábrica)
  • Unidad: Macizo de Mampodre
  • Base de partida: Maraña (León)

ACCESO: Maraña está 100 km al norte de León, por Ambasaguas de Curueño, Boñar, Puebla de Lillo, el Puerto de Tarna y La Uña. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.248 / 2.192
  • Mi tiempo efectivo: 3h56
  • Mi tiempo total: 5h36
  • Dificultades: PD-, en las condiciones del día (manchas de nieve helada, inevitables en el descenso). Muchas trepadas de I grado y algunas de II, sin mucha exposición. Nieve helada con pendientes de hasta 30º.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Dejar la aldea de Maraña por su extremo occidental para tomar una pista que sale a la izquierda (S) de la que sube al Casería de Riosol, cruza el río y remonta en diagonal izquierda la ladera del Mampodre. Al llegar al rellano empradizado de Los Cantos, girar a la derecha (SO) y subir por un lomo herboso. Éste comienza suave y se va tornando empinado y abrupto, presentando los primeros pasos de trepa (I) poco antes de llegar a El Trampolín (F). A partir de ahí, los tramos rocosos son más largos, pero siguen presentando una dificultad mínima hasta la brecha de La Uve (F). Luego, hay pasos más empinados (II) hasta el Pico de la Uve (PD-). Ya sólo queda subir una corta arista a la derecha (SO), estrecha y con algún pequeño escalón (II-), para alcanzar la Peña de la Cruz (PD-).

Bajar por un lomo regular y no muy ancho a la derecha (NO). Cuando surge un crestón de roca afilada, se puede contornear por pendientes pedregosas de lado este (derecho). En el Collado Gistral, tomar la senda que baja por la vaguada izquierda (S), hasta el fondo del Arroyo de Valverde. Descendiendo su curso por la orilla derecha, se llega al río y a la aldea de Maraña.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Muy bonita ascensión, que permite una experiencia marcadamente alpinística sin necesidad de afrontar grandes dificultades o exposición. El itinerario es bastante directo y visita, además de una de las cumbres más panorámicas de la cordillera, varios parajes impresionantes. Se puede acortar, añadiendo además salsa a la excursión, si se baja por El Canalizo, aconsejable sobre todo con nieve. Era lo que tenía previsto, pero, cuando vi que la nieve no era continua, pero tampoco evitable, preferí bajar por Valverde; lo de andar quitándose y poniéndose los crampones cada diez minutos lo llevo peor cada día.

RELATO GRÁFICO:

Aparqué en las afueras de Maraña, junto a la pista que sale a la izquierda (S) de la que sube a Riosol y, cruzando el río, se dirige hacia la mole del Mampodre para remontar su ladera en diagonal a la izquierda.

Según ganaba altura por la helada umbría, fue surgiendo el Pico del Lago al fondo del valle.

Al llegar a un rellano herboso, donde había un corral, dejé el camino por la derecha (SO) y continué subiendo por lo alto de un lomo ancho y suave.

A mi izquierda, podía ver ahora las crestas del Coriscao y el Alto Carrión.

Al otro lado, el Pico del Lago sobre un valle cada vez más abajo.

Aunque no había una senda definida, podía apreciarse un rastro de paso en lo alto del lomo. Más arriba, sobre Maraña y la característica pared de Peña Hoguera, apareció en el horizonte Peña Ten.

El terreno fue volviéndose rocoso y me encontré los primeros escalones, cortos y sin dificultad. Además, todavía se podía evitar trepar rodeando los canchos. Más arriba, a la derecha, asomaba El Trampolín, una modesta peña situada en un rellano, junto a la que pasaría luego.

Al otro lado, se iba mostrando a la vista el circo corona por La Pared.

Cerca del Trampolín encontré el primer nevero, muy duro. Su poca pendiente me permitió cruzarlo sin crampones, pero tomé nota de evitar la nieve hasta que se hiciera continua.

Luego, vino un tramo más empinado, con algunas trepadas fáciles (I) y cortas.

Desde el Trampolín, el panorama a mi espalda se había ampliado considerablemente y eran ya visibles los Picos de Europa y el valle de Maraña por debajo de la aldea.

La subida continuaba por un lomo ancho, predominantemente cubierto de hierba, tras contornear por la izquierda...

... un empinado corredor que cae sobre el Prao de Pacho. Al fondo, se veían los picos del Lago, Remelende y Abedular flanqueando el Puerto de Tarna, a través del cual asomaban las crestas de Ponga.

Al poco, salí a una zona más aguda del lomo, que se asomaba al rellano superior del Canalizo, por donde todavía pensaba bajar. En el horizonte, eran ahora visibles, a la izquierda del Pico del Lago, las Rapaínas, la Peña de San Justo y la Sierra de Sentiles.

Volviéndome al norte, más allá del Pico del Abedular, asomaba ahora el Tiatordos.

Tras el tramo de hierba, volvía encontrarme con la roca, ahora más continua y pero todavía bastante tendida (I).

... ver, a la derecha (SO) de la cota 2.018 del mapa, la brecha de La Uve. Detrás, la empinada vertiente de hierba y roca que me tendría que superar para llegar al pico homónimo. Evitando la punta, me desvié hacia la horcada, que...

... es estrecha pero no aérea.

El paso es tan angosto, que apenas se ve algo de La Pared, que constituye cara norte de la Peña de la Cruz.

Lo que sí que queda bonito es la cresta del Alto Carrión con un marco de roca vertical.

Al otro lado, comencé a remontar la ladera por la hierba.

Una mirada atrás al salir de la brecha: la punta (2.018), con Peña y Picos de Europa como fondo.

Como la hierba resbalaba un poco, la dejé en cuanto pude para trepar por la roca, que, por otra parte no presentaba pasos difíciles y, los menos fáciles (II) eran cortos.

Mirada atrás: el prado desde el que había salido, 900 metros más abajo, y buena parte del lomo superado.

Y así llegué al crestón cimero del Pico de La Uve, desde el cual...

... descubrí las cimas de los picos del Convento y Valcerrao, asomando tras el del Mediodía, que se elevaba al otro lado del Circo del Mampodre.

Para alcanzar la Peña de la Cruz, sólo me restaba bajar a la brecha intermedia y superar una corta arista de roca, con un tramo empinado donde tuve que volver a trepar (II-).

Desde la cumbre del Mampodre, vi por primera vez la Peña de la Polinosa. Más allá el Susarón, un pico altivo y solitario. Y aún más lejos, el Polvoredo, donde la cordillera se desploma frente a la llanura. Girándome a la izquierda,...

... la antecima suroeste (2.185) tapaba la Peña del Mediodía, pero no las de la del Convento y Valcerrao.

Al este, por encima del canalón que baja de La Pared, los montes de Riaño y el Alto Carrión.

Siguiendo la vuelta, sobre el Pico de La Uve, que ocultaba Maraña, brillaban en el horizonte los Picos de Europa, entre los que...

... destacaba la Peña Santa de Castilla, y más cerca...

... la pareja que forman las peñas Ten y Pileñes.

Al norte, las crestas de Ponga y el Pico del Abedular sobre el Puerto de Tarna.

Más a la izquierda, el Pico Torres destacaba...

... entre las montañas en torno al Puerto de San Isidro. En esa dirección inicié el descenso, por la arista que, a la derecha (NO), cae hacia el collado y pico del Gistral. Al principio, caminaba sobre hierba y piedras. Más abajo, al topar con el primer nevero inevitable, además de calzarme los crampones, giré a la derecha (N) para tener...

... nieve continua, evitando cambios de calzado, en una pala de moderada pendiente (30º) que...

... baja desde la brecha entre el Pico de La Uve y el Peña de la Cruz.

Tras unos cien metros, no sólo se me acabó este nevero; pude ver que en el Canalizo, por donde pensaba bajar, se alternaban tramos con y sin de nieve, lo que me obligaría a ponerme y quitarme varias veces los pinchos. Para evitarlo, giré a la izquierda (O), para...

... volver a la arista, ya libre de nieve y proseguir por ella la bajada, de nuevo sobre la goma de las suelas.

Al llegar al Collado del Gistral, desde donde se veía así la cumbre, giré a la izquierda (SO) para...

... bajar al Arroyo de Valverde, dominado por el Pico de la Polinosa. Había una senda estrecha pero clara. Lo malo es que estaba tan embarrada que iba patinando todo el rato y encima daba un gran rodeo hacia la cabecera. Así que, en cuanto encontré terreno favorable, derivé a la derecha (O) para acabar de alcanzar el cauce en descenso directo por la hierba.

Poco antes, me encontré con una traza, menso clara pero en mejores condiciones, que descendía el barranco. La tomé a la derecha (NO) y...

... fui por ella, llevando el cauce a la izquierda. Pronto apareció el Pico del Lago, por la boca del barranco, cada vez más estrecho.

Crucé el torrente cuando el panorama cambió a la Peña Ten.

Poco después, el terreno se abrió al salir al valle de Maraña, cuyo caserío apareció al poco bajo la Peña Hoguera. Olvidando ya la senda, me dediqué a bajar por lo alto del lomo que caía suavemente hacia allí, entre los cursos del Arroyo de Valverde y el Río Maraña.

Al poco, me encontré con el cabo de un carril, luego pista, que, dominado por la mole del Mampodre, me llevó hasta la pista de Riosol, pocos metros más arriba de donde había dejado el coche.

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