Peña Occidental de la Majada (2.004)

ASCENSIÓN DESDE ORTIGOSA DEL MONTE

CRESTEO DEL CARMOCHÍN AL PUERTO DE PASAPÁN

La Peña de la Majada Occidental es el dosmil más al oeste del Guadarrama y la cumbre de la Sierra del Quintanar, proyectada al oeste desde el nudo central del conjunto y cuya parte más famosa es la cresta de la Mujer Muerta. Esta montaña, poco visitada pese a su cercanía y accesibilidad, es una gran loma de relieve suave, cuyas laderas deforestadas están dedicadas a la ganadería, aunque algunas manchas de pinar dan testimonio de que no fue ésa su naturaleza original. Sus principales atractivos son las amplias vistas al oeste, que pueden llegar al Circo de Gredos; unas notables perspectivas de la parte más cercana del Guadarrama, y el bonito entorno pinariego de los valles circundantes.

La ruta consiste en remontar el lomo que cae al norte del Carmochín, una de las puntas secundarias de esta sierra, y recorrer la cuerda al este hasta el Puerto de Pasapán, desde donde se vuelve a la vertiente norte por la pista que lo atraviesa.

Las dos Peñas de la Majada desde la vecina cresta de la Mujer Muerta

SITUACIÓN:

  • Zona: Sierras de Malagón, Quintanar y Siete Picos (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra del Quintanar
  • Base de partida: Ortigosa del Monte (Segovia)

ACCESO: La factoría Bezoya en Ortigosa del Monte está 16 km al SO de Segovia por Revenga. Proseguir un kilómetro por la pista que pasa ante la puerta, hasta que ésta se cruza con el Cordel de Matazarzal. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.190 / 2.004
  • Mi tiempo efectivo: 4h41
  • Mi tiempo total: 5h50
  • Dificultades: Ninguna. Itinerario por caminos o terreno cómodo. Incluye una par de bajadas por cortafuegos empinados y algún corto pasaje en que se cierra la maleza, pero sin llegar a constituir obstáculos.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: En el cruce antes reseñado, tomar el Cordel de Matazarzal a la derecha (SO). Cuando gira a la derecha separándose de la sierra, dejarlo por la izquierda (S), cruzando la cancela que da paso a unos prados. Cruzarlos y remontar la ladera por terreno de pasto de moderada pendiente hasta la Peña del Cuervo. Girar a la izquierda (S) y seguir el cordal, teniendo que afrontar pasajes por matorral, nunca demasiado incómodos. Al alcanzar el cordal principal de la Sierra del Quintanar en El Carmochín, seguirlo a la izquierda (E) para alcanzar la Peña Occidental de la Majada, cumbre de la jornada.

Continuar por la cuerda hasta el Puerto de Pasapán y bajar a la izquierda (NE), por la pista que desciende el Río Milanillos. En el cruce de El Portachuelo, continuar recto por el cortafuegos que pasa por la cima del Cerro de la Cachiporra y desciende vertiginoso al otro lado, hasta dar con el Cordel de Matazarzal, que, tomado a la izquierda (O), conduce de vuelta al punto de partida.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Recorrido muy panorámico al desarrollarse mayoritariamente por cordal. Como ya dije, pese a las fuertes pendientes y el matorral entre las peñas del Cuervo y el Hombre, no presenta dificultad en absoluto. Además, la subida por el lomo norte del Carmochín permite evitar la finca privada que aloja los manantiales de Bezoya, por la que está prohibido pasar, sin tener que afrontar grandes incomodidades. La subida a la Peña del Cuervo, que podría parecer complicada al transcurrir sin senda y ser directa, no sólo no plantea dificultades, sino que resultó más cómoda que otros tramos aparentemente más apacibles, sobre el mapa, del recorrido.

RELATO GRÁFICO:

Tras aparcar en el cruce de la pista de Bezoya con el Cordel de Matazarzal, comencé a caminar por éste hacia la derecha (SO), siguiendo...

... el pie de monte, hacia la Peña del Cuervo, que es el hombro que se ve al fondo.

Cuando el carril gira a la derecha y se separa de la sierra, lo dejé por la izquierda (S) y crucé una cancela que da paso...

... al prado que se extiende al pie de la Peña del Cuervo. Caminando directamente hacia la misma, lo crucé, vadeando varios torrentes sin dificultad, para remontar la ladera por...

... pendientes moderadas de pasto entre peñascos.

Al culminarla, la vista a mi espalda abarcaba todo el cóncavo al pie de la Mujer Muerta.

Al norte, la llanura se extendía hasta perderse de vista.

Al oeste, se llegaban a ver las Parameras de Ávila, más allá de los Calocos y la Sierra de Ojos Albos.

A mi izquierda (S), el ancho lomo que me conduciría al siguiente hito de la jornada, la Peña del Hombre. El inicio fue suave,...

... ganando altura muy poco a poco por pasillos de hierba entre riscos, algunos con formas muy curiosas.

Al llegar a un rellano, a partir del cual la pendiente se intensifica, crucé el muro de la divisoria por una puerta y me dirigí hacia una caseta que se veía algo más arriba. Mi propósito era tomar un camino que se veía cortar en diagonal la ladera; aunque no conducía cuerda arriba, sino que la cruza, pensaba aprovecharlo para hacer más cómoda la progresión hasta que desviara más de la cuenta.

Efectivamente, la vereda, aunque con aspecto de poco de poco uso era amplia y se mantenía despejada al principio.

Más arriba, el matorral la invadía, aunque no tan denso como por fuera.

Antes de que el camino doblara el lomo y cerca de alcanzar unos riscos que se destacan contra el cielo, lo dejé por la derecha (S), con la referencia de una segunda caseta. Ahora, el monte bajo no era tan cerrado y no se caminaba mal. Sobrepasado el pequeño edificio,...

... aún disminuyó más su densidad y, al llegar a un muro, que crucé, me encontré ya pisando hierba.

No tardó en aparecer ante mí el abombamiento de la Peña del Hombre. También vi, del lado oriental (izquierdo) del lomo,...

... una senda que llegaba desde el valle y seguía el cordal. Me incorporé a ella, dejándola luego por la derecha (O) para...

... pisar la cima de la Peña del Hombre. Volviéndome al este, se veía así la Mujer Muerta.

Al otro lado, ya se recortaban en el horizonte las crestas de Gredos y las Parameras. Junto a las cimas de la más cercana,...

... se llegaban incluso a distinguir los picos principales del Circo de Gredos: el Almanzor y la Galana.

Por delante, la loma, siempre suave y ancha, continuaba hacia el cordal principal de la Sierra del Quintanar, del que ya podía ver buena parte del tramo que iba recorrer, desde el Carmochín a la cumbre.

Tras volver a la senda, volvía dejarla por la derecha (S) al separarse de la cuerda para rodear el Carmochín.

Ese trecho final de subida, moderadamente empinada, transcurrió entre cantos y un matorral que no llegaba a incomodar. Aunque el día estaba claro, a mi espalda una banda de nubes impedía distinguir las montañas al otro lado de la meseta.

Llegando al pico, fue apareciendo junto al vecino Cerro del Carmochín la doble cima de Cueva Valiente y luego,...

... ya en el Carmochín, todo el cordal hasta la Peñota, aunque la perspectiva no era muy buena.

A la izquierda (E), se alineaban sobre la cuerda el Cerro Carmocho, la Peña Occidental de la Majada y la Mujer Muerta. Hacia allí me dirigí, caminando primero sobre la cómoda hierba y...

... luego, a partir del primer collado, por la senda de antes. Desde esta nueva cima, así se veían atrás los “Carmochines”.

Por delante, bajada y subida hacia la cumbre de la jornada, a la derecha de la cual eran ahora visibles los Siete Picos entre las Cabezas de Hierro y la Maliciosa.

Pasando el collado intermedio. Como se ve, siempre por terreno muy cómodo y suave, aunque, en el último tercio de subida,...

... tuve que pasar esta breve pedrera.

Desde la Peña Occidental de la Majada, se domina un amplio trozo de llanura al norte, con el lomo de la peña del Hombre, por donde había subido, a la izquierda.

Al oeste, la cuerda de la Sierra de Quintanar.

Al sur, el cordal del Guadarrama de la Peña del Águila al Alto del León y la Sierra de Malagón, sobre la que asomaba ligeramente la cumbre del Abantos.

Por delante, se veía ahora también el Montón de Trigo y toda la Cuerda Larga al oeste de Cabezas de Hierro, enmarcados por la Mujer Muerta y la Peña Oriental de la Majada, hacia la cual me dirigí.

En este tramo de cuerda, el matorral se cierra pero la senda, aunque angosta, permite un paso relativamente cómodo, hasta llegar a las inmediaciones de la cima oriental de las Peñas de la Majada y encontrar una pista, por la que cubrí los últimos metros.

Las vistas son similares a las de la cima, excepto al este, en que se ve la caída hasta el Puerto de Pasapán. Para bajar allí, podía haberlo hecho por la pista, pero, para no retroceder, prefería seguir la cuerda al este, siguiendo un trazo que corta el matorral a la izquierda del muro divisorio. Al dar más abajo con la pista, la tomé a la derecha (S), para seguirla...

... en un amplio rodeo por la vertiente meridional. Desde la curva más alejada, hay esta perspectiva del Oso y el Pico de Pasapán dominando el puerto homónimo, en el cual...

... hay un cruce de pistas. Continué por la izquierda (NE), siguiendo unas marcas de GR, para...

... descender en amplias lazadas por la cuenca del Río Milanillos. En la boca del vallecito, iba viendo un modesto cabezo.

Se trataba del Cerro de la Cachiporra, último hito de la jornada. En el Portachuelo, visible a la derecha de la cima, donde ésta se une al cuerpo principal de la sierra,... 

... la pista gira a la derecha doblando un lomo y yo seguí recto (NO), ascendiendo por un cortafuegos.

Éste no es muy empinado para lo que suelen ser este tipo de obras. Aunque rodeado de pinos, a través del tajo había una impresionante perspectiva de la cresta de la Mujer Muerta.

Perspectiva que se amplió en la cima, donde el bosque se abría brevemente.

También se veían bastante bien la doble cima de las Peñas de la Majada y casi todo el cordal que había recorrido para visitarlas.

Continué por el cortafuegos, que bajaba al norte, primero suavemente y, luego,...

... al salir del bosque, mucho más empinado y, encima, con un piso mucho más suelto y pedregoso. Resultó esto mucho más incómodo y requirió de más atención y cuidado que ninguno de los tramos sin senda. Al llegar al llano en el paraje de Las Porquerizas, el carril giró a la derecha,...

Subiendo un poquito y llaneando para pasar al otro lomo. Por cierto, que, tras todo el día bajo un cielo despejado, llegaron por la parte de las Peñas de la Majada unos vapores, que no sé muy bien de dónde salieron. ¿Nubes de evolución? ¡Pero si estamos en febrero!

Ya en el lomo, echando la vista atrás, se ve toda la bajada desde el cerro de la Cachiporra y cómo algunas nubecillas iban apareciendo también sobre la Mujer Muerta.

Aún vino otra bajada rápida e incómoda antes de alcanzar el pie de monte, donde desemboqué en...

... una pista, que tomé a la izquierda (SO) y que convergió enseguida con otro carril más amplio; el Cordel de Matazarzal, por el que había comenzado la excursión. Así que sólo me quedó seguirlo para llegar, en pocos minutos al cruce de donde había partido.

Para entonces, ésta era la pinta de la cresta de la Sierra del Quintanar. Muy oportuno el final.

Comentarios