Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Facilísima y
cómoda caminata, muy panorámica, a través de un bonito y sereno entorno de
media montaña.
RELATO GRÁFICO:
Salí de
La Paradilla por la pista cerrada que sube al depósito de agua de la población,
encaramándose de paso al lomo occidental del San Benito.
Pronto, a
mi derecha, pude ver, más allá de las casas de La Paradilla, el barranco del
mismo nombre, que desciende hacia el valle del Río Cofio y los montes de Los
Pinares. Al otro lado, destacaban las elevaciones casi gemelas de la Risca
Grande de Santa Catalina y la Atalaya.
Cuando
acabó el carril continué remontando el lomo por una senda. El trazo se perdía
con frecuencia, pero, en este terreno, tampoco hacía mucha falta.
A mi
izquierda, se veían las verdes lomas que se elevan hacia Robledondo, al otro
lado del Puerto de La Paradilla.
A mi
espalda, el llano se extiende más allá de La Paradilla.
A la
derecha, la bruma dejaba ver poco de las ondulaciones de la abulense Tierra de
Pinares.
A partir
de media subida, aparecieron algunos canchos sobre el lomo. El primero,...
... lo
evité por la izquierda.
Para entonces,
hubiera podido ver algo de la vertiente sur de la sierra, incluso el perfil de
la Pedriza, si el día hubiera estado claro.
Sobre la
cota 1.481, el segundo cancho está justo en la base de la subida final a
cumbre. Lo atravesé...
... por
una fractura en el roquedo.
Luego, llegué
a la cima tras...
...
superar una última rampa de hierba, ancha y despejada. Más allá, la visión se
perdía pronto.
Y lo
mismo al norte, hacia Pinares Llanos.
Al
noreste, más allá del Abantos, apenas se distinguían siluetas borrosas de las
crestas más altas del Guadarrama.
Las
Machotas, al otro lado del Puerto de la Cruz Verde.
Al sur,
la loma por donde iba a bajar, más allá de la cual destacaba el cono perfecto
de la Almenara entre otros cerros de la Tierra de Pinares.
La senda
que va por la cuerda es apenas un rastro que se pierde con frecuencia, pero,
aunque algo más empinada y con más rocas, este lomo es tan cómodo como el
occidental. La bajada estuvo amenizada por el vuelo solemne de un nutrido grupo
de...
...
buitres.
Pronto,
fue quedando atrás la cima y,...
... tras
el paso por el collado intermedio, tocó una breve subida hasta la anónima cota
1.471, desde lo alto de la cual...
... hay
una bonita perspectiva del Cerro de San Benito.
Luego,
nuevas bajada y subida imperceptibles hasta la cota 1.451, donde dejé el
cordal, girando a la derecha (O), para bajar por la loma que cae a ese lado.
Una cerca
va por la cuerda y, sin pasarla, comencé a descender llevándola a la izquierda.
Con el
desplazamiento al oeste, cambió la perspectiva del San Benito.
A este
lado de la cerca, hay senda; incluso hitos; pero es trazo está muy borroso y faltan
la mayoría de las señales. Sin embargo, fijándose, se puede seguir y, en todo
caso, el terreno no es tan malo.
Por
debajo ya de los 1.350 m de altitud, el matorral se cerró notablemente y,
viendo a mi derecha una pista atravesando los prados de la Cuesta de la Casa,
pensé que, para pelearme con las jaras, mejor tirar por lo corto. Y atajé hacia
ese lado (NO), apuntando al punto aparentemente más cercano del carril. Al
llegar al mismo, lo tomé a la izquierda (O), pasando a...
...
caminar muy cómoda y tendidamente, primeramente a través de los prados.
Luego,
pasando al otro lado de la loma por donde antes iba bajando, entre vegetación
más densa de jara y pinos. Tras virar casi en redondo a la derecha (NE), la
pista acabó de rodear el lomo y...
... me
llevó a atravesar la cara suroeste del Cerro de San Benito por su base.
Así,
hasta llegar al lomo occidental, a cuyos pies está La Paradilla.
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