Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Esta ruta es
una larga caminata, sin apenas dificultad, salvo esos cinco minutos, ya
mencionados para bajar del lomo a Cabaña Brava. Si hay senda, no la supe ver;
de hecho, mientras me dejaba caer por la empinada ladera, vi algún hito suelto.
Tampoco es grave; yendo con cuidado, no creo que esa bajada suponga un
obstáculo insalvable para nadie.
El mismo
recorrido por la cresta y las lagunas de la cuenca principal se podría hacer,
con una importante rebaja en tiempo y desnivel accediendo al aparcamiento
situado al pie de Peña Aguda. Lo que añade esta versión larga es la subida y
bajada por los lomos, mayoritariamente por bosque y con algo de panorama en las
partes altas. Y tranquilidad durante la mayor parte de la jornada. Ni siquiera
al Alto de la Campiña, tan cercano, se acerca mucha gente. También hay
posibilidades para aumentar el recorrido por la vertiente norte, visitando
alguna laguna adicional.
RELATO GRÁFICO:
En
Hoyocarzo, comencé a caminar hacia el oeste, siguiendo unas marcas de GR en los
árboles. Tras dejar atrás una cabaña, crucé el cauce seco del Río Tejero y di
con...
... una
pista, que tomé a la izquierda (SO), pasando a remontar el pinar. La subida fue
siempre suave y sin otra incidencia que un desvío a la derecha, por donde se
iba el GR. Yo continué subiendo por la pista principal, hasta...
...
alcanzar el lomo del Zolorro, que traspuse, pasando de largo por otro desvío a
la derecha en la misma cuerda. Ya en la verteinte opuesta, tomé un camino más
deteriorado a la izquierda (NE), el cual...
...
vuelve a encaramarse al lomo y va por lo alto. Los árboles que flanqueaban el
carril seguían sin dejar ver nada.
Sólo por
el corte podía distinguir la sombra de la Sierra de la Demanda a mi espalda
y...
... delante
el Morro del Zolorro, que el camino me rodearía por la derecha. Antes, el carril
acabó y...
...
continué por una senda estrecha, pero clara y señalada además con hitos.
Poco
después, salí del bosque y me encontré con la vista, brumosa por desgracia, de
la Sierra de Mencilla y el núcleo occidental de la de la Demanda, el del pico
San Millán.
Atrás, el
San Lorenzo, bien reconocible por su silueta cupular, más allá del vecino monte
Cerezales.
Mientras
seguía ascendiendo, ahora por la ladera oeste del Zolorro, descubrí el segmento
occidental del cordal al que me dirigía, con los dos altos de Haedillo
destacando más allá de la abrupta Hoya de las Grullas.
Al ganar
de nuevo el lomo, se abrió ante mí la caída a la Hoya de la Tejera. Girando a la izquierda (S),...
... continué
la subida por una pedrera que, enseguida, acabó...
... en
una abierta ladera de hierba y matorral rastreo. Un trazo invitaba a remontarla
en diagonal...
... hasta
alcanzar la cuerda, donde apareció la llanura al otro lado. “Apareció”, por
decir algo; entre las nubes bajas y la bruma, apenas se distinguía nada.
Había
llegado un poco al oeste del Alto de la Campiña, así que giré a la izquierda
(SE) para dirigirme a la primera cima del día, siguiendo el lomo herboso,
tendido y anchísimo.
Al
volverme en la cota que marca el mapa como Alto de la Campiña, vi que una
prominencia al oeste parecía algo más alta, hurtando el panorama a ese lado.
Además, a la vista del terreno en torno al pico, es fácil explicarse su nombre.
Para asomarme
al pequeño circo abierto al norte, que enmarcaba bellamente la mole el
Cerezales, tuve que desplazarme un poco hacia allá. A ambos lados del hoyo, las
lomas del Zolorro, por la que había subido, y Bermeja, por la que bajaría
luego.
Continué
siguiendo la cuerda al sureste. No había ni rastro de senda, ni falta que hace
en este lomo tan amplio y suave. Delante veía los abombamientos de las otras
dos cimas del día; el grande Mojón Muelle al fondo y el más pequeño y cercano
del Pico de la Laguna Negra. Al llegar a éste,...
... una
mirada atrás, al Alto de la Campiña sobre su circo norte.
En el
Pico de la Laguna Negra, pasé a dominar otra cuenca, la de los lagos mayores, y
apareció a mis pies la masa de agua que da nombre a esta cima. Al otro lado, se
elevaban el Mojón Muelle y Peña Aguda y, muy al fondo, se llegaba a identificar
la silueta picuda de la Muela de Urbión.
La
continuación de la cuerda seguía la misma tónica; quizá, algo menos verde, pero
igual de cómoda. Al pasar por el vértice del arco que traza en torno al
circo,...
... con
el cambio de perspectiva, se apreciaba el suavísimo plano inclinado que cae al
sur de la sierra, hacia el valle del Duero.
La caída
al norte, al menos hasta los lagos, es más empinada, pero tampoco
excesivamente.
Y así,
camina que te camina, con total comodidad y sin sobresaltos, llegué al Mojón
Muelle o vértice Campiña.
Desde la
cumbre de la jornada, hay un impresionante panorama de toda esta cresta
dominando el rellano de las lagunas Larga y Negra. También asoma algo de los
bosques que se extienden por debajo y, más allá, las líneas sucesivas del
Cerezales y la Sierra de la Demanda.
Al sur,
la vista seguía tan limitada y desdibujada como antes.
Al este,
gracias al contraluz se podía distinguir lo más alto de los Montes de Urbión...
y muy poco más. En esa dirección inicié el retorno, descendiendo muy
gradualmente por la cuerda hasta completar el arco. Desde el extremo oriental
del mismo, me volví a asomar a la vertiente del circo...
... para
disfrutar de esta perspectiva, creo que la más hermosa de todo el cresteo.
Allí,
ante Peña Aguda, el cordal se bifurca. Con el fin de visitar las lagunas de los
Patos y Brava, que se entreveían más abajo, descendí por la cuerda de la
derecha (SE), por lo alto de la cual...
... va
una senda bastante marcada.
Al irme
desplazando, llegué a tener una visión más amplia de las dos lagunas a ambos
lados de Peña Aguda.
Luego,
entré en el pinar y se acabó el panorama.
Luego,
hacia la cota 1.900, estando en la vertical del extremo sur de la Laguna Brava,
hay varios hitos juntos que parecen indicar un giro a la izquierda y atrás (NO)
para bajar en diagonal por la ladera. No hay traza y los pocos hitos por debajo
de la cresta no guardan una continuidad clara, salvo marcar un descenso por
terreno incómodo, muy empinado, primero sobre la resbaladiza pinaza y, luego,
al salir del bosque, por la pedrera que llega hasta el agua.
Finalmente,
di con la Cabaña Brava, que asienta en la esquina suroriental de la laguna u
donde nace un camino que bordea el agua del lado del valle.
Al poco,
el camino pasó a ser una pista asfaltada.
Si a mi
izquierda veía el lomo por donde acababa de bajar al otro lado de la Laguna de
los Patos, al otro lado...
... distinguía
la Laguna de las Pardillas entre los árboles, de cuyas copas sobresalía la Peña
Aguda.
La pista
me condujo a un aparcamiento, del que salí hacia la izquierda (O), por la carretera
que lleva a las lagunas altas.
Al entrar
en el circo, vi por un momento la superficie de la Laguna de la Cascada, bajo
los farallones que separan el rellano en que se asienta del...
... más
alto, que había ido viendo durante el cresteo. Ahora iba a atravesarlo,
visitando las dos lagunas mayores.
Primero,
la Laguna Larga, que aquí se ve desde su extremo oriental. Como antes, el
camino me llevó cerca de la orilla, del lado del valle.
A punto
de sobrepasar la Laguna Larga, sale a la izquierda (SO) un corto desvío que
lleva al refugio homónimo. Sin llegar al mismo, merece la pena asomarse unos metros
para contemplar el Mojón Muelle.
Luego,
llegué junto a la Laguna negra, que bordeé igualmente.
Al llegar
a su extremo occidental, desde donde tienen laguna y cresta esta
perspectiva,...
... me
encontré ante esta bifurcación. Las dos ramas de la senda se encaraman a la
Loma Bermeja, que se ve detrás. Teniendo intención de bajar por ella, fui
lógicamente por la derecha (N).
A punto
de ganar el lomo, crucé un contrafuerte y se abrió a mi derecha el hoyo que
aloja la Laguna de la Cascada.
En la
cuerda, tomé a la derecha (NE) el sendero que la recorre.
La vista
hacia el noroeste, sobre los pinares que llenan los valles de los ríos Tejero y
Pedroso, es extensa.
Al otro
lado, llegué a ver la Laguna de la Cascada.
El paso
por una zona rocosa no supuso la menor dificultad, pero me dejó algún cuadro
agreste.
Hacia la
cota 1.800, el sendero llegó al cabo de un cortafuegos que cae a la izquierda
(NE). Por él continué.
Luego,
pasado un desvío señalizado a la Laguna de la Cascada y con la mole de Cabeza
Herrera destacada al fondo, parece acabar ante los árboles. No es así, gira a
la izquierda (N). Al poco de pasar esa curva,...
... dejé
el cortafuegos por una pista que sale a la izquierda (O) y que...
...
prosigue el descenso, muy suavemente, bajo una bonita mezcla de pinos y hayas.
Y ya no tuve más que seguir el carril, durante un buen rato, eso sí, para acabar
en Hoyocarzo.
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