Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Caminata
larga pero suave y llevadera, aunque el pedregal puede resultar un poco
incómodo en ocasiones y, los vados, requerir algún saltito o incluso mojarse,
si el torrente baja crecido. La recompensa es el recorrido de un barranco muy
bonito rodeado de crestas espectaculares y disfrutar, una vez en la cima, de
una de las perspectivas más hermosas, por no decir la que más, de la mitad
oriental del Macizo de la Maladeta. Además, ésta es una de las tres o cuatro
rutas más fáciles para alcanzar un tresmil en el Pirineo. Lo que lleva a la
conclusión de que belleza y dificultad no siempre van parejas.
RELATO GRÁFICO:
Desde el
aparcamiento de La Besurta, se veía cómo los primeros rayos horizontales del
sol golpeaban la Cresta de los Portillones, bajo el pico de La Maladeta. Allí
comencé a caminar por la senda que, como prolongación de la pista, continua
remontando el valle del Ésera.
Pronto
dejé de laso el desvío a la Renclusa. Por cierto, que el torrente homónimo
bajaba cargado.
Al llegar
a un alto, mirando atrás, había una buena perspectiva del Mall Pintrat rodeado
por las crestas del macizo del Perdiguero y Estauas, enmarcado a su vez el
conjunto por los picos de Paderna y Salvaguardia.
Al otro
lado, el camino baja para volver a juntarse con el cauce del Ésera y seguirlo
hasta...
... la
cascada de Aigualluts, que, flanqueada por el pico homónimo y el Aneto, conforma
una de las vistas más celebradas de toda la cordillera.
A
continuación, el valle se abre en el gran Plan de Aigualluts, donde confluyen
dos barrancos, ambos recorridos por la consiguiente senda. Continué por el de
la izquierda (SE), llamado de la Escaleta, remontando una fuerte pendiente inicial
para encaramarme a una terraza de la vertiente izquierda, que la senda
aprovecha para pasar un estrechamiento.
Tras esa
primera subida, mirada atrás, al Plan de Aigualluts, con la pareja Salvaguadia -
La Mina al fondo.
El
caminillo me devolvió al cauce junto a una surgencia.
Luego, vino
otro rellano en que el barranco se ensancha y apareció la Forcanada al fondo, pasando
bajo...
... el
Coll de Toro, que dejé a la izquierda.
Al otro
lado, a la derecha, bajo el Pico de Aigualluts, se abrió un barranco tributario
sobre el cual asomaba el Aneto.
La
Forcanada aparecía cada vez más espectacular, mientras llegaba a los primeros ibones
que motivan el nombre del valle, los cuales no pasaban de meros remansos.
Según
subía, eran más grandes y...
... se
alternaban con pequeños resaltes en los que el agua formaba modestos saltos.
Por otro lado, siguiendo los hitos con atención, estos accidentes se pasan sin
la menor dificultad.
Echando
la vista atrás, bonita perspectiva de la Tuca Blanca de Pomero y el Mall de la
Artiga sobre los primeros ibones.
Hacia los
2.500 m de altitud, bajo la Forcanada, el barranco gira a la derecha y se acaba
la hierba, sustituida por una roca dispuesta en grandes placas bastante tendidas,
que se podían superar caminando sin más. Y lo mismo podía decirse de los
neveros que las cortaban ocasionalmente.
Superando
las placas, al mirar atrás, pude ver en el horizonte las montañas del Valle de
Arán, con el Maubèrme bien reconocible.
Luego, se
abrió a mi izquierda (S) un amplio cóncavo, al fondo del cual se llegaba a ver
por los pelos la cumbre. Los hitos se dividen y seguí los que iban hacia allí,
dejando el barranco principal, que sube hacia el Coll de Salenques, y...
... el
Estany Alt de la Escaleta, último de los lagos, como indica su nombre,
aunque...
... yo
aún pasaría junto a alguna modesta balsa según me acercaba al Tuc de Mulleres,
que iba elevándose gradualmente en el horizonte, a la derecha del vistoso Cap
de Toro. También, las placas fueron siendo reemplazadas por pedrera de bloques.
Pronto,
mirando atrás, pude ver cómo el Aneto comenzaba a asomar sobre la cresta del
Pico de Salenques.
Los hitos
me llevaron un poco hacia la derecha, para ganar la cima por lo alto del lomo
que cae a ese lado; supongo que será más cómodo que por el cóncavo, al menos
sin nieve.
En los
metros finales, la montonera de peñascos se empinó, obligando a ayudarse de las
manos, aunque sin llegar a trepar.
Desde la
cima del Tuc de Mulleres, una primera mirada al norte, con las montañas
aranesas más allá de la arista que va por el Cap de Toro a la Forcanada.
Volviendo la vista a la derecha,...
... cae
el Barranco de Mulleres, bajo el Pic Feixant, hacia el valle de la Noguera
Ribagorzana, con un fondo de crestas sucesivas. Si el perfil oscuro de los Besiberris,
se reconocía en primer plano, en el último horizonte, a la izquierda, se
llegaba a distinguir borrosamente la silueta de la Pica de Estats.
Al sur, se
extiende la plana arista cimera. Y se destaca una punta que parece más alta. No
hay que dejarse engañar; la cima verdadera está donde el hito. Pero merece la
pena acercarse a mirar en esa dirección, aunque...
... este
día la atmósfera estaba demasiado turbia para ver nada reseñable más allá de
los límites del macizo. Si había nitidez suficiente para disfrutar de la vista
de los Picos de Vallibierna, los otros tresmiles fuera de...
... la
cresta principal, que, del Russell al pico de la Maladeta, llenaba el horizonte
occidental por encima del Pico de Salenques. Y, en medio, la cumbre del
Pirineo;...
... el
Aneto, que se mostraba aquí la vertiente del glaciar de Barrancs bajo su arista
noreste.
Por último,
sobre la parte superior de La Escaleta, los picos de Salvaguardia y La Mina destacaban
en la cresta fronteriza junto a la ancha silueta de la Tuca de la Entecada. En
cresta soplaba un vendaval más que considerable, lo que me desanimó de haberme
acercado hasta el Salenques e incluso el Barrancs, como había hecho cuando mi
primera visita, hacía 29 años antes. Regresé, pues, a la Besurta, deshaciendo
el camino de subida, durante el cual...
...
disfruté de alguna perspectiva que me había pasado antes por alto, como esta
vista del Mall de la Artiga.
Pasando
la zona de placas, me crucé con un grupo que se había separado de los hitos
y andaba haciendo idas y venidas en busca del paso. La ascensión es muy fácil,
si no te sales de la línea.
Al
avanzar el día y acercarme a Aigualluts, me iba encontrando con más gente. No
hay que olvidar que este es una de los rincones más turísticos de la
cordillera.
Al entrar
en el gran prado, una última mirada al Aneto.
Pasando
el alto del Turó de la Pleta de la Renclusa, se descubre ya el prado de La
Besurta bajo los picos fronterizos y, también, a la izquierda,...
... una
buena perspectiva de los Picos Occidentales de la Maladeta, con todo el roquedo
descarnado ya, pese a estar en junio.
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