Pico de Vallibierna (3.059)

ASCENSIÓN DESDE VALLIBIERNA

BARRANCO DE CULEBRES Y REGRESO POR LOS IBONES DE VALLIBIERNA

Los Picos de Vallibierna culminan una montaña que se alza solitaria al sur de la cresta del Macizo de la Maladeta, altiva y algo más baja frente a ésta. Su roca es caliza, a diferencia del resto de picos de ese conjunto, construidos de granito. Si bien su altitud es menor que la de los grandes picos vecinos, supera en prominencia a la mayoría. En suma, que es más pequeño pero también más aislado y abrupto. Morfológicamente, se presenta como un crestón alargado y estrecho. Por último, su situación, fronteriza entre la montaña de roca desnuda veteada de neveros y los apacibles prados que caen ondulados al sur por Llauset y el Isábena, dotan a estas cimas de unos panoramas extensos y variados.

La ruta consiste en recorrer la cresta de los picos Vallibierna de oeste a este, alcanzándola y dejándola por las vías más accesibles desde la vertiente del Valle de Benasque. Ésta fue la ruta normal de ascensión hasta que, a principios de la década de 1.980, con la construcción del Embalse de Llauset y el acondicionamiento de la correspondiente pista, existió la posibilidad de partir de una base un poco más cercana.

Vertiente norte de los picos de Vallibierna. A la derecha de la cumbre, el Barranco de Culebres

SITUACIÓN:

  • Zona: Alta Ribagorza (Pirineos)
  • Unidad: Macizo de la Maladeta
  • Base de partida: Benasque (Huesca)

ACCESO: El Puente de Coronas está 154 km al NE de Huesca, por Barbastro, Graus y Benasque. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps. Las indicaciones acaban, ya en la pista de Vallibierna, unos 2 km antes de llegar; a partir de ahí seguir carril adelante (tampoco se puede hacer otra cosa) hasta el puente, junto al cual hay un refugio abierto y sitio para aparcar. Por otro lado, en verano sólo se puede remontar el valle a pie o en autobús y, como las fechas y horarios pueden cambiar de un año a otro, lo mejor es informarse en la web de turismo de Benasque.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.960 / 3.059
  • Mi tiempo efectivo: 6h07
  • Mi tiempo total: 7h17
  • Dificultades: PD-. Es difícil dar grado al peculiar paso del Caballo; se trata de una sólida arista horizontal, muy fácil y sin apenas riesgo si se pasa a horcajadas. Sin embargo su exposición es tal que quizá sea apropiado asimilarla a un II, por la impresión que puede causar en gentes poco habituadas al vacío. Además, para acceder al domo cimero de la Tuca de las Culebras hay que superar una sucesión de fáciles escalones cortos (I). Todo el recorrido transcurre por senda o está balizado claramente.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir del Puente de Coronas por el camino de Llosás y, al paso por el primer claro del bosque, desviarse por un trazo borroso a la derecha (SE) para llegar a un vado que permite cruzar fácilmente el Barranco de Vallibierna. Al otro lado, remontar la ladera por una senda más marcada, hasta los Prados del Muyidó. Derivar con la traza a la izquierda (SE) para atravesarlos bajo la Tuca Arnau y, luego, a la derecha (S), para entrar en el barranco que nace en el Collado de Culebres. Seguir el cordal a la izquierda (E), remontando una otra canal hasta situarse en el hombro sur de la Tuca de Culebres (F), que se alcanza mediante una breve trepada. Cruzar el Paso del Caballo para llegar al Pico de Vallibierna (PD-).

Continuar por la arista al este, hasta que se divide. Continuar recto (E), por una traza que desciende la pendiente pedregosa entre las dos cuerdas. Siempre siguiendo hitos, girar a la izquierda (N) en el fondo de la cubeta y, al llegar al Ibón Chelat, a la derecha (NE), hasta dar con el sendero balizado GR-11 junto al Ibón Alto de Vallibierna. Tomarlo a la izquierda (O) y seguirlo, pasando por la Pleta de Llosás, hasta el Puente de Coronas.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Debo de estar haciéndome viejo y me puede la nostalgia. Si el día anterior había repetido una ruta realizada 29 años antes, esta vez, el primer antecedente se remonta a 34. Después, el de Vallibierna formó parte de la media docena de picos que ascendí junto a mi novia de entonces, que hoy sigue siendo mi mujer, y que una vez que me tuvo cazado, firmemente atado y a buen recaudo, consideró innecesario continuar siguiéndome al monte.

Bueno, aparte de eso, siempre he pensado que Vallibierna es uno de los sitios más bonitos del Pirineo, especialmente sus zonas más altas, al pie de los picos a que da nombre. Es más, considero esta montaña en sí es una de las más hermosas de la cordillera, por su carácter propio y por lo que la rodea; supera los 3.000 m de altitud y todas sus rutas presentan alguna dificultad, aunque sea mínima. En el caso de la del Barranco de Culebres, como todas las de la vertiente norte, es directa y empinada. Así que no hay que dejarse engañar por su calificación de ruta normal; es un itinerario físicamente exigente y que incluye cierta dificultad. Y, del Paso del Caballo, no voy a decir nada, que bastante sobrevalorado está ya.

RELATO GRÁFICO:

Desde el final de la pista de Vallibierna en el Puente de Coronas, se ven ya los picos homónimos, más allá de la Tuqueta Blanca y la Tuca Arnau. De allí salí, andando por el camino que continúa remontando el valle. Tuve un despiste y, cuando me di cuenta, estaba ante el desvío que conduce a los Ibones de Coronas. Me había pasado el acceso a la pasarela de Riberetes. En vez de volver atrás, preferí continuar y pasar el río por uno de los vados que hay un poco más arriba.

Escogí el más bajo, al que se accede dejando por la derecha (S) el camino principal, al llegar al primer claro que se abre en el bosque. Tras cruzar la breve pradera, un trazo no muy claro me llevó, entre matojos y pinos al...

... cauce, que forma aquí un remanso poco profundo y no muy ancho. En este vado, no queda otra que descalzarse y mojarse los pies, pero es también el más pacífico de todos. Hasta el lecho, formado en su mayor parte por lajas planas, es el más cómodo de pisar. Al otro lado, la traza continuaba,...

... remontando una breve ladera empinada hasta...

... salir del pinar a los Prados de Muyidó, que ocupan una ancha y panorámica terraza. Desde ella, podía ver al oeste algo de los macizos de Posets y Bachimala y la vertiente opuesta del valle. Pero mi camino estaba al otro lado.

Al dar con una senda bastante clara (la que viene de Riberetes y por donde debía de haber llegado con los pies secos), la tomé a la izquierda (SE), para dirigirme hacia el boquete del Barranco de Culebres bajo  la Tuca Arnau.

Enfrente, podía ver ya una de las presencias constantes de la jornada: el Aneto, en lo alto de la cuenca de Llosás.

Por delante, la Arista de la Culebras, que me evocaba una de las ascensiones más emocionantes que he realizado en el Pirineo. Y eso que era mi cuarta subida a este pico.

Ganando altura, la perspectiva sobre Vallibierna se iba haciendo aérea y la boca del valle se llenaba de montañas.

Ante el Barranco de Culebres, los hitos me desviaron a la derecha (S), para empezar a remontarlo en línea directa por su vertiente derecha. El terreno alternaba placas tendidas, rellanos herbosos y...

... ocasionales resaltes un poco más escabrosos. Pero, como se puede ver, sin dificultad.

Aproximadamente a media altura  del barranco,...

... cambié de vertiente, siguiendo los hitos, ya que el terreno era ahora más favorable en la izquierda.

Para entonces, la vista de la cresta del Pico Maldito al Russell, al otro lado del valle, era ya estupenda.

Más a la izquierda, por la boca del valle, asomaba en buena perspectiva el cresterío imponente de los Clarabides al Perdiguero.

Caminaba ahora por una pedrera de grava muy fina y suelta, por fortuna atravesada por una traza bastante firme. A mi izquierda, la Tuca de Culebres iba alzándose y...

... también se mostraban claramente los peculiares estratos que le dan nombre.

Y así llegué al Collado de Culebres, hundido en una curiosa dolina, desde donde descubrí las crestas del Ampriú y la Sierra Negra, sobre las que sobresalían el Turbón y el Cotiella. Aquí, giré a la izquierda (E) para...

... remontar una canal adosada a la cuerda y alcanzar una collada que se abre al sur de la Tuca de Culebres.

Al ganar altura, se tiene esta hermosa perspectiva de la Sierra Negra.

Al otro lado de la horcada, descubrí la vertiente de Llauset. Aquí, giré a la izquierda (N) y...

... emprendí la trepada (I) que me llevaría a la Tuca de Culebres.

Aunque no salí a la cima, sino al oeste (izquierda) de la misma y aún tuve que recorrer unos pocos metros de lomo pedregoso.

La cima de la Tuca de Culebres está separada del Pico de Vallibierna por el Paso del Caballo, arista de roca...

... afilada pero, en mi opinión, sobrevalorada en su dificultad y exposición. Pasando a horcajadas, sólo hay que...

... vencer la aprensión a la altura.

Aun así, la dificultad subjetiva que supone cruzarla creo que sería equivalente a un II grado. Así se ve el paso desde el pico de Vallibierna.

Desde la cumbre, se veían al sur llegar nubes espesas sobre las cimas del Ampriú.

Al oeste, el gran surco de Vallibierna se extendía hacia los macizos de Posets y Perdiguero.

Al norte, la cresta del de la Maladeta sobre la cuenca de Llosás y,...

... más a la derecha, las montañas de Arán y los Besiberris más allá de las estribaciones orientales del macizo.

Inicié el retorno recorriendo hacia el este la arista cimera, que no es estrecha ni presenta obstáculos, pero sí que resulta un poco incómoda por irregular. La caída era considerable tanto hacia la vertiente de Vallibierna como...

... hacia la de Llauset.

Al llegar al extremo oriental de la cresta, una mirada atrás, a la cumbre, antes de...

... dejarme caer por el trazo que se marcaba la empinada pedrera abierta entre las dos cuerdas en que se abre la arista.

A la izquierda, la arista que va a la Tuca de Muyidó, a través de una de cuyas horcadas se veía el ibón Chelat, al que me dirigía.

Al otro lado, la que cae hacia Botornás, que se veía espectacular según iba bajando. La pedrera acabó en una cubeta, donde la traza se desdibujó. Los hitos se dividieron en dos líneas y yo continué por la izquierda (NE), para ir,...

... a través del pedregal, hacia el Ibón Chelat, que pronto fue de nuevo visible. Antes, el Pico Russell era una buena referencia.

A mi derecha, mientras el sol iluminaba la cresta de Besiberri, empezaron a verse cortinas de lluvia que, por fortuna, iban pasando de largo.

Alcancé el Ibón Chelat junto a su desagüe, desde donde se ve así la cresta de Vallibierna. Tras cruzar el torrente, remonté el lomo pedregoso al otro lado y...

... bajé hacia el hoyo que abre la cabecera de Vallibierna entre los picos homónimos y el cordal principal del macizo.

Pronto fue visible el Ibón Alto de Vallibierna y, junto a él, la traza del GR-11 en la hierba. Tomé el sendero, que ya no dejaría hasta el final, a la izquierda (O) y, tras bordear este primer lago, continué...

... hacia el segundo. Casi me desvié del camino, pues el trazo más marcado baja a una vaguada pedregosa, que es una alternativa más incómoda y larga cuando no hay nieve. Lo más conveniente, en vez de eso, es seguir las marcas de pintura con atención, las cuales van, por el lomo de la derecha, a...

... la orilla septentrional del ibón bajo, rodeándolo por la misma antes de...

... trasponer el estrecho desagüe y...

... salir a una amplia ladera de hierba que desciende suavemente hacia la Pleta de Llosás.

Si, a mi derecha, el Aneto se alzaba sobre Llosás, al otro lado,...

... reaparecieron los picos de Vallibierna junto al Barranco de Culebres. Un bonito final de excursión.

Frente a la Pleta de Llosás, el sendero...

... cruza el torrente de Vallibierna por un  puentecillo de madera y...

... desciende el valle, ya transformado en un camino más ancho, hasta el Puente de Coronas.

Comentarios

  1. Vaya descripción Luis!! Qué valle más bonito y tan poco visitado en comparación con otros cercanos. Gracias por compartir una reseña así. Saludos.

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    1. Gracias por el comentario Sergio, aunque si bien en Vallibierna no hay tanta gente como se puede encontrar por la Besurta o Estós, tampoco es un lugar demasiado solitario. De la semana que he estado en pirineos, éste fue el día que más gente me crucé.

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