Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Excursión
corta y bastante asequible, a pesar de transcurrir en buena parte sin camino.
La relevancia de la cima justifica esta incursión en una montaña muy
urbanizada, pero que, a pesar de ello, mantiene ciertos atractivos. Hay
posibilidades para alargar la ruta; entre ellas, salir del propio Borobia o de
la Ermita de Todos los Santos e ir por la pista de servicio del campo eólico. Pero,
la verdad, no sé si realmente eso aportaría atractivo a la excursión y, además,
terminaría de urbanizar una actividad que, ya de por sí, no es demasiado
montañera.
RELATO GRÁFICO:
Tras aproximarme
a la sierra por el Camino Prado la Cubierta, aparqué cuando el carril gira a la
derecha al empinarse el terreno y comencé a caminar hacia la izquierda (NO),
por...
... la
linde entre dos campos, que me llevó a la base del espolón rematado por la cota
1.432 del mapa IGN. Tras cruzar el cauce seco del Arroyo Vaguillas, remonté su
amplio lomo...
...
herboso, despejado y de pendiente llevadera. Ninguna senda lo recorre, ni falta
que hace; conozco muchas sendas peores. Mirando atrás, iba viendo levantarse el
núcleo oriental de la sierra.
A mi
derecha, la cresta se veía cercana, mientras...
... continuaba
lomo arriba.
Al
culminar la cota 1.432, una buena perspectiva de la Sierra de Toranzo al oeste.
También
empezó a descubrirse el Moncayo al norte, más allá del cordal. Al culminar el
espolón, giré a la derecha (NE) para...
... trasponer
un ligero collado y pasare a remontar la Cuesta las Carrascas, lomo que cae de
la cresta y que...
...
resultó todavía más ancho y
suave que el anterior. Atrás, por encima de la cota 1.432, se veía el altiplano
del Campo de Gómara, interrumpido por alguna serrezuela.
La Cuesta
las Carrascas alcanza el cordal en el Saornil Grande. Pero, poco antes de
culminarlo, derivé a la derecha (E) para recortar y llegar a...
... la
cresta de la sierra en el collado oriental, donde me encontré con la pista que
la recorre. Por primera vez en la jornada, dispondría de camino.
También
me encontré con el cordal principal de la Sierra del Moncayo; hacia el nordeste,
la parte del Morrón y, hacia la izquierda...
... el
núcleo principal, con el San Miguel flanqueado por la Peña Negrilla y el
Lobera. Tomé la pista a la derecha (SE) para...
...
dirigirme a la cima. Tras un trecho en que el carril alternó ambos flancos del
cordal rodeando cabezos, llegué...
... a la
vista del hito. Antes de dirigirme a él, retrocedí unos metros por la cuerda
para asomarme al...
...
extremo occidental del domo cimero y tener buena perspectiva a ese lado, donde
la cordillera va, por las sierras de Toranzo y Madero, hacia la Cebollera y los
montes de los Cameros, reducidos a sombras en el horizonte que, por cierto,
empezaba a oscurecerse.
Ya en el
hito, inmejorable vista hacia el macizo principal del Moncayo, girándome a la
derecha,..
... el
Morrón dejaba ahora ver las Peñas de Herrera. Delante, se distinguía la curiosa
pared de la Muela de Beratón.
Al
sureste, continuaba el cordal hacia el borroso paisaje del valle del Río Grío
y...
... las
sierras ibéricas zaragozanas, con la de la Virgen como más cercana y destacada.
En fin;
al suroeste, la vista se extendía por todo el Campo de Gómara hasta un
horizonte marcado por la línea oscura de las Parameras de Molina. En esa
dirección inicié el retorno, dejándome caer directamente por la ladera de la
sierra, despejada rampa de hierba y cantos, empinada pero no en exceso. Como
referencia de dirección, es muy buena la esquina derecha del perímetro de la
mina que había abajo, marcada por lo que parece una pista de recorrido
cuadrangular y que resultó ser una acequia de cemento.
En esta
otra foto, tomada a medio descenso, se aprecia mejor la pendiente de la ladera
y se ve también, a la izquierda, la esquina que iba buscando.
Tras cruzar
el Barranco de la Pinilla, seco como el del principio, el terreno fue perdiendo
pendiente y, mirando atrás, puede verse la vertiente de la sierra, en el tramo
que va del Corralejo Bajo a la cumbre.
Una vez
en la esquina de la explotación, continué caminando un poco junto a la cerca,
hasta dar (no se aprecia muy bien por la hierba; está a medio camino de la
caseta) con un camino que va paralelo a la sierra. Con la vista puesta en lo
que se veía a lo lejos al suroeste, lo tomé a la derecha (NO) para...
... ir
siguiendo el pie de monte hacia El Cambronal, más allá del cual podía ver el
lomo por el que había iniciado la ascensión y, más allá, cortinas de lluvia
sobre la Sierra de Toranzo.
Así que,
al final, cuando llegué a mi coche, no me sobraron más de quince minutos para
evitar mojarme.
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