Mocoso (1.989)

ASCENSIÓN DESDE LA PERAL

CUERDA SE Y RETORNO POR EL RÍO TRABANCO

El Mocoso culmina una larga estribación desprendida al norte del Cornón de Peñarrubia, que se prolonga hasta Pola de Somiedo. Se trata de una pirámide verde, con laderas generalmente empinadas y barreadas de roca, salvo al sur, en que una rampa herbosa cae en suave pendiente hasta el Río Trabanco. El paisaje, como en toda esta zona occidental de la cordillera, es una armoniosa combinación de prados y caliza, bella precisamente por su diversidad. La presencia humana, reflejada sobre todo por la ganadería llega hasta muy arriba, pero sin quitar encanto al entorno. Dentro de los atractivos de una ascensión al Mocoso, hay que destacar el magnífico panorama que se tiene de la vertiente más espectacular del grupo del Cornón.

La cumbre se alcanza remontando la cuerda que arranca de la aldea de La Peral, situada al pie del Puerto de Somiedo. El retorno se hará por el barranco del Río Trabanco que corre al sur de la citada cresta.

El Mocoso, visto durante el recorrido de su cuerda suroriental

SITUACIÓN:

  • Zona: Montaña Leonesa Occidental (Cordillera Cantábrica)
  • Unidad: Entre Somiedo y Laciana
  • Base de partida: La Peral (Asturias)

ACCESO: El Aparcamiento La Peral está 85 km al SO de Oviedo, por Doriga, Longoria y Caunedo. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.321 / 1.989
  • Mi tiempo efectivo: 3h22
  • Mi tiempo total: 4h08
  • Dificultades: Ninguna. Itinerario por caminos, aunque en algunos sitios el trazo de senda se ha perdido, comido por la vegetación.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Desde la parte alta de La Peral, remontar el ancho y verde lomo que cae de Los Pacharones. Fijándose un poco, se encuentra un trazo borroso que ayuda a atravesar el matorral. Sin necesidad de tocar la citada cima, continuar al NO, recorriendo el cordal por el trazo, cada vez más claro, hasta la cumbre del Mocoso.

Descender a la izquierda (SO), siguiendo la senda. Dejarlo por la derecha (NO) a la pasar junto al Alto La Cogocha, para visitar ese interesante mirador. Volver luego al trazo y seguirlo hasta dar con el camino que atraviesa la ladera de El Rozu. Tomarlo a la izquierda (SE) y, cuando desemboca en una pista de mejor condición, girar a la misma mano (E) para regresar a La Peral.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Interesante y panorámica caminata, sin dificultad técnica, aunque algo incómoda cuando el matorral se cierra sobre la senda, tanto al subir hacia Los Pacharones como al bajar de la Cogocha. Debido a esos tramos, es aconsejable llevar pantalón largo, por mucho calor que haga. Por otra parte, siempre encontré algún rastro durante todo el recorrido; es decir, que, si se pierde del todo, es mejor detenerse un momento a mirar con más atención.

RELATO GRÁFICO:

Dejé el coche en el aparcamiento a la entrada de La Peral y cubrí caminando los últimos metros de asfalto, para luego atravesar el caserío hacia su parte alta.

Un cartel me guio hacia los miradores de La Peral y El Príncipe. El primero es un prado con mesas y bancos sobre las casas más altas, desde el cual hay esta perspectiva hacia la Peña Salgada y sus satélites, al otro lado del valle de Somiedo.

Estaba al pie de un ancho lomo verde que se elevaba empinado hacia Los Pacharones. Cerca del final del muro que se ve, en su lado derecho, encontré en el matorral rastrero un leve trazo que remontaba la pendiente y me puse a seguirlo.

A mi izquierda, la Penouta y las Peñas del Nuncio, que forman una especie de barrera previa al norte del Cornón fueron destacándose sobre el valle del Río Trabanco.

Al otro lado, se iba descubriendo el verde cóncavo de Valdecuélabre, bajo la Salgada.

El trazo, estrecho y borroso, se perdía en ocasiones, siempre para reaparecer a los pocos metros. Así, fui dejando abajo la aldea y viendo detrás el Puerto de Somiedo.

La huella (no me atrevo a llamarla senda) rodea la cima de los Pacharones por el sur y, a la vista del matorral que me separaba de la misma, no me molesté en ir a pisarla. Al pasar una collada, descubrí...

... las cimas del Pico Pacentes y La Gata, al extremo de una suave y amplia cuerda. Al otro lado, me dejé caer al principio por una especie de vaguadita, de la cual me desvié a la derecha (N)...

... cerca del final de la bajada, para alcanzar el collado (1.564), a través del cual vi por primera vez en el día las montañas del interior de Asturias.

Por delante, la mediana subida al Pico Pacentes. A partir de aquí, la senda (ahora sí) se definió algo, aunque continuó siendo bastante precaria. Aunque tampoco se necesita mucho más en esta ancha cuerda; lo justo para no irse pinchando con los matojos.

A mi derecha, tenía ahora una mejor perspectiva del valle de Somiedo.

Al culminar el Pacentes, mirada atrás: el grupo de Peña Salgada, más allá de Los Pacharones.

Ahí descubrí que este pico no es más que un hombro sin prominencia de La Gata, cuya cima rocosa veía al extremo se un segmento de cuerda mucho más tendido.

Desde La Gata, al mirar atrás, se iban empezando a ver montañas leonesas a través del Puerto de Somiedo.

Al sur, entre la Penouta y las Peñas del Nuncio, se veía ya el Cornón de Peñarrubia y, más a la derecha, el Cogollo de Cebolleo. En esa dirección me llevaron brevemente la senda y la cuerda, antes de...

... recuperar el rumbo noroeste para acometer la subida final al Mocoso, prolongada pero suave, como se puede ver.

A mi derecha, el terreno se precipitaba hacia el fondo del valle de Somiedo para luego elevarse en cordales sucesivos. En el más lejano, el de la Mesa, destacaba altiva la Peña Negra.

Al otro lado, la Penouta mostraba ahora la verticalidad de su cara oeste.

Y así fui llegando a la cima del Mocoso, desde la cual,...

... mirando atrás, se veía, más allá de la cuerda recorrida desde La Gata, un variado panorama de montañas, en el que destacaban, de derecha a izquierda, el Muxivén, la Penouta, el lejano perfil de la Sierra de Villabandín y, ya al otro lado del Puerto de Somiedo, el grupo de los Picos Albos sobre Valdecuélabre. Más a la izquierda,...

... sobre el gran cóncavo también se podían reconocer Peña Orniz junto a algunos de sus satélites y las Ubiñas. Sobre el Cordal de la mesa, la vista llegaba ahora a la Sierra de Aramo. Y entre ambos grupos, a través de un collado se distinguía un borroso...

... y fantasmal cresterío, que sólo puede corresponder a los Picos de Europa.

Al norte, se proyectaba un largo cordal y, más allá, la rectitud del horizonte anunciaba el mar.

Siguiendo con la vuelta, los cordales paralelos que, desde la cordillera se internan en Asturias. El más importante de los que se ven es la Serrantina.

Y me dejé para el final el panorama al suroeste: el Cueto de Arbas era visible a través del Puerto de Cereizales, abierto entre el Cogollo de Cebolleo, a la derecha, y el...

... Cornón, que muestra desde este ángulo todo su carácter.

Precisamente en esa dirección inicié el descenso, siguiendo la traza que, ahora, corre junto a una cerca que va por el cordal.

Siguiendo la cuerda, la senda pasa junto a un pico secundario, el Alto de la Cogocha, antes de descender al sur. Viendo que había hierba hasta la cima y que podía tener una buena perspectiva por su posición, me desvié a la derecha (NO) para ir a pisar la cima.

Efectivamente, el Mocoso tiene desde aquí una foto interesante.

A continuación volvía al collado intermedio para continuar descendiendo...

... por el estrecho surco que abre la traza en el matorral.

No tardé en dar con un camino, que tomé a la izquierda (SE), para atravesar la ladera de El Rozu por encima del Río Trabanco, camino de La Peral.

A mi derecha, el paisaje era rocoso y espectacular, mientras que...

... el terreno ascendía mucho más suavemente al otro lado, hasta la cima del Mocoso, que aún llegaba a verse.

Este camino desembocó a su vez, al poco, en una pista, que seguí a la izquierda (SE) para continuar descendiendo el Trabanco, con la Penouta a mi derecha y, al otro lado,...

... el cordal recorrido, del que se veía ahora La Gata.

Antes de llegar al fondo del valle del Trabanco, una última vista del Cornón.

Y, así, sin más que seguir el carril, llegué de vuelta a La Peral.

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