Pic d'Anie (2.499)

ASCENSIÓN DESDE BELAGUA

CARA ESTE CON ARLAS (2.044), SOUM COUY (2.314) Y AÑELARRA (2.357)

El Pic d’Anie es una magnífica pirámide caliza, altiva y sobresaliente, y, según algunos, la verdadera alta montaña más occidental del Pirineo. Desde luego, aquí parece por primera vez, llegando del Cantábrico, la aridez extrema de las grandes cumbres en una extensión apreciable, cuando los valles circundantes, todavía conservan todo el verdor atlántico. Donde mejor se aprecia esto es en la vertiente oeste, donde el terreno se eleva gradualmente por el atormentado karst de la cabecera del Belagua. En contraste, la cara que da al otro lado, hacia Lescun, cae bruscamente en uno de los desniveles mayores de la cordillera.

La considerable altitud de la base de partida y las pendientes graduales aconsejan no limitar la ascensión al Anie por la vertiente de Belagua a la simple subida al pico. Por ello, decidí aprovechar la visita para realizar una circular en torno y a través del karst de Larra, tocando en algunas de sus cimas más significadas.

Desde el Pico de Arlas, el de Anie se eleva al otro lado del gran karst, flanqueado por el Soum Couy y el Añelarra

SITUACIÓN:

  • Zona: Pirineo Vasco - Navarro
  • Unidad: Roncal - Belagua
  • Base de partida: Isaba (Navarra)

ACCESO: El Centro de Esquí Nórdico Larra-Belagua, también conocido como La Contienda, está 122 km al NE de Pamplona, por Noáin, Sigüés e Isaba. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.676 / 2.499
  • Mi tiempo efectivo: 8h47
  • Mi tiempo total: 11h02
  • Dificultades: F. Varias trepadas, todas fáciles (I) y con poca exposición. Largos tramos por incómodos pedregales que, sin suponer verdaderos obstáculos, ralentizarán considerablemente la marcha.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de las instalaciones de La Contienda, caminando al NE, primero por las pista de esquí nórdico y, luego, remontando la vaguada que sube al Col d'Arlas. Tomar a la derecha la senda que va por la cuerda, pasando por el Pico de Arlas. En la bifurcación del Collado de Batikotxe, girar a la izquierda (NE) y seguir por un camino que va por el fondo de una vaguada pedregosa, encaramándose luego al lomo NE del Soum Couy (F), por el que se alcanza la cima. Retroceder un poco, hasta localizar una traza en el pedregal que desciende por la cara NO y luego gira a la izquierda (SO) para evitar los desplomes de la cresta y bajar hasta el Col des Anies, donde se cruzan varias sendas. Salir por la que, en dirección sur, se dirige al Anie. Cuando se dirige a atravesar en diagonal la cara norte, dejarla por un desvío que sube a la izquierda (E) y pasa por el collado (2.213) hacia la cara este, donde la traza desaparece. Ir remontando entonces la fuerte pendiente pedregosa en diagonal a la izquierda (S), para evitar unas paredes que se ven más arriba. Alternando empinadas pedreras y pequeños resaltes, nunca difíciles (I), al dejar atrás las paredes, girar a la derecha (N) para acabar de superar la ladera hasta la cumbre del Pic d'Anie (F).

Bajar a la izquierda (SO), por la senda de la ruta normal, dejándola por un desvío a la izquierda (S) que desciende en dirección al collado (2.298). Al poco, el trazo desaparece y, aunque se ven hitos aquí y allí, resulta más práctico dirigirse por donde mejor parezca a la horcada y luego remontar el lomo NE de la Péne de Castetné (F). Seguir luego la cuerda  al NO, recorriendo la Sierra de Añelarra. Pasada la cota (2.024), cuando el terreno aparece propicio, bajar a una vaguada kárstica a la derecha (N) y, manteniendo más o menos la dirección, cruzarla, trasponer el lomo del otro lado y una segunda vaguada, ésta herbosa, hasta encaramarse a la Sierra Longa. Seguirla a la izquierda (NO) hasta estar junto a la cota (1.875). Allí, a la vista del Pico de Arlas, girar a la derecha (NE), hacia el mismo y cruzar otra vaguada y otro lomo más. En este trayecto reaparecen los hitos y, luego una buena traza, que lleva hasta la balsa de agua de La Contienda. Sobrepasarla y tomar una pista de esquí de fondo que  sale a la izquierda (O) y conduce de vuelta al edificio de la estación y la carretera.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Larga y exigente excursión a través de parajes muy variados, a veces sorprendentes y siempre bellos. Exige buena orientación “en corto”; es decir, que en muchas ocasiones, en medio del karst, no vamos a tener hitos ni señales que nos indiquen el paso fácil. Especialmente importante va a ser esto en la subida por la cara este del Pic d’Anie que, si bien no es técnicamente difícil, no presenta una vía evidente. Otro factor a tener en cuenta es el agua; ésta es una jornada larga y no se va a disponer de ella en prácticamente todo el recorrido, así que hay que ir provisto de todo el líquido necesario al salir. Y, naturalmente, el terreno aconseja buenas botas, pese a la moda últimamente imperante del calzado sin caña; nada más fácil que dejarse un tobillo por estos pedregales.

RELATO GRÁFICO:

Comencé a caminar por la pista de esquí nórdico que sale a la espalda del edificio de la estación de esquí de Larra-Belagua situado junto al paraje de La Contienda.

Cuando se bifurca, seguí por la izquierda (NE) para aproximarme a la base de la vaguada herbosa que baja del Col d’Arlas, donde dejé el carril para remontarla.

Llegando al collado, podía ya ver en el horizonte, a mi espalda, el cordal entre Lakartxela y el Orhi.

Al otro lado, unas suaves pendientes de hierba bajaban hacia la llanura imprecisa. Girando a la derecha (E), me...

... incorporé a la senda que recorre la cuerda para subir por ella al Pico de Arlas.

Cuando el trazo se bifurca, seguí por la derecha (SE), la subida más directa a la primera cima de la jornada, cuya sombra se proyectaba al oeste sobre las vedes lomas vecinas.

Al norte, el terreno descendía en suaves ondulaciones hacia la llanura aquitana.

Al otro lado, la Peña Ezkaurre se distinguía en el horizonte más allá del karst de Larra, o mejor dicho de sus bordes, pues...

... lo más descarnado del mismo se extendía al sureste, enmarcado por el Pic d’Anie, el Soum Couy el Añelarra, siguientes hitos de la excursión. En esa dirección bajé...

... siguiendo la cuerda hacia el Col de Pescamou, donde hay una bifurcación en la que continué recto (SO).

Desde la horcada, hay buenas perspectivas del Arlas y...

... del barranco del principio de la excursión. Podía haber venido aquí más directamente pero, en mi opinión, dejar pasar una visita al Arlas resta atractivo a la excursión.

La senda me llevó a través de los prados. Pasado un cantil, se bifurca y yo giré a la izquierda (E) saliendo al...

... amplio Portillo de Abajo, tras el que remonté una pendiente pedregosa bajo el Pic Murlong. Desde lo alto de la misma,...

... una mirada atrás, hacia el Pico de Arlas.

A continuación tuve que destrepar un resalte de varios metros, lleno de buenos apoyos (I) para bajar al Collado de Batikotxe. Allí la senda vuelve a dividirse. Continué por la izquierda (NE), por...

... el fondo de una un peculiar trinchera kárstica, al fondo de la cual se alzaba el Soum Couy.

El entorno rocoso era impresionante.

Después de un paso estrecho, el terreno se abrió y fue elevándose, al tiempo que la hierba se iba mezclando con el pedregal.

Mirando atrás, se ve el surco que acababa de recorrer. Por aquí, perdí la traza, pero...

... ya el terreno era bastante cómodo y se podía prescindir de ella. Este final verde de la vaguada me dejó en...

... una horcada, donde apareció un horizonte de crestas ya del Pirineo Central, destacando a la derecha el Midi d’Ossau. Girando a la derecha (SO), ya sólo...

... me quedó seguir la loma, ancha suave, hasta la cima. Además, volvía a tener senda.

Desde el Soum Couy, reapareció el Pic d’Anie al otro lado de una profunda depresión, acompañado de la cresta de Countendé.

Atrás, la cuerda que acababa de recorrer.

Al noroeste, se extendía el gran karst. Hacia el inicié el descenso, bajando con cuidado por el pedregal. A los pocos metros, di con un trazo que lo atravesaba y lo tomé a la izquierda (SO) para...

... pasar bajo los resaltes que defienden más adelante la cresta y...

... alcanzar una brecha en un lomo, por la que pasé a la cara oeste. Con el Pic d’Anie ante los ojos, continué el descenso, ahora directo y empinado.

Aspecto de la bajada y del Soum Couy sobre mí.

Así llegué al Col des Anies, donde hay un cruce múltiple. En la primera bifurcación, giré a la izquierda (SE), hacia...

... el Countendé. Enseguida, en un segundo cruce, a la derecha para retomar la dirección sur...

... hacia el Anie. Por aquí, la senda se interrumpe a veces por resaltes, todos cortos y fáciles (I), además de estar señalizados. 

La senda, que no es sino la ruta normal del Anie, pierde algo de altura antes de atravesar bajo la cara norte del pico. En el punto más bajo, la dejé por un desvío menos marcado que sube a la izquierda (E), al collado de cota 2.213.

Desde el mismo, una mirada atrás, al Soum Couy.

Al otro lado, me encontré ante la cresta del Countendé.

Siguiendo la traza, cada más difusa, y los hitos, traspuse la horcada y pasé a atravesar la vertiente oriental del Anie. En este tramo más o menos horizontal, tuve que pasar...

... un par de zonas rocosas que, sin plantear dificultades serias (I), tenían cierta exposición.

Al pasar por un cóncavo bajo las paredes superiores, dejé el trazo, que seguía horizontal, y comencé a ganar altura por el pedregal, derivando a la izquierda para evitar los resaltes. Vi algún que otro hito, pero no les encontré continuidad y, dado lo uniforme del terreno, preferí guiarme por mi propio criterio. Las rampas pedregosas predominantes, se alternaron con...

... placas y resaltes, muy fracturados, que no supusieron obstáculos de consideración (I).

Al rodear el monte, apareció la cresta que forman las peñas Blanque y de Lhurs, con un fondo de montañas en el que destacaban, entre mucho otros, L’Escarpu, las Argualas, el Midi d’Ossau y la Collarada.

También, con la altura, el Countendé presentaba un aspecto aún más impresionante.

Cuando vi que el muro superior había perdido suficientes altura y verticalidad, giré a la derecha (O) para encarar el ataque final. Aún encontré unos cuantos escalones más, pero todo muy fáciles.

De los últimos resaltes, salí a una pendiente de pedrera que me llevó a la cuerda sureste, que...

... es ancha y pedregosa. Por ella acabé de culminar el Pic d’Anie.

El panorama de montañas al sureste, se había ampliado con el Bisaurín, aun lado, y el Balaitús al otro, que...

... con el Vignemale y el Midi d’Ossau formaba un hermoso cuadro.

Al noreste, ahora el Countendé se dominaba totalmente.

Siguiendo el giro a la izquierda, el Soum Couy.

Al oeste, destacaba el Orhi en la lejanía.

Un poco más a la izquierda, el cordal de Añelarra, que iba a recorrer.

Y acababa la vuelta de horizonte con la Mesa de los Tres Reyes, más allá del Pico de Lhurs. Por debajo, el collado (2.298), a donde debía de llegar. No directamente, claro.

Inicié el retorno bajando del Pic d’Anie por la senda de la ruta normal, que cortaba el pedregal hacia el sur en cerradas lazadas.

Luego, tras un paso estrecho, la traza pierde pendiente y gira al este. Y, al poco, la dejé por un desvío que continua bajando a la izquierda (S), hacia...

... el fondo de la pedregosa depresión que se extiende bajo el collado suroccidental del pico. Luego, continua bajando por una vaguada que cae a la derecha y yo dejé la traza para seguir recto (SO), ascendiendo por una sucesión de repisas pedregosas y cortos resaltes hasta ganar la cuerda en una horcada pasado el punto más bajo del collado.

Allí, se tiene esta impresionante vista de la Péne Blanque enmarcada por la pared meridional del Anie y...

... se alzan varios peñascos, alguno de forma peculiar.

Continué siguiendo el flanco derecho del cordal hacia la Péne de Castetné. Al inicio de la subida, tuve que superar un resalte, que presentaba un graderío fácil (I) hyacia la derecha.

Desde esta cima secundaria, destaca la vista al noroeste, con el Arlas contrastando verde sobre la gris desolación del peñascal.

El Pic d’Anie se mostraba apabullante.

Pero donde uno no se cansaba de mirar era al este.

Continué por la cuerda, que ahora era ancha y razonablemente cómoda con tanta piedra, hacia el Pico de Añelarra.

En el collado intermedio, contorneé una descomunal dolina antes de emprender la subida a la última cima del día. La pendiente no pasaba de mediana y, aunque no vi senda, tampoco la eché de menos.

Desde la cima, se veía el Bisaurín enmarcado entre el Pico de Lhurs y la Mesa de los Tres Reyes. A la derecha de ésta, llegaba a asomar la característica cima bífida del Petrechema.

Soum Couy, Anie y Castetné formaban un bonito trío.

Tras la cima, vino un trecho en que la cuerda mantiene cota con ligeros subibajas.

Las nubes llegaban desde el norte y, en un momento dado, el Pico de Arlas se mostró así de sugestivo.

Llegando al final de esta zona suave, una mirada atrás, antes de...

... perder altura y dejar el pedregal por la hierba. Por cierto, que, al fondo, Orhi y compañía también estaban bonitos con las nubes. Siguiendo una traza, evité los roquedos de la cuerda por repisas y...

... pasillos herbosos, siempre en el costado izquierdo.

Pasada la cota 2.174, que aparece aquí a la izquierda del Anie,...

... el lomo del cordal se ensanchó tanto que perdió definición. Yo me fui dirigiendo hacia la cota 2.024, que es ese cabezo verde situado en el centro de la foto y del que se desprende una loma ondulada a la izquierda.

Ante ella, giré a la derecha (NE), pasando a ese lado de la cuerda, para cruzar una vaguada y encaramarme a otro lomo paralelo.

Al otro lado del nuevo cordal, manteniendo la dirección, bajé a...

... una vaguada pedregosa y subí a continuación a...

... otra loma, ésta herbosa y más ancha aún: la Sierra Longa.

Aquí, varié de dirección a la derecha (NE), para bajar a la siguiente depresión apuntando al Arlas, que volvía a ver.

Pero bueno, ahora que tenía una buena referencia visual, me encontré con una senda e hitos. Las señales señalaban el buen sitio para trasponer la siguiente loma y...

... bajar al pequeño llano de La Contienda. Allí, pasé junto a un pequeño estanque y encontré el extremo de una pista que tomé, girando a la izquierda (O) para...

... dirigirme de vuelta hacia las instalaciones de la estación de esquí de Larra-Belagua, mientras el cielo se iba nublando. Pero ya eso no importaba.

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