Yelmo Grande (1.808)

ASCENSIÓN DESDE EL CAMPILLO

CRESTEO DE NORTE A SUR

El Yelmo es una de las típicas peñas de la Sierra de Segura. Situada en su zona central, no destaca por su altitud ni extensión pero sí por su aislamiento, que hace de este monte un buen mirador, además de situarlo como una las más prominentes de la zona, al nivel de otras cumbres mayores. Además, la mezcla de bosque y roquedo que se da en sus laderas es representativa de las bellezas de la zona y justifica de sobra la visita

La ruta es una buena posibilidad de, sin enfrentar grandes dificultades, salirse de la ruta normal. Además del cresteo panorámico, incluye una bonita travesía bajo las paredes de la cara este.

El Yelmo visto desde el oeste

SITUACIÓN:

  • Zona: Sierras de Cazorla, Segura y Alcaraz (Cadenas Béticas)
  • Unidad: Sierra del Segura
  • Base de partida: Hornos (Jaén)

ACCESO: Hornos está 133 km al NE de Jaén, por Baeza, Villanueva del Arzobispo y El Tranco. Cuando la carretera se bifurca al entrar en el pueblo, seguir por la izquierda (A-6305), siguiendo las indicaciones a Capellanía y Río Madera. Al cabo del algo menos de 13 km, tomar un desvío a la izquierda (JF-7016), indicado a Segura de la Sierra, llegando a la Casa Forestal del Campillo al cabo de otro kilómetro y pico (148 km en total). Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.427 / 1.808
  • Mi tiempo efectivo: 2h53
  • Mi tiempo total: 4h42
  • Dificultades: F. Una trepada bastante vertical (I+) de unos 10 m de altura y varios escalones más bajos y fáciles (I). Mucho trecho de caminar por terreno incómodo, pedregoso e inestable, con pasajes expuestos.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: En el cruce situado junto a la Casa Forestal del Campillo, tomar el carril de tierra que sale al NO y, tras remontar un trecho la ladera, sale del pinar y atraviesa en horizontal la vertiente de Los Torcales. Durante el trayecto, pase de ser pista a senda y finalmente a perderse prácticamente; cuando esto sucede, continuar en horizontal, a través de terreno muy incómodo, empinado e inestable a veces, hasta alcanzar la cuerda al norte de la cima. Girar a la izquierda para seguirla al sur, teniendo que afrontar algunas trepadas fáciles hasta la cumbre del Yelmo (F).

Descender por la carretera hacia el este y, al dejar atrás el último edificio de la cima, dejarla por una senda a la derecha (S), que continua siguiendo la cuerda. Senda y carretera se encuentran varias veces hasta que aquélla baja por la vertiente occidental. Poco después, la senda deja definitivamente la cresta del monte para bajar por la ladera oriental y desembocar en la pista del principio. Tomándola a la derecha (S) ya sólo queda deshacer camino brevemente para regresar a la Casa Forestal del Campillo.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Corta excursión, que sería un paseo sin el tramo aventurero del final de la travesía de Los Torcales y las trepadas en la cresta, una de ellas, la primera, de cierta entidad. Lamentablemente, pese el tiempo transcurrido, buena parte de la zona afectada por el incendio de verano de 2017 sigue prácticamente sin recuperarse, con muchos troncos quemados caídos, el terreno sin afirmar en absoluto y, obviamente, las sendas perdidas bajo los restos quemados y los derrumbes: poco que ver con las actuaciones de limpieza y afirmación que pude notar en la zona menos abrupta, donde aún llega la pista forestal. Desconozco si es que es imposible llegar a esa parte norte de Los Torcales; pero creo que las fotos son expresivas. Aun así, creo que merece la pena afrontar la incomodidad y hacer el circuito completo para dar más entidad a la excursión y, de paso, contemplar las vistas espectaculares tanto de los cantiles que te dominan durante la travesía como de la caída hacia el valle.

RELATO GRÁFICO:

Las nubes cubrían la cima del Yelmo cuando aparqué junto a la Casa Forestal del Campillo y comencé a caminar por...

... la carretera que va a Cortijos Nuevos, que dejé enseguida por un carril que sale a la derecha (NO), señalizado como PR-A 194.

Tras atravesar un trecho de bosque, salí a una zona despejada al pie de los cantiles que sostienen la cresta. Ahí, dejé las señales blanquiamarillas, que siguen por una senda a la izquierda (por ella bajaría más tarde), y continué por la pista, que pasó a atravesar horizontalmente la vertiente.

A mi derecha, podía ver las crestas que se elevan al este, al otro lado del Río Madera (Las Víboras, Cerro del Espino, sierras de la Mora, la Graña y Cobos,...) en un atmósfera incierta de nubarrones y rayos de sol, aunque parecía que la cosa iba a levantar.

Luego, el terreno se volvió más agreste en Los Torcales y entré en una zona quemada. Al principio, estaba bastante limpia, pero...

Luego, pasé a otra zona sin trabajar, donde el carril se deterioraba y estaba cortado por troncos caídos.

Luego, el carril pasó a ser un rastro poco perceptible e invadido a medias por restos quemados y vegetación nueva, haciendo el avance lento e incómodo, mientras por delante iba descubriendo el caserío de Segura de la Sierra, dominado por su característico castillo.

A continuación, cambió de nuevo el decorado, pasando a atravesar una cuenca...

... en que los derrumbes se habían llevado la senda en trechos considerables. Allí, el terreno era muy inestable, de piedras y tierra sin asentar, y tuve que poner cuidado a cruzar para no acabar rodando pendiente abajo.

Eso sí, las vistas compensaban lo penoso de la progresión. Tanto arriba, como...

... hacia el valle.

Y, así, a base de mantener cota a través de la vertiente oriental, fui acercándome a la cuerda del Yelmo.

Al alcanzarla, una mirada atrás. Ahora, al retirarse las nubes, parecía verse la cima; en realidad, la punta norte y un hombro previo.

Girando a la izquierda, empecé a remontar la cuerda, que, por aquí, es ancha y suave. No había senda, pero al principio no me costó encontrar paso cómodo entre las encinas, hasta que...

... me cerró el paso un potente cancho, que rodeé por la derecha (O).

Al salir a la vertiente oeste, pude ver el llano abierto entre las sierras de las Villas, Alcaraz y Segura, donde confluyen los ríos Hornos y Guadalimar.

Superado el cancho, subí a la izquierda, por un pasillo herboso, para recuperar la cuerda.

De nuevo en cresta, mirando al norte, se podía apreciar la complejidad de estas sierras.

Al otro lado, otra panorama de la vertiente oeste, bajo la cresta.

Para continuar por la cuerda, tuve que superar un resalte de unos diez metros. Lo más fácil me pareció que era esa zona tan arrugada donde el matorral aislado, hacia el centro de la foto, para alcanzar la cual tuve que perder unos metros por la derecha. Y debía de ser lo más accesible, pues me encontré una vieja clavija hacia la mitad del paso. El hallazgo me sorprendió, pues la dificultad no pasa de I+, con abundantísimos y excelentes apoyos, aunque...

... la trepada es vertical y bastante expuesta.

La continuación de la cuerda es un crestón de roca que exige superar algunos pequeños escalones bajos y fáciles (I).

A esta altura, podía ya ver el Embalse del Tranco de Beas y la Sierra de las Villas al fondo.

El cresteo se volvió luego aún más sencillo al pasar un rellano y subir hacia una aparente punta, en realidad...

... un hombro previo a la punta norte del Yelmo, donde hay una antena.

Una mirada atrás desde esta punta secundaria, antes de...

... bajar a la horcada intermedia, a tomar allí la pista que comunica las instalaciones para caminar todavía más cómodamente hasta la cumbre.

Al culminar este Yelmo Grande, descubría al sur la continuación del cordal hacia el Yelmo Chico. A la derecha, el Embalse del Tranco de Beas con...

... el fondo grisáceo de la Sierra de las Villas y el verde de la loma del Cerro Peguera.

Continuando el giro, la zona de Cortijos Nuevos y Puerta del Segura, antes de llegar a...

... la punta norte, a la derecha de la cual asomaban los verdes cerros...

... y lomas que se extienden hacia el Puntal de las Víboras y la Sierra de Alcaraz, invisible por las nubes.

Al sureste, más allá de la carretera que sube a la cima, se veían las alturas del Calar de Cobos y, todavía más lejos, la sombra de las sierras de Moratalla. Y un poco más a la derecha,...

... pese a las nubes que la cubrían se identificaba la mole aislada de La Sagra.

Comencé el descenso siguiendo la carretera de acceso, hasta dejar atrás el último edificio; entonces, tomé una senda señalizada (es el PR del principio), que sale a la derecha (S) y...

... continua, muy clara y bien acondicionada, siguiendo la cuerda.

Más adelante, llegará al asfalto y lo dejará un par de veces, siempre en cruces señalizados y claros. Tras el segundo,...

... el camino cambió de dirección al este y se empinó para descender la ladera en apretadas lazadas, hasta...

... desembocar, al pie de la misma, en la pista del inicio. Tomándola ahora a la derecha (S), sólo me quedó...

... un breve trecho a través del pinar para...

... llegar a la casa Forestal del Campillo, desde donde el Yelmo presentaba un aspecto muy distinto al de esa mañana.

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