Peña Redonda (1.996)

ASCENSIÓN DESDE SAN MARTÍN DE LOS HERREROS

CRESTEO CON EL PICO DE BURRIÁN (1.794)

La Peña Redonda, como su nombre indica, es un domo de roca y pasto que se eleva sobre la mitad oriental de la Sierra del Brezo, que corre al sur de la divisoria cantábrica, separando el Alto Carrión de la Tierra de Campos. Como típica montaña calcárea, está culminada por una cresta árida y gris, generalmente ancha aunque accidentada, sobre los verdes prados y hayedos de las zonas bajas. Pero si algo caracteriza a este monte es su descomunal silueta cupular, que destaca desde lejos más incluso que el Pico del Fraile, cumbre del conjunto.

La ruta parte de San Martín de los Herreros encaramándose a una estribación de la sierra para alcanzar por la cuerda el cordal principal y recorrerlo hasta la Peña Redonda. Luego, el regreso es por lo más accesible, dejando el cresteo en el siguiente collado importante y siguiendo el curso de los arroyos que llegan al pueblo.

La Peña Redonda corona el sector oriental de la Sierra del Brezo

SITUACIÓN:

  • Zona: Alto Carrión (Cordillera Cantábrica)
  • Unidad: Sierra del Brezo
  • Base de partida: San Martín de los Herreros (Palencia)

ACCESO: San Martín de los Herreros está 120 km al norte de Palencia, por Herrera de Pisuerga, Cervera de Pisuerga y Ventanilla. Atravesar el pueblo hasta la Calle de la Iglesia y girar a la izquierda (S) para cruzar el puente sobre el Río Rivera, aparcando a continuación a la primera oportunidad. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.079 / 1.996
  • Mi tiempo efectivo: 5h41
  • Mi tiempo total: 6h48
  • Dificultades: Muy fácil. Tramos sin camino por pedregal, matorral cerrado y una repisa expuesta.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Saliendo de San Martín de los Herreros por el puente sobre el Río Rivera, hay un cruce entre unas casas. Tomar, a la izquierda (SE), un camino que asciende suavemente hasta una loma. Dejarlo allí por un desvío a la derecha (O) para terminar de encaramarse al cordal que baja del Pico de Brañosera y seguirlo hasta alcanzar la divisoria de la Sierra del Brezo en el Pico de Burrián. Girando a la derecha, continuar por la cuerda hasta Peña Redonda.

Proseguir el cresteo, pasando diversas cimas secundarias hasta El Collado y bajar a la derecha (N) por una vaguada herbosa. Al llegar al bosque, girar a la izquierda (NO), y, con la referencia visual de la Cabaña de la Espina, atravesar en diagonal la ladera siguiendo la linde y cruzando luego bajo los árboles, hasta la misma. Tomar a la derecha (NO) la pista que pasa junto al edificio, la cual rodea el lomo en que se asienta el mismo. Al ir a trasponer la cuerda, tomar un desvío menos marcado a la derecha (SE), el cual atraviesa la vertiente hasta el Arroyo Porciles, que cuyo curso, y luego el del Monte en el que desemboca, sigue hasta San Martín de los Herreros.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Panorámica caminata con unas pocas emociones aéreas al paso por la Cumbre de Ramaderos y algunos trechos aventureros que rompen la comodidad dominante en la ruta. Las vistas desde esta peña hacia el resto de los montes del Alto Carrión son impresionantes. El inicio de la excursión puede parecer más práctico remontando el Arroyo del Monte en lugar del cordal de Brañosera, pero creo que la opción escogida es más bonita.

Donde sí tengo dudas es si hice bien en bajar directamente de El Collado a los prados de La Espina. Tenía entendido que una senda unía ambos lugares, pero fui incapaz de encontrarla y, aunque la bajada es evidente en la vaguada del principio y luego cuenta con una buena referencia visual, obliga a mantener el rumbo a la estima durante del paso (breve) por el hayedo y a pelear un poco con el matorral a la salida del bosque. Posiblemente, el incremento en tiempo continuando por la cresta hasta disponer de camino para bajar en Los Llanos, sea pequeño, pese al aumento de distancia y desnivel, por la comodidad del terreno. Además, para los coleccionistas, se incluiría el Pico Rebanal entre las cimas visitadas.

RELATO GRÁFICO:

En el cruce que hay saliendo al sur de San Martín de los Herreros, indicado en el apartado de acceso, tomé una pista que sube al sureste,...

... remontando en diagonal la ladera. Enseguida, pude ver la iglesia de San Martín, con las primeras peñas del día al fondo.

Al llegar a un lomo en el que apareció la cresta de la sierra al este, dejé el carril por otro que salía a la derecha (O) y...

.... se encaramaba a lo alto de una loma proyectada desde la divisoria de la Sierra del Brezo. Siguiéndola, apareció la Peña Redonda, pero para quedar oculta enseguida, al...

... meterme en un pinar, cuya sombra se agradecía pese a lo temprano de la hora. En este tramo, pasé por un par de bifurcaciones, donde siempre escogí el ramal que remontaba la cuerda.

A paso por un claro, se descubrió esta perspectiva de la peña redonda, mostrando su vertiente septentrional.

Poco después, dejé la pista principal por otro camino que seguía recto (S) en una curva a la izquierda, saliendo del pinar.

Ahora, libre de arbolado, podía ver a mi espalda un par de las cimas mayores del Alto Carrión: Espigüete y Curavacas.

Por delante, la cuerda se prolongaba, suave hasta el Pico de Brañosera, a cuya derecha aparecían también el Alto de Burrián y la Peña Redonda.

Los metros finales a la primera cima del día transcurrieron por una placa de roca sin dificultad. Mirando atrás, la perspectiva hacia las crestas del Alto Carrión se había ampliado.

Al norte, aparecieron en el horizonte los cordales de Peña Sagra y el Alto Campoo.

Al este, se proyectaba el bonito cordal rematado por el Pico de la Celada.

Finalmente, al suroeste se elevaba la Peña Redonda y, delante, el Alto de Burrián, siguiente cima de la jornada. Para llegar a ella, bajé por una empinada pendiente de piedras sueltas a la derecha de la arista, evitando así las dificultades, la cual me dejó en un cortafuegos que rodea el verde cabezo que sigue.

Desde allí, una mirada atrás, al Pico de Brañosera.

Al bifurcarse el carril, giré a la derecha (SO) para terminar de rodear esa cota 1.623 hasta...

... el collado subsiguiente, desde el cual...

... emprendí la subida al Alto de Burrián. No hay camino, pero la ladera no es tan empinada como parecía y...

... el terreno es generalmente cómodo y despejado, pese a los cantos sueltos. Pronto, pude ver a mi izquierda esta perspectiva del Arroyo del Haya.

Abajo fue quedando el collado bajo el Pico de Brañosera.

Al culminar la cuesta, me encontré con el suave abombamiento cimero pocos metros a mi derecha (O).

Desde el Alto de Burrián así se veía la Peña Horadada, la más oriental de las cimas importantes de la Sierra del Brezo.

Al otro lado, Espigüete y Curavacas, más allá de la Peña de Santa Lucía.

Más a la izquierda, la Peña Redonda, pero, antes de llegar a ella, pasaría por...

... el Pico de Burrián, que tenía al suroeste. La subida fue similar a la anterior, pero menos empinada y más breve y cómoda.

Desde esta tercera cima de la jornada, una mirada atrás, a su hermano menor.

Mirando ahora hacia Peña Horadada, impresionaba el gran cóncavo cabecero del Barranco de Santa Eulalia.

Al sur, la Tierra de Campos se extendía lisa hasta perderse de vista.

Continué el cresteo hacia la derecha (O), donde se erguía la Peña Redonda. La bajada al collado intermedio transcurrió, sin senda, por terreno empinado libre de obstáculos. Pero, a partir de la horcada,...

... dispuse de una buena senda que me llevó lomo arriba hasta...

... la cumbre misma.

Al culminar la Peña redonda, se descubrió el tramo occidental de la Sierra del Brezo, con su mayor altitud en la Peña del Fraile.

Al sur, la gran llanura.

Al oeste, Peña Horadada ante un brumoso horizonte en que llegaban a distinguirse las formas amesetadas de las Loras.

Al norte Peña Sagra y la cresta del Alto Campoo.

Por delante, el núcleo principal del Alto Carrión, donde seguían destacando...

... el Curavacas y...

... el Espigüete.

Inicié el retorno prolongando el cresteo al noroeste, descendiendo por una empinada pendiente de hierba y cantos. Había hitos aquí y allá, pero no servían de gran cosa: daba igual ir por uno u otro lado.

Tras la horcada, una subida breve y cómoda por una placa tendida me dejó en la Cumbre de Ramaderos.

Desde allí, se aprecia el tamaño de la cúpula cimera de Peña Redonda.

Por delante, otra bajada por hierba y pedregal, igualmente empinada, pero...

... mecho más breve. A mi izquierda, llevaba unos roquedos sobre...

... la abrupta caída de la sierra, que...

... contrastaban con la suavidad de la otra vertiente.

Luego pasé por la punta norte de Ramaderos (1.852), desde donde hay esta perspectiva de la Peña Redonda.

Sigue el tramo más abrupto de la arista, que obligaría a varios destrepes, salvo que se rodee por la derecha, por...

... una ladera empinada, pero sin dificultad y cortada por varias repisas. Por ellas, gané el siguiente collado y posteriormente, ya por terreno ancho y tendido, la Peña Urtejas.

Mirada atrás desde este último picacho, antes de...

... bajar hacia El Collado; bueno, antes, aún pasé por un roquedo anónimo, desde el cual hay...

... esta notable vista al sur del Barranco de los Valles.

Ya en esa amplia horcada,...

... una última mirada atrás a la cuerda, antes de...

... abandonarla por una empinada vaguada herbosa que cae a la derecha (N). Aunque busque, no encontré rastro de senda ni señales y, al llegar al bosque que se ve más abajo, giré a la izquierda (NO), para...

... dirigirme derecho a unos parados amarillos que veía prácticamente en la vertical del Curavacas. También podía ver, en ellos, la Cabaña de la Espina, que en la foto no se aprecia. Al principio, fui, procurando no perder de vista las referencias,...

... por terreno empinado pero libre de obstáculos y razonablemente cómodo, hasta que...

... no me quedó otra que entrar en el bosque, el cual atravesé procurando mantener la dirección.

Al otro lado, topé con un matorral alto y espeso. Afortunadamente, me encontré con una traza abierta posiblemente por el ganado, que además iba en mi dirección, que, desde aquí, me marcaba el Curavacas.

Efectivamente, no tardé en dejar atrás el monte bajo, saliendo a un prado frente a la Cabaña de la Espina.

Una mirada atrás: la Peña Redonda se alzaba sobre la ladera que acababa de atravesar.

Cerca del rústico edificio, pasa una pista, que tomé a la derecha (NO), comenzando un suave descenso que rodeaba en diagonal el lomo sobre el que se asiente el refugio. Así, pasé de llevar ante los ojos el Curavacas y Santa Lucía, a...

... ver delante el cordal del Alto Campoo.

Al atravesar la cuerda el carril, lo dejé por un desvío a la derecha (S), por el que continué atravesando la ladera hacia oriente; es decir, deshaciendo el desplazamiento que previamente había hecho por la cuerda. Al principio, este nuevo camino estaba invadido por el matorral, aunque quedaba un estrecho pasillo despejado.

Luego, coincidiendo casi con la entrada en el hayedo, se despejó. Este relajado andar bajo los árboles sería la tónica general de lo que quedaba de descenso, salvo...

... unos pocos y breves claros, desde los que volvía a ver las cimas visitadas.

Al llegar al Arroyo de Porciles, el camino giró para seguir su cauce en una bajada algo más intensa. Y, cuando éste...

... desemboca en el Arroyo del Monte, proseguí el descenso por el nuevo curso. Desde la confluencia, se llegaba a ver, por última vez, la cumbre.

Y, sin más que seguir el barranco, acabé entrando en San Martín de los Herreros, por el mismo cruce en que había iniciado la excursión.

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