Cerro de Valdemartín (2.282)

ASCENSIÓN DESDE EL PUERTO DE COTOS

ARISTA NE, MÁS EL ALTO DE GUARRAMILLAS (2.258)

Situado cerca de su extremo occidental, el Cerro de Valdemartín es uno de los picos que jalonan la Cuerda Larga del Guadarrama. Se trata de un cabezo cubierto de pedregal y monte bajo, que sobresale de los pinares del valle del Lozoya y la cabecera del Río Guadarrama. Sus formas son redondeadas y, su cumbre, un lomo ligeramente alargado pero sus laderas son altivas y llegan a bravías en el cóncavo de Las Cortadillas, que forman su cara noreste y son el único lugar donde aflora la roca. Considerado un secundario, el Valdemartín no suele ser objetivo principal de ascensiones, salvo en invierno, cuando la nieve llena los tubos de Las Cortadillas.

Otro de los puntos de interés de esta montaña es el que traigo con esta ruta: recorrer la arista noreste del Cerro de Valdemartín proporciona unas perspectivas interesantes y poco usuales de las montañas cercanas. Para la bajada, y dado lo corto de la ascensión, prolongamos el cresteo hasta el Alto de Guarramillas, para descender la panorámica Loma del Noruego. Así, la excursión acaba recorriendo la cresta que corona el Circo de Guarramillas, o Valdesquí.

Valdemartín y Guarramillas desde el norte; se pueden ver los lomos de subida y bajada

SITUACIÓN:

  • Zona: Cuerda Larga - Sierra de la Morcuera (Sistema Central)
  • Unidad: Cuerda Larga
  • Base de partida: Puerto de Cotos (Madrid)

ACCESO: El Puerto de Cotos está 66 km al NO de Madrid, por Collado Villalba y Navacerrada, o 33 al SE de Segovia, por la Granja y el Puerto de Navacerrada. También se puede acceder en tren desde Cercedilla. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.773 / 2.282
  • Mi tiempo efectivo: 3h44
  • Mi tiempo total: 4h24
  • Dificultades: F. Muchos pasos cortos de I grado, algunos expuestos, al paso por el crestón de cota 2.117 en la arista NE. Si se rodea por su base, la dificultad de la excursión es nula, pues transcurriría íntegramente por caminos, aunque algunos no son más que un trazo mínimo.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir del Puerto de Cotos por la senda que va por lo alto de la Loma del Noruego y, cuando se bifurca, girar a la izquierda (SE) para bajar a la carretera de Valdesquí, cruzarla y atravesar el claro del El Pingarrón. El camino continua en descenso hasta cruzar el Arroyo de las Guarramillas; luego, comienza a subir. Al alcanzar la loma del Pinar, dejarlo por la derecha (SO) para remontar la cuerda; hay una senda, no siempre clara, pero continúa. La traza rodea por el este (izquierda) un llamativo crestón rocoso (2.117), si quiere pasarse un rato entretenido, puede treparse a la breve arista y pasarla por el filo, afrontando pequeñas dificultes (I). Al acabar la zona rocosa, se reencuentran la senda reaparece en la cuerda y retomándola se culmina el Cerro de Valdemartín (F).

Bajar por la cuerda a la derecha (S). Se podría evitar el Alto de las Guarramillas por una pista de servicio de la estación que atraviesa la ladera norte, pero, pasando tan cerca de la cima, aconsejo alcanzarla, rodeando además las antenas por el sur para disfrutar de un gran panorama. La bajada definitiva será por la Loma del Noruego, que cae a la derecha (N), la cual conduce directamente al Puerto de Cotos.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: La loma NE, conocida como del Pinar en sus tramos inferiores, es un punto de interés por las peculiares perspectivas que hay desde la misma hacia Cabezas de Hierro, Siete Picos, etc. Peñalara también se ve muy bien, pero desde un ángulo más habitual. Así que sí que hay motivos para ascender a este Cerro de Valdemartín, tan minusvalorado como cumbre.
Respecto al crestón (2.117), creo que hay que ir a pisarle la cima (carece de hito); desconozco si tiene nombre; nunca lo he visto y, de hecho, no figura entre los “dosmiles” de Guadarrama que catalogó en su día Domingo Pliego. Es cierto que no tiene una gran prominencia. Pero sus diez metros deberían de ser suficientes en esa lista... un pequeño olvido.
La senda, más bien rastro, aunque reforzado con algunos hitos (pocos), apenas se distingue al doblar la loma en El Pinar; es más, si no hubiera sabido que estaba, posiblemente no la habría visto. Así que hay que dejar el camino de Las cerradillas por la cuerda misma; el terreno es despejado al principio y, cuando el matorral se cierra, aparece el trazo mucho más claro.

RELATO GRÁFICO:

Junto al cambio de rasante del Puerto de Cotos, tomaos la senda que se va por lo alto de la Loma del Noruego. Al poco, donde se bifurca, continuamos por recto (SE) para...

... bajar a cruzar la carretera de Valdesquí y continuar por el camino que sigue al otro lado, atravesando la explanada del Pingarrón. Desde allí, pudimos ver brevemente los dos picos del día.

De vuelta en el bosque, nueva bajada a cruzar el Arroyo de las Guarramillas y, a continuación, subida suave por el flanco de una loma, que no es sino la arista NE del Cerro de Valdemartín; es decir, nuestra vía de subida. Así, al ir a doblarla, giramos a la derecha (SO), dejando el camino por...

... una senda, estrecha e imprecisa al principio, que va siguiendo la cuerda.

Al salir del arbolado, podíamos ver Peñalara, alzándose a nuestra derecha, y...

... las Cabezas de Hierro, al otro lado.

Mirando atrás, entre las dos cumbres del Guadarrama, se iban descubriendo el Valle del Lozoya y las montañas de Ayllón al fondo.

Por delante, volvíamos a ver el Cerro de Valdemartín y, a la derecha, el cancho de cota 2.117, único obstáculo de esta arista.

Al ganar altura, podíamos distinguir bajo Peñalara el Puerto de Cotos y sus praderas vecinas.

A nuestra derecha, por encima de la Loma del Noruego, iban surgiendo los Siete Picos y el grupo de la Mujer Muerta.

La senda, claramente marcada ahora en el pasto, nos fue llevando al pie del crestón. En realidad de un primer cancho, que...

... rodeamos por la izquierda, antes de...

... ver el más alto un poco más arriba. Los hitos volvieron a guiarnos hacia un rodeo por la izquierda, pero...

... nosotros, a la primera oportunidad, nos encaramamos al filo de la roca, trepando por un resalte de apenas tres metros, lleno de apoyos y lejos de ser vertical (I).

La arista presenta una arista fácil, formada por bloques por los que se puede caminar, aunque con varias brechas,...

... a alguna de las cuales preferimos bajar por un flanco. Aun así, no llegamos a soltar los bastones.

A partir de la punta más alta, vinieron algunos pasos estrechos, pero...

Aunque suele ser más cómodo afrontar la estrechez en el filo de la arista, que las repisas a los lados.

El crestón tiene otro apéndice más bajo por encima. En la collada intermedia reencontramos la traza, que esta vez seguimos, dejando el risco a la izquierda.

Salimos del rodeo de nuevo a la cuerda, en un collado al pie de un lomo que cae de la antecima norte del Valdemartín. Siempre siguiendo los hitos, pues el trazo se veía de poco a nada, lo remontamos, llevando a la derecha...

... la Mujer Muerta y Siete Picos y, al otro lado,...

... el Valle del Lozoya, enmarcado por Peñalara y las Cabezas de Hierro.

Al culminar el cerro, una mirada atrás, a la arista recorrida, que aparecía con el fondo magnífico de Peñalara.

A nuestra izquierda, la Cuerda Larga se prolonga hacia las Cabezas de Hierro. Delante, apareció...

... un trozo de la llanura madrileña, con la Sierra del Hoyo de Manzanares plantada en medio. Y, a nuestra derecha, teníamos...

... el ancho lomo culminante del Cerro de Valdemartín, flanqueado por las cumbres de la Maliciosa y las Guarramillas. Tras recorrer el breve trecho que nos separaba de la cima.

Al norte, llegaba a distinguirse algo del llano de Castilla la Vieja. Más a la izquierda,...

... la Mujer Muerta, Siete Picos y el Alto de las Guarramillas, nuestro siguiente objetivo. Así que, girando a la derecha (SO) con la cuerda,...

... bajamos al collado intermedio, desde el cual...

... se ven a la izquierda los primeros metros de recorrido del Manzanares, bajo la cima de la Maliciosa.

Luego, remontamos el lomo de las Guarramillas, desde el que hay esta perspectiva del cerro de Valdemartín.

Podíamos habernos ahorrado unos metros de desnivel prescindiendeo de culminar el Alto de las Guarramillas, pues un carril de servicio de la estación de Valdesquí atraviesa la ladera norte entre la Cuerda Larga y la Loma del Noruego. Pero, en vez de eso, decidimos disfrutar del panorama y continuamos por la senda balizada de la Cuerda Larga hacia las antenas, que dejamos a la izquierda, para...

... llegar al vértice, situado al otro lado de las instalaciones. Desde allí, descubrimos un extenso panorama al suroeste: en cordales sucesivos, la Peña del Águila y la Peñota; los montes de El Escorial y la Sierra de Malagón; Las Parameras, y el tramo más oriental de Gredos. Llevando la vista a la izquierda,...

... la Maliciosa se alzaba como un bastión ante la llanura, que...

... se divisaba a sus flancos. Más al este, La Pedriza estaba medio oculta, pero...

... se llegaba a distinguir su característica sucesión de riscos puntiagudos, entre las Cabezas de Hierro y el Cerro de San Pedro.

Al seguir rodeando las antenas, fueron apareciendo Siete Picos, el Montón de Trigo y la Mujer Muerta.

Luego, al cruzar la pista de cemento que baja al Puerto de Navacerrada, un fragmento borroso de llanura al norte.

Y finalmente, Peñalara, que nos sirvió de referencia para recorrer el lomo en esa dirección, hasta...

... el arranque de la Loma del Noruego, donde se acabó de descubrir el monte y, por debajo, la cuerda que nos llevaría a Cotos.

Durante el descenso, veíamos a la derecha el Cerro de Valdemartín y su arista NE.

Al otro lado, el gran pinar de Valsaín, dominado por las crestas de Siete Picos y la Mujer Muerta.

Al perder altura, se aclaró la visión de Peñalara, un poco turbia más arriba. También se distinguía mejor el primero de los dos pequeños altos que jalonan este descenso: la Peña del Águila.

Al paso por su cima, una mirada atrás.

Por delante, se veían ya Cotos y el Pingarrón; en medio, un segundo cabezo, llamado El Altozano. Al iniciar la subida al mismo, entramos en el pinar, que...

... se abrió en la cima, dejándonos ver, atrás, la Peña del Águila, enmarcada por las Guarramillas y Siete Picos.

A la derecha, la cumbre de Valdemartín por encima de su arista NE.

También, la cara norte la Cabeza de Hierro Mayor mostraba los canchos y que definen, en invierno, sus famosos tubos.

Al iniciar la bajada del Altozano, volvieron a rodearnos los pinos y ya no salimos del bosque hasta llegar al Puerto de Cotos.

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