Almanzor (2.592)

ASCENSIÓN DESDE EL RASO

CANAL OSCURA DERECHA

El Almanzor es una montaña que no necesita presentación. Máxima cumbre del Sistema Central, no refleja en absoluto las características del resto de la cordillera. Por el contrario, en pleno corazón de la misma, la geología nos ha regalado el Circo de Gredos, un rincón sorprendentemente alpino en medio de Castilla. Un reino de roca y agua rematado por atrevidas agujas y crestas agudas, en una concentración difícil de encontrar en otras cordilleras peninsulares. De hecho, la altiva pirámide cimera del Almanzor no es accesible sin afrontar pequeñas dificultades de escalada.

La ruta remonta la cara sur de la montaña por lo más lógico. Empieza subiendo por la cuerda que proyecta la cumbre al suroeste hasta que ésta presenta dificultades serias. Entonces, la rodea por el oeste para subir por la más directa de las Canales Oscuras. Luego, regresa rodeando la zona difícil por el otro lado, bajando de la cumbre a la Portilla Bermeja para tomar allí la senda que vuelve a la misma cuerda, alcanzándola donde la dejamos a la subida.

Vertiente sur del Almanzor y el Sagrao, desde la cuerda suroeste

SITUACIÓN:

  • Zona: Sector Principal de Gredos (Sistema Central)
  • Unidad: Circos de Gredos
  • Base de partida: El Raso (Ávila)

ACCESO: El Raso es una población del municipio de Candeleda situada en el extremo sur de la provincia, en el Valle del Tiétar, al pie de la vertiente sur de las crestas más altas de Gredos. Para llegar, puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps, o bien introducir  en el navegador el sitio arqueológico del Risco de la Zorrera y continuar 4,5 km más por la pista, hasta la plataforma de El Hornillo.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.194 / 2.592
  • Mi tiempo efectivo: 7h27
  • Mi tiempo total: 9h21
  • Dificultades: PD. Corto paso expuesto con cierta dificultad (II+) en la travesía bajo el Risco de la Portilla del Crampón. Muro vertical de unos cinco metros lleno de apoyos (II / 5 m) en al acceso a cumbre. Los casi 300 metros de desnivel de la canal se desarrollan por un caos de grandes bloques con mucha trepada corta de I y II grado. El resto es por senda, aunque ésta presenta trechos empinados, pedregosos y descompuestos.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Tomar, en El Hornillo, el Camino del Tío Domingo, que se encarama a la cuerda que sube al NE, hacia el Almanzor, la alcanza en el Collado de la Barra y la sigue. En el collado (2.042), situado sobre el Risco Redondo, dejar la senda por la izquierda (N) para recorrer la base de las paredes hacia las Canales Oscuras. Entrar en el tubo y remontarlo, teniendo que superar numerosos bloques mediante cortas trepadas (I / II). Cuando se bifurca, seguir por canal derecha (F), que sale frente a la pirámide cimera. Tras una última pendiente pedregosa, superar la chimenea ancha y vertical (II) que corta la cara oeste de la pirámide cimera del Almanzor (PD).

Destrepar la chimenea y, en su base, girar a la izquierda (SE) para, guiados por los hitos, atravesar la vertiente hacia la Portilla del Crampón (PD) y, en el cruce, seguir recto (S) para rodear por el oeste el risco al que da nombre y bajar siguiendo la cuerda a la Portilla Bermeja (PD), donde nos reencontramos con el Camino del Tío Domingo. Tomarlo a la derecha (S), descendiendo al principio por la vaguada meridional y atravesando luego la ladera a la derecha para ganar la cuerda SO del Almanzor. Tras cerrar la ruta en el collado (2.042), sólo quedará deshacer el camino de subida para regresar a El Hornillo.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Aunque ya había remontado la vertiente sur de Gredos para ascender al Morezón o La Mira, es la primera incursión que hago en la zona de las Canales Oscuras. Me esperaba un entorno rocoso y abrupto, montaña dura, pero lo experimentado superó las expectativas. La ruta, para la escogí, entre las Oscuras, la que sale más directamente a la cumbre, es agreste y salvaje; dura y con mucha trepada, aunque sin dificultades técnicas de consideración. Incluso el paso fuerte entre las portillas (II+) puede evitarse perdiendo desnivel, pues vi un trazo en el cascajo debajo de por donde llevan los hitos; si merece o no la pena depende de la seguridad y habilidades de cada cual. Estéticamente, combina los amplios panoramas en la primera parte, siguiendo la cuerda, con el entorno espectacular dentro de las canales.

Total, que tenemos una ascensión larga, exigente en el aspecto físico y que requiere soltura en trepadas de poca dificultad y hábito de moverse sin camino ni marcas por terrenos caóticos. Precisamente, más que las trepadas, creo que el punto crítico de la actividad es orientarse en las Canales Oscuras para escoger bien el tubo adecuado, el que sale justo a la derecha del Cuerno del Almanzor y frente a la chimenea de la vía normal. Aunque no sería muy grave el despiste, pues las tres ramas principales y la mayoría de secundarias salen en el entorno de la pirámide cimera y, por lo que vi, todas andan parejas de dificultad y pendiente.

Una última consideración. Realicé también esta ruta como exploración de cara a posibilidades invernales (ya sé, seguro que en Internet hay información, pero me gusta más así). La orientación de estas canales creo que las hace practicables con nieve, pese a estar en vertiente sur. La pendiente debe de estar entre 45 y 60º y no aprecié lugares propicios para la formación de resaltes o muros. Así que... otra cosilla que tengo pendiente.

RELATO GRÁFICO:

Desde el final de la pista en El Hornillo, el Camino del Tío Domingo abría un ancho surco en el helechal. Enseguida se bifurca; yo tiré por la izquierda, pero da igual, pues ambas ramas se juntan más arriba.

Al ganar altura, fui descubriendo una amplia perspectiva del Valle del Tiétar, pero el aire turbio no dejaba distinguir gran cosa.

Salí de entre el matorral a la verde chorrera de Majalvenero, a partir de la cual...

... el terreno se fue haciendo pedregoso. Incluso me tuve que ayudar de las manos para superar algún escalón.

A mi espalda, se iban desvelando al este las siluetas de las estribaciones vecinas y,...

... por delante, la cresta del Circo de Gredos. Dentro de la nube debía de estar la cumbre. A ver si despeja, pues...

... aunque siempre me han gustado los juegos visuales del vapor y la roca, suelo preferir hacer cumbre con tiempo despejado.

La senda alcanza la cuerda en el Collado de la Barra, donde vi el cordal gredense al oeste. Más nubes, pero no amenazantes.

Por delante, un lomo pedregoso jalonado por pequeñas elevaciones me iba a llevar hacia la masa rocosa del Almanzor, cuya cima sí que se podía, al menos, adivinar ahora.

A partir del siguiente collado, llamado de Hinojoso, la senda pasó a estar balizada como PR AV-47, tras encontrarse con dicha ruta, que llega del oeste, del fondo de la Garganta Tejea. Ésta sería una aproximación alternativa a ésta, pero menos práctica, en mi opinión.

Volviendo a la ruta, continué siguiendo la senda, clara y cómoda, asomándome un par de veces a la vertiente occidental, aunque...

... la mayor parte del tiempo iba por el lado derecho. Y, al flanquear la Peña de Chilla, bastante por debajo de la cuerda.

Abajo, el gran llano del Campo Arañuelo, donde el Tiétar se une al Tajo, continuaba brumoso.

La roca había ganado ya mucho terreno al verde cuando llegué al Sillao de la Peña de Silla. Antes de llegar al collado, hay una impresionante perspectiva de la culminación rocosa del macizo, especialmente...

... del Risco de los Cachorros.

Por debajo, la Garganta de Chilla.

Al volver a la cuerda, pude ver que la cresta de la sierra se iba despejando al oeste. Buenas noticias.

En el Sillao se acaba el marcaje de la senda como PR, pero...

... ésta continua, señalada por hitos, más borrosa pero útil para facilitar la progresión. Apenas va por la cuerda, pues evita las dificultades aprovechando...

... terrazas del flanco oriental, desde las que...

... se veían las aristas que caen del Cuchillar de la Navajas y el Casquerazo, así como el Risco del Francés al fondo.

Rodeando el Risco Redondo, las nubes empezaron a levantar sobre el Almanzor.

El cancho anterior al Risco de los Cachorros lo rodeé por la vertiente oeste y pude ver la siguiente etapa de la ascensión: en la horcada previa al mismo, debía abandonar la cuerda por la izquierda (N), recorriendo la base de las paredes hasta la boca de las Canales Oscuras, que se veía ya al fondo (es el antepenúltimo tubo que se aprecia en la foto).

La travesía, ya sin senda ni señales que seguir, es incómoda. Pero las vistas hacen olvidar esto, tanto abajo...

... como arriba.

Atrás fue quedando la cuerda que venía siguiendo desde el inicio.

Al doblar un contrafuerte, apareció un risco con una característica doble punta casi al final de las paredes. La canal que buscaba lo abraza por el oeste. Mientras me dirigía a su base a través de esa terraza de hierba y pedrera,... 

... otra miradita a la Garganta Tejea.

Aquí tenemos el risco susodicho, ya sólo quedaba rodearlo por su base. Girando a la derecha (NE) al dejarlo atrás para...

... entrar en una canal llena de pedrera y comenzar a remontarla.

Al poco, el tubo se estrechó considerablemente y adquirió una fuerte pendiente. Por suerte, y pese a lo que pueda parecer, los cantos eran muy estables y no se me movió casi ninguno.

El entorno es de los que impresionan.

Atrás, la peña de Chilla aparecía enmarcada entre paredes.

Llevaba un tercio más o menos de subida cuando los bloques pasaron a ser mayores, haciéndome ir constantemente gateando y trepando (I / II). Aunque sin gran exposición.

El paso más considerable de este tramo llegó para salir del punto, hacia los 2.350 m de altitud, en que la canal se divide en tres, bajo la referencia del tremendo Cuerno del Almanzor. Pues bien, para acceder a la de la derecha (E), tuve que superar una placa, inclinada pero bastante lisa (II), de 10 ó 12 metros.

Mirada atrás desde lo alto de la misma.

Luego, sigue otra zona de cantizal, muy empinado, mientras el tubo abraza la gran aguja. Aquí también tuve que ir casi todo el rato apoyando las manos (I).

Y un último vistazo al tubo, antes de...

... encontrarme ante la cresta del Almanzor. Bajo la misma, pasa la ruta normal a través de la ladera pedregosa, como puede apreciarse. Tras una subida solitaria, a partir de aquí y hasta abandonar el entorno de cumbre, no dejé de  ver gente en ningún momento.

En fin, acabé de salir de la canal, dejando de lado el Cuerno del Almanzor y...

... remonté el abierto pedregal y me incorporé a la romería que iba hacia la chimenea oeste, paso clave de la vía normal.

Al ir a entrar, una mirada atrás, al Cuerno entre las ramas derecha y central de las Canales Oscuras, con el fondo de las estribaciones meridionales de Gredos, de aquí al Cancho.

Para llegar a la cima, escalé primeramente un resalte vertical de unos 20 m de altura, con muy buenos y suficientes apoyos (II), del que salí hacia la derecha para superar unos escalones (I) y ganar...

... la cresta a pocos metros del hito, que se alzaba a mi izquierda, al otro lado de unos bloques aéreos (II).

Al norte del Almanzor, la perspectiva queda un tanto estropeada por una punta secundaria, pero, detrás y a la derecha, se llegan a ver bien el Gutre, la Galana y Cabeza Nevada. Girándome más a la derecha, podía ver...

... el Circo de Gredos a mis pies. Alrededor de la Laguna Grande, eran visibles el Ameal de Pablo, Risco Moreno, el Morezón y el Cuchillar de Cerraíllos. Al fondo, se llegaba a ver bastante bien la cresta de La Mira a la Cabeza del Cervunal, pero, de las Parameras, sólo se distinguía una sombra. Siguiendo con el giro,...

... al sureste, el Cuchillar de las Navajas y, la vuelta se cierra con...

... este panorama sombría de los valles de Tiétar y Tajo, aunque ahora se llegaba a vislumbrar malamente la línea de los Montes de Toledo en el horizonte. Más cerca, la cuerda suroeste encajada entre las gargantas de Chilla y Tejea y, a la derecha, la salida de las Canales Oscuras.

Sobre ella pasé al iniciar la bajada, tras destrepar la chimenea para, una vez en su base, seguir a la izquierda (S)...

... los hitos que marcan la ruta normal hacia la Portilla del Crampón. Allí, las señales se bifurcan y yo continué recto (S) para rodear el risco que se alza al otro lado de la brecha por la repisa aérea y escasa de agarres en algún punto (II+) por donde iban esos montañeros.

Precisamente al superar el paso expuesto, mirando atrás, vi la cima del Almanzor. Incluso llegaba a distinguir un poco del hito.

Y esa fue la última dificultad técnica del día. Pero no el final de las incomodidades. Luego, pasé a una terraza pedregosa y descompuesta por la que rodeé la boca de una canal, ciñéndome a la pared del risco y...

... alcancé la cuerda del circo, encontrándome ante El Sagrao, que se alzaba impresionante al otro lado de la Portilla Bermeja. Durante el descenso por el pedregal, a mi izquierda, podía ver quedar atrás...

... el Almanzor.

Tras una última mirada a la vertiente del Circo de Gredos, giré a la derecha (SO) en...

... la Portilla Bermeja, para tomar el Camino del Tío Domingo, que baja por la vertiente de ese lado y que, por aquí, era apenas un trazo en el inestable cascajo, definido por una hilera bastante clara de hitos. Al poco de iniciar el descenso, los mismos me desviaron a la derecha, atravesando la ladera hasta el lomo que limita la canal por ese lado.

Visto desde allí, el Sagrao se yergue impresionante.

Al otro lado del lomo, se extiende una ladera que el camino, por llamarle algo, desciende en diagonal en busca de la cuerda suroeste. Ya cerca, se veía la culminación de un risco (cota 2.253 en el mapa), sobre el cual pasé,...

... dando vista a la vertiente de las Canales Oscuras, para rodearlo y...

... atravesar una brecha para continuar por el flanco derecho de la cuerda hacia el Risco de los Cachorros. El terreno seguía incómodo y el camino sólo lo es de nombre, aunque al menos abría paso en el matorral y los hitos ayudaban a encontrar lo menos incómodo del pedregal.

A mi izquierda, apareció el Peñón del Casquerazo, asomando sobre las aristas que caen del Cuchillar de las Navajas.

El Risco de los Cachorros, que rodeé por una repisa adosada a su flanco oriental, se veía impresionante al ir llegando y...

... al dejarlo atrás.

Y así llegué al collado donde, subiendo, había dejado este camino, a la vista del Risco Redondo y la peña de Chilla. Ya sólo quedaba deshacer camino, aunque...

... sin perjuicio de seguir deleitándome con el panorama, no por conocido menos hermoso.

Con el cambio de luz, ahora se veía algo mejor el Valle del Tiétar... aunque tampoco mucho.

Más clara era la visión hacia el oeste.

Y la retirada de las nubes permitía ahora distinguir la cresta del Circo de Gredos, del Almanzor al Casquerazo.

Saliendo ya del flanqueo de la peña del Chilla, vi unas cortinas de lluvia que llegaban del suroeste, me alcanzaron llegando pero sólo me cayeron cuatro gotitas. Ni me molesté en sacar el impermeable.

Al pasar el Collado de Hinojoso, una mirada de despedida al Almanzor, porque...

... poco después llegaba a El Hornillo, mientras las nubes diseñaban una bonita luminotecnia sobre el Valle del Tajo.

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