Cabeza de Hierro Menor (2.376)

ASCENSIÓN DESDE EL PUERTO DE COTOS

POR LAS CERRADILLAS

La Cabeza de Hierro Menor, con sólo cuatro metros menos de altitud que su hermana mayor, sería un pico destacado si no estuviera tan cerca de ésta. De hecho, se trata de la cima más altiva y afilada de la Cuerda Larga. Pero, con menos de 50 metros de prominencia no deja de ser un secundario. Y, salvo ese carácter bravío de la culminación, comparte con el resto del conjunto características geológicas y naturales. 

La ruta combina, en subida y bajada, los dos itinerarios más lógicos desde Cotos, muy similares en duración y dificultad, si bien uno, el de Las Cerradillas, es más empinado y, el otro, algo más largo en longitud.

Cabezas de Hierro, con la Menor a la derecha, desde Valdemartín. A la izquierda de la cuerda, el trazo claro de Las Cerradillas

SITUACIÓN:

  • Zona: Cuerda Larga - Sierra de la Morcuera (Sistema Central)
  • Unidad: Cuerda Larga
  • Base de partida: Puerto de Cotos (Madrid)

ACCESO: El Puerto de Cotos se abre en el cordal principal del Guadarrama, entre las provincias de Madrid y Segovia. Concretamente, entre las poblaciones de Rascafría (Madrid) y La Granja (Segovia), en este caso llegando por el Puerto de Navacerrada. En el lado madrileño, hay un bar-restaurante y aparcamiento. Además de en autobús, desde Navacerrada o Rascafría, y en tren, desde Cercedilla, se puede llegar en coche, calculando un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.773 / 2.376
  • Mi tiempo efectivo: 3h55
  • Mi tiempo total: 4h41
  • Dificultades: Ninguna. Itinerario por caminos o terreno cómodo y balizado; incluso las pedreras son de buen pasar.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir del Puerto de Cotos por la senda que va por lo alto de la Loma del Noruego y, cuando se bifurca, girar a la izquierda (SE) para bajar a la carretera de Valdesquí, cruzarla y atravesar el claro del El Pingarrón. El camino continua en descenso hasta cruzar el Arroyo de las Guarramillas; luego,  atraviesa luego la ladera, cruzando un lomo para entrar luego en la cuenca de Las Cerradillas. Al fondo del circo, el camino gira a la izquierda para remontar un tubo pedregoso que termina frente al  Collado de Entrecabezas. Una vez en el mismo, tomar a la derecha (SO) la senda que sigue la cuerda para alcanzar la cumbre Cabeza de Hierro Menor.

Continuar por el camino de la Cuerda Larga al oeste, pasando el Collado de Valdemartín. Hacia la mitad de la subida posterior al cerro del mismo nombre, dejarlo por la derecha (NO), siguiendo una traza borrosa señalizada con hitos que atraviesa la ladera, primero horizontal y luego bajando en diagonal, hasta el lomo norte de Valdemartín. El rastro y las señales conducen a continuación por la cuerda a la derecha (NE), topando con la senda del inicio en El Pinar. Tomarla a la izquierda (O) para regresar al Puerto de Cotos.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Esta excursión tiene el atractivo de la mezcla de ambientes (bosque, pedregal desolado, cordal herboso, etc.) y el carácter panorámico del tramo por cresta. Mi intención era subir a la Cabeza de Hierro Mayor, cosa lógica por otro lado, pues se pasa a menos de diez minutos de la segunda cumbre del Guadarrama; pero el vendaval que soplaba en la cuerda y la amenaza de lluvia me movieron a acortar la excursión. Luego, en casa, me di cuenta de que, si bien había estado en la Cabeza Menor en 16 ocasiones, nunca había sido el objetivo principal de la ascensión, sino un mero lugar de paso. Así que, bienvenida sea la circunstancia, ya que así tengo una ascensión a la Cabeza de Hierro Menor y sólo a ella.

Los itinerarios de subida y bajada son, en esta ascensión, muy diferentes; sólo tienen en común la ausencia casi total de dificultad, aunque no de exigencia, pues la remontada de la pedrera en el tubo de las Cerradillas, pese a estar recorrida por un trazo muy pisado, hace resoplar al más pintado. Además, aunque la ruta transcurre íntegramente por itinerarios señalizados, hay que poner atención en ocasiones para no perder las señales; notablemente, al tomar la traza que soslaya la cima de Valdemartín para ir de la Cuerda Larga al lomo septentrional de aquél. También, si bien no llegan a suponer un obstáculo ni requieren destrezas técnicas para pasarlas, hay bastante pedreral lo que aconseja ir bien calzado.

RELATO GRÁFICO:

En el Puerto de Cotos, tomé una senda que, iniciada en un tramo de escalones, se dirige al sur por lo alto de la Loma del Noruego. Enseguida llegué a una bifurcación en un claro. Continué por la izquierda (SE), señalada al refugio del Pingarrón.  

Tras una breve bajada me encontré con la carretera de Valdesquí, que crucé para acceder a la pradera del Pingarrón, desde la cual se veían las Cabezas de Hierro cubiertas por una boina de nieve.

Pero el azul predominaba en el cielo, como podía ver a mi derecha, donde está el Circo de las Guarramillas. Así que no tenía motivo para el desánimo.

Y continué por la senda, que baja desde ahí a cruzar el Arroyo de las Guarramillas por un puentecillo, para luego remontar la vertiente opuesta, muy adecuadamente llamada Monte del Pinar.

Al trasponer un contrafuerte, se abrió un poco el arbolado y pude ver un poquito de Valle del Lozoya, aunque casi tapado por la Cabeza Mediana, entre...

... Peñalara, que quedaba atrás, y...

... las Cabezas de Hierro, a donde me dirigía. Además, ya se había despejado la cresta.

Más adelante, ya en la vertiente del Arroyo de las Cerradillas, el camino se divide y yo continué por el ramal derecho (S), indicado a Cabezas de Hierro.

Luego, la senda pasa junto a un pino que destaca entre el resto, antes de...

... cruzar una serie de torrentes, en todos los casos sin complicación, el último de los cuales es el propio Arroyo de las Cerradillas.

Poco después, dejé atrás el bosque, saliendo a un terreno cubierto de monte bajo frente al Cerro de Valdemartín.

La senda abre un buen surco en el matorral y el paso era cómodo mientras ascendía hacia el tubo de las Cerradillas.

A mi espalda, Peñalara se mostraba ya al completo.

Al acercarme al tubo, fui encontrando pedreras, pero muy pisadas y estables. Tras girar a la izquierda (SE), encaré la remontada.

Aunque la traza no siempre estaba clara, hitos y marcas de pintura ayudaban a ir por lo mejor, por una u otra orilla del torrente.

Con la altitud, la pendiente se fue incrementando. También fueron asomando la collada en que acaba la canal y, sobre ella, la cima de la Cabeza de Hierro Menor.

Llegando a lo alto del tubo, podía ver, mirando atrás, la loma septentrional de Valdemartín, por donde bajaría luego. Asomaba sobre ella la Mujer Muerta, cuya cresta cubrían las nubes.

A mi derecha, tenía la cima de la Cabeza de Hierro Menor. Pero atravesar esa canchalera no parece una buena forma de subir.

Mejor atravesar la collada en que acaba el tubo derivando ligeramente a la derecha (SE) para alcanzar el Collado de Entrecabezas, que, como su nombre indica, se abre entre los dos picos. Para entonces, todavía consideraba ascender ambos.

Durante esa corta travesía, iba viendo a mi izquierda un buen panorama del Valle del Lozoya bajo el grupo del Pico del Nevero.

Llegando al collado, al mirar atrás, pude constatar que la Mujer Muerta se había despejado de nubes.

Al llegar a la cuerda, me recibió un ventarrón recio que soplaba del sur y traía unas nubes oscuras. Fue entonces cuando decidí ahorrar la ida y vuelta a la Cabeza Mayor y girar a la derecha (SO), para,...

... tomando la senda balizada que recorre la Cuerda Larga, ascender directa y únicamente a la Cabeza de Hierro Menor.

Al llegar a la cumbre, descubrí al otro lado los picos occidentales de la Cuerda Larga, Guarramillas y Valdemartín, casi confundidos como si fueran uno, junto a los Siete Picos y la Mujer Muerta. A la izquierda,...

... la Maliciosa se proyectaba como un bastión hacia la oscura llanura madrileña.

En el pie de monte se alzan algunas serrezuelas, siendo la del Hoyo de Manzanares la de mayor desarrollo y,...

... el Cerro de San pedro, la de silueta más característica. Aquí se la ve más allá de los riscos de la Pedriza.

Al este, tenía la Cabeza de Hierro Mayor, a la derecha de la cual se veía la Cuerda Larga hasta su final en la Najarra. Y, enfrente, al otro lado del Valle del Lozoya, la constante...

... presencia contundente de Peñalara. Y, entonces, empezaron a caer gotas. Así que recogí y...

... continué por la senda de la Cuerda Larga al este, bajando al Collado de Valdemartín. La lluvia era escasa pero el fuerte viento la hacía incómoda.

Además, el objetivo de la cámara se me empañaba todo el rato y, si lo limpiaba, antes de disparar, ya se había vuelto a formar vaho. En fin; a mi izquierda, había una bonita perspectiva de la Maliciosa.

Llegando a la horcada, me fijé en un trazo borroso que cortaba la ladera derecha del Cerro de Valdemartín algo por debajo de la cresta. Podía servirme para ahorrar unos metros de desnivel al pasar al lomo norte del pico.

Así que fui atento y, a cosa de media subida (2.220 m marcaba el altímetro del GPS), además de disfrutar de esta hermosa vista de las Cabezas de Hierro con el tubo de las Cerradillas a la izquierda, dejé la senda por...

... una traza mucho más borrosa, pero indicada con hitos, que sale a la derecha (NO) y atraviesa horizontalmente la ladera pedregosa y descompuesta. De hecho, en algunos sitios, se movieron los guijarros.

Durante esta corta travesía hay una estupenda perspectiva del Valle del Lozoya (¡maldito vaho!).

Tras el tramo horizontal, la senda empezó a perder altura en diagonal por terreno más firme, hasta ir a alcanzar la cuerda norte del Valdemartín cerca de la collada en la base de la pirámide cimera.

Al llegar allí, se descubrió al otro lado el Circo de las Guarramillas y las instalaciones de Valdesquí. Giré a la derecha (NE) y...

... bajé por el lomo, siempre siguiendo los hitos que marcaban un trazo borroso e intermitente. Al principio, pasé entre varios canchos,...

... contorneándolos por la derecha, en un flanqueo por pedrera que es el tramo más escabroso de la ruta.

Aunque, como para compensar, había una estupenda vista del claro costurón de las Cerradillas.

Tras los riscos, el lomo se ensanchó y la hierba y el matorral fueron ganando terreno a la piedra. En esta mirada atrás, el Cerro de Valdemartín más allá de los canchos que acababa de rodear.

Aunque la senda seguía siendo precaria, este final del descenso fue relajado. Además, había dejado de llover y, en esta vertiente de la sierra, el viento era mucho más flojo.

Con el cambio de perspectiva, la cara norte de la Cabeza Mayor, con sus espolones y tubos, fue ganando protagonismo sobre el de las Cerradillas. Ahora, al verse este tubo lateralmente, podía apreciarse su pendiente.

Cuando empezaba a distinguir los prados y edificios de Cotos bajo Peñalara, llegué...

... al límite del bosque. La bajada continuó entre los árboles, hasta que di con...

... una excelente senda cortando la ladera. Es la misma senda del inicio y, tomándola ahora a la izquierda (O), me llevó...

... por el mismo camino de vuelta al Puerto de Cotos.

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