Cerrón (2.196)

ASCENSIÓN DESDE BOCÍGANO

LOMA DEL PICAÑO

El Macizo de Ayllón, que se extiende entre las provincias de Madrid, Guadalajara y Segovia, está formado por un conjunto de sierras dispuestas en forma de peine. El Cerrón es su segunda cumbre más alta; se eleva en medio de la “púa” central, para mí, el corazón del conjunto. Se trata de una montaña altiva pero de formas redondeadas. Como todas los de la zona, se yergue sobre profundos valles poblados de bosque y sus laderas está cubiertas de matorral y pasto hasta casi la culminación, donde aflora la pizarra en forma de vistosos crestones.

La ruta es simple; consiste en remontar dicho circo por su canal central. Luego, tras alcanzar la cima por la cuerda, la bajada se hará por la senda que va por el Aventadero y puede considerarse la vía normal norte de esta montaña.

El Cerrón, al extremo de la Loma del Picaño

SITUACIÓN:

  • Zona: Macizo de Ayllón (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de Ayllón
  • Base de partida: Bocígano (Guadalajara)

ACCESO: Bocígano es una pedanía del municipio del Cardoso de la Sierra, situada en el noroeste de la provincia de Guadalajara, al pie de las estribaciones meridionales de la Sierra de Ayllón. La población, que nunca fue grande, está semiabandonada, con apenas media docena de habitantes y una casa rural como único establecimiento. El lugar más a mano con bares y tiendas es Montejo de la Sierra, unos 20 km antes de llegar. Es indicativo del aislamiento de estas tierras que carretera, electricidad y agua corriente no llegaron a Bocígano hasta la década de 1980. La ruta no parte del pueblo, sino de unos prados junto a la carretera, unos 400 m antes de llegar al mismo, en la salida de una pista de tierra a la izquierda (NO). Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen ese lugar en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.350 / 2.196
  • Mi tiempo efectivo: 5h47
  • Mi tiempo total: 6h32
  • Dificultades: Ninguna. Itinerario por caminos o terreno cómodo, aunque hay algún trecho pedregosos y durante el cresteo hay que pasar un par de crestones.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: En las proximidades de Bocígano, encaramarse a la Loma del Picaño y remontarla al NO, por senda discontinua, hasta culminar la cresta del Picaño y recorrer sus varias puntas. Continuar por la cuerda y, al desembocar en una pista en el Collado del Agua Fría, tomarla a la derecha (N). Dejarla en el Collado de Ortigosa por la derecha (N) para remontar la arista, sin senda pero por terreno cómodo, hasta la cima del Cerrón.

Descender a la derecha (E), hacia el rellano herboso que culmina un espolón, de donde arranca una senda que desciende por ladera oriental, más o menos paralelo a la arista sur del Cerrón, y acaba en la pista ya conocida. Tomarla a la izquierda (NO), volviendo a pasar por el Collado del Agua Fría antes de llegar a un cruce en el Collado de la Calahorra. Girar allí a la izquierda (N) para descender el Arroyo de las Canalejas hasta regresar a Bocígano.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: En mi opinión, ésta es no sólo la manera más bonita de ascender al Cerrón, sino la ascensión más atractiva de toda la zona de Ayllón y una de las mejores actividades que se pueden realizar por todas las montañas de Madrid y alrededores. Una ruta poco concurrida, entretenida y de una longitud media, que se desarrolla por lo más agreste de estas sierras. En todo el recorrido de la Loma del Picaño, disfrutaremos de panoramas entre los mejores de estas montañas, mientras que el Arroyo de las Canalejas, por donde se desciende, es casi otro mundo; un barranco poblado por un magnífico robledal, apacible y bueno para relajar las piernas y el espíritu.

En el aspecto práctico, se trata de una caminata de mediana longitud, sin dificultades técnicas para progresar ni para orientarse y que sólo presenta ciertas incomodidades pedregosas en puntos muy concretos del recorrido. Si bien hay trechos sin senda, siempre que aparece el matorral se encuentran rastros que facilitan atravesarlo. Y el desnivel se lleva muy bien, pues las pendientes son asequibles y en la loma hay bastantes rellanos que ayudan a mantener el resuello.

RELATO GRÁFICO:

Poco antes de llegar a Bocígano, aparqué en la cuneta, frente a la Majada de los Herrenes y la pista de tierra que sale a la izquierda (NO) para remontar el Arroyo de las Canalejas. Hay una buena referencia para identificarla, que lleva ahí, por lo menos, 20 años: un banco. Pero no temé el carril, sino que, siguiendo unas trazas de ganado que suben entre el mismo y la carretera, se encaraman a lo alto de la Loma del Picaño.

Enseguida, pude ver a mi derecha las casas de Bocígano y, más allá, las lomas que se suceden hasta el Ocejón.

Al otro lado, el Santuy y el Picaño dominaban el colorido bosque del Arroyo de las Canalejas.

Tras una intensa subida, llegué a la cuerda, recorrida por una tira pedregosa, que no estorbaba ni incomodaba para nada el paso.

Tras esa primera pendiente, la loma, ancha, se tendió y se fue definiendo un senderillo que, a ratos, apareció y desapareció a lo largo del cresteo. También podía ver los dos picos de esta loma, el de Las Huelgas y el Picaño.

A mi derecha, asomaron el Pico del Lobo y la Cebosa, al otro lado del corte del Río Berbellido.

Y así me fui acercando a la cima del Pico de las Huelgas.

A mi espalda, el hueco en la sucesión de cordales permitía identificar el Valle del Jarama, pese a la turbidez de la atmósfera. Más a la derecha,...

... la cresta de la Sierra del Rincón se elevaba oscura sobre el bosque y, continuando el giro,...

... se apreciaba el Santuy y su arista sureste o Loma de la Dehesa.

Tras La Huelgas, la cuerda baja considerablemente y se vuelve más abrupta, pero...

... la senda, ahora más clara, me guio para pasar, sin dificultad, a través del lado izquierdo. Luego, tras reganar la cuerda, vino la larga subida al Picaño.

En el trayecto, se veía impresionante la Cebosa.

El Pico de las Huelgas, mirando atrás a media subida del Picaño.

A mi derecha, mejoraba la perspectiva del valle del Berbellido.

Otra mirada atrás, cerca ya de culminar el Picaño.

Por delante el terreno se pobló de matorral y cantos, pero la traza seguía facilitando el paso.

Bonita arista sur del Picaño.

Al llegar a la primera punta de la cresta (2.006), panorama al sur, con la Sierra del Rincón en el horizonte.

Por delante, el Picaño, más el Cerrón y el Pico del Lobo al fondo.

El lomo es cómodo y no presenta obstáculos. Al llegar a la cumbre del Picaño (2.044), una mirada atrás, a las puntas orientales.

Al sur, el Santuy se veía entre la Sierra del Rincón y un casi invisible Guadarrama.

Al otro lado de la cresta, corre el Río Berbellido, del que ahora podía apreciar el curso bajo, con el Ocejón al fondo.

Por delante, la cuerda, además de girar a la izquierda, se hacía aún más ancha y suave camino del pico occidental (2.031). Y ya podía ver prácticamente todo lo que me quedaba de subida hasta el Cerrón.

Desde el Picaño Oeste, una mirada atrás, al resto de la cresta. Girando la vista a la derecha,...

... el Santuy se mostraba especialmente atractivo con la Sierra del Rincón detrás.

Pero el mejor panorama desde esta modesta cima está al norte, con el Cerrón y el pico del lobo sobre la cabecera del Berbellido.

Proseguí camino de Cerrón bajando por la cuerda de la derecha (NO), suavísima, hasta el Collado del Agua Fría, donde...

... topé con una pista. La tomé a la derecha (N) y, tras una amplia lazada, me llevó de nuevo al cordal ya en la arista sur del Cerrón.

Al tomar distancia y altura por el carril, una mirada atrás, al Picaño.

La pista gana la arista sur del Cerrón en el llamado Collado de Ortigosa, en realidad un mero rellano en el lomo del monte. Allí, encontré un hito, que parece marcar el lugar en que dejar el camino por la derecha (NO) para encaramarse a...

... la arista y remontarla a continuación, sin senda, pero por terreno cómodo.

Podía ver ahora, a mi izquierda, el pico de las Tres Provincias, elevarse sobre la cabecera del Jarama, y la Loma del Medio.

Incluso en las zonas en que aparece la roca en la cuerda, la progresión es muy cómoda y, así, la subida...

... fue bastante rápida.

Al culminar el Cerrón, el Pico del Lobo reapareció más allá, pero, para verlo bien hay que ir hasta ese hito al fondo.

Desde allí, se puede ver la cuerda de Canchos Buenos, que une esta cima con el cordal principal de Ayllón, al norte. Y, en él, el Pico del Lobo elevado entre las cuerdas de La Pinilla y Las Mesas. Girándome a la derecha,...

... al este, la Cebosa y sus satélites, más un Ocejón que cada vez se veía más difuso.

Al otro lado, al oeste, la Cuerda de las Cebolleras más allá del alto Jarama, mientras que los dos cordales del Guadarrama, que en días claro se ven al fondo, hoy apenas podían adivinarse.

Al sur, el Santuy y la Sierra del Rincón. La arista sur, por perspectiva, quedaba prácticamente oculta. Para bajar, escogí una ruta ligeramente más cómoda. Me dirigí un poco a la izquierda (SE), hacia...

... un pequeño rellano herboso con un cobijo, al pie del modesto remate de un espolón.

Allí, encontré el extremo de una senda, señalada con hitos, que baja por la ladera oriental paralelamente a la arista. Desde aquí hay una excelente perspectiva del Picaño. El trazo desembocó en la pista de antes, que, tomada a la izquierda (NE), me condujo de vuelta al Collado del Agua Fría.

Continué por el carril, pasando a la vertiente occidental del cordal, desde donde...

... se dominan los bosques de la cabecera del Jarama.

Al llegar al pie del Santuy, en el Collado de la Calahorra, me encontré con una bifurcación y giré a la izquierda (N) para bajar por ese lado y,...

... tras un rodeo bajo las cresta del Picaño,...

... encarar el descenso del Arroyo de las Canaletas. Esta pista me llevaría hasta el final de la excursión, que fue bonito y relajado, transcurriendo...

... en su mayor parte bajo el robledal otoñado, aunque...

... de vez en cuanto atravesaba claros en que podía ver las montañas que me rodeaban. Aunque nunca el cauce del arroyo, que quedó todo el tiempo bastante abaja a mi derecha.

Así, esta vista del Picaño sobre el bosque.

O del Santuy. Precisamente, en una de éstas vi unos nubarrones de aspecto poco tranquilizador llegando de esa parte.

Efectivamente, no tardó en caer agua y caminé la última media hora bajo una lluvia moderada.

Según perdía altitud, los robles tenían mayor porte y verdor, hasta que salí del bosque...

... en la Majada de los Herrenes, prácticamente llegando a la carretera. Y, entonces, dejó de llover y quedaron estas nubes jugando con la cresta del Sierra del Rincón como imagen final de la jornada.

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