Cerro de la Camorca (1.814)

ASCENSIÓN DESDE VALSAÍN

POR EL CORDAL Y DESCENSO POR EL ERESMA

El Cerro de la Camorca es la culminación de un cordal que se proyecta al noreste de Montón de Trigo, cerca de Siete Picos, nudo central de la Sierra de Guadarrama. Separa las cuencas de los ríos Eresma y Milanillos en medio del enorme mar de pinos de la vertiente segoviana y es uno de los mejores miradores de toda la sierra; sin embargo, su altitud modesta y figura poco vistosa hacen de esta cumbre un lugar relativamente poco frecuentado.

La ruta consiste en remontar la Cuerda de la Camorca y, una vez pasada la cumbre, bajar al valle del Río Eresma y descender su curso por el antiguo camino de las pesquerías reales para regresar a Valsaín.

Más allá del cabezo de Navalazor, la Cuerda de la Camorca y el Valle del Eresma se proyectan paralelos hacia el norte

SITUACIÓN:

  • Zona: Sierras de Malagón, Quintanar y Siete Picos (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra del Quintanar
  • Base de partida: Valsaín (Segovia)

ACCESO: Valsaín es una población del municipio de San Ildefonso, situada en el sur de la provincia de Segovia, al pie de las crestas centrales del Guadarrama y ribereña del Río Eresma. Como punto de interés, se alzó en el pueblo el Palacio de Valsaín, formado en el siglo XVI a base de reformar y ampliar un antiguo pabellón de caza del tiempo de los Trastámara; hoy, el conjunto está, más que abandonado, destrozado, en el que es uno de los mayores ejemplos de desidia hacia un edificio histórico, si no el mayor, en España. El lugar más adecuado para partir el junto a la Plaza de Toros. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.178 / 1.814
  • Mi tiempo efectivo: 5h08
  • Mi tiempo total: 5h45
  • Dificultades: Ninguna. Itinerario por caminos.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de Valsaín por su extremo occidental, por la pista asfaltada que sube al collado de la Cruz de la Gallega. Girar a la izquierda (S) en el cruce para continuar por el carril que sigue el cordal por la vertiente oriental. Al volver a la cuerda en otro cruce, seguir por la izquierda (SE), ahora por la vieja calzada de tierra, que va primero por el lomo y, luego, por la vertiente oeste. Tras dejar atrás la Camorquilla, al llegar a un nuevo collado (1.669), tomar el segundo camino que sale a la izquierda (SE) y sube hasta la cima misma del Cerro de la Camorca.

Continuar por el mismo carril, que baja a la derecha (SE), hasta la Pradera de la Venta, donde se reencuentra con la calzada. Seguirla a la izquierda (S) hasta la Fuente de la Reina y, en el cruce, girar a la izquierda (SE), por la pista que baja al fondeo del Arroyo Minguete y lo sigue. En la confluencia con el Arroyo del Telégrafo, tras cruzar el puente sobre el mismo, dejar la pista por una senda a la izquierda (N). Por ella, se alcanza el curso del Río Eresma para descender junto al mismo y llegar, por la Boca del Asno, a Valsaín.


Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Caminata de cierta longitud, pero muy relajada, por parajes bonitos y variados. Incluye bosque, con y sin río; parajes históricos y curiosos, más una cumbre modesta pero con vistas impresionantes. Que, por cierto, cuenta con un refugio modesto pero en estado decente, donde tengo pendiente pasar alguna vez una noche, no por motivos prácticos, sino por darme el gusto de ver anochecer y amanecer desde la Camorca; a ver qué tal. Todo el recorrido es por pistas y caminos muy bien acondicionados, de modo que, aun sin señalizar, la orientación no plantea dudas. La excursión está, pues, al alcance de cualquiera que asuma el modesto esfuerzo que supone.

RELATO GRÁFICO:

Al oeste de Valsaín, frente al Cerro de Matabueyes, salen dos pistas. Comencé a caminar por la de la derecha (NO), que asciende hacia la Cruz de la Gallega, collado que se abre al norte de dicha elevación.

Al poco, desemboqué en una carretera, cortada al tráfico privado, que tomé a la izquierda (O).

A mi izquierda, podía ver el redondeado Cerro de la Camorca, al extremo de la loma homónima, a la izquierda del cual llegaban a verse las Guarramillas y parte de los Siete Picos, en lo alto del valle del Eresma.


También, mirando hacia atrás, Peñalara alzándose sobre los prados y las casas de Valsaín.

Al llegar a la Cruz de la Gallega, descubrí al otro lado una amplia extensión de llanura, con la ciudad de Segovia a la derecha.

Hay allí un cruce de pistas, donde giré a la izquierda (S) para seguir...

... el cordal de la Camorca, primeramente por su lomo y luego por el lado oriental.

Mientras el arbolado se mantuvo abierto, podía ver a mi izquierda el pueblo de San Ildefonso bajo las alturas de la Flecha y el Reventón.

Luego, el arbolado se cerró, manteniéndose durante un trecho una bonita mezcla de pino y roble.

Al volver a la cuerda y cambiar de vertiente, me encontré ante un cruce. Gire a la izquierda (SE), pasando a caminar por la pista de tierra de sigue el trazado de la antigua calzada romana, que gana suavemente altura, pero...

... manteniéndose en el flanco occidental de la loma. Para entonces, los pinos se habían adueñado totalmente del bosque.

Donde el carril vuelve a la cuerda, salen a la izquierda (SE) dos caminos en poco espacio; tomé el segundo, que...

... remonta el lomo hasta...

... la misma cumbre, con su refugio y un mirador de reciente construcción. Aunque la cima sobresale del bosque, éste permite...

... un panorama más despejado en todas direcciones. Lo mejor, al noreste, donde Peñalara domina el pinar de Valsaín. Girando a la izquierda,...

... la meseta se despliega plana al fondo, más allá del corte del Río Frío. 

Al suroeste, se elevan el Montón de Trigo y la Pinareja.

Continuando el giro, los Siete Picos y,...

... finalmente, el sector occidental de la Cuerda Larga, desde las Guarramillas y las Cabezas de Hierro. En esa dirección emprendí la bajada, siguiendo la continuación del mismo camino, que...

... ahora desciende al sureste a través del pinar, que ocasionalmente dejaba ver el cono del Montón de Trigo.

Al final de la cuesta, me reencontré con la calzada, que tomé a la izquierda (S), llegando enseguida a...

... la Pradera de la Venta. Desde luego, el Cerro de la Camorca no es una montaña espectacular y menos vista desde aquí.

A continuación, volví a entrar en el bosque y llegué a la Fuente de la Reina y su encrucijada. Allí, giré a la izquierda (SE) para...

... seguir por la pista que desciende la ladera en diagonal hasta...

... encontrar el Arroyo del Minguete, que cruza por el puente homónimo. A partir de ahí me acompañaron las señales del GR-11, pero no le hice mucho caso, pues la coincidencia es por poco trecho.

El pinar, según bajaba, se adquiría una belleza solemne.

Al llegar a la confluencia del Arroyo del Telégrafo con el Minguete, tras cruzar el puente sobre aquél, dejé el asfalto por una senda que sale a la izquierda (NO).

Tras seguir el torrente unos metros,...

... lo crucé por un estupendo vado acondicionado.

Poco más abajo, se puede hacer lo propio por un puente de madera, pero el vado mola más.

A continuación, la vereda me separó del cauce. Estaba atajando la desembocadura del Minguete en el Río Eresma para encontrarme con éste más abajo. Allí, tomé a la izquierda (N) el camino...

... que sigue la orilla izquierda y que ya no abandonaría hasta el final. Al poco, pasé junto a un puente formado con un tablero moderno sobre pilares de piedra y factura evidentemente anterior. Se trata del Puente de los Vadillos, se trata de la primera infraestructura que iba a encontrar de las antiguas "pesquerías", que mandó construir Carlos III para facilitar la práctica de ese deporte a la realeza y allegados.

Más abajo, iría encontrando tramos afirmados con obra de contención, incluso empedrados y con peldaños al pasar algún peñasco.

La cosa es que este largo descenso es una sucesión de parajes deliciosos en que el río corre generalmente apacible.

A veces, se encajona entre roquedos o...

... forma remansos, que no siempre parecen naturales.

Al llegar al paraje conocido como la Boca del Asno, el camino se separa considerablemente del cauce, encaramándose a...

... un cancho, desde el que hay una impresionante vista del estrecho que justifica el nombre al lugar.

Escaleras y barandillas permiten acercarse con seguridad algunos de los saltos y ollas más curiosos.

Al dejar atrás este paraje,...

... el río recupera su carácter apacible.

El siguiente hito de la ruta es el Puente de Navalacarreta, que, salvo algún retoque, no tiene añadidos posteriores y es el de mayor porte entre los que se pasan.

Los robles, con su aparición paulatina entre los pinos, fueron anunciando la cercanía del final.

Luego, me encontré andando entre el río y una cerca de piedras, que servirá de referencia para llegar al pueblo desde el final del camino.

Antes pasé ante otro par de puentes; uno, moderno y soso. Luego, el más peculiar, ya que no es para cruzarlo a pie sino que sirve de apoyo para que una canalización de agua, de madera, cruce el río. La vegetación no permite ver bien este Puente de los Canales al llegar.

Algo mejor, aunque no mucho, desde el otro lado.

A continuación, crucé la cerca de antes por un portillo y llegué a un pequeño espacio despejado ante un pequeño embalse. Allí, giré a la izquierda (O) para superar el resalte que me separaba de...

... una extensa pradera rodeada de arbolado, sobre el que sobresalían, a mi espalda, Peñalara y, a mi derecha,...

... el Alto del Morete, impresionante desde aquí.

Ante mí, Valsaín, delante de la emblemática Atalaya. Y hacia allí me dirigí a través del prado.

Antes de entrar entre las casas, una mirada atrás, hacia los Siete Picos y la mole redonda de la Camorca.

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