OTROS
DATOS:
- Cota mínima / máxima: 1.621 / 2.164
- Mi tiempo efectivo: 5h14
- Mi tiempo total: 6h40
- Dificultades: Muy fácil. Aunque
la ruta transcurre casi íntegramente por caminos, la fuerte karstificación del
terreno hace que haya tramos por lapiaz, muy incómodos y escabrosos en
ocasiones.
- Track para descargar en Wikiloc
Mapa
tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA
LA RUTA: En el Puerto de la Fuenfría, tomar la senda balizada
que sale al SE y remonta la ladera hasta el collado occidental de Peña Jaén. Girar a la derecha (O) para
visitar esta cima y tomar allí la cuerda en sentido contrario. Siguiendo la
senda entre domos y dolinas, se llega enseguida al Pico de Mágina.
Continuar al este,
pendiente de los hitos cuando desaparece el trazo en el pedregal. Sin
permanecer siempre en la divisoria, se tocan las puntas más significativas,
hasta llegar al extremo de la cresta en el Cerro
de las Lagunillas. Girar a la
izquierda (O) y descender por la ladera en diagonal, hacia un trazo de senda
visible desde el pico. Al dar con él, seguirlo a la derecha (NE) para acabar de
bajar, más cómodamente, hasta el Camino
del Puerto de la Herradura. Éste va siguiendo el pie de monte y, tomándolo
a la izquierda (NO), nos conducirá apaciblemente hasta el Puerto de la Fuenfría.
Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Magnífico
itinerario panorámico, sin apenas dificultad y con el esfuerzo muy bien
repartido. Sin buena visibilidad en la cresta, aparte de que nos vamos a perder
el principal atractivo de la actividad, la orientación puede resultar
problemática, a causa del terreno. La cuerda es tan ancha y presenta tantas
pequeñas ondulaciones que sería difícil seguirla en la niebla en los tramos en
que el trazo desaparece. Salvo en esa circunstancia, es una ascensión muy
recomendable.
En los últimos años, se ha
prohibido la circulación de vehículos a motor en las pistas forestales de
Andalucía, lo que incluye la de acceso al Puerto de la Fuenfría, entre el 1 de
junio y el 15 de octubre. Si aun así se quisiera realizar esta ruta, habría que
recorrer los diez kilómetros de pista, con sus más de 700 m de desnivel, a pie;
calculo de cuatro horas y media a cinco adicionales. Lo hice una vez en 2008,
pero para una ruta más corta, tocando Peña Jaén, Mágina, Cerro Cárceles y
Ponce, y aun así me ocupó casi todo el día, de nueve de la mañana a seis de la
tarde.
RELATO GRÁFICO:
Tras
aparcar en la pequeña explanada del Puerto de la Fuenfría, comencé a caminar,
atendiendo las indicaciones, por la senda que remonta la ladera de la cresta de
Mágina a la izquierda de los roquedos de Peña Jaén. No era ésa mi idea inicial,
sino una subida más directa; pero, al ver los canchos escarchados, decidí no
arriesgarme a un mal resbalón. El trazo es poco claro al principio, pero
estacas e hitos ayudan a orientarse hasta que se define poco más arriba.
A mi
derecha, el sol iluminaba las sierra occidentales, más allá del vecino pico
Almadén.
Como ya
dije, la senda se aclara al meterse en el pedregal, acercándose a los roquedos
de Peña Jaén.
No
llevaba subida la mitad de la ladera, cuando, una banda nubosa que no había
visto hasta entonces, apareció por el este y fue...
...
echándoseme encima, tapando a mi espalda las moles del Ponce y el Cárceles, de
modo que, cuando...
...
llegué al collado (2.109), abierto entre la Peña Jaén y el Pico de Mágina, la
visibilidad se reducía a unos pocos metros. Una pena por las vistas, pero, a
cambio, era fascinante moverse por este silencioso mundo en blanco y negro,
bajo un palio brillante de luz tamizada. Y, como se trataba de caminar por
sendas, la niebla no era un problema. Al llegar al cruce de la cuerda, giré a
la derecha (O) para...
...
bordear la gran dolina de Peña Jaén, que recordaba de otras veces, y...
...
remontar el ancho y tendido lomo que conduce al primer pico del día.
Y, a la
vista de la cruz cimera,... ¡sorpresa!
Pues no.
Una broma de la montaña; en instantes, las nubes se habían vuelto a cerrar y,
en los minutos que permanecía en la Peña Jaén mientras picaba algo, sólo llegué
a ver, por un momento, esta nebulosa imagen de la vecina Serrezuela.
Comencé
el cresteo, propósito de la excursión, volviendo sobre mis pasos al collado y
continuando por la cuerda, entre...
...
modestos lomos y dolinas, que la senda se encargaba de soslayar por lo mejor,
hacia...
... el
Pico de Mágina, a cuya cumbre llegué sin que la visibilidad mejorara
perceptiblemente.
Bueno,
algo parecía aclarar, mirando al oeste, hacia la Peña Jaén, o...
... al
sureste, donde se veía abrirse algún hueco en las nubes. Pero, como la cosa no
parecía definirse, recordando la falsa alarma de Peña Jaén, no pasé mucho
tiempo en cumbre antes de...
...
reemprender camino, de nuevo por la senda que sigue el cordal. En realidad, me
estaba planteando bajar, pues el atractivo de este recorrido son las vistas.
Sabía, de una visita anterior, que hay buena bajada al norte desde este collado
(2.139), que es el inmediato al este de la cima. Pero, en lo que se tarda en bajar
caminando desde donde saqué la foto,...
... las
nubes desaparecieron. Pues iba a ser cosa entonces de acabar la cresta ¿no? Y,
a ello, me puse.
Ahora,
podía ver Sierra Nevada a mi derecha, mientras que, al otro lado,...
... el
panorama al norte quedaba muy limitado por una serie de espolones.
El Pico
de Mágina fue quedando atrás, mientras...
...
avanzaba por la cuerda con pequeños subibajas y me cruzaba con algún grupo,
pues, por aquí, pasa la ruta más habitual desde el sur. Las nubes aún hicieron
algún amago, pero esporádico, corto y poco denso.
Más
adelante, con el cambio de perspectiva, se hizo visible todo el cordal de
Sierra Nevada, donde, pese a la distancia, se podían distinguir claramente las
tres cumbres mayores:...
...
Alcazaba, Mulhacén y Veleta.
En una
zona especialmente movida de la cuerda, la senda me llevó a través de la
vertiente meridional, pasando sobre...
... la
Hoya de los Tejos, más allá de la cual se veían ahora, a la derecha de la
Nevada, el perfil quebrado de...
... las
sierras sucesivas del Pozuelo y Almijara.
Tras el
rodeo, volví a la cuerda...
... a la
vista del refugio de la cima del Miramundos. Antes de llegar, me detuve en su
antecima occidental (2.077), desde donde...
... se descubría
el Aznaitín, aunque la vista al norte seguía estorbada por los espolones.
Pero lo
mejor era el panorama atrás, hacia el Pico de Mágina.
Y también
al sur, donde la vista era muy amplia, incluyendo las montañas penibéticas ya
mencionadas, más allá de la pinosa Cuerda del Milagro.
Luego, me
acerqué al refugio, situado en el punto más alto de este cerro, donde hice la
parada principal. Muy oportunamente, pues, no le he mencionado, pero, tras la
niebla, hacía en la cuerda un ventarrón recio y frío más que desapacible.
Ahora, el
panorama al norte era más despejado y, ante el núcleo principal de la sierra,
destacaban sus avanzadas el Aznaitín y la Serrezuela de Bedmar.
Impresionaba
el barranco bajo la Cuerda del Milagro.
Por
delante, tenía la siguiente cima, la mayor de las Morras del Poyo de Mágina, y
asomaba algo el Cerro Lagunillas, en el extremo del cordal. El trayecto hasta
la primera de estas elevaciones seguía siendo cómodo, siguiendo la tónica de la
jornada, a pesar de que, a partir del collado, dejé de disponer de senda.
Pronto
estuve en el crestón cimero, contemplando los picos de Mágina y Miramundos a mi
espalda y...
... el
Cerro Lagunillas delante. Por cierto, que esa indefinida masa montañosa del
fondo son las montañas de Cazorla y Segura.
La bajada
de las Morras fue algo más incómoda, por el pedregal y el matorral rastrero,
y...
... la
posterior subida al Lagunillas la hice, en lo posible, por la roca de la
arista, a fin de evitarlos.
Desde
este último pico de la cresta de Mágina, la cumbre de la sierra queda medio
oculta.
El
panorama al sur sigue tan extenso como antes.
Al
sureste, el cordal cae bruscamente hasta Bélmez, mientras que,...
... al
noreste, la montaña se prolonga modestamente hasta Bedmar, encajado entre su
Serrezuela y el monte de la Golondrina.
Al
noroeste, resultaba atractiva la vista del Aznaitín contra la llanura. Más
cerca, se distingue una pista; por ella volvería al Puerto de la Fuenfría y,
para alcanzarla, comencé por...
...
descender al oeste, a través del pedregal, hacia un trazo de senda que se veía
en la ladera de enfrente. Di con ella sin llegar al fondo del barranco y...
... giré
a la derecha (N), para seguirla en su descenso por la vertiente derecha.
Luego,
junto a unas ruinas y un abrevadero, hay una zona un tanto confusa, de la que
salí hacia la izquierda (NO), reencontrando enseguida la senda, que acabó de
llevarme hasta la pista que iba buscando; concretamente, la alcancé ante una
bifurcación, de la que salí por la izquierda (NO).
Este
carril recibe el nombre de Camino del Puerto de la Herradura y es comodísimo.
Al principio, transcurre muy apaciblemente entre la cresta recorrida, con...
... sus
riscos, y...
... el
valle del Guadiana Menor, ante el que se elevaban las últimas estribaciones de
la sierra y que separa la Subbética, sobre la que estamos, de la Prebética, que
se ve al fondo.
Esto
cambió al llegar a la altura del Cerro Cárceles y...
... pasar
un alto, desde el que me despedí de los paisajes abiertos que quedaban atrás, así como...
... del
Aznaitín, pues...
... iba a
caminar ahora por el tajo del Arroyo del Perú, abierto entre el citado Cárceles
y la cresta antes recorrida, desde...
... cuyas
laderas me dominaban riscos imponentes.
Pasé
junto a la Fuente del Espino, conocido lugar de excursiones, y...
... un
momento después, se descubrió ante mí la conocida silueta de la Peña Jaén,
anunciando el final de la excursión.
Poco
después, al pasar otro alto, apareció el Puerto de la Fuenfría al pie del
Almadén y con un fondo de montañas oscuras realzadas por nubes bajas.
Ese panorama
a contraluz de las sierras occidentales, de la parte de Alta Coloma y la
Pandera, se amplió al llegar al Puerto de la Fuenfría, desde donde...
... el
panorama de la cresta de Mágina era ahora más risueño.
Comentarios
Publicar un comentario