Bordégal (1.543)

ASCENSIÓN DESDE TIERMES

CUERDA DE LA SIERRA DE PELA DESDE EL CABEZO

El Bordégal es la segunda altura de la Sierra de Pela, largo cordal que se extiende, entre las provincias de Guadalajara y Soria, en el este de la Tierra de Ayllón, continuando la sierra homónima. La altitud del conjunto es modesta, en torno a 1.500 m en las culminaciones, y destaca aún menos al elevarse, tanto al norte como al sur, sobre sendos altiplanos. Curiosamente, el Bordégal, al igual que la Cabeza de la Sima, máxima cumbre de esta sierra, no está en la divisoria sino culminando una estribación. En el caso que nos ocupa, se trata de un cabezo redondeado destacado al norte. Pese a ser una montaña poco llamativa y tener la cresta poblada de aerogeneradores, la amplitud del panorama y la belleza del entorno, con el rojo de arcillas y areniscas mezclándose con el verde de la vegetación, pueden hacer olvidar la presencia de esos artilugios. Además, el yacimiento de Tiermes, así como algunas iglesias y ermitas de los alrededores merecen también una visita.

La ruta recorre un buen fragmento de cuerda, deteniéndose en los picos que superan los 1.500 m. Acceso y retorno se hacen yendo por lo más práctico.

La vertiente norte del Bordégal, por donde descendí, vista desde Tiermes

SITUACIÓN:

  • Zona: Macizo de Ayllón (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de Pela - Sierra Ministra
  • Base de partida: Tiermes (Soria)

ACCESO: El Yacimiento Arqueológico de Tiermes está situado en el suroeste de la provincia de Soria, concretamente en el término municipal Montejo de Tiermes, frente al en el pie de monte septentrional de la Sierra de Pela. Es un antiguo poblado que destaca por haber estado habitado continuamente desde la Edad del Bronce hasta el siglo XVI y mezclarse en los diversos edificios e infraestructuras técnicas constructivas y rupestres. Como la visita es libre, se puede aprovechar para hacer un prólogo o epílogo cultural a la excursión. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.167 / 1.543
  • Mi tiempo efectivo: 4h43
  • Mi tiempo total: 5h41
  • Dificultades: Muy fácil. Casi todo el itinerario transcurre por buenos caminos, pero incluye tres bajadas, de cierta duración, campo a través por terreno muy empinado e inestable en algunos momentos.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir del yacimiento de Tiermes por la pista que, prolongando la carretera de acceso, se dirige al sur. En la primera bifurcación, seguir por la izquierda (SE), y, en las demás que se encuentran, por el camino más ancho y marcado. Tras pasar por la aldea abandonada de Manzanares, la pista alcanza el lomo del Alto del Cerro y, siguiéndolo, el cordal principal en el collado del Cabezo, donde hay un cruce múltiple. Tomar la primera pista de la derecha (NO) para visitar la vecina cota anónima (1.508), buen mirador. Descender a la izquierda (SO), por un lomo empinado, hasta dar con la pista que recorre el cordal y tomarla a la derecha (O). A punto de sobrepasar el Cerro de Ribalópez, dejar el carril principal por el ramal que, a la izquierda (SE), sube a esta segunda cima. Allí, bajar recto (O) por la empinada ladera del otro lado para volver a la pista y retomarla a la izquierda (NO). Al llegar a lo alto de El Morro, dejar el camino por la derecha (NE) y bajar por un ancho al collado intermedio para, a continuación, subir al  Bordégal.

Manteniendo la dirección de llegada (N), bajar directamente por la ladera, pedregosa y empinada, hacia el caserío en ruinas de Sotillo de Caracena, bien visible ya desde la cumbre. Poco antes de llegar, desviarse a la derecha (E) para alcanzar la pista que llega al pueblo y tomarla a la misma mano (SE) para regresar por ella a Tiermes.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Prolongada caminata, que se hace amena por la variedad de parajes y panoramas de que se va a disfrutar. De los tres tramos que hay sin camino, sólo es paso por cumbre, subida y bajada, es inevitable y no creo que sea tan malo el paso, léase incómodo, como para echar atrás a nadie. De haber sabido antes cómo era esta zona, habría reservado más tiempo a la excursión, para haber podido curiosear un poco los dos caseríos abandonados y haber aprovechado para, además de visitar el yacimiento de Tiermes, haber pasado por el museo. Como única cosa a prevenir, está la presencia de una gran explotación ovina, con los consiguientes mastines; están bastante bien educados y, si se les deja en paz, no molestan al caminante; recordad que no son animales de compañía.

RELATO GRÁFICO:

Salí de Tiermes por la pista de tierra que prolonga la carretera de acceso, caminando hacia la Sierra de Pela, a la derecha de la cual se destacaba la mole del Bordégal.

Un primer trecho transcurre entre algunos restos arqueológicos, como este curioso graderío rupestre.

Al poco, llegué a un bifurcación y continué por la izquierda (SE). Es la única dudosa, en las demás que se pasan durante la subida, basta con seguir el ramal más ancho y marcado.

También tuve de vadear un par de arroyuelos, ninguno de los cuales planteó el menor problema. Mientras iba recorriendo el pie de monte, caminaba entre una llamativa cárcava de arenisca roja, no muy alta, pero vistosa y...

... unos prados al fono de los cuales seguía viendo la cumbre del día.

Al rato, pasé por el caserío abandonado de Manzanares, tras el cual...

... la pista se metió por la vaguada por la que...

... llegaría a un lomo proyectado al norte del cordal principal y que culmina en el Alto del Cerro.

Justo antes, pasé junto a la majada de Las Rozas, donde un cantil se aprovechaba para dar refugio a pastores y reses. Merece la pena hacer un pequeño alto por lo agradable del lugar, pero también por...

... la buena perspectiva de El Cabezo y su collado por donde alcanzaría el cordal, así como...

... del Bordégal dominando el pie de monte septentrional. Tras retomar la subida, pronto...

... llegué al lomo mencionado y apareció, más allá, la prolongación al este de la sierra.

Al otro lado, había una buena perspectiva del tramo de cuerda que me disponía a recorrer.

Antes, debía de alcanzarla en el collado que se abre junto al Cabezo, cima apenas perceptible a la izquierda de la pista. De hecho, destaca más la anónima cota (1.508), en lo alto de la cual se distinguía una caseta. Antes de culminar la subida, donde la pista dobla a la izquierda, merece la pena detenerse, pues...

... el panorama al norte va a ser el más abierto de la jornada.

La pista me llevó a continuación al collado (1.485) situado al oeste de la cima del Cabezo. Desde allí, descubrí este amplio panorama al sur, con toda la Sierra del Alto Rey y el borde septentrional de la del Robledal en el horizonte. Giré entonces a la derecha (NO) en...

... el cruce múltiple que hay en el collado, para subir por un corto ramal al pico de ese lado, en cuya cima se veía una caseta de orientación. Pero que no es la cima del Cabezo, sino el remate de un espolón (1.508) proyectado al noroeste. Desde allí, mirando al este, se ve así el ancho y monótono cordal.

Al suroeste, podía ver ahora la plana cuenca superior del Río Sorbe y, al fondo, el final de la Sierra de Ayllón. Allí, sobresaliendo sobre la loma de Cabeza Erial, la única gran cima visible durante la jornada:...

... la Buitrera.

Al norte, la perspectiva estaba algo estropeada por los pinos, aunque en ese momento y pese a las nubes, se llegaba a distinguir la sombra difusa de la parte más occidental de la Demanda y el Urbión.

Entre ambos panoramas, al oeste, la cuerda hasta el Bordégal. Para acortar, en vez de volver por el carril por donde había subido, giré a la izquierda (SO) y...

... descendí por un lomo pedregoso de mediana pendiente. Siguiendo la linde del pinar, derivé luego a la derecha para...

... atajar, ya por terreno más suave, hasta la pista que va siguiendo el cordal. Tomándola a la derecha (NO), acometí la subida, bastante suave, hacia Los Picachos, cuya cima no visité, pues...

... para no prolongar más de la cuenta la excursión, decidí pasar sólo por las que pasaran los 1.500 m. Así, fui siguiendo la pista por el flanco sur de la cuerda, hacia el Cerro de Ribalópez.

En el mientras tanto, se había despejado de nubes el horizonte meridional, dejándose ver el perfil del Alto Rey, incluyendo...

... las antenas y todas las puntas de su núcleo principal.

Tras bordear por el sur el Cerro de Ribalópez, a la vista del Bordégal, giré a la derecha (SE) para tomar el ramal que asciende a...

... esta segunda cima del día cima, desde donde se veía así el tramo de cordal ya recorrido.

Este Cerro de Ribalópez es el único vértice geodésico de la jornada, aunque las vistas son similares a las del resto de la cresta.

Como en el pico anterior, atajé en el descenso, bajando recto (O), por lo más corto, hacia la pista.

El terreno no era malo; despejado, firme y de pendiente sólo mediana. Además, tenía una estupenda perspectiva del tramo hasta el Bordégal tras abandonar la cuerda en El Morro. Antes, llegué a la pista y acometí por ella es ascenso a esa cima secundaria.

Cerca de culminar, descubrí la continuación del cordal al oeste, a la derecha de una Sierra de Ayllón totalmente tapada de nubes.

La cima del Morro queda pocos metros a la derecha (N) de la pista; así que, al llegar a su altura, dejé el carril por ese lado,...

... me asomé a la vertiente septentrional de la sierra y...

... descendí por el lomo que une este pico al Bordégal, sin senda pero cómodo y libre de obstáculos.

La bajada al collado es herbosa y suave; la subida subsiguiente, aunque pedregosa y algo más empinada, tampoco fue problema.

Alcancé la arista cimera, ancha y tendida, un poco al sur de la cumbre.

Desde el Bordégal, se ve al este el frente septentrional de la sierra. Girando a la izquierda,...

... Ayllón cubierto de nubes más allá del tramo inmediato de cordal.

Al sur, la Sierra del Alto Rey.

Al oeste, la otra parte del cordal y, a la izquierda...

... las rojizas cárcavas que seguí al inicio de la excursión; más lejos, el paisaje ondulado del Marquesado de Berlanga.

En fin; al norte, las nubes no dejaban ver más allá de la Tierra de Osma y Gormaz. Hacia ese lado, descendí, tomando como referencia el caserío de Sotillo de Caracena, que se veía abajo, junto a un prado muy verde,...

... del que me separaba una empinada bajada, con un tramo por piedras sueltas en medio.

Por suerte, la pendiente no era excesiva y, además, cede en el último tercio. Ya entrando en el llano, encontré unas trazas de ganado y las seguí para más comodidad.

A la vista de las casas de Sotillo, tuve que descender un resalte de conglomerado. Haciendo zigzags en los escalones, se puede pasar caminando. No llegué al pueblo; antes, al pie de la roca, giré a la derecha (E) para atajar por el prado hacia la pista que pasa por él y tomarla a la derecha (SE).

Por ella, dejé atrás el Bordégal,...

... llevando a la derecha la sierra,...

... camino de Tiermes. Llegando al final, anunciado por la cercanía de las cárcavas, seguí recto (NE) en un cruce, tras el cual...

... llegué a la primera bifurcación de la mañana. Girando ahora a la izquierda (O), ya sólo me quedó deshacer camino hasta Tiermes, desde donde...

... me despedí de la Sierra de Pela y del Bordégal, hasta otra visita, que seguro que la habrá.

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