Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Itinerario
muy panorámico y muy serrano que no presenta dificultad ni exigencia, pues el
desnivel está repartido, las pendientes son llevaderas y, los caminos, buenos.
Sólo se rompe esta tónica en el acceso a los riscos que coronan ambas cimas de
Cueva Valiente; pero ambos pasos se pueden superar sin manos y, además, no son
obligados para disfrutar del entorno y el paisaje. La vuelta por la carretera
incluye la posibilidad de irse cruzando con vehículos, pero el tráfico no es
muy intenso.
RELATO GRÁFICO:
En el
Puerto de Guadarrama, de la carretera nacional que lo atraviesa, se desgaja al
sur una pista asfaltada que va al pueblo abulense de Peguerinos. Por ella
iniciamos la ruta.
Al dejar
atrás las casas del puerto, descubrimos a la izquierda las estribaciones
meridionales del sector más alto de la sierra.
Tras
atravesar una cerca, nos desviamos a la derecha (SO), siguiendo las marcas del
GR-10, por...
... un
camino que remonta el pinar y...
...
alcanza la cuerda en un claro. Allí pudimos contemplar, a nuestra espalda, las
crestas desde la Mujer Muerta a La Maliciosa.
Poco
después, llegamos a la cima del Cerro Piñonero, desde donde el panorama se
completó con la llanura madrileña.
Continuamos
por la cuerda hacia la siguiente cima del día, Cabeza Líjar.
A media
bajada, descubrimos la característica silueta del Abantos sobre el hueco de
Cuelgamuros.
En el
Collado de la Gasca, reencontramos la pista, pero la dejamos de lado, cruzando
la cerca de piedras para seguir por la senda.
En un
claro del pinar, a media subida, se veía así el Cerro Piñonero con las cimas
mayores del Guadarrama como fondo.
La subida
transcurría entre pinos y riscos.
Desde
Cabeza Líjar, al sur, hay una perspectiva más amplia del Abantos y su entorno.
Girando a la izquierda,...
... la
llanura madrileña y, al otro lado, las serrezuelas del pie de monte y...
... un
panorama guadarrameño, que iba desde la Sierra del Quintanar a La Pedriza, más
allá del Alto del león.
Siguiendo
con el giro, la otra llanura, la norteña, interrumpida por la verde cúpula del
Caloco.
Y, al
oeste, nuestro objetivo principal de la jornada: las dos cimas de Cueva
Valiente. Más cerca, a la izquierda, se ve también el modesto cerro de La
Salamanca, por donde pasaríamos camino de aquéllas. En medio, la claridad de la
atmósfera permitía distinguir perfectamente, entre las crestas de orientales de
Gredos y la Paramera,...
... el
Circo de Gredos.
Tras
bajar, siempre por la senda que sigue la divisoria, al Collado de la Mina, lo
cruzamos y emprendimos la siguiente subida.
El
terreno seguía suave y despejado. A media altura, dejamos las marcas de GR, que
contornean La Salamanca, y continuamos por la izquierda (SO) en una bifurcación
para...
...
seguir por la cuerda. Enseguida, se despejó el arbolado, dejándonos ver la
cima.
En lo
alto del Cerro de la Salamanca se alza el refugio homónimo, uno de los más
tradicionales del Guadarrama, reducido hoy a una triste ruina. La cima está
sobre unas rocas a la izquierda, a las que nos encaramamos para...
... mirar
atrás, a Cabeza Líjar.
La
llanura madrileña se estaba cubriendo de nubes, más allá del Embalse de la
Jarosa.
El cordal
principal del Guadarrama, y del Sistema Central, continúa aquí al sur, hacia el
Abantos, así como el GR-10. Nosotros, giramos entonces a la derecha (O),
para...
...
dirigirnos a Cueva Valiente por una traza de senda, borrosa al principio, pero
que los hitos permiten localizar con facilidad. Ésta desciende bajo los pinos
al...
...
Collado del Hornillo, donde cruzamos la carretera de Peguerinos para continuar
por un camino que sigue recto (NO),...
...
ascendiendo suavemente por el lomo opuesto.
Pasado un
claro, sobre el que divisamos la cima sur de Cueva Valiente, el camino se
desvía a la izquierda de la cuerda.
Enseguida,
lo dejamos por un desvío menos marcado que, a la derecha (NO),...
... prosigue
el ascenso.
Al
clarear los árboles, vimos a nuestra derecha Cabeza Líjar y La Salamanca.
Poco
después, culminamos la subida y descubrimos el panorama del nudo central del
Guadarrama que veníamos viendo toda la mañana, pero siempre bajo ángulos
distintos. Por ejemplo, ahora se veía bastante de Peñalara, en el centro del
conjunto.
Pero no
estábamos en la cima; ésta está en lo alto de un cancho que teníamos a la
izquierda, en el borde occidental del llano culminante. Para subir sin
dificultad, lo rodeamos por la derecha hasta...
... su
lado sur, en que una rampa de mediana pendiente permite alcanzar la cima
caminando.
La vista
hacia los montes de la comarca Los Pinares y Gredos seguía siendo magnífica.
Incluso se distinguía, allá sobre la bruma, la línea oscura de los Montes de
Toledo.
La cumbre
de la jornada esperaba al otro lado de un amplio collado. Para llegar al mismo,
volvimos a la traza y continuamos al norte, bajando a través del pinar.
Antes encontramos
en la hierba del prado cimero esta curiosa placa de hielo.
Una vez
en el collado, lo dejamos por la derecha (NE), siguiendo...
... una
senda que asciende en diagonal, abalconada en la vertiente oriental del monte
hasta girar a la izquierda (O)...
... al
llegar bajo los riscos cimeros. Pasamos entre los dos y nos encaramamos al más
alto cuando vimos a la derecha (N)...
... terreno
favorable para superar el roquedo.
Desde lo
alto de Cueva Valiente, al sur, el Abantos y la cima meridional aparecían
alineados. A la izquierda,...
... Cabeza
Líjar y la Salamanca, tras los que destacaban el Cerro de San Pedro y la Sierra
del Hoyo de Manzanares.
Seguían
las cumbres mayores del Guadarrama; luego,...
... la
llanura norte, con el pueblo de El Espinar y el Cerro del Caloco. Al oeste, el
cordal de Malagón, al otro lado del cual...
... se
extendían los Pinares Llanos, con Gredos al fondo. En esa dirección emprendimos
el regreso, bajando por el carril que alcanza la cumbre y que...
...
dejamos en el collado entre las dos cimas, siguiendo recto (S) cuando gira a la
derecha, por una senda que rodea el pico sur.
Al tomar
distancia y salir de los pinos, podíamos ver a la derecha la cumbre de Cueva
Valiente y su rocoso lomo suroeste.
Pasando
sobre las Navas del Toril, la senda encontró un camino más ancho, que tomamos a
la izquierda (SE).
Por él,
acabamos el rodeo del monte y alcanzamos el Collado del Hornillo, donde tomamos
a la izquierda (NE) la carretera de Peguerinos, que ya no dejaríamos hasta el
final.
Antes,
cambiamos de vertiente en el Collado de la Mina, al pie de Cabeza Líjar,
pasando a ver...
... entre
los pinos, el llano madrileño y...
... las estribaciones
meridionales de la Cuerda Larga.
Aunque la
mayor parte del tiempo, caminábamos por un pinar muy hermoso, pero que hurtaba
el panorama.
Como para
compensar, cuando se abría un hueco en el arbolado, se formaban composiciones tan
bonitas como ésta de la Peñota y Siete Picos.
Y, así,
acabamos de regreso, sin más que añadir, en el Puerto de Guadarrama.
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