Con las
primeras luces de la mañana, eché a andar en el Puerto de Cotos, un poco mosca
por la evidente falta de nieve. Menos mal que, en cuanto la pista del parque
nacional, la que sube al NE, me metió en el pinar...
... la
nieve apareció como una costra continua, que cubría todo el ancho del carril. Y
también dura, como para obligar al uso de crampones.
Cuando el
arbolado fue disminuyendo en porte y densidad, pude ver a mi espalda cómo
estaban las caras norte de las Cabezas de Hierro, Valdemartín y las
Guarramillas. Eso es otra cosa. Y es lo que venía buscando.
Tras
dejar de lado un primer desvío a la derecha, tomé el segundo (N), indicado al
refugio Zabala, pasando a atravesar horizontalmente la ladera bajo la Hermana
Menor.
Delante,
podía ver sobre el vetusto edificio la cumbre de Peñalara y el cóncavo o canal
que sube hacia la misma desde la Laguna Grande. Desde aquí había, además, muy
buena perspectiva del paso clave de la ruta, que es la salida al lomo de la
montaña, rodeando un gran cancho, que...
... aquí
se ve más de cerca. Yo no pasé por donde van mayormente las huellas, sino por
la izquierda, que es menos empinado. Visto a distancia, se ve que la opción
derecha es más directa, pero, visto al pie de la subida, no lo parecía. En fin;
como ya dije, para otra vez.
De
momento, me encaminaba al Zabala, pasando entre una tendida ladera a mi
derecha, más allá de la cual se veían las crestas de Ayllón en el horizonte,
y...
... las
laderas de las Dos Hermanas sobre mí, al otro lado.
En el
altozano donde está situado el refugio, acabó el camino. No importaba mucho,
pues la nieve endurecida había tendido unas magníficas alfombras blancas a
través del pedregal. Por ellas, bajé hasta la Laguna Grande, para rodearla por
la parte del monte, pasando bajo...
... los
riscos y tubos del fondo del circo, y...
...
empezar a remontar luego la ladera opuesta en diagonal derecha (NE). En cuanto
empecé a ganar altura, podía disfrutar, mirando atrás, de hermosas vistas de la
Hermana Mayor.
Serpenteando
entre bloques y matorrales para mantenerme pisando nieve, me situé en la base
de la primera torrentera o vaguada, orientada a norte y que supera...
... unos
100 m de desnivel, o poco menos, por pendientes suaves, bastante por debajo de
los 30º. Desde lo alto de esta primera rampa, el panorama es ya bastante
abierto.
Vino a
continuación un tramo más tendido, a través del cual, girando ligeramente a la
izquierda (N), continué ganado altura. Al fondo, podía ya ver el lomo de la
montaña.
Mientras,
también a mi derecha se iba descubriendo la parte oriental de la Cuerda Larga.
Al final
de esa rampa, a mi izquierda, el Collado de la Laguna estaba casi a mi nivel.
Y es que
había superado ya los 2.200 metros de altitud y, ante mí, tenía ya las canales
de salida. Escogí la de la izquierda, atravesé el breve rellano y girando a ese
lado (NO), superé una breve pendiente, poco más de 20 metros de desnivel a 30º.
A continuación, giré a la derecha (NE) para superar...
... una segunda
rampa, más empinada, que llega o supera ligeramente los 40º en algunos puntos
de sus 60 metros de desnivel.
Pese a la
fácil que había resultado la canal, impresionaba mirara atrás.
Y ya
estaba en el lomo de la montaña. No en la cuerda, sino desplazado al este de la
misma. Mirando a mi izquierda, veía asomar sobre ella los Siete Picos y la
Mujer Muerta.
Girando a
la derecha (NE), remonté una ancha pendiente helada, moderadamente inclinada.
Me cerró
el paso una brusca caída. Abajo, el Rellano de las Lagunas y, más allá, el
valle del Lozoya, con Ayllón al fondo.
A mi
derecha, Cabezas de Hierro y compañía, más allá de un hombro cercano y, al otro
lado,...
... la
cumbre al alcance casi de la mano.
Desde lo
alto de Peñalara, vi, lo primero, la continuación de la cuerda al noreste, por
el Risco de los Claveles. A la izquierda,...
... la
gran llanura se extendía al norte hasta perderse de vista. Continuando con la
vuelta,...
... más
allá de la roma cresta de la montaña, las Guarramillas, Siete Picos y el grupo
de la Mujer Muerta, por encima del cual...
... llegaban a verse brillar las nieves de
Gredos y las Parameras.
Al sur,
más allá del gran hueco de la Laguna Grande, la Cuerda Larga completa, desde la
Guarramillas, por Cabezas de Hierro, hasta...
... la
peculiar silueta de la Najarra.
Al este,
los colores adustos del valle del Lozoya contrastaban con el brillante paisaje
de hielo y nieve que me rodeaba. Por desgracia, la atmósfera estaba bastante
turbia por ese lado y las crestas de Ayllón, al fondo...
... se
veían bastante mal, aunque se llegaban a identificar sus cimas principales:
Tres Provincias, Lobo y Cerrón.
La
temperatura era bastante agradable y, cosa rara, soplaba muy poco viento, así
que me quedé un buen rato en la cima antes de reemprender la marcha, recorriendo
la cuerda al noreste, primero ancha y suave y, luego,...
... algo
más empinada, pero facilísima y libre de obstáculos, hacia el Risco de los
Claveles. La arista de bloques, estaba bastante libre de hielo y hubiera podido
pasarla, pero mejor sin crampones. Sabiendo que los necesitaría después, por no
quitármelos preferí, al llegar al collado (2.374) previo, girar a la izquierda
(O) y perder unos pocos metros, para flanquear la cresta por el norte.
Justo
antes, una mirada atrás. No se llega a ver la cima verdadera, pero impresiona.
Bueno,
apenas perdidos 15 ó 20 metros desde el collado, me encontré a la derecha (NE)
una repisa inclinada que, recorre la vertiente...
... pocos
metros por debajo de la arista.
Aunque es
razonablemente cómoda, incluye un tramo que no lo es tanto, debido a que la
nieve no llegaba a tapar del todo los cantos. Además, pese a estar en vertiente
norte, me encontré aquí la poca nieve blanda que pisé durante toda la jornada.
Terminado
el rodeo, me encontré de nuevo en la cuerda, sobre la Laguna de los Pájaros. Girando
a la izquierda (N), comencé a descender por el lomo, amplio y de pendiente
moderada. Tomada cierta distancia, al paso por un hombro unos 20 metros más
abajo,...
... me
volví para admirar al escarchado Risco de los Claveles. También se aprecia la vertiente
por donde lo había rodeado.
A
continuación, vino una bajada algo más intensa y movida, superándose
ligeramente los 30º a lo largo de unos 40 m y con un par de escaloncitos que
hube de pasar con cuidado. Lugo, el terreno se suaviza paulatinamente hasta el
rellano en que se alza el Risco de los Pájaros, desde donde...
... impresionaba
la perspectiva del de los Claveles y se ve esa parte movida de descenso que comentaba
en el anterior párrafo.
Ante mí,
un lomo definitivamente ancho y suave se extendía sobre la Laguna de los
Pájaros. Descendiendo por ella, fui ganando...
...
perspectiva sobre el Rellano de las Lagunas, amplia terraza bajo el cresterío y
con las cabezas de Hierro al fondo, que, acabada la bajada y girando a la
derecha (S), me disponía a recorrer.
Al cruzar
sobre la laguna, nueva perspectiva de la cresta de los Claveles, cuya visión...
... fue
cambiando según avanzaba por la terraza y no cansa. Al otro lado, sin
embargo,...
... hacia
el valle, la anchura del rellano hurtaba la perspectiva.
Iba
siguiendo las estacas que marcan la senda por este peculiar llano que se
extiende entre los 2.100 y 2.200 m de altitud, de aspecto ilimitado mirando
atrás.
Adelante,
la Cuerda Larga ponía un final al asunto.
Y, por
encima, Peñalara, cuya cima pude ver de nuevo al dejar atrás la cresta de los
Claveles y pasar bajo la pala homónima. Al otro lado, frente al gran cóncavo...
... la
Laguna de la Herradura se distinguía por las fracturas en la superficie nevada.
El
siguiente accidente destacable es el corredor NE de Peñalara, el más largo y
clásico del macizo.
Luego, para
evitar un escalón que corta la terraza, la senda gira a la izquierda (E) y baja
por una pendiente asequible antes de recuperar la dirección sur y acometer la
breve subida al lomo en que acaba, ahora de verdad, el rellano. Desde lo alto
del mismo, hay...
... una
buena perspectiva de la vertiente oriental de Peñalara.
Luego,
atravesé horizontalmente un ligero cóncavo hasta el siguiente lomo, sobre el
que ibas asomando las Dos Hermanas, anunciando la cercanía del final.
Efectivamente, al llegar allí, apareció...
... la
Laguna Grande bajo la Hermana Mayor.
Giré con
la senda a la izquierda (SE) para descender por lo alto de este lomo hacia el
Arroyo de la Laguna y tomar el camino que veía rodear el monte más abajo.
Mirando
arriba, por cierto, podía ver el lugar por donde había alcanzado el cordal al
subir.
Tras
descender la loma, crucé el torrente, no por el puente, sino más arriba, por la
nieve, para evitar pisar en seco con los crampones. Luego, tomé hacia la
izquierda (SE)...
... el
camino, que va rodeando horizontalmente el monte, sobre el...
... valle
del Lozoya, mientras que,...
... ante
mí se iban descubriendo las Cabezas de Hierro y...
... el
resto de cimas occidentales de la Cuerda Larga, hasta que...
... entré
en el bosque. Poco después, llegué a...
... la
pista del inicio cerca de la Fuente Cubeiro y, tomándola la izquierda (SE),...
... no
tardé en estar de vuelta en el Puerto de Cotos.
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