Pico Liguardi (1.975)

ASCENSIÓN DESDE PROAÑO

POR EL LOMO SE Y EL COLLADO DE RUMACEO

El Pico Liguardi es una destacada cúpula verde que se eleva en el extremo oriental de la Sierra del Cordel, cordal que limita por el norte el Alto Campoo. Está cubierto mayormente de pasto y matorral, salvo en el robledal que hay por encima de Proaño y en los modestos cantiles de los Callejos. Ése es el único rincón agreste que rompe las formas redondeadas y suaves de esta montaña. La explotación ganadera y la cercanía entre poblaciones y crestas ha llenado el entorno de caminos, que facilitan las excursiones. Por otra parte, el panorama desde la cima es bonito pero está limitado por la cercanía de vecinos más altos, por lo que no el mejor de estas sierras. Así, el atractivo principal de visitar esta montaña es su individualidad, que hace que, desde lejos, se distinga muy bien dentro del arco montañoso que rodea el nacimiento del Ebro.

La ruta consiste en remontar el lomo que se eleva desde la aldea de Proaño a la cima y regresar bajando al collado norte y rodeando luego el monte a media altura.

Vertiente de Los Callejos, en la ladera noreste del Liguardi

SITUACIÓN:

  • Zona: Alto Campoo (Cordillera Cantábrica)
  • Unidad: Sierra del Cordel
  • Base de partida: Proaño (Cantabria)
ACCESO: Proaño es una población del municipio cántabro de “Hermandad de Campoo de Suso”, que está situado en el sur de la provincia, ocupando casi todo el alto Valle de Híjar por encima de Reinosa. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.030 / 1.975
  • Mi tiempo efectivo: 3h30
  • Mi tiempo total: 4h18
  • Dificultades: Ninguna. Itinerario por caminos o terreno cómodo.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Dejar Proaño por la pista que sale junto la iglesia hacia el NE y pasa cerca del cementerio. Tras un paso canadiense, tomar un desvío a la izquierda (O) hasta la linde del bosque, donde hay otro cruce. Tomar el camino de la derecha (N), que sale enseguida de los árboles y desaparece. Girar a la izquierda (NO) y subir de cara a la pendiente; aunque la curvatura es muy ligera, estamos ya en el lomo SO del Liguardi. Más arriba, al ver un camino a la derecha, tomarlo y continuar ascendiendo por él. Se atraviesa a continuación en lazadas un robledal, a cuya salida el camino deja de subir. Abandonarlo por la derecha (NO) para encarar de nuevo el lomo, por terreno cómodo con rastros de paso. Tras el Cueto Ropero, único hito reseñable, se alcanza la cima del Pico Liguardi.

Girar a la derecha (N) y bajar por una estrecha traza al Collado de Rumaceo. Tomar allí el camino que baja a la derecha (E) y, cuando al poco se bifurca, seguir de nuevo a la derecha (SO). Y ya no queda más que seguir el camino principal, sin más desvíos, para, pasando por Los Callejos, acabar de vuelta en Proaño.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Excursión con bonitas vistas, tanto hacia las crestas vecinas como del verde Valle del Híjar. No tiene la menor dificultad, pues transcurre casi toda por buenos caminos y, cuando no lo hay, el terreno es firme, regular y despejado y, la orientación, obvia.

RELATO GRÁFICO:

Salí de Proaño por una pista que asciende en diagonal al noreste, a través de los prados de las laderas orientales del Liguardi.

A mi derecha, sobre el valle, el sol atravesaba una niebla matinal espesa, pero en la que se iba abriendo algún claro.

Al otro lado de un paso canadiense, giré a la izquierda (O) en un cruce, dirigiéndome...

... hacia un cercano robledal. Pero, nada más llegar a la linde, dejé el camino por la derecha (NO) para...

... encarar una moderada pendiente cubierta de pasto. Fijándose, se aprecia una ligera curvatura, pues estaba ya en el lomo sureste del Liguardi, que me iba a llevar hasta la cima. Por aquí, hizo la niebla un amago de despejar, pero...

... no tardó en cerrarse de nuevo. Y, así, con esas alternativas, estaría un buen rato. Al poco, vi un camino cerca, a mi derecha, y lo tomé ¿de dónde salió? Ni idea.

El avance no podía ser más cómodo y los vapores, yendo y viniendo, eran más un adorno del paisaje que un inconveniente.

Al llegar de nuevo a la linde del bosque, desemboqué en una pista más importante, que tomé a la izquierda (O) para...

... continuar en subida, ahora en lazadas, a través de este hermoso robledal de Proaño.

En las curvas, salían desvíos en horizontal, que dejé de lado. Fue dentro del bosque donde me alcanzó el sol.

Al salir del boque, el camino deja de subir y yo giré a la derecha (NO) para abandonarlo y pasar a...

... remontar el lomo, que todavía es ancho por aquí, pero ya no tanto. La progresión por este terreno despejado y regular era muy cómoda, y más cuando me encontré una traza de paso, que hasta me evitó pisar los matojos. Aunque el cielo estaba ya mayormente azul sobre mi cabeza, seguían predominando...

... las nubes tanto a mi derecha, del lado de Soto, como...

... a mi izquierda, sobre el Valle de Híjar.

Llevaba un buen trecho superado, cuando...

... pude ver por primera vez una cresta. Concretamente, el Valdecebollas, que se alza al suroeste sobre la Sierra de Híjar.

Poco después, asomó también la Sierra de Peña Labra, mientras rodeaba el Cueto Ropero por la traza, así como la cima del...

... Pico Liguardi, que pude contemplar completo al volver a la cuerda en el collado intermedio.

Allí se descubrió también, al norte, bajo unos cuetos achaparrados, el Collado de Rumaceo y el camino de regreso.

Tras remontar una mediana pendiente, miré atrás, al Cueto Ropero, antes de...

... acometer unos metros finales casi llanos hasta la cima, a cuyos lados se iban descubriendo otras cumbres. Significadamente, a la derecha, una impresionante...

... Peña Sagra.

Ya junto a la cruz, pude ver a la izquierda, entre ésta y el Pico Cordel, una parte de los Picos de Europa.

Concretamente, el frente oriental de los macizos de Andara y los Urrieles. Entre éstos, destacaban...

... las Peñas Cifuentes y el grupo del Llambrión.

Luego, al otro lado del Iján y el Cordel, se veía la accidentada cresta que une...

... los dos picos más altos del Alto Campoo: el Cuchillón y el Tres Mares.

Continuando el giro a la izquierda, la mole del Valdecebollas interrumpe un segmento particularmente llano del cordal, antes de...

... hundirse en el Collado de Somahoz. Más a la izquierda, un muro de nubes...

... lo cubría todo en el arco oriental. Bueno, tampoco era fea visión.

Ya al noreste, hacia el extremo de la sierra, se aclaraba el panorama, que se presentaba...

... totalmente despejado al norte, donde el terreno cae, en forma de ancho lomo empinado, hasta el Collado de Rumaceo. Por allí comencé el descenso, siguiendo un trazo estrecho pero bastante claro en el matorral rastrero.

A mi izquierda, seguía viendo los Picos de Europa y la peña Sagra, además del cercano Cueto de la Concilla.

A la derecha, el vallecito de Los Callejos, dominado por pequeños cantiles, casi la única roca de esta montaña.

En el collado, tomé a la derecha (O) el camino que lo atraviesa, no sin antes...

... echar un último vistazo al oeste.

El camino es amplio, casi una pista y desciende hacia la zona de suaves lomas verdes que domina Reinosa. A la derecha,...

... me dominaba un poco impresionante Liguardi.

Al llegar a una bifurcación, giré a la derecha (SO) para...

... bajar hacia el fondo de Los Callejos. Ahora tenía el monte otra pinta. Antes, llegué a lo alto de un lomo, donde el camino gira a la izquierda y...

... vi primera baliza de un PR que seguiría un rato.

Más allá de esos Montes de Reinosa, en el horizonte se distinguían los de Valnera, donde...

... se llegaban a distinguir el Picón del Fraile y el Castro, pese a la distancia y la turbidez del aire. ¡Vaya montañones!

En fin; tras un nuevo giro, el camino alcanzó el fondo del pequeño circo y cruzó el cauce para volver a cambiar de dirección y, ya...

... transformado en pista, seguir en su descenso el torrente. Antes de doblar un primer lomo, me volví a...

... contemplar este bonito vallecito escondido.

Luego, ya sólo se trató de seguir el carril, que bajaba trazando una suave diagonal en torno al monte. Al ratito, dejé a la izquierda un desvío y las marcas de PR, que conducen a Soto.

Sobre mí, el lomo por el que había subido al Liguardi. Bueno, realmente no se veía más que hasta el Cueto Ropero.

Y, así, fui bajando hacia el Valle de Híjar.

Antes de llegar abajo, atajé una curva cuando vi, por debajo de mí, aquel primer cruce de la mañana junto al paso canadiense.

Y, de ahí, únicamente hube de deshacer camino para encontrarme de vuelta en Proaño, topando con la iglesia.

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