Cerro del Telégrafo o Pico de la Serrota (2.292)

ASCENSIÓN DESDE CEPEDA LA MORA

POR LA HOYA DEL NEVERO (INVERNAL)

El Cerro del Telégrafo o pico de la Serrota corona la sierra homónima, que es, a su vez, la más alta de las Parameras de Ávila. Toda esta alineación es un mirador privilegiado sobre Gredos, que discurre paralelo al sur, al otro lado del Valle del Alberche. Se trata de una montaña que sobrepasa los 2.000 metros de altitud, pero de relieve suave y crestas muy amplias, donde se pierde la sensación aérea. Sólo en algunos cóncavos de sus laderas se encuentra cierto carácter abrupto, como es el caso del que define esta ascensión. Respecto al paisaje, la vegetación está formada casi exclusivamente por monte bajo y pastos duros y  toda la zona ha estado sometida a un intenso aprovechamiento ganadero, que la ha llenado de caminos y cabañas que facilitan las excursiones, sin deteriorar gravemente la belleza del entorno.

La ruta comienza por el itinerario más habitual para ascender al Cerro del Telégrafo desde Cepeda la Mora, remontando la vertiente meridional hasta el Collado de la Honda. Allí, en vez de seguir a cumbre por el lomo del cordal, nos desviaremos a la Hoya del nevero, el gran cóncavo abierto en la vertiente este. Tras remontarlo alcanzaremos la cima por la cuerda y descenderemos siguiendo, de nuevo, la ruta normal.

La Hoya del Nevero, con la cima a la derecha. La flecha señala, entre las varias opciones, el tubo que escogimos para culminar

SITUACIÓN:

  • Zona: Las Parameras (Sistema Central)
  • Unidad: La Serrota
  • Base de partida: Cepeda la Mora (Ávila)

ACCESO: Cepeda la Mora es un municipio situad en el área central de la provincia de Ávila, en el alto valle del Alberche y al pie de la vertiente sur de la Serrota. No salimos del pueblo, sino desde el arranque de una pista de tierra que sale al norte desde la carretera AV-510 frente al cementerio, menos de un kilómetro al este de las primeras casas. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.530 / 2.292
  • Mi tiempo efectivo: 4h41
  • Mi tiempo total: 5h45
  • Dificultades: F+, en las condiciones del día (nieve continua a partir de la cota 2.000, con condiciones variables entre hielo y polvo hasta media pantorrilla). Los últimos 150 m de desnivel para salir de la hoya tienen una pendiente media de 30º y se alcanzan puntualmente los 45º en un par de ocasiones.
  • Track para descargar en Wikiloc

Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Tomar, en Los Cerrillos, la pista que se dirige al norte remontando la ladera de la sierra. Tras cruzar el Arroyo la Serradilla, dejarla por un desvío a la derecha (N), que vuelve a cruzar el torrente y se encarama al lomo de Bajondilla para alcanzar el cordal en el Collado de la Honda. Girar a la izquierda (SO) y empezar a remontar el lomo por un camino, pero para dejarlo enseguida por un desvío a la derecha (NO), que se interna en la Hoya del Nevero. Cuando el carril se esfuma, proseguir, descendiendo ligeramente, hasta el gran rellano que ocupa el fondo del cóncavo. Girar a la izquierda (O) y subir por la ladera, siguiendo el curso de los torrentes, alternando cuestas y rellanos. Al fondo del tercero de éstos, ante la pendiente cabera de la hoya, dirigirse a un tubo poco marcado que sube hasta el collado entre el Calamocho y la cumbre. Poco antes de alcanzar la cuerda, al dar con una senda, seguirla a la derecha (N) hasta la cumbre del Cerro del Telégrafo (F+).

Regresar por el mismo trazo y seguirlo, contorneando los cerros Calamocho y del Santo por la vertiente izquierda; es decir, la de la Hoya del Nevero. Al dar con un camino más ancho, tomarlo a la izquierda (NE) para regresar al Collado de la Honda y, de ahí, por el itinerario de subida a Los Cerrillos.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Hacía muchos años que le había echado el ojo a este cóncavo, uno de los pocos accidentes que presentan las laderas de la Serrota, y tenía curiosidad por recorrerlo en invierno. Lo que he encontrado son dificultades bajas, poco interesantes desde un punto de vista deportivo, pero suficientemente entretenidas teniendo en cuenta que el entorno es bellísimo. Por la entidad y regularidad de las pendientes y su moderada inclinación, me han parecido un sitio estupendo para iniciarse en montañismo invernal, con el atractivo adicional ya comentado de estar rodeado de un bonito paisaje, además de la soledad, pues me da la impresión de que, por aquí, sube poca gente. Demasiado fácil para los escaladores y demasiado difícil para los senderistas. Pero es tan bonito.

La única dificultad de la ruta, aparte de las incomodidades que las condiciones de la nieve nos puedan deparar, es esa rampa final de 150 m. En ella, no se superan los 45º y éstos se alcanzan pocas veces y de manera puntual. Es decir, que se puede superar la rampa caminando todo el rato, con el piolet en modo bastón. Porque piolet hay que llevar cuando la pendiente es tan prolongada. Respecto a la elección de la línea para superarla, tomamos el más evidente de los tubos que vimos, que, aun así, es muy abierto y poco profundo; de hecho, no lo respetamos íntegramente y nos salimos de él, por uno u otro lado, cada vez que las condiciones de nieve lo aconsejaron. Otra opción que llevábamos en mente, de haber habido nieve suficiente es haber derivado a la derecha desde la hoya, para subir directamente a cima; pero, por ese lado, estaba el matorral al aire.

Una última consideración sobre el retorno. Pese a ir siguiendo hitos, el trecho bajo el Cerro del Santo fue bastante penoso, hundiéndonos hasta casi la rodilla, a veces en cúmulos nieve blanda y otras cayendo al romper una costra hueca. En condiciones así, creo que hubiera sido mejor no respetar el trazado de la senda e ir por plena cuerda, donde el viento había quitado mucha nieve dejando sólo una delgada capa endurecida, posiblemente más cómoda incluso sin traza.

RELATO GRÁFICO:

Aparcamos ante el pequeño cementerio de Cepeda La Mora, situado en un alto al este del pueblo, de donde sale de la carretera una pista de tierra que se dirige al norte, remontando la tendida vertiente de La Serrota. Al fondo, los cerros del Santo y Valderromán enmarcaban un ancho collado, el de la Honda, donde alcanzaríamos el cordal.

A nuestra izquierda, casi desde el inicio, podíamos ver la Sierra de Gredos, brillante de sol en el horizonte.

No así, al otro lado, la de la Paramera, cubierta por una densa boina de nubes.

Bueno, pero el cielo ante nosotros, que era el que nos importaba, estaba limpio. Tras cruzar el Arroyo de la Serradilla por un puente, dejamos la pista que seguíamos por un desvío a la derecha (N) y cruzamos una cancela.

Poco después, recruzamos el torrente y rodeamos los prados y corrales de Majaramojo por...

... lo alto del lomo de Bajondilla. Mirando atrás, podíamos ver el Puerto del Pico enmarcado por el Cabezo y el Torozo, a un lado, y la cresta de las Morillas, al otro, mientras...

... seguíamos ascendiendo suavemente hacia el lomo de la Serrota.

A la derecha, la Sierra de la Paramera se había despejado casi del todo.

En el Collado de la Honda, descubrimos al otro lado un pequeño segmento de Sierra de Ávila. También, a la izquierda,...

... la Hoya del Nevero, encajada entre los cerros del Santo y el Telégrafo. Para llegar a ella, giramos a la izquierda (SO), por...

... un camino que remonta el lomo del cordal.

Lo dejamos enseguida por un desvío que sale a la derecha (NO) y corta la ladera bajo el Cerro del Santo en ligera bajada.

Durante esa travesía tuvimos una buena perspectiva del Cerro de Valderromán a nuestra derecha.

El camino se esfumó tras pasar un lomo y nosotros...

... proseguimos bajando un poco más, en la misma dirección (N) para alcanzar un rellano más extenso en el fondo de la hoya.

Allí, giramos a la izquierda (O) para encarar la pequeña cabecera e iniciar su remontada, de momento pisando la hierba en los márgenes de los torrentes y...

... dejándonos llevar por el terreno, buscando el paso cómodo sin seguir una línea precisa. Tras una primera rampa,...

... llegamos a otro rellano, éste ya con algo más de nieve. Lo cruzamos y nueva subida para alcanzar...

... una tercera terraza desde donde se veía así la Sierra de la Paramera, más allá del Valderromán.

Estábamos frente a la pendiente cabecera y la nieve ya era casi continua. Por cierto que, hasta entonces, la habíamos encontrado muy blanda y sólo por su escaso era cómodo el avance. Paramos a examinar las diversas opciones, todas en la parte izquierda de la ladera, que era donde había nieve. Y escogimos lo que nos pareció más evidente: un tubo poco marcado en la parte derecha de la zona innivada, lindando ya con el matorral.

El arranque del tubo estaba a 2.090 m de altitud, y, según entramos, registramos un cambio en la nieve: bajo 5 ó 10 cm de nieve blanda, había hielo. Así que crampones y, por si acaso, el piolet en la mano.

La pendiente pronto sobrepasó los 30º e incluso...

... se acercó a los 45º, aunque éstos sólo se alcanzaron en un par de ocasiones y puntualmente. La primera de ellas, justo...

... antes de un relativo rellano, donde la cosa, sin llegar a ser horizontal, bajó bastante y el surco que seguíamos hacía una doble curva. A la salida, se volvió a empinar por encima de 30º.

Mirando a la derecha, empezamos a distinguir la cúpula somital. Con más nieve, nos podíamos haber dirigido directamente a la cima, desde el rellano de abajo, sin gran dificultad.

Al otro lado, la visión de la cima del Cerro del Santo (2.199), nos anunció la cercanía de la cuerda.

Para entonces, se alternaban nieve blanda bastante profunda con zonas heladas y dejamos de respetar el tubo, para trazar nuestro propio camino en busca de las mejores condiciones. La pendiente volvió por aquí a tocar los 45º...

... cuando, pocos metros bajo la cuerda, vimos una traza de senda con huellas de bicho que nos cortaba el paso. Tras haber salvado 150 m, salíamos del tubo para encontrar la ruta normal y la tomamos a la derecha (N).

Poco después, se nos descubrió el hito cimero y...

... alcanzamos la cuerda en el collado previo, dando vista al oeste, donde el cordal se prolongaba por la Sierra de Villafranca hacia la de Candelario e incluso, muy lejos en el horizonte, se llegaba a distinguir la cresta de la Peña de Francia.

Y así, caminando por el suavísimo lomo de La Serrota, alcanzamos la cima del Cerro del Telégrafo. Libre de hielo precisamente la parte de la torrecilla acondicionada para subir.

Al este, magnífica la vista de la Sierra de la Paramera. Girando a la izquierda,...

... más allá de la antecima noreste, se extendía oscuro el Valle de Amblés, sobre el cual brillaban, en el horizonte, las nieves...

... del Guadarrama, bien diferenciadas la Mujer Muerta y la Cuerda Larga.

Al norte, la llanura indistinta, interrumpida por la Sierra de Ávila.

Todo el arco meridional estaba ocupado por el largo cordal de Gredos, desde la Sierra del Valle al Macizo occidental, más la de Candelario. Entre todo eso, destacaba al suroeste la cúspide del Sistema Central:...

... la cresta del Circo de Gredos, con el Almanzor rodeado de su corte.

Para regresar, comenzamos por deshacer camino por el cordal al sur.

Dejamos atrás el lugar en que habíamos alcanzado la senda de la ruta normal a la ida y proseguimos...

... por la senda, rodeando la cima del Calamocho y haciendo lo propio con el Cerro del Santo. Quizá hubiera sido mejor pasar, al menos este último, por la cuerda, renunciando a...

... seguir los hitos, pues, pese a ir teóricamente por la senda, nos encontramos con que la traza había desaparecido y la nieve mezclaba incómodas acumulaciones de 30 ó 40 cm de polvo con una costra dura y hueca que cedía a nuestro paso.

Al menos, la perspectiva era buena sobre nuestra subida; los 400 m de desnivel que separan el fondo de la hoya y la cuerda.

Al salir al lomo suroriental del cerro, desde donde ya se veía Cepeda la Mora, fue un alivio dejar la nieve atrás.

Reapareció la traza, estrecha pero razonablemente cómoda, y, por ella, bajamos la pendiente hasta dar con un camino más ancho que rodeaba más abajo el cerro. Lo tomamos a la izquierda (NE) y, dejando...

... atrás las moles del Cerro del Santo y el del Telégrafo, separadas por...

... la Hoya del Nevero, recorrimos...

... un breve trecho de cordal hasta el Collado de la Hoya. Allí, giramos a la derecha (S), para...

... regresar por el mismo camino de la ida. Durante ese apacible descenso, mirando hacia Gredos nos dimos cuenta de que, junto a La Mira,...

... se veían las puntas de los Galayos más altos.

Y, llegando a Los Cerrillos, apareció la luna sobre la Sierra de la Paramera.

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