Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Curiosamente,
a la cima principal no llega ningún camino, por lo que la mayoría de los
excursionistas sólo visitan su vecino al norte (1.627) o el pico del repetidor.
Y, también por ello, sin pisar la cumbre, la dificultad desaparece y la
actividad sería sólo senderismo. De hecho, esta ruta, sin salirse de los
caminos, es muy frecuentada y casi más por corredores que por excursionistas.
Aunque el pico tiene hito
(pequeño, cuatro piedras), si más gente se empeñara en tocar esa cota
1.631, habría algún rastro en el matorral; y no. Si hay otra manera mejor de
subir y bajar, no fui capaz de detectarla. La verdad es que la perspectiva
cambia muy poco respecto a la punta vecina y que sólo el hecho de decir que has
estado en el punto más alto de la montaña justifica la incomodidad de salirse
de la senda. Pero eso debería bastar para un montañero ¿no?
RELATO GRÁFICO:
Tras
aparcar en la carretera de acceso a Arguis, junto al embalse, me dirigí al
este, crucé la rotonda de acceso de la autovía y pasé por debajo de la misma
para situarme al pie de la ladera oeste de la Sierra del Águila. Del otro lado
del túnel, pocos metros a la izquierda (N), sale...
... una
senda balizada que remonta la vertiente bajo los pinos. El camino traza sube
suavemente, trazando largas lazadas. Aunque hay atajos que permiten acortar, no
creo que merezcan la pena.
Salí del
bosque al paso por una pedrera, desde la cual...
... hay
una estupenda vista de la cuenca cabecera del Río Isuela, con Arguis y su
embalse, bajo la Sierra de Gratal.
Luego, me
asomé al Barranco de Castil de Villas, en lo alto del cual las antenas identificaban
al Pico del Águila. No la cumbre, sino el meridional. Por ahí subiría, pero no
aún, pues...
... todavía
quedaban un par de lazadas por superar antes de...
...
entrar en la cuenca. La senda es estupenda, pero...
... en
cierto lugar, bajo una llamativa aguja, un derrumbe la había barrido. Una
cadena daba confianza para atravesar la placa.
Al tomar
distancia, se veía una bonita perspectiva de la cresta de Gratal enmarcada por
la boca del barranco.
Luego,
crucé el lomo donde se laza la Punta Viñaza, pasando al Barranco de Forna,
bajo...
... otro
llamativo cancho.
De nuevo
a través de bosque, fui internándome en este otro barranco.
Por un
hueco en el arbolado, pude ver esta perspectiva de la Pinta Viñaza con la
Sierra Gratal detrás.
Luego, la
senda giró para acabar de remontar la ladera en diagonal al sur.
Algo de
la Hoya de Huesca asomaba a través del boquete del Isuela, pero una densa
calima apenas dejaba distinguir nada.
Poco
antes de culminar, la senda se bifurca. Pocas dudas: sólo el ramal izquierdo
(NE) seguía subiendo y, por él, llegué enseguida a la cuerda, descubriendo al
este el valle del Barranco Senar y la cima del Tozal de Guara asomando sobre la
Gabardiella. Bueno, más bien descubría sus sombras borrosas.
A mi
derecha, podía ver las antenas del Pico del Águila, pero no fui ahí adonde me
dirigí, sino al otro lado. Primero por la pista de acceso al repetidor y,
enseguida, por una senda que sale a la derecha para seguir la cuerda.
Comenzando por las cotas 1.603 y 1.627, que muchos consideran la cumbre de la
sierra. Desde la primera, mirando...
...
atrás, se ve el Pico del Águila. Abajo, a la izquierda, asomaban los riscos que
flanquean el Salto de Roldán.
La senda
sigue hacia la cota 1.627.
A mi
izquierda, los últimos árboles estropeaban un poco la perspectiva de la
cabecera del Isuela.
En lo
alto de la cota 1.627 había un gran hito, pero se apreciaba fácilmente que la
siguiente prominencia al norte es más alta. Según el IGN, son cuatro metros;
según mi GPS, sólo dos. A partir de ahí, la senda pasa a circular a la izquierda...
... de la
cuerda y bajo vegetación tan densa que desanimaba de intentar volver a la
arista.
Al
ratito, calculando que debía de estar en la vertical de la cima, decidí
enfrentar el monte bajo. Lo que se ve delante del pino es lo menos denso que
encontré.
Gané unos
veinte o veintitantos metros de desnivel, con el matorral por los hombros y
pisando una suelo muy empinado y pedregoso hasta llegar al crestón cimero, al
que me encaramé, sin necesidad de apoyar las manos, por un corte en la roca.
Pocos
metros a mi izquierda, había una pilita de tres o cuatro cantos. La cumbre,
digo yo.
La vista
al este, hacia la parte central de Guara, seguía igual de borrosa.
Atrás, al
sur, la cuerda hasta el Pico del Águila. Por un momento, había pensado que
hubiera sido mejor mantenerme en la cuerda desde la cota 1.627. Pero no sé, no
sé.
Algo más
claro, pero no mucho, se veía al oeste la cabecera del Isuela.
Al norte,
no se veía nada del alto Pirineo y sólo la sombra de la Peña Oroel se
distinguía malamente sobre la vecina Sierra de Javierre. En la vertiente
izquierda, se veía muy claramente la pista del repetidor y, entre ésta y la
cuerda, la senda. Ahora se trataba de volver a ella y comencé por seguir la
cuerda, que por aquí era razonablemente cómoda.
Al cabo
de 150 ó 200 metros, precisamente cuando la arista se ponía incómoda, vi, o
creí ver, un ligerísimo clareo en el matorral a mi izquierda. Es lo que se ve delante
del tronco seco de la derecha. Por ahí perdí unos 30 metros, nuevamente metido
casi entero en el monte bajo y con los pies resbalando en la fuerte pendiente
de tierra y guijarros.
Al llegar
a la senda, la tomé a la derecha (N) para continuar siguiendo el cordal.
Atrás iba
quedando la cumbre.
Perspectiva,
algo más amplia que hasta entonces, de la Hoya de Huesca. Seguía igual de
turbia la atmósfera.
Luego,
entré bajo los pinos para descender más intensamente por una cuerda cada vez
más amplia y redondeada.
Un claro
me dejó ver la boca del túnel viejo en la Sierra de Javierre. Y, más allá, nada
.Me acercaba al final del cresteo.
La senda
acabó en Mesón Nuevo, que lo debió ser hace mucho, en el collado que separa
esta Sierra del Águila de la de Javierre. Allí, giré a la izquierda (O)
para,...
... sin
cruzar la carretera, tomar un camino balizado (GR-1), que desciende el Barranco
del Fulco.
Cuando se
bifurca, dejé las señales para continuar por la izquierda (S), siguiendo la
vaguada, con la amena compañía de la autovía y un tendido de alta tensión.
El
entorno no es muy atractivo en esta ancha rambla. Arguis quedaba bastante lejos
a la derecha y, al otro lado,...
... un terraplén
hurtaba casi totalmente la vista de la Sierra del Águila.
Y así
llegué a un aparcamiento junto a la carretera de acceso a Arguis, que, tomada a
la izquierda (SE), me llevó hasta donde había dejado yo el coche en pocos
minutos.
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