La Morra (1.367)

ASCENSIÓN DESDE SAN PABLO DE LOS MONTES

CON EL CERILLÓN (1.366)

La Morra y el Cerillón son dos picos no muy altos situados en el corazón de los Montes de Toledo; concretamente, en la Sierra de San Pablo, zona de orografía compleja, que se caracteriza porque los cerros, en forma de cúpula y separados por amplios collados, presentan una prominencia e individualidad poco habituales en el resto de la cordillera. Por lo demás, tanto el roquedo como fauna y vegetación son los habituales en las áreas centrales de los Montes de Toledo, con sus crestones de cuarcita sobresaliendo de una densa cubierta de monte bajo, robledal y encinar, que da refugio a una importante variedad de mamíferos de gran porte, entre los que destacan el ciervo y el jabalí. Con buenas vistas a nivel local y un entorno natural ameno, ambas cimas tienen cierto renombre por dominar la población de San Pablo de los Montes, una de las principales de la comarca.

La ruta consiste en ascender a La Morra por la ruta más directa, que arranca por el Camino del Tobarejo, y luego seguir la cuerda al este hasta el vecino Cerillón, del que se desciende igualmente por el camino más corto y conveniente.

La Morra sobre San Pablo de los Montes, desde el Cerillón

SITUACIÓN:

  • Zona: Sector Central  de los Montes de Toledo
  • Unidad: Sierra de San Pablo
  • Base de partida: Solana de Ávila (Ávila)
ACCESO: San Pablo de los Montes es un municipio toledano situado al pie de la vertiente norte de los Montes de Toledo, en el sur de la provincia. La Ruta parte del extremo suroccidental de la población; concretamente, de una zona urbanizada pero sin construir situada sobre la Calle Retuerta. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 943 / 1.367
  • Mi tiempo efectivo: 3h20
  • Mi tiempo total: 3h46
  • Dificultades: Ninguna. Itinerario por caminos.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de San Pablo de los Montes por el Camino del Tobarejo, que remonta la sierra. Al ganar la cuerda, desemboca en el Camino de Retuerta; seguirlo a la izquierda (E) hasta que cruza un cortafuegos que va por el lomo sur de La Morra, el cual, tomado a la izquierda (N), conduce a la cumbre.

Continuar por un carril que recorre el lomo nororiental; luego, lo abandona y se dirige al SE, cruzando un par de barrancos. En el segundo, dejarlo por una senda a la izquierda (E), que corta la ladera hasta salir al collado de  El Vedado. Atravesarlo y remontar la vertiente occidental de El Cerillón hasta la cima.

Bajar por una senda que, de la vertiente norte, se dirige al NE y luego gira al norte hasta dar con un camino horizontal. Siguiéndolo a la izquierda (O), se regresa a El Vedado, donde, esta vez, se desciende a la derecha (N), por una pista que va primero por la vaguada y atraviesa luego ladera al NO, hasta la Fte. Fría. En el cruce posterior, seguir por la izquierda (O), para rodear por encima San Pablo de los Montes y entrar en la población por su extremo SO.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Bonita y variada caminata, muy panorámica en la cresta y recorriendo parajes de una feracidad poco esperable por estas tierras. El inicio del retorno podíamos haberlo hecho bajando al collado del Vedado por donde habíamos subido, pero, por variar, dimos ese rodeo por el este y norte. No aporta nada y, sobre todo el inicio de la bajada por el cantizal es incómodo. Mejor es la ida y vuelta. En el final, se pasa una zona con mucho cruce sobre el pueblo; he abreviado en la descripción, que para eso está el track, y además, todo el truco está en conservar la dirección suroeste sin hacer caso a otras cosas.

RELATO GRÁFICO:

Salimos de San Pablo de los Montes por el Camino del Tobarejo, que remonta suavemente entre campos la ladera de la sierra, asfaltado al principio y...

... de tierra después, a la vista de La Morra.

Atrás quedaba la llanura, interrumpida por las montañas-isla que se alinean al norte de la cordillera.

El camino empeoró cuando entramos en un robledal, cerca ya de alcanzar...

... la cuerda de la sierra, en el collado que se abre al este de La Morrilla.

Descubrimos entonces el valle del Río Bullaque, que separa la alineación principal de los Montes de Toledo, donde estábamos, de la meridional. Girando a la izquierda (E), tomamos...

... el Camino de Retuerta, que sigue el cordal rodeando las cimas. Así, atravesamos la ladera de la Morra, hasta su lomo sur, donde giramos a la izquierda (N) para...

... ascender en línea directa por un carril que cortaba el jaral.

Al culminar la Morra, volvimos a dar vista al norte y disfrutamos de un más amplio panorama de la llanura. A la izquierda,...

... el cordal volvía a elevarse en el núcleo del Cerro Vicente, por detrás del cual asomaban las Alanillas Altas y el Corral de Cantos.

Al sur el valle del Bullaque y,...

... al este, el Cerillón, siguiente objetivo de la jornada, delante de la Peñafiel y la Sierra del Castañar. Hacia allí fuimos, siguiendo...

... un camino que va por el lomo y que comenzó por meternos en un robledal.

A la salida del bosque, el camino giró a la derecha para cruzar un barranco y continuar por lo alto del siguiente lomo, desde... 

... donde, volvimos a ver el Cerillón. Con una nube en martillo a la izquierda. Empezaban pronto hoy las tormentas. Enseguida, vino otra curva a la derecha y...

... bajamos a un segundo barranco, pero no subimos por el otro lado, sino que dejamos el camino por la izquierda (E) para tomar... 

... una senda. Por ella, atravesamos la ladera, pasamos un collado junto a la cota 1.299 del mapa y...

... descendimos al otro lado al collado de El Vedado. Allí, comenzamos la subida final al Cerillón, primero a través de prado y...

... luego a la sombra de los robles. El trazo es a veces borroso y se cruzan un par de caminos horizontales, pero no faltan hitos.

Guiados por ellos, ascendimos por la que debe de ser la ruta lógica, cada vez más pedregosa hasta...

... acabar en canchal en los metros previos al roquedo cimero.

La cima del Cerillón es extensa y está rodeada por unos curiosos montones de piedras, que, por ejemplo, tapaban prácticamente la Peñafiel al este.

Asomándonos a los bordes, pudimos ver la llanura al norte e, incluso,...

... sentarnos cómodamente a contemplar San Pablo de los Montes rodeado de montañas.

Otra del valle del Bullaque, sobre el que se veían también un par de desarrollos verticales bastante aparentes. Y eso que no eran las once y media. Iba a ser cosa de no entretenerse demasiado.

Por no volver exactamente por el mismo sitio, comenzamos por bajar al este, hacia la Peñafiel. Al comienzo, caminábamos por una incómoda pedrera. Aquí y allí, se veía algo que podía ser un hito, pero no localizamos rastro alguno de senda.

Luego, poco a poco, se fue dibujando una traza sutil y encontramos señales de PR en algunos cantos, que nos llevaron a ir derivando a la izquierda, hasta tomar dirección.

Luego, entramos en el robledal y la senda se hizo aún más clara al salir del pedregal.

No tardamos en desembocar en un camino horizontal algo más amplio, que tomamos a la izquierda (O), pasando a atravesar la ladera, a través de densa vegetación.

De vez en cuando, alguna pedrera interrumpía el bosque y...

... podíamos ver la llanura al norte. Íbamos buscando los caminos que, en el mapa, bajan al norte desde éste. Pero no dimos con su salida; de hecho, no encontramos ningún desvío hasta...

... dar con el camino de subida, en la vertiente occidental del Cerillón. Tomándolo a la derecha (O),...

... regresamos al collado de El Vedado. Allí, tomamos a la derecha (N),...

... el camino que va por la vaguada.

La lluvia descargaba ya por la Sierra del Castañar.

Luego, pasamos a atravesar la ladera al noroeste, en suave descenso. Nos despedimos del Cerillón, que iba quedando atrás.

Atravesamos un bosque denso y húmedo; más de lo habitual por estas tierras, antes de...

... pasar la Fuente Fría. Allí, hay una bifurcación, donde seguimos por la izquierda (N), mientras...

... el cielo sobre nosotros se oscurecía cada vez más. Íbamos a llegar secos, pero por los pelos.

Durante la parte final de la excursión, entre la Fuente Fría y el pueblo, pasamos varios cruces, que sería prolijo desgranar, pues se trataba ya simplemente de mantener dirección noroeste y bajada suave hasta acabar en San Pablo, en donde entramos por el suroeste, al lado prácticamente de donde habíamos dejado el coche.

Comentarios