Meapoco (2.413)

ASCENSIÓN DESDE NAVALPERAL DE TORMES

CALLEJÓN DE LOS LOBOS

El Meapoco es uno de los modestos picachos que jalonan el brazo occidental de la cresta cabecera de la Garganta del Pinar o de las Cinco Lagunas, límite oeste del Gredos de los circos. Se trata de un monte fronterizo, que, si al este se desploma hacia el fondo de la Hoya de las Berzas en rocosa verticalidad, al oeste, del lado de la Sierra Llana, el terreno se desliza es suaves rampas regulares cubiertas de guijarros, hierba y matorral. El Meapoco está asentado, junto a un puñado de cimas de similares características y altitud, en un altiplano, por debajo del cual se extiende un relieve complejo, con hasta seis gargantas convergiendo en el mismo, todas ellas largas y salvando un desnivel considerable. De todas formas, aparte de las posibilidades para la escalada que pueden ofrecer los espolones de la vertiente oriental, el principal atractivo de todos estos picos son visuales: bellas perspectivas del núcleo central de Gredos y amplios panoramas hacia el macizo occidental y las Parameras.

El Callejón de los Lobos es un empinado y estrecho corredor que corta la ladera occidental de la Garganta del Pinar cerca de su cabecera. La ruta consiste en remontar ambos accidentes y culminar el pico Meapoco. Luego, se retorna a Navalperal por los Barquillos, cadena de fajas en la parte alta de esa misma vertiente oeste del valle.

Vistos desde el este, el Callejón de los Lobos corta la vertiente entre el Meapoco y el Risco del Fraile

SITUACIÓN:

  • Zona: Sector Principal de Gredos (Sistema Central)
  • Unidad: Circos de Gredos
  • Base de partida: Solana de Ávila (Ávila)
ACCESO: Navalperal de Tormes es una localidad abulense situada junto al río de su nombre, en el suroeste de la provincia, al pie de la vertiente septentrional de la Sierra de Gredos. La ruta parte del Parking acceso 5 Lagunas de Gredos, situado a un kilómetro del casco urbano, a orillas del río, y al que puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.221 / 2.413
  • Mi tiempo efectivo: 8h44
  • Mi tiempo total: 9h59
  • Dificultades: F. Abundantes pasos cortos de I grado para superar bloques en el Callejón de los Lobos. El resto es por caminos o terreno más o menos cómodo.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Tras aparcar, cruzar el Puente de Tormes siguiendo el Camino del Puerto de Candeleda. Una vez dentro de la Garganta de Gredos, dejarlo por el desvío que, a la derecha (SE), baja a cruzar el Puente de las Ranas. Poco después, abandonar también esta pista en la primera curva que hace a la derecha, continuando recto (S) por una senda que baja al paraje de El Soto, donde la senda se divide en tres. Coger el camino de la derecha (SO), que remonta la Garganta del Pinar y dejarlo a la entrada de la Hoya de las Berzas por la derecha (SO) para seguir por su eje hacia el fondo del circo. Al abrirse a la derecha (NO) el Callejón de los Lobos, remontarlo, primero por un empinado prado pedregoso y, luego, por un caos de bloques, donde hay que ayudarse las manos (I) con frecuencia. En un rellano donde el tubo se divide en dos, seguir por la izquierda (SO) hasta la Portilla de Cantos Colorados (F) y tomar allí la cuerda a la izquierda (SE) para alcanzar la cima del Meapoco.

Regresar a esa portilla y continuar al norte por el lomo del cordal, contorneando un par de elevaciones, hasta la del Calvitero. Girar a la derecha (NE) y descender por la canal herbosa que cae a la izquierda de una llamativa punta rocosa (2.129) a Las Lagunillas. Atravesar el rellano en que se asientan y seguir luego el torrente de desagüe, a través de un segundo rellano. Al final de éste, girar a la derecha (NE), manteniendo cota a través de la ladera, según marcan unos hitos. Al poco, encontramos el extremo de un camino; seguirlo al N y, al pasar sobre el Barquillo Cimero, dejarlo por la derecha (NE) para bajar a dicha olla, donde encontramos otra senda. Seguir por ella, recorriendo el resto de los barquillos. Luego, se desdibuja descendiendo en diagonal a través del pasto y matorral de la ladera oriental pero los hitos ayudan a seguir la dirección correcta. Después de cruzar una cerca y pasar por la Fuente del Pradillo, el camino vuelve a aclararse y ya no vuelve a perderse hasta desembocar en una pista que, tomada a la derecha (NE) conduce al Puente de las Ranas y luego, ya por terreno conocido, al Puente de Tormes.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Excursión larga y exigente que permite visitar uno de los mejores y menos valorados miradores de todo el tramo central de Gredos, pasando por bellos y variados parajes, incluyendo el espectacular y entretenido Callejón de los Lobos. Este último es, como todo corredor, más indicado para el invierno; pero en verano también es factible sin gran sufrimiento, pues los bloques que lo llenan son grandes y están, en general, bien asentados. Y la desolación de la roca descarnada también puede ser atractiva.

Aunque hay tramos en que hay que poner mucha atención para seguirlos, los hitos nos van a acompañar durante toda la jornada cuando no haya senda marcada. Las trepadas, por otro lado, presentan una exposición mínima. Así, casi toda la exigencia de la excursión es física y la técnica es menor de lo que podría esperarse a la vista de los datos y el mapa.

RELATO GRÁFICO:

Comencé a caminar cruzando el Tormes por el puente que hay a la altura de Navalperal.

Una vez en la orilla meridional, giré a la derecha en la bifurcación, siguiendo las indicaciones del PR-AV 35 hacia las Cinco Lagunas. A continuación, el camino me llevó a la Garganta de Gredos, donde se vuelve a dividir. Seguí por la izquierda (S) para bajar a cruzar este otro cauce por el Puente de las Ranas y continuar remontando el valle por la otra vertiente.

Tras una breve subida, donde el carril que seguía gira a la derecha, lo dejé siguiendo recto (S) por una senda más estrecha, que vuelve a bajar. Entre los árboles, vi, por primera vez en la jornada, la cumbre de Cabeza Nevada. Hoy, no era ése mi objetivo, pero su contundente silueta sería una presencia constante a la largo de la excursión.

El corto descenso me dejó en el Soto, prado desde el que, a mi derecha, podía ver así de bonito el Risco Redondo, remate de la Cuerda de los Barquillos. En ese paraje, la Garganta del Pinar, por la que continuaría la aproximación, desemboca en la de Gredos. 

Así que, cuando, tras haber cruzado el cauce de la Garganta del Pinar y llegado al final del llano, la senda se dividió en tres, giré a la derecha (SO) para remontarla. Primeramente, bajo los árboles y, luego,...

... entre prados y matorral y con la Cabeza Nevada a la vista.

El camino iba por una terraza a bastante altura sobre el cauce. Según avanzaba, iba viendo quedar atrás el Risco Redondo y...

... acercarse la Cabeza Nevada, a la que pronto se unieron otras cimas de la cabecera del valle: Picurucho, Belesar, Meapoco y Risco del Fraile. Entre estos dos últimos, se veía...

... la Portilla de Cantos Colorados y la canal de salida del Callejón de los Lobos. No así el propio callejón, oculto por los canchos que lo cierran.

Más adelante, la senda se aproximó al cauce y, al poco,...

... me encontré ante el Chozo de la Barranca, tras el que la garganta se estrecha. La senda me llevó a remontar el resalte pedregoso tras el refugio, desde los alto del cual...

... hay una bonita vista atrás.

A continuación, el terreno, cada vez más rocoso, se tendió de nuevo bajo los riscos de las Hoces y el Fraile, que tapa al Meapoco.

 A mi izquierda, los desplomes que sostienen la cresta del Novillero, tras la que asoma la cima de Cabeza Nevada.

En este ambiente espectacular, los hitos me fueron acercando, por pequeños resaltes y lanchas, al torrente, que,...

... en ocasiones, ha tallado curiosamente la roca.

Ya a la altura del Risco del Fraile, pasé junto a la Laguna de Majalescoba.

También vi las primeras cabras del día; ya las echaba de menos.

Una mirada atrás, a la laguna, desde el siguiente resalte, formado por...

... grandes placas tumbadas bajo la tremenda vertiente oeste de Cabeza Nevada.

A continuación, me encontré ante la Hoya de las Berzas, donde la senda se bifurca. La rama izquierda y principal sigue hacia las Cinco Lagunas. Yo continué por la derecha (SO), hacia...

... el fondo del circo, espectacularmente encuadrado por el Picurucho y el Meapoco.

La senda me llevó hacia la vertiente de la derecha, dominada por un grupo de agujas bajo el Risco del Fraile

Con la hierba, desapareció la traza, pero unos hitos continuaron guiándome. Especialmente útil fue su presencia al paso por unos bloques amontonados donde tuve que ayudarme de las manos (I).

Luego, se volvió a pacificar el terreno. Continué remontando el vallecito hasta sobrepasar un gran cancho, tras el cual giré a la derecha (NO) para...

... encarar una empinada ladera de prado pedregoso.

Al ganar altura, podía ver abajo la Hoya de las Berzas dominada por Cabeza Nevada y...

... las crestas del Picurucho, el Gutre y la Galana.

Al pasar un cambio de pendiente, descubrí sobre mí la entrada al Callejón de los Lobos, a la izquierda de una bonita aguja, que,...

... al pasar a la altura de su base, enmarcaba bellamente un pequeño trozo de llanura al norte.

Estaba en la boca del callejón, angosto tubo pedregoso que los hitos aconsejaban remontar por la derecha, por una especie de terraza algo elevada del fondo y formada por...

... grandes bloques, muy estables, cuya superación requirió a veces pequeñas y fáciles trepadas (I).

Al salir de la parte más estrecha y empinada,...

... me encontré con un tubo más ancho, lleno de una pedrera más fina. Menos trepadas pero alguna incomodidad. A la izquierda, del lado del Meapoco, se abrieron un par de tentadores corredores herbosos. Pasé ante ellos sin hacerles caso, pues buscaba...

... un rellano de hierba encajonado más arriba, donde la canal se abre en tres. Una sigue de frente hacia la Portilla de los Lobos.

Otra rama, llena de brezo, se iba a la derecha, hacia la cara este del Risco del Fraile.

Yo giré a la izquierda (SO) para remontar el suave tubo pedregoso que subía hacia la Portilla de Cantos Colorados.

A punto de culminar, una mirada atrás: las Parameras en el horizonte, más allá de estas estribaciones septentrionales de Gredos.

No llegué al collado; antes, cuando vi buen paso, giré a la izquierda (SE) para dirigirme directamente a la cima por un terreno de bloques apilados sin dificultad.

Al ganar el lomo del cordal, pequeña decepción: al oeste, las nubes cubrían el macizo occidental y la Sierra de Candelario; pero es que,...

... al sur, un muro blanco se levantaba más allá de la divisoria de Gredos.

Bueno, al menos las crestas cercanas eran visibles. Por ejemplo, la Galana y satélites al otro lado de la Hoya de las Berzas y las Cinco Lagunas. A la izquierda, valle abajo,...

... Cabeza Nevada. Junto a ella, en el horizonte, las Parameras se veían ya difuminadas.

Al norte, la Garganta del pinar, por donde había venido, y la Cuerda de los Barquillos, por donde me disponía a volver.

El inicio del retorno consistió en volver por donde había venido.

Al paso por la Portilla de Cantos Colorados, vi que se había despejado el Pico de los Castillejos, en el cordal principal.

Avanzando por la anchísima y desolada cuerda al norte, no fui tocando las cimas, sino rodeándolas, guiado por los hitos. El Meapoco occidental lo dejé a la izquierda y, respecto a la Plaza de Toros y el Risco del Fraile, me dirigí al collado intermedio. Mientras avanzaba por un terreno tan cómodo, me iba recreando con...

... el panorama a mi derecha, hacia las crestas centrales y la cumbre del Meapoco, y...

... a mi izquierda, donde la nubes iban dejando al descubierto las crestas de las montañas del Barco y Béjar.

Al atravesar el collado entre Plaza de Toros y el Risco del Fraile,...

... el terreno cayó en una pendiente algo más intensa y apareció el suave lomo del Calvitero. Por debajo, se adivinaba el hoyo de Las Lagunillas, siguiente hito de la ruta.

De camino pasé por una zona encharcada.

Luego, llegando a la portilla del Calvitero, se abrió a mi derecha (NE) el hoyo de Las Lagunillas. Para acceder al mismo, giré a ese lado y, dejando a la derecha un llamativo risco,...

... bajé por una incómoda canal herbosa trufada de cantos. Unos pocos hitos confirmaban la ruta más que guiar.

Bueno, el terreno tampoco es de los peores. Y el entorno, presidido por Cabeza Nevada, es precioso. Al llegar al fondo plano de la hoya,...

... puede ver a mi derecha la vertiente rocosa, cortada por varios tubos, que descendí entre la niebla en un invierno de hace años.

Al llegar al extremo del rellano, una mirada atrás antes de...

... pasar por un estrecho, siguiendo el desagüe de Las Lagunillas, a un segundo rellano. Al final de éste, el terreno se desploma y yo, siguiendo unos hitos, giré a la izquierda (NE) para atravesar la ladera manteniendo cota.

Si me volvía ahora, podía ver el Risco de las Hoces sobre otra lagunilla y la Cabeza Nevada al otro lado de la garganta.

Por delante, apareció el fondo verde de la Garganta del Pinar.

Casi de repente, se abrió a mis pies el Barquillo Cimero.

La senda que seguía, que se había ido dibujando paulatinamente, rodea el hoyo en busca de un collado que se abre al oeste. Antes, al paso por una torrentera, giré a la derecha (NE), dejando el camino para...

... descender, aprovechando el hueco en el matorral. Una vez en el fondo herboso y plano del barquillo, giré a la izquierda (NE) y me incorporé a una traza que va recorriendo esta curiosa cadena de rellanos.

Sorprendentes parajes estos prados colgados a 1.900 m de altitud, sobre cuyos bordes elevados asoman las crestas de Gredos.

Otras barquillos son más angostos y con más matorral que hierba, pero en nunca se hace incómodo el paso.

Asomarse a los bordes, proporciona hermosas perspectivas.

El último Barquillo, o Bajero, vuelve a ser amplio y herboso. A partir de él, inicié...

... un descenso más empinado, en diagonal bajo el Risco Redondo. Tras atravesar una zona de rediles y una cerca, pasé por...

... la Fuente del Pradillo, a partir de la cual la senda se definió y pasó a llevarme a través del matorral y junto a un viejo murete.

Luego, al paso por un prado más abierto, una mirada atrás.

Poco a poco, se iba descubriendo delante el ondulado altiplano que se extiende entre Gredos y la Sierra de Piedrahita. Se acercaba el final.

Luego, atravesé una zona arbolada antes de...

... desembocar en una pista. Se trata de la misma del principio de la excursión. Así que la tomé a la derecha (NE) y,...

... tras una última mirada a Cabeza Nevada, enseguida...

... enseguida llegué al desvío donde la había dejado esa mañana y sólo me quedó,...

... ya con Navalperal a la vista, deshacer camino hasta los puentes de las Ranas y Tormes.

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