Peña del Cuervo (1.233)

ASCENSIÓN DESDE PEÑACABALLERA

CRESTEO, CON LA PEÑA DEL BUITRE (1.227)

La Peña del Cuervo culmina la Sierra del Cerro, modesto núcleo montañoso que remata la estribación, que por la Cruz de Jeromo y la peña Negra, se proyecta al noroeste del Torreón desde el núcleo principal de la Sierra de Candelario. Con el cual tiene poco que ver esta modesta loma, mucho más baja, roma y cubierta de bosque de arriba a abajo, sólo interrumpido en algunos claros empradizados para provecho del ganado. Con su escasa altitud y cercanía a los pueblos, es ésta una montaña muy humanizada y parcelada, con sendas llegando a la cuerda, aunque no a las cimas, como sucede cuando el interés es utilitario y no turístico. Sin embargo, atravesando los bosques se encuentran lugares recónditos y bonitos, con una variedad y densidad de vegetación sorprendente, así como unas vistas estupendas hacia las sierras mayores vecinas.

La ruta consiste en ascender a la Peña del Buitre por la ruta más lógica y directa desde Peñacaballera y recorrer luego, tramo clave de la excursión, el segmento de cresta que va de aquélla a la del Cuervo. Para descender de ésta, acabaremos de recorrer la cresta hasta el collado al oeste de La Jarrilla, por donde pasa un camino que nos devolverá cómodamente al pueblo.

La vertiente septentrional de la Sierra del Cerro se levanta sobre el pueblo de Peñacaballera

SITUACIÓN:

  • Zona: Sierras de Béjar (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de Candelario
  • Base de partida: Peñacaballera (Salamanca)
ACCESO: Peñacaballera es una población salmantina, situada en el extremo suroriental de la provincia, en la comarca de Sierra de Béjar. El punto de partida ideal es la salida de una pista que sube por la sierra, al sur del pueblo y al otro lado de la carretera. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 876 / 1.233
  • Mi tiempo efectivo: 3h01
  • Mi tiempo total: 3h41
  • Dificultades: F. Un paso corto de I grado en la Peña del Cuervo y otro aún más breve de II- en la del Buitre. En el recorrido de la cresta, hay tramos sin camino a través de bosque muy denso y con el paso estorbado por zarzas y otros matorrales.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de Peñacaballera por la pista que remonta las laderas de la Peña del Cuervo hacia el SO. En una bifurcación, apenas dejadas atrás las últimas casas, seguir por la derecha (O). Tras haber dejado atrás un par de desvíos por la zona de Soyuetas, tomar un camino casi perdido y cerrado por una cancela, que sale a la derecha en contramano (NO). Seguirlo y, cuando se interrumpe, prolongar la dirección, pasando un collado para entrar en los prados de El Castañarejo, desde donde, con el cancho cimero a la vista, no tiene secreto dirigirse a la Peña del Buitre (F), encaramándose al mismo por su vertiente norte (II-).

Descender al SE a través del pastizal para alcanzar y tomar a la derecha (S) la pista que da acceso a un repetidor. Una vez en el mismo, continuar por la cuerda a la izquierda (NE), buscándose la vida entre robles y zarzas y llevando como referencia sendas cercas a derecha e izquierda. De vez en cuando, encontraremos alguna traza que coincide con nuestra ruta, pero será brevemente. Al estimar que estamos a la altura de la cumbre, que quedará a la izquierda (N), girar a ese lado, cruzar una cerca y rodear por la derecha el risco cimero hasta la vertiente norte de la Peña del Cuervo (F), cuya culminación se alcanza mediante una fácil y breve trepada (I).

Descender al E a través del robledal. La curvatura del cordal es imperceptible, pero una cerca, que ahora llevamos a la derecha, nos servirá de referencia. Al salir al claro donde está el cancho de Los Tres Panetes, daremos con un camino. Tomarlo a la derecha (SE) y, cuando acaba ante una cerca, cruzarla y continuar en la misma dirección, primero por prado y matorral y luego a través de bosque. Debemos encontrar una traza de senda precaria y discontinua que sigue la cuerda. Con cuidado para no perderla, al llegar al collado (1.029) de La Jarrilla, atravesarlo para encontrar el extremo de un camino, deteriorado pero muy claro, que baja a la izquierda (N) entre muretes. Al cabo de un buen rato, desemboca en un camino más ancho y mejor, que tomaremos a la derecha (NE), llegando enseguida a aquel primer cruce de la mañana, donde giraremos de nuevo a la derecha (E) para volver a Peñacaballera.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: El itinerario que combina buenos panoramas, con la visita a un bosque con predominio de roble, pero sorprendentemente variado y húmedo para la zona, más algunos canchos curioso, incluidas las dos cimas que aportan toda la dificultad técnica. Ésta es baja, pero hay cierta exposición en las trepadas, que, por otro lado, no son imprescindibles para disfrutar del paisaje.

Pese a estar en un entorno muy humanizado y cerca de poblaciones, pasé por parajes de bosque extremadamente cerrado que podían haber estado en cualquier parte. En esos tramos sin camino, hay estar habituado a pelear con el matorral y orientarse sin visibilidad ni indicaciones. No creo que sea la solución ir con la nariz pegada al GPS, pues mi traza no será posiblemente la mejor en cuanto la vegetación cambie, lo que hablando de zarzas, rosales silvestres y otras delicias montunas, puede ser en cuatro días. Así que mucho instinto y seguro que alguien consigue un trazado mejor. Esos trechos sin senda son agobiantes por momentos, pero es lo que hay. Si se quieren visitar las dos cimas principales de esta Sierra del Cerro, creo que no queda más remedio que hacerlo así.

RELATO GRÁFICO:

Comencé a caminar por una pista que, desde Peñacaballera, se dirige al suroeste entre chalés recorriendo el pie de monte.

Enseguida de quedar atrás la última casa, llegué a una bifurcación, donde continué por la derecha (O), siguiendo la indicación del “camino de la cumbre”. El bosque denso y variado, se...

... interrumpía de vez en cuando por claros, desde los cuales podía ver la ladera sobre mí y...

... el ancho valle del Alagón, que se extendía hasta las sierras de la Peña de Francia y Tamames.

Así fue la cosa, remontando gradualmente la ladera a base de amplias diagonales, hasta estar algo por encima los 1.100 m de altitud. Entonces, giré a contramano a la derecha (NO), dejando la pista para cruzar una cancela que...

... daba acceso a un camino más deteriorado, que recorría la ladera manteniendo cota.

Tras atravesar una pista horizontal, el camino volvió a subir, como siempre suavemente. Al tiempo la traza se fue difuminando aún más, hasta casi desaparecer al salir del bosque en un collado. Desemboqué allí en otro carril y lo tomé a la izquierda (S) para...

... pasar al otro lado de la horcada, a los prados del Castañarejo, momento en que apareció el cancho cimero de la peña del Buitre. El camino que seguí me fue acercando al mismo hasta que...

... desembocó en una pista horizontal. Yo continué recto (SO), a través del pasto.

Al llegar ante los bloques que forman la cima, los rodeé en busca de una trepada fácil.

La encontré en el lado norte, primeramente por unas gradas (I) y...

... finalmente con la superación, un poco forzada (II-), del canto más alto.

El panorama al norte, hacia las montañas de las Batuecas y las Hurdes, se había ampliado con la Sierra de Gata.

Al oeste, se extendía la gran amplitud de las Vegas del Alagón.

Al sur, en el horizonte, el tramo occidental de la Sierra de Candelario y los Montes Tras la Sierra. Más cerca, en la parte izquierda de la foto, la cresta boscosa que iba a recorrer hasta la peña del Cuervo. Comencé bajando del risco para descender al este, a través del pasto, en busca de la pista de acceso a las antenas de la cota 1.209. Tomándola a la derecha (S), subí a las mismas, desde donde...

... se ve así la Peña del Buitre.

Junto al edificio, la pista está interrumpida por el portón de una finca privada. Para continuar, giré a la izquierda (NE) y rodeé las instalaciones para seguir la cuerda. Llevaba a la derecha la cerca de la finca mentada, junto a la cual, si no senda, encontré terreno despejado bajo los robles, incluso con rastro de paso por momentos.

Al paso por el collado intermedio, el bosque se abrió en un claro, desde donde pude ver la cima de la peña del Cuervo. También, apareció a mi izquierda otra cerca y continué por el pasillo, lo que no me libró de tener que pasar un par de muretes de piedra transversales.

De nuevo en el robledal, al dar con una alambrada que me cortaba el paso, giré a la derecha (SE), siguiendo lo que parecía un rastro de paso. Pronto se acabó y el suelo del bosque se fue poblando de matorrales, casi todos con pinchos, cada vez más densamente.

Cuando vi a mi izquierda y cerca las rocas cimeras, busqué y encontré un paso cómodo de la cerca, aprovechando unos cantos (no es lo que se ve), y pasé al otro lado. Abriéndome paso a través de zarzas, retoños de roble, helechos y algún rosal silvestre, me fui...

... aproximando al risco. Encaramarse al mismo no parecía fácil, así que fui rodeándolo hasta...

... la cara norte, donde la roca se inclina y se abre un pasillo entre bloques, por el que se llega a la culminación sin más que unos pocos de manos (I) aquí y allá. Lo más delicado era el abundante musgo que cubría la roca y no dejaba que las botas agarraran bien.

En lo alto, reposan tres bloques. No tengo claro cuál es el más alto. La foto está sacada desde el que está situado más al norte (a la derecha cuando llegas) y, como se ve, los otros los dos levantan casi lo mismo. Así que, siendo el más fácil, doy éste por bueno.

Al suroeste, había una bonita perspectiva de la peña del Buitre y el bosque intermedio, con las antenas como referencia.

Y poco más, pues los árboles tapaban casi todo el resto del horizonte, salvo...

... al sur, aunque, para tener buena perspectiva, tuve que asomarme entre los otros dos cantos cimeros. Así de bien se veían, de izquierda a derecha, los cerros de Valdesangil, la Peña Negra, la Sierra de Candelario y los Montes Tras la Sierra. Y, por debajo, la lámina azul del Embalse de Baños.

Dejé la cumbre bajando al este a través del robledal, que, por aquí, encontré denso y lleno de maleza diversa. Tampoco la curvatura del cordal era fácil de ver y resolví dedicarme a mantener la dirección en lo posible.

Inopinadamente, me encontré caminando por una traza estrecha pero suficientemente visible. No tengo claro de dónde venía ni cuándo la encontré, la cosa es que la fui siguiendo hasta...

... salir del bosque a un claro ante el cancho de Los Tres Panetes, que aparecía con el pico de Valdeamor detrás. Allí, el trazo desembocó en un camino más ancho, que tomé a la derecha (E) para...

... seguir por la cuerda. El nuevo carril me hizo cruzar una cerca por una cancela y luego se esfumó.  Desde ahí, una mirada atrás, a la Peña del Cuervo.

Continué cuerda adelante, pasando una depresión, tras la cual...

... la valla se alejaba de la cuerda por la derecha. Yo giré a la izquierda (N) y la crucé para luego continuar cresteando.

Poco después, encontré una traza que me permitió seguir con más comodidad, mientras contemplaba curiosos riscos y...

... amplios panoramas, hasta retornar...

... bajo los robles.

Poco después llegué al collado previo al cerro de La Jarrilla. Allí, dejé el trazo y giré a la izquierda (N), en busca del...

... arranque de un camino, deteriorado y pedregoso pero muy claro, que desciende entre muros la vertiente septentrional, a través del robledal.

Pasé zonas de bancales antes de...

... desembocar en un carril más ancho, que tomé a la derecha (NE) para seguir la bajada. Al poco, llegué a aquella primera bifurcación de la mañana, la del cartel y la fuente, donde giré a la derecha (NE) para acabar de deshacer camino hasta Peñacaballera.

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