Jario (1.919)

ASCENSIÓN DESDE PANDERRUEDAS

POR JUSTIDIOSO Y RETORNO POR EL CORDAL

El conjunto de los tres macizos conocidos como Picos de Europa tiene un reborde occidental. Se trata de montañas con una similitud geológica evidente pero que, siendo más bajas (ninguna llega a los 2.000 m) mantienen la cubierta vegetal hasta la culminación. El Jario es el más meridional de estos picos y se eleva inmediato al noroeste del puerto de Panderruedas, culminando un cordal agudo y altivo que se curva, abriendo un abrupto cóncavo cubierto de bosque al suroeste. Junto a esos atractivos alpinos y naturales, hay que reseñar unas vistas impresionantes sobre la vertiente occidental del Cornión y las Peñas Cifuentes, incluyendo buena parte de sus cimas mayores.

La ruta comienza bajando por la vaguada occidental del Puerto de Panderruedas hasta la zona de Los Casares, donde comienza la verdadera ascensión. Ahora, se trata de ganar la cuerda al suroeste del pico Jario, para luego seguirla, pasando por la cumbre, hasta regresar al puerto.

El Jario visto desde el suroeste, con Picos de Europa como telón de fondo

SITUACIÓN:

  • Zona: Picos de Europa (Cordillera Cantábrica)
  • Unidad: Precornión
  • Base de partida: Puerto de Panderruedas (Ávila)
ACCESO: El Puerto dePanderrueda está situado en el noroeste de la provincia de León, entre Picos de Europa y el eje de la Cordillera Cantábrica, concretamente, las montañas del Alto Esla. Según desde dónde se llegue, la población más cercana con algún servicio será Oseja de Sajambre, Posada de Valdeón o Vegacerneja. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida a Panderruedas en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.072 / 1.919
  • Mi tiempo efectivo: 4h30
  • Mi tiempo total: 6h10
  • Dificultades: Muy fácil. Aunque todo el itinerario transcurre por caminos, hay zonas confusas y pasajes escabrosos.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de Panderruedas por el que camino que desciende por su vaguada occidental. Pasado el Río de los Pontigos, seguir por la izquierda (E) en una primera bifurcación y por la derecha (NE) en la siguiente, dejando la ruta a Oseja de Sajambre y entrando en la cuenca de Justidioso. Seguir la senda, confusa en ocasiones, hasta la Horcada de Llabeno y girar allí a la derecha (NE) para alcanzar por la cuerda la cima del Jario.

Continuar al E por la senda que sigue el cordal y evita las cimas sucesivas para regresar a Panderruedas.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Itinerario muy completo y bonito, libre de dificultades, salvo en dos tramos un poco incómodos. El primero es durante la subida a la Horcada de Llabeno, cuando el rastro casi se pierde bajo los helechos y las señales son escasas y poco visibles; ahí, hay que tirar de instinto para no navegar demasiado. Luego, al bajar de la cima y antes del Collado Arroyos, hay que atravesar unas pedreras de la vertiente izquierda; de nuevo, no está claro el sitio exacto y, sin ser un obstáculo de consideración, resultan incómodas.

Sobre el sentido en que realicé la ruta, había previsto hacerlo en sentido contrario, pero, al estar la cresta cubierta de nubes al llegar, preferí comenzar bajando a Justidioso. Si lo hubiera hecho al revés, los pocos pasos escabrosos que hay en la ruta, al principio de la bajada de cumbre, los hubiera pillado de subida, que siempre es mejor. Y, por otro lado, hubiera acabado a la sombra de los árboles, lo que hubiera sido de agradecer con el calor que hacía al final. Por tanto, mi recomendación es hacer la ruta en sentido contrario: comenzar yendo a cima por la cresta y, luego, dar el rodeo por Justidioso para alargar una jornada que resultaría corta; disfrutar de otro entorno, y evitar ir y volver por el mismo sitio.

 RELATO GRÁFICO:

Como todavía las nubes bajas cubrían las crestas cuando llegué a Panderruedas, decidí invertir el sentido de la excursión y, convirtiendo el epílogo en prólogo, comenzar tomando la senda que desciende por la vaguada occidental del puerto, bajo las paredes del Pico Camborisco, en dirección a Oseja de Sajambre.

El tiempo nublado no restaba belleza al hayedo que atravesé durante esta primera parte de la excursión.

De vez en cuando, un claro en el bosque me dejaba ver cómo las nubes se iban levantado, tanto del Pico Pozúa, al otro lado del valle, como...

... del Canto la Vastia, sobre mi cabeza.

Pero la mayor parte del tiempo caminé entre los árboles, del que salí...

... al llegar a la cuenca del Río de los Pontigos, que atravesé, rodeando por debajo un llamativo crestón tras...

... cruzar el cauce por un puentecillo, en un recóndito paraje, todo verde.

Al ir a pasar a la siguiente cuenca, la de Justidioso, llegué a dos bifurcaciones casi seguidas. En la primera, pasé una cancela y seguí por la izquierda (E). En la segunda (ésta), giré a la derecha (NE), dejando el camino a Oseja e iniciando el ascenso.

Al despejarse la vegetación, pude ver enfrente cómo el Pozúa se había despejado del todo, aunque aún tenías sendas nubes agarradas las peñas Mora y Ten.

El camino fue deteriorándose paulatinamente, aunque aún era bien reconocible, abriéndose paso en suave ascenso hacia la cresta que cerraba el barranco por el oeste.

Al irme acercando fueron destacándose una sucesión de espolones, a la izquierda de los cuales se adivinaba más que verse el corte de la Horcada de Llabeno, que iba buscando.

En un breve paso entre árboles, la senda se hizo aún más borrosa, como puede verse (o, mejor, no verse). Tras dejar de lado el acceso, a la derecha, a una captación de aguas, salí a...

... un claro poblado de helechos, desde donde se veía así el Pozúa mirando atrás.

Por delante, la cresta y la empinada subida final. La traza era ya casi imperceptible y me guie más por la lógica que por otra cosa. Vi algunos hitos, pero tan separados que sirvieron más para confirmar que iba bien encaminado que para ayudarme en la búsqueda.

Luego, crucé otra banda de árboles y la senda se fue aclarando algo. Incluso, sorprendentemente, fue mejorando en los metros finales de la subida, cuando...

... salí definitivamente del bosque, ya casi a la altura de los espolones que había visto por encima del collado.

Al otro lado, el Pozúa se veía bonito, enmarcado por la ladera.

Atrás quedaban las dos cuencas que había pasado y el crestón que había rodeado por abajo. Sobre éste, la cuerda del Jario a Panderruedas, por donde luego regresaría. Y, al fondo, la pareja Gildar – Cebolleda.

Al llegar a la Horcada de Llabeno, apareció ante mí la Sierra de Cerezaledo y, más lejos, algunas crestas de la zona de Ponga. Girando a la derecha (NE), continué...

... por la cuerda, que es ancha y empinada. Estaba cubierta de matorral denso, pero la senda habría un pasillo cómodo.

Al mirar atrás, la cumbre de Pármede fue asomando tras el Pozúa y, a los lados, aparecieron las moles grises del Yordas y el Mampodre. Más a la derecha,...

... se veían las casas de Oseja de Sajambre ante el Desfiladero de Los Beyos; y, sobre todo ello, Peña Ten y el Tiatordos, éste con nube aún. Continuando el repaso,...

... al noroeste, sobre Cerezaledo, sobresalía la oscura masa del Pico Pierzo, una cima tan modesta como altiva.

A la derecha de la cuerda, entre los espolones, se empezó a ver la cima.

La pendiente se mantenía intensa y regular y, la senda, clara. A la izquierda se descubrió La Peña de Beza.

Llegando a los 1.600 m de altitud, destacaba un hito sobre un canto que sobresalía del matorral. Ahí, la senda se bifurca y había que seguir recto (NE), por el ramal derecho. Tuve que buscarlo, pues la senda clara era la otra, que se iba horizontal a la izquierda, a través de la ladera, dejando la cuerda.

Mientras, iba pasando ante vertiginosas caídas entre los espolones de mi derecha.

Finalmente, la traza se aclaró a la vista ya de la cumbre. Antes de la cuesta final, pasé por un rellano junto a un cantil...

... que queda a la derecha, al otro lado del cóncavo donde se encuentra la Fuente Neón.

La continuación, ya sin traza, no podía estar más clara: tras derivar a la izquierda (N) para evitar un cóncavo, seguir ladera arriba por encima del resalte que lo limita.

Volviéndome, ya por encima del rellano (se ve un poco de obra la fuente), la Cordillera de Pármede entre los montes de Riaño y el Mampodre. También Peña Ten.

Por encima, el tramo final y más empinado de la subida: cien metros de rampa verde, empinada y continua, que...

... se mantiene sobre el 50%. A la izquierda, mientras, el Canto Cabronero se hizo visible sobre la Peña de Beza.

Mirar abajo a punto de culminar esa cuesta, impresionaba.

Al llegar a la culminación, vi que ésta era una antecima. Pero la cumbre se encontraba muy cerca, a mi izquierda (N).

Desde el hito, apabullante visión del Cornión, enmarcado por las peñas de Beza y Cifuentes. Precisamente, éstas, del...

... Friero a la Torre Salinas, eran de los más destacado del  panorama.

La Peña Santa mostraba su cara sur.

Y el Canto Cabronero, bien visible ya sobre la Peña de Beza.

Al noroeste el Cordal de Ponga, más allá del Desfiladero de los Beyos.

Siguiendo la vuelta, Peña Ten, el Mampodre y los montes de Riaño, asomando sobre Pármede, más allá de la antecima.

Al sureste, más allá de la cuerda por donde iba a volver a Panderruedas, Gildar y Cebolleda destacaban en el cordal del Alto Esla. Por detrás, en un último horizonte, llegaba a verse la cresta del Alto Carrión.

El regreso lo inicié bajando al sureste por la senda de la ruta normal, que comienza salvando una fortísima pendiente. Desde el amplio rellano verde bajo la misma,...

... una mirada atrás, al Jario.

Ahí el trazo desaparece, o lo perdí, reencontrándolo más abajo. Como lo veía abajo y más adelante, perdí altura en diagonal por la ladera de la izquierda, atravesando unas pedreras hasta...

... dar de nuevo con la senda, que es posible que abandonara la cuerda un poco antes de lo que yo lo hice. En todo caso, hay un trozo que sin rastro. A continuación, fui en horizontal, primero hasta el Collado Arroyo y luego, por la vertiente izquierda de...

... los Picos de Valdelafuente, al cabo de los cuales,...

... pasé al otro lado de la cuerda para descender hacia la Colladina Blanca.

A mi derecha, bonito panorama, con el Pozúa entre los Montes de Riaño y el Mampodre.

Por delante, el cordal hacia Panderruedas.

En la Colladina Blanca, nuevo cambio de vertiente, frente a la Torre Bermeja, con bajada y...

... ligera subida, para volver a pasar la cuerda por la Collada de Dobres.

Luego, la senda va por una repisa de la vertiente occidental, que pasa bajo unos bonitos resaltes de conglomerado.

Por un momento, volví a la cuerda en el Pico Guadañas. Desde allí, amplio panorama a la derecha, con...

... el Jario enmarcando las crestas, ya conocidas, al oeste.

Luego, un empinado descenso me llevó al collado (1.639) previo al Monte Camborisco. Allí, dejé definitivamente el cordal, bajando a la izquierda (E), por...

... una suave vaguada herbosa que me llevó a la Majada Piedrahitas, situada en un collado con magnífica vista a los Urrieles. Continué el descenso por la derecha (SE), ahora por...

... un barranco más estrecho y poblado de vegetación. Al principio por su fondo y, luego...

... a través de la vertiente derecha, dejando abajo el cauce y entrando en un bosque.

Tras pasar junto al Mirador de Piedrashitas, salí del arbolado llegando ya al Puerto de Panderruedas.

Así se veía ahora el Monte Camborisco; vaya diferencia con esa mañana.

Comentarios