Mojonerina (1.943)

ASCENSIÓN DESDE TOLIBIA DE ARRIBA

CRESTA DEL ARROYO DE LAS TOLIBIAS

La Mojonerina es el pico más alto de la Sierra de la Cuerna, estribación meridional de la de Sentiles que enlaza su núcleo principal con el Susarón. Es decir, que estamos en el extremo oriental de la Montaña Central leonesa, entre los valles del Curueño y el Porma. En medio de esta región de grandes peñas y afiladas crestas calizas, este monte es una excepción de verdor y formas redondeadas. Pero, como para compensar, a casusa de su situación, tiene el mejor panorama de la zona. Así pues, terreno propicio para actividades bonitas y tranquilas.

Tolibia de arriba está situada en la boca de la cuenca donde se origina el arroyo del mismo nombre. La ruta consiste en encaramarse a la misma y recorrer la cuerda en torno a dicha cabecera.

Cresta cabecera del Arroyo de las Tolibias, con la Mojonerina a la izquierda

SITUACIÓN:

  • Zona: Montaña Leonesa Central (Cordillera Cantábrica)
  • Unidad: Sierra de Sentiles
  • Base de partida: Tolibia de Arriba (León)
ACCESO: Tolibia de Arriba es una población del municipio leonés de Valdelugueros situada en el noreste de la provincia, en la vertiente oriental del alto valle del Río Curueño, en medio de la montaña cantábrica leonesa. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.


OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.238 / 1.943
  • Mi tiempo efectivo: 4h34
  • Mi tiempo total: 5h35
  • Dificultades: Ninguna. Itinerario por caminos o terreno cómodo.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de Tolibia de Arriba por la pista que remonta en diagonal la vertiente izquierda del Arroyo de las Tolibias, atravesando el Monte de las Hayas antes de alcanzar el lomo de la Sierra de las Vidrias. Dejar el camino para seguir la cuerda a la izquierda (SE), pasando tramos de senda con otros a través de prado despejado o matorral abierto. Tras pasar por varios picos secundarios, se alcanza la cumbre del día en la Mojonerina.

Continuar por el cordal al SO hasta el hombro de Mullerinas. Allí, bajar a la izquierda (S), por un cortafuegos que sigue el lomo de la Sierra de los Collados. Al desembocar en una pista, tomarla a la izquierda (SE) para seguir perdiendo altura hasta que, sobre los 1.550 m de altitud, gira al oeste (derecha). Dejar entonces el carril por un cortafuegos que sigue recto (S) en la curva. Al topar con una pista, tomarla a la derecha (S) para acabar la bajada en los prados de La Grisuela y, sin dejarla, girar al este (izquierda) para regresar a Tolibia de Arriba.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Agradable caminata, muy panorámica. Dije, en la introducción, que la Mojonerina y, en general, todo el cordal que rodea el Arroyo de las Tolibias destaca por sus hermosos panoramas. Especialmente notables son las vistas sobre el Bodón, que se mantuvo visible a lo largo de prácticamente toda la jornada, pero cuya visión no cansa pues, a cada paso, variaba la perspectiva, pero no la belleza, que este pico posee desde cualquier ángulo.

A lo mejor, en verano, no sea mala idea realizar el recorrido en sentido contrario, dejando el paso por el Monte de las Hayas para el descenso y pasar la parte más calurosa de la ruta a la sombra. El único tramo malo es el segundo cortafuegos que, además de ser muy empinado, me encontré lleno de vegetación. Después, ya en casa, me fijé mejor en el mapa y vi que se puede evitar desviándose más arriba a la izquierda del lomo, por una pista que es la misma en que desemboca luego el cortafuegos. Se hace más distancia, pero, mientras no limpien el cortafuegos, posiblemente sea más corto en tiempo, además de más cómodo.

RELATO GRÁFICO:

Tras aparcar junto a la iglesia de Tolibia de Arriba, crucé por un puente el arroyo que atraviesa el pueblo y lo remonté por su orilla izquierda hasta las últimas casas. Allí, en una bifurcación, tomé el camino de la derecha (NE), que remonta en tendida diagonal la ladera sur del barranco.

Ya desde el principio, la masa caliza del Bodón hacía notar su presencia, que sería constante a lo largo de toda la jornada. En estos primeros momentos, asomando por encima de las casas al volverme.

Enfrente a mi izquierda, al otro lado del Arroyo de las Tolibias, tenía el tramo final de cresta que iba a recorrer. Concretamente, en la imagen, del Fuello del Árbol a Mullerinas y la parte superior de la Sierra de los Collados.

Al tiempo que ganaba altura y dejaba atrás en pueblo,...

... fueron descubriéndose al fondo del barranco la cumbre y el Pico Mahón.

Y, poco después, entre en el bosque que hace honor al Monte de las Hayas, a cuyo través continué subiendo en suaves lazadas.

Al salir del bosque y volverme, volví a ver la cuerda al otro lado del barranco.

Estaba sobre el cordal que forma la cabecera del Arroyo de las Tolibias, cerca de su extremo suroccidental y, mirando a la derecha podía ver el Bodón, al otro lado del valle del Curueño, junto con el Cueto Cabañas y, más a la izquierda,...

... la Sopeñallana y otras de las que dominan el Curueño por el oeste, hasta la de Valdorria.

Al sur, al otro lado de la cuerda, destacaban el verde Alto de la Casarina y, a los lados del mismo, la afilada cresta de Peña Forcada y la pirámide rocosa del Cueto Ancino. Girando a mi izquierda (SE),...

... dejé el camino para remontar un amplio y despejado lomo herboso hacia el Cerro de los Joaquines, primera cima del día.

Durante esta subida, pasé una zona rocosa, pero sin dificultad. Y, si, aun así, se prefiere evitarla, por la izquierda iba un trazo al pie del roquedo.

Luego, volvió el lomo a ser ancho y suave. Incluso encontré unas rodadas dibujadas en el pasto seco. Para entonces, mirando atrás, la vista a la derecha del Bodón llegaba a su homónimo de Cármenes.

La pendiente sólo se incrementó ligeramente al acercarme a la cima del Cerro de los Joaquines, al tiempo que empezaban a asomar las crestas a contraluz de las montañas orientales.

Con el cambio de perspectiva, la cresta de la Forcada iba mostrando su agudeza.

Al culminar, descubrí, al otro lado, el Embalse del Porma, rodeado de bosques, prados y peñascos. Al fondo, infinidad de montañas a contrasol, entre las que destacaban...

... las siluetas enfrentadas del Espigüeste y Peñas Pintas. Comparado con esos dos, hasta un monte tan altivo como el Curavacas, que también se ve, parece romo. A la izquierda de esto,...

... se levantaba en primer término el Susarón contundente y, más lejos, las crestas del Mampodré y Picos de Europa, con...

... la Peña Santa de Castilla plenamente reconocible.

Pero estaba sólo al inicio del cresteo. Continué, siguiendo la cuerda al noreste, hacia el Pico Mahón, por terreno suave y despejado.

A mi izquierda, iba variando la perspectiva de la cuerda de los Bodones, más allá del arroyo en torno al cual caminaba.

Durante el trayecto, alternaba tramos de pista, senda o campo a través por la hierba, siempre siguiendo la cuerda y tan cerca de ella como la comodidad aconsejaba. Desde lo alto de la subida al Pico Mahón,...

... al volverme, se veía así el Cerro de los Joaquines enmarcado por un horizonte calizo.

Al llegar, de las dos cotas culminantes, me quedé como cima con la que tenía un buzón. Según el IGN, la otra mide dos metros más. Pero, de eso, no me di cuenta hasta llegar a casa.

La novedad en el panorama desde el Mahón estaba al norte, con las Rapaínas, el San Justo y otros picos de la divisoria cantábrica. Más a la izquierda, se descubrieron también el Ausente,...

... Peña Agujas y el resto de cimas del núcleo principal de la Sierra de Sentiles. La cuerda seguía al noroeste, por una serie de ondulaciones secundarias, hacia la Mojonerina y el Fuello del Árbol. Aunque una pista iba seguía el cordal por la vertiente izquierda, yo, como ya he dicho, seguí la cuerda.

Otra perspectiva del Arroyo de las Tolibias y el Bodón.

Al llegar culminar la Peña Ustre,...

... una mirada atrás al Mahón y los Joaquines, antes de...

... pasar el siguiente collado y emprender la subida al Rebueno. Aquí, el lomo está interrumpido por unos canchos, que evité por el este (derecha),...

... siguiendo una traza estrecha pero clara.

A mi derecha, la vista del Mampodre era ahora más completa.

Al reganar la cuerda, aún tuve que subir un poco más hasta la cima, atravesando un piornal bajo y, pese a las apariencias, con buen paso entre los arbustos.

Entre el Rebueno y la cumbre de la jornada, la cuerda pierde muy poca altitud.

Al llegar a la Mojonerina, descubrí, al oeste, la cresta de las Peñas de Faro en torno al arroyo homónimo. Girándome a la derecha,...

... seguían en el horizonte la Cuerda de Ajo y la Sierra de Sentiles. Luego, ya...

... al norte, el tramo de divisoria mentado, sobre el que asomaba la doble cima del Tiatordos. Siguiendo el giro, Picos de Europa,...

... el Mampodre y, más allá del lomo por el que había llegado, el Susarón, las crestas del Alto Carrión, de Riaño y más y más y más montañas, hasta...

... divisar la llanura meridional a través del boquete del Porma. Al sur, el corte del Curueño forma una V perfecta entre el Cueto Ancino y la Peña de Valdorria.

Precisamente, la Mojonerina es el único lugar de la cresta desde el que no se ve el Bodón, pues lo tapa el Fuello del Árbol, siguiente hito de la ruta. Hacia él me fui, siguiendo la cuerda al suroeste. Pasando por el collado intermedio,...

... asomó a mi derecha el pueblecito de Villaverde de la Cuerna, cuya vista realzaba la de las montañas que lo rodean.

A media subida a esta última cima del día, la senda se bifurca y yo, obviamente, continué por la izquierda (SO), pese a ser lo menos marcado, pues quería visitar cada pico.

Desde el Fuello del Árbol, una mira atrás: el lomo de la Mojonerina al Pico Mahón.

Al sur, se veía ahora Tolibia de Arriba en el fondo del barranco. Y, de nuevo, el Bodón.

Por delante, el lomo del cordal, siempre ancho y suave, salvo por un roquedo, que evité por la izquierda (S), buscando...

... el cortafuegos que arranca a continuación y que se prolonga hasta un alto donde hay una caseta de observación.

Mientras descendía suave y relajadamente, mi fijé en que, a mi izquierda, el cambio de posición del sol permitía ahora distinguir mejor los roquedos del Espigüete y Peñas Pintas.

Al otro lado, era curioso el barreado de verde y gris de las laderas del Pico Espina, que no parece gran cosa con las Agujas de Cuerna detrás.

Tras un trecho por tan apacible terreno, llegué...

... al final del cresteo en las Mullerinas, que no es un pico, sino un hombro muy panorámico, eso sí. Allí, a la altura de un gran hito, giré a la izquierda (SO), dejando este cortafuegos por otro...

... más empinado, que desciende hacia la Tolibias por lo alto de un lomo llamado Sierra de los Collados.

A la izquierda, seguía viendo el pueblo, cada vez más cerca. 

Al llegar ante una zona pedregosa, el carril gira a la derecha (O) y desemboca en una pista, que tomé a la izquierda (S) para seguir bajando, ahora más suavemente.

Luego, dejé de lado un desvío a la izquierda (ver comentarios), desde donde se ve así lo que llevaba bajado desde las Mullerinas.

No dejé la pista hasta más abajo, cuando ésta gira al oeste. Ahí, en esa curva a 1.550 m, continué recto (S), por...

... un cortafuegos muy empinado, que me encontré invadido por vegetación. En las fotos de Iberpix, parecía mucho más despejado. Afortunadamente, encontré un paso estrecho que me ayudó a abrirme paso.

Al menos, levantando la cabeza del matorral, no me podía quejar de las vistas.

Además, el corte se fue aclarando según perdía altura. Aunque el terreno no dejó de ser incómodo hasta...

... dar con un buen camino, que tomé a la derecha (S) y que ya no abandonaría hasta el final.

Por él, acabé de descender la ladera hasta los prados resecos de La Grisuela, donde giré al este con la vereda para...

... terminar de regresar a Tolibia de Arriba, entre cuyas casas entré por el acceso de la carretera.

No sin antes volverme a contemplar, una vez más, el Bodón.

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