Pico de Santa Ana (2.599)

ASCENSIÓN DESDE EL CABLE

RUTA NORMAL POR LA CANALONA, CON EL PICO OCCIDENTAL (2.595)

Los Picos de Santa Ana son una pareja de bonitas pirámides calizas, rodeadas de cumbres más altas y prestigiosas, pero situadas estratégicamente para disfrutar de unas perspectivas estupendas sobre el sector suroriental del Macizo de los Urrieles. Pese a su modestia y como suele suceder en Picos de Europa, son peñas muy altivas, cuyas cimas tienen un sólo acceso relativamente fácil; el empleado en esta ocasión.

Partiendo de la estación superior del teleférico de Fuente Dé, tomaremos el camino que conduce al corazón del macizo, abandonándolo para remontar la Canalona y alcanzar la arista entre la peña Vieja y los Picos de Santa Ana. En busca de la vía más fácil de ascensión, rodearemos la montaña por el este, subiendo primero al pico occidental por su cara oeste y, luego, al principal por el lomo norte.

Las dos cimas de Santa Ana, entre la Peña Vieja y el Tiro Navarro, vistos desde el este

SITUACIÓN:

  • Zona: Picos de Europa (Cordillera Cantábrica)
  • Unidad: Los Urrieles
  • Base de partida: Espinama (Cantabria)
ACCESO: Se conoce como Mirador de El Cable a la estación superior del Teleférico de Fuente Dé, el cual nos va a permitir ahorrar 750 m de desnivel desde el paraje del mismo nombre, situado al pie de la vertiente sur del Macizo de los Urrieles, en lo alto del valle y comarca cántabros de Liébana, que constituye el extremo occidental de la comunidad autónoma. La población más cercana es Espinama, tres kilómetros y medio valle abajo, aunque es Potes, a 22, la más importante del valle y donde se puede encontrar cualquier servicio. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al aparcamiento del teleférico en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.847 / 2.599
  • Mi tiempo efectivo: 4h20
  • Mi tiempo total: 5h15
  • Dificultades: F. Para alcanzar las cimas, hay que superar varios pasos cortos I grado, incluyendo uno de I+ muy expuesto en el pico principal. El acceso a estas trepadas finales es por caminos bastante buenos.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de El Cable por el camino que se dirige al NO para internarse, por La Vueltona, en el macizo. Al pasar bajo La Canalona, dejarlo por la senda que, a la derecha (NE), la remonta hasta salir al Collado del mismo nombre. Girar a la izquierda (NO) y, siempre por senda, atravesar la vertiente occidental de la cuerda. Al pasar un lomo secundario desde donde se ven el Collado de Santa Ana y el Tiro Navarro, abandonar la senda, girando a la izquierda (O) para remontar, primero por pedrera y luego por placas fáciles (I), la ladera hasta la breve arista cimera del Pico Occidental (F). Bajar unos metros por el mismo camino, hasta dar con unos hitos que marcan una bajada en ligera diagonal a la izquierda (N). Al dar con una senda que sube desde el Collado de Santa Ana, seguirla a la izquierda (SO), llegando bajo la horcada entre los dos picos. A partir de ahí, sólo algún hito va a ayudarnos a encontrar el paso bueno. En primer lugar, atravesar horizontalmente una placa fácil pero expuesta (I) hasta el lomo norte, que, a continuación, se remonta, con algún apoyo de manos de mínima dificultad. Cerca de la cima, cuando el terreno se empina, atravesar la placa, muy expuesta y lisa (I+) a la izquierda (SE), hasta salir a la cuerda junto al Pico de Santa Ana (F).

Deshacer la trepada hasta la senda y continuar por ella hasta el Collado de Santa Ana. Atravesarlo y seguir hasta dar con el itinerario de ida, por el que regresaremos a El Cable.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Ascensión corta y bastante fácil para lo que se suele encontrar en Picos de Europa, pero muy bonita. Si no se quiere usar el teleférico, mejor que desde Fuente Dé, se puede subir hasta la Horcadina de Covarrobres desde los Puertos de Áliva, accesibles en vehículo; es menos desnivel y también bonito. Y, si lo que se quiere es recorrer verticalmente el circo de Fuente Dé, yo lo dejaría para bajar. Respecto a las trepadas, son sumamente fáciles, pero expuestas; alguna, mucho; por ello, recomiendo esta ruta sólo para excursionistas con el paso seguro.

RELATO GRÁFICO:

Tras la subida en teleférico,...

... llegué al panorámico mirador del Cable, desde donde se disfruta de un magnífico panorama, con las montañas del Alto Carrión y la Sierra Mediana dominando la Liébana.

Pero el objeto de la jornada estaba al otro lado, al norte, donde la cresta que va del Pico Tesorero a la Peña Vieja dominaba el paisaje. En medio, destacaba por su color la Torre de los Horcados Rojos y también se veían, sabiendo identificarlos, los Picos de Santa Ana. Para dirigirme a ellos, comencé a caminar por el ancho camino, casi pista, que se dirige hacia el interior del macizo bajo ese cresterío. En las fotos, hasta ahora, el cielo aparece limpio, pero...

... hacia la parte de las Peñas Cifuentes, al oeste, empezaban a subir algunas nubes.

Bueno, de momento, yo seguía al sol. Al poco de empezar, el camino pasa ante la Horcadina de Covarrobres, que se abre al pie de la Peña Vieja. Merece la pena dejar por un momento la ruta y asomarse a la horcada para...

... ver lo más alto del Macizo de Andara, la Morra de Lechugales y el Pico Cortés, al otro lado de los verdes Puertos de Áliva.

De vuelta en el camino, a mi izquierda, al otro lado del Jou de Lloroza, se había descubierto, casi al completo, la cresta que va del masivo Pico de San Carlos al Llambrión.

Luego, cuando el carril gira casi en redondo, lo dejé por otro algo menos ancho que, manteniendo la dirección (NO), entra en el pasaje de la Vueltona y continua con su ligero ascenso. A la salida del pasillo, aparecieron al fondo, a la izquierda de la Torre de los Horcados Rojos,...

... el Tesorero y el puntito blanco de Cabaña Verónica. A partir de aquí, el camino se hizo senda y se empinó.

Mirando atrás, vi que las nubes cubrían las crestas del Alto Carrión y algunas, pequeñas y sutiles, entraban por la Vueltona.

Pero el cielo seguía limpio sobre mi cabeza y las paredes de la Peña Vieja. O casi.

Así, al culminar la cuesta, cuando la senda se tiende al pie de la roca de los Horcados Rojos, la dejé por la derecha (NE) para...

... tomar otra vereda, muy bien acondicionada, que remonta el diagonal la ladera hacia la Peña Vieja, buscando la Canalona. Y, aquí, las nubes acabaron por...

... alcanzarme, aunque su densidad aún era pequeña y me dejaban distinguir el tajo al que me dirigía.

De hecho, nunca llegaron a estorbarme seriamente la visión. Y casi agradecía su presencia, que, como tantas veces, daba un encanto especial a las montañas.

Caminando con total comodidad, pues, pasé bajo la Aguja Bustamante antes de...

... acometer el breve y empinado tramo final de la Canalona; es lo más duro de la ruta, pero, con...

... un camino tan bueno, se pasa bien.

Al llegar al collado, el panorama al otro lado era francamente sombrío.

Y la Peña Vieja aunque brillaba, lo hacía bajo un sol velado.

Mirando atrás a través de la horcada, la cresta del grupo del Llambrión se había tapado ya.

Precisamente, el poco cielo azul que se veía me marcaba el camino. A mi izquierda (NO), se elevaba el Pico de Santa Ana Occidental, mi primer objetivo. Pero no iba a subirlo directamente. Buscando la ruta fácil, comencé por atravesar su vertiente oeste, siguiendo una senda que subía en diagonal a través de la misma. Al llegar a un lomo secundario, desde el que...

... se descubrieron totalmente el Collado de Santa Ana y el Tiro Navarro, giré a la izquierda (O), dejando el trazo para...

... remontar una pedrera hacia la cumbre aparente. Vi algún hito aquí y allá, pero creo que merece más la pena dejarse guiar por los ojos e ir por donde mejor parezca.

Al cabo de unos 80 m de desnivel en este plan, y a falta de unos 30 para la cima, llegué a la roca, que se presenta en forma de placas muy cinceladas y tendidas (I) y que superé gateando sin mayor problema.

Mientras tanto, las nubes habían ido acercándose subrepticiamente y formaban, con la peña Vieja, este bonito cuadro.

Al culminar la trepada, me encontré sobre la cuerda, con la cima pocos metros a mi derecha. Para llegar a ella, aún tuve que atravesar una pequeña horcada (I).

Desde esta cima occidental, se veía muy bien el Pico de Santa Ana, al otro lado de una profunda brecha, razón por la, para llegar a él, bajaría a rodear la cresta por el norte. Al fondo, las nubes seguían metiéndose, pero aún se distinguían las torres de Cerredo y la Párdida. Mirando a la derecha,...

... al otro lado del Collado de Santa Ana, el Tiro Navarro y, siguiendo la cresta a la izquierda, los Campanarios y las Moñetas.

Al lado contrario, la visión era casi nula. De vez en cuando, se abría un hueco en los vapores, mostrando un incierto paisaje rocoso.

Para ir al pico principal, comencé yendo en sentido contrario, deshaciendo el camino de subida, primero por la cresta y...

... luego por las placas. Al principio de descenderlas, vi un hito y, a la izquierda del mismo, una repisa que me llevó a...

... lo alto de un canalón o chimenea fácil (I), que puede ser una alternativa menos expuesta a las placas, sobre todo para bajar. Al llegar a la pedrera, giré ahora a la izquierda (N) para...

... descender en diagonal bajo el cancho, aprovechando una repisa.

Enseguida, a la vista del Jou de los Boches, vi unos hitos y un sutil rastro en la pedrera, que invitaban a continuar atravesando la ladera en gradual descenso.

Por entonces, me fijé en que un par de montañeros se movían por la arista de enfrente hacia los Campanarios.

No tardé en topar con una traza algo más claro, aunque tampoco mucho y con un balizado más regular. Es la senda que viene del Collado de Santa Ana y la tomé a la izquierda (O), pasando a avanzar en horizontal.

Sobre mí, iba viendo quedar atrás el pico occidental.

Luego, pasé bajo la brecha entre las dos cimas y...

... enseguida acabó la traza ante una pulida placa. Es muy inclinada (I), lo que no quita para que...

... impresionara mirar abajo mientras la atravesaba.

Una vez en el lomo del otro lado, dejé la travesía para remontarlo, superando fáciles y cortos resaltes (I). Al cabo de unos 12 m,...

... encontré una instalación de rápel y la roca se empinó. Giré entonces a la izquierda para atravesar la placa por lo menos empinado. El paso, es algo menos fácil que lo pasado (I+), pero no es complicado, pues la roca es rugosa y tiene apoyos mediocres pero suficientes. De hecho, pasé caminando, con una mano tocando la pared para guardar el equilibrio. Sin embargo, la exposición es tremenda.

Así, salí a la cuerda junto a la cumbre. Y así se veía el otro pico.

Aunque sobre mí podía ver retazos de azul a través de las nubes, la visibilidad seguía siendo muy limitada. Por ejemplo, al oeste esto es lo más que llegué a ver, pese a estar un buen rato en cumbre.

Al noroeste, sólo hacia abajo: Jous de los Boches y Sin Terra.

Cuando, al cabo de un rato, me cansé de esperar, comencé el descenso, deshaciendo el camino por donde había llegado. Atravesando la placa grande, empezó a despejar por la parte del Collado de Santa Ana y Tiro Navarro. ¿O era yo que salía de la nube?

No, no; parece que despejaba. Llegando bajo la horcada intermedia, el pico occidental se veía ya libre de nubes y también, al fondo, se destapaba el Macizo de Andara. Ahora, para volver al Collado de Santa Ana, no era más que seguir la senda, que se fue haciendo más clara según bajaba.

Al paso por la horcada, el Tiro Navarro a la izquierda;...

... Torre Cerredo y de la Párdida detrás;...

... los Picos de Santa Ana a la derecha, y...

... la Peña Vieja sobre el Collado de la Canalona por delante.

Por cierto, ¡cómo estaba la Peña Vieja! De gente, digo.

Mientras, se descubrió del todo el Pico Cortes. De los prados de Áliva a la cima. Mañana, allí.

Al entrar de nuevo en la Canalona, sí se veía toda la cresta que culmina en el Llambrión. Y, en segundo término, a la izquierda, las torres de Salinas y del Hoyo de Liordes.

Bajando por el tubo, iba viendo a mi derecha el pasillo de la Vueltona, por donde...

... pasaría a continuación, admirando las paredes de la Peña Vieja.

Y, de ahí, ya sólo dejarme caer hasta El Cable.

Qué buena tarde se había quedado, como se ve en esta brillante perspectiva de Peña Remoña o...

... Fuente Dé, mirando abajo desde el Cable, a punto de tomar el teleférico.

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