Cabezo de la Solana (2.092)

ASCENSIÓN DESDE HOYOS DEL ESPINO

CRESTEO DESDE EL RÍO BARBELLIDO

El Cabezo de la Solana es el pico más alto de la Cuerda de las Chorreras, una de las varias que, desde el cordal principal de Gredos, se proyectan al norte para ir a morir al Tormes. Como todas ellas, se trata de una larga loma de amplia culminación, suavemente ondulada y cubierta mayormente de hierba, con algo de matorral y cantos. Ésta de las Chorreras entronca con el cuerpo de la sierra en la esquina oriental del Circo de Gredos y, por su orientación NO-SE, se disfrutan de unas excelentes perspectivas de las cimas que lo rodean a todo lo largo de su recorrido. Además, el panorama incluye las Parameras al norte, al otro lado de los altos valles del Tormes y el Alberche e interesantes perspectivas del grupo de la Mira. En suma, la falta de carácter alpino se compensa por la exte4nsión y belleza del panorama.

La ruta no recorre la Cuerda de las Chorreras completa, sino sólo su tramo más alto. Para ello, partiendo de la vertiente nororiental, alcanza el lomo del cordal por su collado más accesible; lo recorre hasta su entronque con el cuerpo principal de la sierra en el Prado de las Pozas, y regresa atravesando a media altura la ladera oriental del Cabezo de la Solana.

Vista desde el norte, la cresta del Circo de Gredos asoman sobre la Cuerda de las Chorreras.

SITUACIÓN:

  • Zona: Sector Principal de Gredos (Sistema Central)
  • Unidad: Circos de Gredos
  • Base de partida: Navacepeda de Tormes (Ávila)
ACCESO: La ruta comienza en el puente sobre el Río Barbellido situado unos 400 m al norte del Refugio el Mellizo, a 6 km del pueblo abulense de Navacepeda de Tormes, situado en el sur de la provincia, a orillas de dicho río y frente a las crestas más altas de Gredos. Sin embargo, dependiendo de dónde se llegue puede ser más conveniente acceder desde Hoyos del Espino, a 10 km. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.440 / 2.092
  • Mi tiempo efectivo: 4h49
  • Mi tiempo total: 5h30
  • Dificultades: Ninguna. En teoría, la ruta transcurre íntegramente por caminos. Aunque los hitos y la senda desaparecen con frecuencia durante la travesía de la ladera a partir de Reguero Llano, el terreno sigue siendo cómodo y, la orientación, obvia.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Cruzar el Río Barbellido por el puente de El Mellizo y seguir el camino, primero pista forestal y luego senda pedregosa, que remonta el Arroyo de las Chorreras. Al alcanzar la cuerda en el Collado Tejedo, no seguirla inmediatamente; para más comodidad, tomar el camino que sale a la izquierda (SO) y atraviesa la ladera. Poco después, junto a los Riscos de Roncesvalles, dejarlo por una senda que sube a la izquierda (E) y se encarama, ahora así, a la Cuerda de las Chorreras. Siguiéndola a la derecha (S) se alcanzan sucesivamente, el alto homónimo y el Cabezo de la Solana.

Continuar el cresteo hasta el Prado de las Pozas y dejar ahí la senda por la izquierda (NE) para ir al refugio de Reguero Llano. Pasar entre los edificios y continuar atravesando la ladera de pasto y cantos en horizontal o ligero descenso, según aconseje el terreno. De vez en cuando, se ven algún que otro hito, pero sin mantener una continuidad, de modo que es más eficaz dejarse guiar por la lógica. En La Solana, pasando la vertical del cabezo al que da nombre, aparece una senda, al principio borrosa y discontinua y, luego, según se avanza, cada vez más definida. Por ella, se atraviesa el rellano del Portachuelo, volviendo a entrar en la cuenca del Arroyo de las Chorreras y descendiendo a continuación al fondo del mismo. Al llegar junto al cauce en la Dehesa de Polvoroso, se encuentra la pista del inicio de la excursión, que, tomada ahora a la derecha (NE), nos devolverá con toda comodidad al punto de partida en El Mellizo.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Con la maravilla alpina de Gredos a tiro de piedra, llena de picos más espectaculares y altos, poca gente visita este cerro. Pero ya a la vista del mapa se adivina que es un mirador soberbio sobre todos esos hermosos vecinos. Y es así. Al Cabezo de la Solana hay que subir alguna vez. Incluso más de una, incluyendo visitas en todas las épocas del año. Ésta no es la opción más corta ni la más larga. Es un recorrido de exigencia intermedia, para ocupar una mañana completa y carece de dificultad.

Es una pena que la senda de Reguero Llano al Río Barbellido se haya perdido; apenas quedarán un tercio o menos de los hitos y la traza es irreconocible en buena parte del recorrido. Sólo atravesé esa ladera otra vez y hace mucho; casi en otra edad geológica; y el camino lo recuerdo estrecho pero bien marcado. Se ve que el paso por estos parajes no tiene mucho éxito. Pero es bonito.

RELATO GRÁFICO:


La luna permanecía visible en el cielo mientras los primeros rayos del coloreaban ya lo alto de las lomas cuando aparqué en el valle del Río Barbellido, junto... 

... al puente que lo cruza en El Mellizo. Inicié la excursión y siguiendo la pista que, al otro lado,...

... atraviesa los prados camino del corte que el Arroyo de las Chorreras hace en la ladera de la cuerda homónima.

Al ir ganando altura, al mirar atrás fueron asomando las Parameras; la Serrota, la primera, sobre las lomas herbosas que separan los altos cursos del Tormes y el Alberche.

Cuando el barranco se fue estrechando, acabó la pista y una senda estrecha y precaria continuó remontándolo. Al principio, avanzaba junto a unos rediles; al quedar éstos atrás, cambié de vertiente y giré a la derecha (NE) para...

... salir a la loma en un pequeño rellano, donde retomé la dirección original (SO) para acabar esta subida.

Al mirar atrás, se veía ya también la Sierra de la Paramera.

Al llegar al Collado Tejedo, aparecieron al otro lado algunas de las cimas del sector de los grandes circos; de momento, la Galana y Cabeza Nevada. No tomé la cuerda en un primer momento, sino que continué por la senda, que, casi manteniendo la dirección, pasa a atravesar la ladera oeste del cordal.

Al atravesar un lomo desde el que se domina la Garganta de las Pozas, la senda pasa junto a...

... los Riscos de Roncesvalles, desde donde hay un panorama espectacular de las cimas anteriores e iban asomando el Cerro de los Huertos y el Ameal de Pablo.

Mirando al norte desde allí, se divisaba la Sierra de Villafranca, la más occidental de las Parameras y que, desde este lado se presenta como un gran plano inclinado, bastante poco montañoso.

Mirando hacia donde había venido, la Serrota quedaba bonita, enmarcada en el tajo del Collado Tejedo.

Aquí, dejé la senda por la izquierda (E), para remontar la ladera por...

... una traza más modesta, pero fácilmente visible. Según ganaba altura, se ampliaba la perspectiva sobre las crestas de Gredos, a la que se unieron el Casquerazo y el Cuchillar de las Navajas, por un lado, y el Meapoco por el otro.

Al ganar la cuerda, dando vista de nuevo a las Parameras, la senda se bifurcó y yo continué por la derecha (SE), pasando a...

... seguir la divisoria, camino del Alto de las Chorreras.

Al culminar esta primera cima del día (bueno, en realidad pasé cerca de las rocas cimeras sin molestarme en ir a pisarlas), se veía así de plano el panorama al norte.

La continuación del cordal hacia los cabezos de la Solana y el Artiñuelo seguía la cómoda tónica de suavidad, así que...

... podía irme recreando a placer con las vistas. Por cierto, ya se veía el Almanzor a mi derecha y...

... la Mira al otro lado, mientras me acercaba a la cumbre. De los dos apilamientos de bloques, el más alto es el de la derecha, que tenía además un pequeño hito de piedras encima. Para encaramarse al mismo, el lado más fácil es el norte, el opuesto al de la foto, por donde no hay no que apoyar las manos, aunque puede resultar más cómodo ayudarse de ellas.

Al norte del Cabezo de la Solana, la Sierra de Villafranca y el lomo por donde había llegado. Girándome a la derecha,...

... las otras dos Parameras e, incluso, la sombra imprecisa del Guadarrama. Siguiendo la vuelta,...

... al sureste, el Peñón del Mediodía y La Mira. Pero es al lado contrario,...

... al suroeste, donde está el panorama más impresionante: Almanzor, Galana y Cabeza Nevada se alineaban sobre la Cuerda del Cuento y la Garganta de las Pozas.

Emprendía el retorno continuando por la senda del cordal hacia el sur.

A mi izquierda, en el fondo de la Garanta de Prado Puerto, llegué a ver de vez en cuando el aparcamiento de La Plataforma.

El último pico de la Cuerda de las Chorreras, el Cabezo del Artiñuelo, lo rodeé por el este (izquierda).

Durante el rodeo, una mirada atrás, al Cabezo de la Solana, y,...

... una vez dejado atrás,  a las cimas del circo, que se iban ocultando. Pues las perdería de vista...

... al descender al Prado de las Pozas, frente al Morezón. Al pie de la pendiente, giré a la izquierda (NE) para...

... dirigirme a través del llano hacia Reguero Llano. Por aquí despareció la traza, pero no la eché de menos. Pasé entre el refugio y los otros edificios que hay y,...

... luego, al pie de un característico resalte, antes de atravesar el...

... arroyo que da nombre al lugar, al cabo del cual volví...

... a ver algunos hitos, muy separados y sin rastro de senda, que parecían indicar una diagonal ligeramente descendente a través de la ladera. Pero, como el terreno no es malo y es bastante regular, lo mejor es dejarse llevar por...

... matorrales y cantos y un poco también por el instinto. Así, atravesé La Solana entre riscos que me dominaban y...

... la Garganta de Prado Puerto, con su Plataforma, que se veía abarrotada, mientras...

... andábamos por aquí, mucho más tranquilos, algunas cabras y yo.

Al ir girando con el monte, reaparecieron las dos Parameras orientales y, de paso, comenzó a ser visible una traza discontinua.

A la vista del Portachuelo, se aclaró la senda y los hitos se hicieron más frecuentes. Tras atravesar dicha collada, entré...

... de nuevo en la cuenca del Arroyo de las Chorreras. Allí, la senda me lanzó a un descenso más directo hasta su fondo, donde reencontré la pista del inicio que, tomada ahora a la derecha (NE), me devolvió cómodamente al puente sobre el Barbellido de donde había partido.

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