La Cebosa (2.048)

ASCENSIÓN DESDE PEÑALBA DE LA SIERRA

RUTA NORMAL DE LA LOMA DEL ROCÍN

La Cebosa es el menos visitado de los dosmiles principales de Ayllón. Situado casi en el centro del macizo, está demasiado cerca del Pico del Lobo y el Cerrón. Montaña típica de la zona, está culminado por un afilado crestón rocoso, sobre un monte de laderas altas pero suaves. Las zonas bajas están cubiertas de bosques de pino y roble, sobre los que encontramos una estrecha banda de matorral denso y, luego, el pasto de altura y la roca culminante. El monte ha sido explotado de antiguo, pero sin echarlo a perder y, si abundan los caminos, la naturaleza conserva un aire silvestre. Aparte del ganado, abundan corzos, jabalíes y buitres, pero, en cuanto a gente, las excursiones son siempre solitarias. Aunque lo mejor es la zona en conjunto: crestas altivas y profundos valles se alternan y entrecruzan en una estructura orográfica compleja.  

La ruta consiste en salir a media altura del brazo sur de la Loma del Rocín, accesible en coche, y recorrerla, pasando por la parte más alta, hasta que damos de nuevo con la misma pista que usamos para la aproximación y regresamos por ella.

La Loma del Rocín desde el sur, con el cancho cimero de la Cebosa bien visible

SITUACIÓN:

  • Zona: Macizo de Ayllón (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de Ayllón
  • Base de partida: Peñalba de la Sierra (Guadalajara)
ACCESO: Peñalba de la Sierra es una población del municipio de El Cardoso de la Sierra, situado en el noroeste de la provincia de Guadalajara, en plena sierra de Ayllón. No se parte del pueblo, sino del Pico del Águila, modesto morro en una estribación del brazo meridional de la Loma del Rocín, para llegar al cual hay que recorrer 2,5 km por una pista forestal en buen estado, que sale a la izquierda (NO) de la carretera unos 3 km antes de llegar al pueblo. También se puede tomar esa pista en el otro extremo, a partir de la carretera que cruza el Puerto de la Quesera, pero resulta poco práctico; creo que sólo si se llega de la parte de Soria o Logroño puede ser convenir. En cualquier caso, puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen a ese punto en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.506 / 2.048
  • Mi tiempo efectivo: 3h50
  • Mi tiempo total: 4h37
  • Dificultades: Ninguna. Aunque en algún punto se pierde la traza, hay que pisar algún canto o se cierra el matorral, no deja éste de ser un itinerario por caminos.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Tomar, junto al Pico del Águila, un carril que sale de la pista por la que hemos llegado y asciende al NO. Al llegar a la cuerda, seguir por una senda que sale a la izquierda (O), remontando el lomo hasta llegar frente a la cima de La Cebosa, que se alcanza rodeándola por el este para luego, al volver a la cuerda, retroceder por la misma.

Descender por el cordal al norte y, cuando se divide, seguir por la derecha (NE), siempre siguiendo traza o hitos para ir por lo más cómodo. En Los Colladillos, tras rodear el Picazo, dejar el trazo para descender a la derecha (S), en busca de un carril. Tomándolo a la derecha (SO), se llega enseguida a la pista principal, por la cual se regresa sin con comodidad al Pico del Águila.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Una montaña modesta, apartada y muy bonita. El verdadero corazón de Ayllón está aquí. Y, pese a ser el dosmil menos visitado de la zona, ya no hay que pelearse con el matorral como hace 30 ó 35 años: mala, pero hay senda durante todo el recorrido. Dentro de las diversas opciones de ascensión, ésta es la más corta y asequible y, aunque no se recorre toda-toda la Loma del Rocín, se pasa por la parte más alta e interesante. Suficiente, en mi opinión. En las zonas en que el matorral se ha comido la traza, aunque se vean hitos sobresalir del mismo, vale más dejarse llevar por los ojos; el monte bajo puede haber variado sus densidades y, las vacas y jabalíes, haber abierto pasillos nuevos en lugar de los señalados.

RELATO GRÁFICO:

Desde el Pico del Águila, al este, la mañana se mostraba apacible, con sólo unas pocas nubes altas, aunque una tapaba la cumbre del Ocejón, más allá del valle del Río Jaramilla.

Comencé a caminar por un camino que sale de la pista por donde había llegado con el coche y sube al noroeste por el costado izquierdo de la loma.

Enseguida, el carril acabó al alcanzar la cuerda. Giré entonces para remontarla, siguiendo un rastro de senda, impreciso en su salida. Más arriba, se aclaró a ratos, pero nunca llegó a ser una verdadera senda ni a mantener continuidad.

De todas formas, fue suficiente para hacer cómoda la progresión por este terreno suave y regular. En el paso por canchos y bandas e pinos, aparecieron algunos hitos que me ayudaron a encontrar el paso cómodo sin tener que andar fijándome mucho. Mientras me acercaba a la Morra del Segoviano, primer hito de la jornada, descubrí a la derecha...

... la cresta de la Loma del Rocín; bueno, lo que descubrí fue la nube que la cubría. Vaya. Parece que, además, iba camino del único lugar cubierto de la zona. Más a la derecha,...

... las crestas de la Buitrera y del Dragón estaban despejadas. Y lo mismo, cuando llegué...

... a la Morra del Segoviano, todo su arco suroriental, del Ocejón a la Sierra del Rincón, entre los que brillaba impreciso el llano.

Continué lomo arriba, por terreno similar, ahora hacia la Cabeza de la Zarza, que aún estaba bajo las nubes.

Algo de esperanza tuve al ver, a mi izquierda, brillar la luz bajo los vapores sobre la Loma del Picaño.

Al culminar la Cabeza de la Zarza, una mirada atrás, a la Morra del Segoviano y...

... otra a la Cebosa, que, en ese momento, se despojaba de las nubes. Además, a la derecha de la cumbre, tenía una...

... una estupenda perspectiva del suave tramo de loma de bajada hasta los Colladillos.

De momento, continué remontando la cuerda que, al paso por una banda de brezo espeso, se aclaró bastante. De agradecer.

A ganar altura, hay una estupenda vista sobre  el valle del Río Berbellido, que pasa bajo el bonito triángulo verde del pico de Las Huelgas, con la Sierra del Rincón al fondo.

En un alto (1.918) desde el que se descubre el Cerrón, el cordal gira a la derecha, tomando dirección norte, hacia...

... la Cebosa, que estaba ya totalmente despejada. No subía ella directamente, sino que la rodeé por el lado derecho,...

... pasando bajo la cima, hasta que...

... traza e hitos me llevaron de nuevo a la cuerda, al otro lado. Allí, dejé por un momento de seguir la loma para girar casi en redondo y, como...

... siempre, siguiendo señales, acercarme al risco cimero por su lado norte. Pero para rodearlo de nuevo por el este, ahora justo bajo la roca, en busca de...

... una repisa que corta en diagonal la placa y permite alcanzar caminando el hito.

Desde lo alto de la Cebosa, vi, por primera vez en el día, el Pico del Lobo, entre los dos brazos superiores del Río Berbellido. Llevando la vista a la izquierda,...

... impresionante perspectiva del Cerrón.

Al sur, la vista se extendía hasta las crestas de la Sierra del Rincón y, siguiendo con el giro,...

El Ocejón, tras el que asomaba el Alto Rey.

Ahora, la parte de la Cresta del Dragón estaba medio tapada por la otra rama de la Loma del Rocín; la que seguiría para bajar. Comencé por regresar a la cuerda por donde había venido.

Luego, continué por la misma, no sin antes echar una mirada de despedida a la cumbre. El lomo es ahora ancho, suave y...

... regular y los pocos obstáculos que presenta son fácilmente evitables. Al dividirse el cordal en dos, continué por la derecha (NE), hacia el Cerro del Rocín.

Desde lo alto de ese último pico de la jornada, la cresta de la Cebosa, con el Cerrón asomando por detrás.

Siguiendo rastros de senda discontinua e hitos, más bien pocos y alejados, proseguí por la loma, llevando a la izquierda...

... el pico del Lobo y, al lado contrario,...

... el cuenco del Arroyo del Cañamar, que abraza la Loma del Rocín, con el fondo del Ocejón.

La cumbre iba quedando atrás y la perdí de vista cuando la traza me llevó al costado izquierdo de la cuerda; es decir, al...

... norte, desde donde hay una perspectiva muy amplia de la parte más oriental de la Sierras de Ayllón.

El flanqueo tiene por propósito pasar cómodamente una serie de riscos que jalonan la arista entre las cotas 1.950 y 1.800. La progresión es, en general, cómoda siguiendo la traza que, como suele suceder en lugares de paso obligado, se hizo más precisa.

Incluyó pasajes un poco estrechos, como esta repisa, pero, como se puede ver, no hay dificultad.

Lo más complicado fue superar este canto, que se puede hacer andando por la derecha, pegado a la roca.

Al quedar atrás la zona movida, salí de la misma por...

... esta curiosa escotadura, que me obligó a pasar de costado, al otro lado de la cual...

... me encontré ante un anchísimo y suave lomo herboso. Al dividirse, continué por la derecha (SE), entrando en...

... la zona de Los Colladillos, verde y suave. Tras bajar al primero de ellos, subí un poco por el lomo del Picazo, que no llegué a culminar, sino que rodeé por la izquierda.

Antes, me volví a mirar el crestón de la parte rocosa de la Loma del Rocín.

Luego, poco antes de llegar al siguiente colladillo, dejé la traza por la derecha (S), atajando en busca de esa pista que se ve abajo.

Tomé esa decisión porque vi que el brezo que cubría la ladera no era ni muy denso ni alto. Además, numerosos cortes de paso de animales lo atravesaban.

Así que no me costó mucho llegar a un carril. No era la pista, pero lo tomé a la derecha (SO), pues...

... enseguida desemboca en la misma. Ya sólo me quedaba incorporarme (SE) a ella para...

... rodear la gran cuenca que abraza la Loma del Rocín hasta llegar al Pico del Águila.

En el trayecto, atravesé alguna breve banda de pinar, pero...

... predominó a mi alrededor el matorral y pude disfrutar de las vistas al este. Dominadas primero por la Cabeza de Cabida y...

... luego por el Ocejón.

Pasada la vertical de cumbre,...

... pude ver los riscos de la parte movida de la loma.

Y, así, muy tranquilamente, acabé en el Pico del Águila, desde donde se veía ahora así el panorama al este: las nubes habían subido, pero se habían adensado y el día se oscurecía. Aún tardaría un rato en empezar a llover, pero, para entonces, estaba volviendo a casa en el coche.

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