Cabezo de Mijares (2.191)

ASCENSIÓN DESDE SERRANILLOS

CRESTEO DE LA CENTENERA AL PUERTO DE LAGAREJO

La Sierra del Cabezo es la más alta de las que se alinean en el Macizo Oriental de Gredos. Se trata de una loma de formas redondeadas que se extiende entre los puertos de Mijares y Serranillos. Como todo Gredos, presenta una gran disimetría entre la vertiente norte, más suave, y la sur, que se levanta como una muralla de más de 1.500 metros sobre el Valle del Tiétar. Las laderas de esta montaña están cubiertas de bosque en las zonas más bajas y de prado y matorral, sobre todo retama, en la mitad superior, llegando a las crestas. La roca sólo aparece en forma de extensas pedreras y en los vistosos pero modestos riscos que jalonan el cordal.

La ruta consiste en recorrer el tramo de cuerda entre los dos puntos citados en el título, que son los más accesibles desde el pueblo de Serranillos, situado al pie mismo de la vertiente norte de la montaña.

Vertiente norte de la Sierra del cabezo, desde el oeste

SITUACIÓN:

  • Zona: Macizo Oriental de Gredos (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra del Cabezo
  • Base de partida: Serranillos (Ávila)
ACCESO: Serranillos es un pueblo abulense, situado en el sur de la provincia, formando parte de la mancomunidad del Alberche, aunque se encuentra bastante apartado del río, retrepado en la vertiente septentrional de la Sierra del Cabezo. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.209 / 2.191
  • Mi tiempo efectivo: 5h01
  • Mi tiempo total: 6h06
  • Dificultades: F. Unas pocas trepadas cortas por bloques (I) y breve tramo de arista sin dificultad, pero aérea. El resto, por caminos o terreno cómodo.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: A partir de la travesía de Serranillos, dirigirse hacia Navarrevisca y, a la altura de las últimas casas, tomar una pista de cemento que sale a la derecha (NE) de la carretera. Escogiendo siempre la vía principal en los cruces, se van atravesando Las Solanillas. La pista se hace de tierra y se va empeorando y estrechándose paulatinamente, mientras gira a la derecha (S) para encarar la ladera de la sierra, hasta quedar reducida a una senda pedregosa, al llegar a los prados de Navahondilla. A partir de ahí, dejar traza e hitos, que se dirigen al sur por el barranco de Las Lanchuelas, girando a la izquierda (SE) para remontar el lomo que cae de La Centenera. Durante esta subida, se encuentran algunos hitos, sin continuidad, y restos discontinuos de una traza, que la falta de uso casi ha borrado. En todo caso, el terreno, de matorral abierto con grandes calvas de hierba y alguna ocasional pedrera de buen pasar, es bastante cómodo. Una vez en la cuerda, tomar a la derecha (SO) la senda que la recorre, hasta el Cerro del Cabezo. A partir de ahí, los hitos siguen por el flanco sur de la cuerda para evitar obstáculos y pasos expuestos, pero es más divertido y presenta sólo una dificultad mínima (I) ir por la arista. Sólo a partir del Collado de los Niños se impone dar un doble rodeo, primero por el sur (izquierda) y, luego por el norte, para limitar las trepadas (I) y alcanzar la cima del Cabezo de Mijares (F).

Continuar por la cuerda al SO, de nuevo pisando senda, aunque con algún breve pasaje escabroso. Entre la cima y la punta occidental del Risco de Miravalles, las marcas giran a la derecha (O) con la cresta divisoria. En el Puerto de Lagarejo, tomar a la derecha (N) el camino que lo atraviesa y que conduce directamente a Serranillos, yendo a desembocar precisamente en la travesía por donde comenzó la excursión.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Llamo a la cumbre principal de esta sierra Cabezo de Mijares porque, desde que hace casi cuarenta años, hice mi primera incursión en esta parte de Gredos, siempre oí y leí llamarla así. Hasta que, hace pocos años, cambió a Cabezo de Gavilanes, que es el pueblo vecino a Mijares, ambos en la vertiente sur. Hasta le han puesto la silueta metálica de un pájaro. Bueno, pues estoy ya mayor para andar cambiando costumbres y me da pereza entrar editar todas las referencias que tengo a esta importante cumbre en los archivos. Desconozco los motivos del cambio y si es más o menos conveniente nombrar el pico con uno u otro pueblo. En mis publicaciones, Cabezo de Mijares se va a quedar.

Lo importante es que, llamémosle como le llamemos, esta ascensión a la más alta cima del Gredos es una bonita excursión fácil. La escasa dificultad que se encuentra en el crestón culminante se elimina siguiendo escrupulosamente la senda del cordal, que, además de rodear por el sur el Cerro del tambor, hace lo propio con el Cabezo de Mijares para atacar la cumbre desde su flanco occidental. Esto es menos elegante y divertido y, para la mayoría de montañeros, creo que los pocos y fáciles obstáculos de la ruta directa no lo justifican. De hecho, también había hitos por donde yo subí.

Respecto a la montaña en sí, aunque no alcanza los 2.200 metros, su gran prominencia, lo empinando de sus laderas y una buena situación la convierten en una montaña de referencia. Con una vistas extensas desde la cima y unas buenas posibilidades de ascensión en sus laderas. Esta ruta es la más accesible que, al no partir de los puertos en los extremos de la sierra, permite un recorrido circular. Es la primera vez que la hago sin nieve y creo que, en condiciones invernales es más conveniente invertir el sentido, dejando para el descenso el lomo que cae de la Centenera que, empinado y cubierto de nieve, es una bajada rápida y muy cómoda. En condiciones estivales, sin embargo, la lógica manda, por un lado, dejar la cumbre para el final y, por otro, reservar para el descenso los tramos con senda.

RELATO GRÁFICO:

Desde Serranillos, puede verse sobre los tejados la cima del cabezo de Mijares, que no es el risco que parece más alto, sino el piquito que asoma por la derecha. Tras aparcar sobre la carretera que atraviesa la población, comencé a caminar por ella en dirección a Navarrevisca.

Mientras permanecía en la umbría helada, podía ver cómo el sol enrojecía la Sierra de la Paramera a mi izquierda.

Llegando a la altura de las últimas casas, dejé la carretera por una pista de cemento que sale a la derecha (NE) y va atravesando el pie de monte por Las Solanillas entre campos. En varios desvíos, hay que escoger siempre la vía principal; éste es el único que puede suscitar alguna duda, pues hay que seguir por la izquierda (E), que baja para cruzar la Garganta del Cabezo.

Al otro lado, volví a ganar altura mientras avanzaba paralelo a la sierra, que veía a mi derecha, desde La Centenera, con su piquito en lo alto sobre el lomo por donde ganaría la cuerda, hasta la cumbre en el extremo derecho de la foto.

Paulatinamente, la pista que seguía fue empeorando, pasando el piso a ser de tierra primero y pedregoso luego, así como estrechándose hasta reducirse a una senda. También, giré con el camino para encarar la sierra.

Al ganar altura y quedar atrás los árboles, podía ver el pueblo abajo y, más allá, el sol llegando a la cresta del Torozo.

Por delante, una buena perspectiva del hueco de Las Lanchuelas bajo la cresta de los dos Cabezos.

Al pasar el rellano de Navahondilla, la senda se mete en el barranco de las Lanchuelas. Yo la dejé por la izquierda (SE) para remontar el lomo que cae de La Centenera.

Éste es de mediana pendiente y está cubierto a medias por matorral abierto y manchas de hierba. No resultó incómodo.

Al ganar altura, la vista a mi espalda se fue extendiendo por el valle del Alberche, al otro lado del cual se elevaba la Serrota.

La perspectiva de la cumbre revelaba también la ganancia de altitud.

Poco a poco, se fueron descubriendo el Gredos central a mi derecha y...

... la Sierra de la Paramera a la derecha.

Llegando cerca de la altura del Collado de los Pozos, desde donde en invierno he bajado en diagonal a este lomo, estimé que era mejor, en esta ocasión, no recortar y seguir por la cuerda hasta la Centenera, pues el terreno parecía más cómodo, a pesar de...

... tener que atravesar alguna breve pedrera antes de que...

... cediera la pendiente en los últimos metros previos a la cima. Desde ella, mirando atrás, se dominaba un buen trecho de la cadena de Las Parameras. A la izquierda, las...

... cimas vecinas de esta sierra, Cabeza Santa y Peluca, y, más allá, la del Valle.

Asomándome al otro lado del cordal, se veían, en líneas sucesivas, la línea de serrezuelas que separan la cabecera del Tiétar del Valle del Tajo y, en el horizonte, la silueta de los Montes de Toledo. Tras la parada que todo esto se merece, giré a la derecha (SO) para...

... dirigirme al Cerro del Cabezo por la cuerda, recorrida por una senda estrecha pero suficiente para que el matorral no estorbe.

Desde esta segunda cima del día, volviéndome, podía ver ahora las crestas del Guadarrama en el horizonte.

Proseguí caminando al oeste, hacia la cumbre de la sierra, primeramente entre matorral, por un lomo ancho y suave.

A mi izquierda, podía ver ahora, más allá de las estribaciones meridionales de la sierra, una parte del Valle del Tajo y los Montes de Toledo más al oeste, incluyendo la cumbre de éstos en el Pico de Las Villuercas.

De pronto, me encontré ante un corte en la cuerda, donde tuve que destrepar, pero muy fácilmente (I), a partir del cual ésta se trasforma en un crestón rocoso. Los hitos dirigían a un rodeo por el sur (izquierda), pero resulta más divertido ir por lo alto y, además, el paso por los bloques presenta una dificultad mínima. Eso sí, la visión a la derecha de las placas que...

... caen hacia el barranco de Las Lanchuelas impresiona.

El terreno se volvió a elevar en el Cerro del Tambor, pero tampoco ese resalte de bloques es un gran obstáculo. Y menos, por ese entrante del lado izquierdo (I).

Una mirada atrás, al Cerro del Cabezo, desde esta punta intermedia.

Por delante, la cuerda se ensancha hasta el Cabezo de Mijares. Tras una bajada suave hasta el collado, los hitos y el trazo principal volvían a desviarse a la izquierda para evitar obstáculos. Otras señales, con apariencia de seguirse menos, fueron las que seguí. Siguen por ese pasillo verde que, al pie del risco cimero, sube hacia la derecha, pasando a...

... la vertiente norte para remontarla. Luego, volví a pasar la cuerda y...

... gané la cima mediante superando unos bloques fáciles (I) en la vertiente meridional.

Recién llegado al cabezo de Mijares, una mirada atrás: la cuerda hasta el Cerro del cabezo y el Guadarrama en la lejanía. Girándome a la derecha,...

... amplísimo panorama del Valle del tajo y los Montes de Toledo. Siguiendo el giro,...

... al oeste, Gredos se prolongaba por la Sierra del Torozo hasta sus más altas crestas; las que se alzan...

... en torno al Circo de Gredos, con el Almanzor hacia la izquierda de la foto.

Pero el cabezo de Mijares tiene dos culminaciones. La meridional, que es la que tiene las señales y donde estaba, y la norte, que según el mapa y mi GPS, tienen exactamente la misma altitud. Y a esta última me dirigí para asomarme con mejor perspectiva...

... al norte, donde destacaba la cercana Picota, el risco que se ve desde Serranillos, y los altiplanos del Alberche y las Parameras más allá.

Inicié el regreso continuando el cresteo al suroeste, de nuevo siguiendo la senda, que recorre ahora un ancho lomo de pendiente moderada y cubierto de matorral, que incluye...

... el paso por algunos canchos, un poco escabrosos, pero sin dificultad técnica.

Luego vino un tramo prácticamente llano hasta el Risco de Miravalles, desde el cual...

... se iba adquiriendo perspectiva sobre la cima que quedaba atrás.

Más allá del Risco de Miravalles, había otra prominencia, coronada por un roquedo. Antes de llegar a ella, en el collado previo, los hitos me hicieron girar a la derecha (O) para emprender...

... el empinado descenso hacia el Puerto de Lagarejo, donde...

... se cruzan varios caminos. Yo tomé el carril pedregoso que baja por la vaguada derecha (N) y que...

... me conduciría hasta el pueblo de Serranillos, en el que entra precisamente por la travesía de donde partido. Si delante fui viendo todo este rato la Sierra de la Paramera, a mi derecha...

... se elevaba el Cabezo, que fue cambiando...

... de perspectiva según avanzaba hasta...

... mostrar la mejor precisamente al entrar en el pueblo.

Comentarios