Pico del Lobo (2.273)

ASCENSIÓN DESDE EL HAYEDO DE MONTEJO

RUTAS NORMALES DEL RÍO DEL ERMITO Y EL COLLADO DE LA CALAHORRA

El Macizo de Ayllón, que se extiende entre las provincias de Madrid, Guadalajara y Segovia, está formado por un conjunto de sierras dispuestas en forma de peine. El Cerrón es su segunda cumbre más alta; se eleva en medio de la “púa” central, para mí, el corazón del conjunto. También es el pico más alto enteramente situado en la provincia de Guadalajara. Se trata de una montaña altiva pero de formas redondeadas. Como todas los de la zona, se yergue sobre profundos valles poblados de bosque y sus laderas está cubiertas de matorral y pasto hasta casi la culminación, donde aflora la pizarra en forma de vistosos crestones.

La ruta de ascensión, ida y vuelta, consiste en llegar a la cumbre desde el oeste por el cordal principal de la sierra, al que se llega desde la cuerda del Cerrón. Lo que varía es la aproximación; remontando el Río del Ermito al ir y descendiendo por el lomo del Ravinate tras rodear el Cerrón, al regresar.

Cuerda de la Pinilla entre el pico del Cervunal y el del Lobo, desde Canchos Buenos

SITUACIÓN:

  • Zona: Macizo de Ayllón (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de Ayllón
  • Base de partida: Montejo de la Sierra (Madrid)
ACCESO: El Hayedo de Montejo es un paraje natural situado en el municipio de madrileño de Montejo de la Sierra, 7,5 km al NE del núcleo urbano y a orillas del Río Jarama, que es el límite con Guadalajara. De hecho, aunque la excursión parte de la Comunidad de Madrid, transcurre casi íntegramente por la Provincia de Guadalajara. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.254 / 2.273
  • Mi tiempo efectivo: 7h12
  • Mi tiempo total: 8h38
  • Dificultades: Ninguna. Itinerario por caminos.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Desde la puerta del Hayedo de Montejo, cruzar el Jarama y tomar una senda que sale a la izquierda (N) al otro lado del puente. Tras breve subida en diagonal, llega al Camino del Ermito, que se toma a la izquierda (NO) para remontar el río homónimo y, luego, la vertiente oriental del Cerrón. Al llegar a un cruce en la vertical de esa cima, girar a la izquierda (N), alcanzando la Cuerda del Agua Fría en el collado de Canchos Buenos y la sigue hasta acabar en el de la Majada de los Carneros. Seguir por una senda que deriva derecha (NE) y atraviesa la ladera hasta alcanzar la Cuerda de la Pinilla cerca de la punta occidental de Las Mesas. Allí, se encuentra con el camino que va por el cordal, el cual, tomado a la derecha (E) conduce hasta la cumbre del Pico del Lobo.

Volver por la misma ruta de subida a tomar la pista en la Majada de los Carneros y continuar hasta el cruce bajo el Cerrón. Allí, girar a la izquierda (SE) para ganar la cuerda al sur de la cima en Collado de Ortigosa y seguirla hasta el de La Calahorra. Al abrirse una pradera a la derecha, dejar el carril por ese lado (SO) para tomar una senda que traspone la arista y desciende por la loma del Ravinate. Al llegar al extremo al de un camino más ancho, tomarlo y pasar, a la izquierda (S), a la vertiente del arroyo del mismo nombre. Cruzarlo y continuar en travesía bajo el Saltadero hasta el Camino del Ermito. Tomarlo a la izquierda (SE) para regresar al Hayedo de Montejo.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Larga caminata, muy bonita y variada, que, a pesar de llegar al Pico del Lobo, presenta más atractivos durante la aproximación, que por la propia cumbre. Las dos rutas tienen caracteres diferentes; más boscosa la subida por el valle del Ermito y más panorámico el regreso, sobre todo a su paso por las laderas del Cerrón y la Loma del Agua Fría. Y, aunque era enero y pisamos algo de nieve ya en la cuerda, no puede decirse que las condiciones fueran invernales; con nieve, posiblemente sea más conveniente la sugerencia que sigue.

La primera intención era reproducir un recorrido que, en el invierno de 2009, había hecho, continuando la remontada del Río del Ermito por el Arroyo del Cervunal. Entonces, cuando la curva gira a la derecha pasada la confluencia de Ermito y Cervunal, la dejé, vadeando el arroyo para remontarlo, ya pisando nieve continua, por su orilla derecha hasta culminar la cima del pico del mismo nombre, desde donde seguí por la cuerda. El retorno fue igual. Pero, este año, el torrente tan bajaba crecido, por la gran pérdida de nieve de los días anteriores, que no era seguro vadearlo cerca de la confluencia. La orilla buena para subir es la derecha, por estar casi despejada bajo los robles; esta vez intentamos subir por la otra, pero lo descartamos a los pocos minutos, pues era tan denso y alto el matorral, que iba a ser casi igual en tiempo la subida directa que el rodeo por las pistas que acabamos dando. Y mucho más desagradable, fijo. En fin, que ésta es la alternativa para todo tiempo. Cuando el caudal sea menor, como en condiciones invernales o, quizá, en pleno verano, resulta más práctico remontar el Arroyo del Cervunal (insisto: siempre por la derecha hidrográfica). Y, cuando llegue su turno, ya colgaré la reseña de esa otra variante.

RELATO GRÁFICO:

Desde la entrada al hayedo de Montejo, cruzamos el puente sobre el Jarama y, justo al otro lado, tomamos una senda que sube a la izquierda (N), atravesando en diagonal la ladera, que se mantenía en umbría mientras los primeros rayos del sol tocaban las crestas circundantes.

Al desembocar en una pista, el Camino del Ermito, la tomamos a la izquierda (NO) para remontar por ella el río que le da nombre. Pasamos un par de bifurcaciones; en la primera, seguimos por la derecha (N) y, en la segunda (ésta), ya a la vista de la cresta del Cerrón, por la izquierda (NO). Por cierto, que aquí es donde, a la bajada cerraremos la ruta.

La mayor parte de esta aproximación, transcurre a través de un denso robledal y con la compañía del agua. De la que lleva el río, siempre a nuestra izquierda, y la de los varios arroyos que hubimos de vadear.

De vez en cuando, un claro nos dejaba ver las crestas. Por delante, en lo alto del corte del arroyo homónimo, el Pico del Cervunal, donde habríamos ganado el cordal, si no hubiera bajado tan crecido el torrente. Cuando saqué la foto, aún no lo sabíamos.

A la derecha, el Cerrón, que íbamos sobrepasando por su base.

Al pasar la confluencia, el mismo camino dejó de remontar el curso del Ermito para seguir el del Cervunal un corto trecho y, luego, separarse también de éste, girando a la derecha para remontar...

... en cómodas diagonales la ladera occidental del Cerrón.

Al ganar altura, fuimos saliendo del bosque, pudiendo ver, al otro lado del Río del Ermito, cómo la Cuerda de las Cebolleras iba haciéndose visible sobre la del Medio.

Por delante, la Sierra del Rincón y, al otro lado del boquete del Lozoya, los cordales del Guadarrama con nieve en las Cabezas y Peñalara.

Mirando atrás, vimos asomar el Pico del Lobo a través del collado de Canchos Buenos. Por ambos sitios íbamos a pasar y, para dirigirnos a ellos, al pasar por...

... la vertical de la cima del Cerrón, giramos a la izquierda (N) en un desvío que...

... prosigue subiendo en diagonal por el flanco del cordal.

Para entonces, habíamos superado la cota dos mil y el domo cimero del Tres Provincias se había descubierto del todo, mostrando los cóncavos de su vertiente oriental.

Poco después, distinguimos también, a través del Collado del Puerto, el mar de nubes bajas que se extendía al otro lado, sobre la submeseta norte.

En Canchos Buenos, frente a la Cuerda de la Pinilla, rematada a la derecha en el Pico del Lobo, se acabó el carril. Pero continuamos, manteniendo la dirección, por una senda de trazo borroso, pero balizada, que continua siguiendo el cordal por su flanco oriental (derecho).

A nuestra derecha, se abría ahora el “Ayllón profundo”: el apartado valle del Río Berbellido, dominado por los picos de La Cebosa y Cabeza Pinillo. Entre ambos, al fondo, asomaba el Ocejón.

En el siguiente collado, el de la Majada de los Carneros, la senda dejó de seguir el cordal para derivar hacia la derecha (NE) y dirigirse hacia el cordal, dejando de lado el Cervunal y ganándolo entre las dos puntas más occidentales de Las Mesas (2.224 y 2.226), que son las que se ven a la derecha.

Primeramente, una traza en la hierba nos condujo a través de una despejada pradera de pendiente moderada. Mirando atrás a mitad de esta subida, se veía así de bonito el Cerrón.

Luego, el rastro prácticamente despareció un unas estacas nos marcaron el paso teóricamente bueno (no siempre lo fue), a través de un terreno más incómodo de brezos y canchal.

Así llegamos a la Cuerda de la Pinilla, al este del Cervunal. Efectivamente, sobre las tierras segovianas persistían las nubes bajas.

Por delante, sólo nos restaba recorrer un corto trecho de cordal, donde un buen camino permitía soslayar el cresterío de Las Mesas, y la breve subida final al cono cimero. La única incomodidad fue que la nieve que cubría la vereda, que estaba en las peores condiciones: fina costra quebradiza sobre un espesor considerable de nula consistencia. Valga decir que, según la hora de las fotos, nos llevó casi 10 minutos cubrir los escasos 300 metros de la parte llana del cordal.

Al llegar al Portillo de las Mesas, descubrimos la loma de Las Peñuelas y, más allá del mar de nubes, la sombra oscura de la Cordillera Ibérica. Fue un alivio ver que el lomo estaba libre de nieve y que...

... se podía culminar el Pico del Lobo prácticamente sin pisarla.

Antes de llegar arriba, una mirada al norte, pues la vista en esa dirección desde la cima misma queda bloqueada por las ruinas de un edificio, estación superior de un remonte que nunca llegó a funcionar.

Pero, yendo a lo positivo, quizá el mejor panorama desde lo alto del Pico del Lobo sea el que se descubre al llegar desde el este: los sucesivos cordales occidentales de Ayllón (el Rocín, el Dragón, etc.). Más allá, en el horizonte, la larga cresta de los Picos de Urbión.

También, la mole aislada del Moncayo y, más cerca, en...

... los límites orientales del Sistema Central, el Alto rey y el Ocejón.

Asimismo resultaba muy atractiva la vista del arco meridional, con el Cerrón entre las crestas de la Sierra del Rincón y las del Guadarrama.

Bien reconocibles y con bastante más nieve que aquí, las Cabezas y Peñalara.

Hacia el oeste, la Cuerda de la Pinilla y, más allá, el Tres Provincias. Tras una parada, que fue corta, pues la excursión se había alargado al no remontar el Arroyo del Cervunal, emprendimos en esa dirección el regreso, deshaciendo camino por Las Mesas.

Llegando ante la última de sus puntas (2.224), una estaca indicaba el lugar (cuidado, que el arranque de la traza a penas se veía) en que había que dejar el camino por la senda que, a la izquierda (S), desciende...

... en diagonal hacia el collado de la Majada de los Carneros, donde...

... encontramos el cabo de la pista que rodea el Cerrón. De momento, íbamos deshaciendo la ruta de ida, hasta que...

... llegamos a aquel cruce bajo la cima del Cerrón. Allí, ahora, giramos a la izquierda (SE) para volver por una ruta distinta. Primeramente, atravesando la ladera ganar la cuerda al sur de la cumbre, en...

... el Collado de la Ortigosa, donde pudimos ver el Santuy más allá, con el fondo de la Sierra del Rincón.

Al pasar a la vertiente occidental, la pista hace una lazada, desde la cual se ve así la cima del Cerrón.

Mejor es la vista al oeste, con la Sierra del Robledal enmarcada por las crestas de la Cebosa y el Pìcaño.

Mientras seguíamos la Cuerda del Agua Fría al sur, podíamos ver al otro lado una luminosa perspectiva del Valle del Lozoya.

Dejando atrás el Picaño, pasamos junto a unos grandes hitos en la cresta. Entonces, se abrió a nuestra derecha...

... la vertiente del Arroyo de Canalejas, que baja hacia Bocígano. Más allá,...

... asomó en el horizonte el Ocejón, del cual nos despedimos, pues...

... tocaba cambiar de vertiente. Al pie mismo del Santuy, dejamos la pista por la derecha (O) para buscar, entre el matorral que rodea la ladera,...

... la salida de una senda que se dirige por la cuerda al norte, para girar enseguida a la izquierda (O) y...

... bajar hacia el Río del Ermito. Delante, de nuevo, las Cebolleras.

El camino seguía el lomo del Ravinate  y mejoró al perder altura.

Al dar con el extremo de un camino más ancho, aunque con signos de poco uso, que salía a la izquierda (SE), lo seguimos y...

... entramos en la cuenca del Arroyo Ravinate, que rodeamos en ligero descenso. Ya en la otra vertiente,...

... pudimos distinguir los cursos del Jarama y el Ermito a ambos lado de la Loma del Medio.

Al poco, desembocamos en el Camino del Ermito, cerrando la ruta. Tomándolo a la izquierda (S), acabamos de deshacer camino hasta el Hayedo de Montejo, sin olvidar,...

... al llegar a la altura del Puente del Jarama, dejar la pista por la senda que ataja a la derecha (SO), ahorrándonos algo de rodeo.

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