Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Ruta muy
panorámica, aunque incómoda a la bajada. Creo que, además, fui en mal momento;
el brezal de Las Campas había estado tapado por la nieve y ésta acababa de
retirarse, de modo que el ramaje seguía tumbado sobre la traza. Así, una bajada
habitualmente razonable se convirtió en una especie de carrera de vallas, a un
más lento del habitual. Pero, en condiciones normales debe de estar bien. O
cabe la opción de tomar un camino que he visto en el mapa más al sur en la
cuerda, con el inconveniente de acabar en la carretera valle abajo del pueblo.
Serían un par de kilómetros de asfalto. En todo caso, tanto la incomodidad de
la bajada que escogí como ese retorno junto a la carretera merecen la pena,
pues, sobre todo el trecho de cresta de la cumbre a La Gatera son un buen
aporte a la excursión.
RELATO GRÁFICO:
Desde la
explanada donde aparqué a la salida de Lumajo por el norte, se ven ya las tres
puntas del Muxivén. La cumbre es la del medio; la punta norte (2.024), a la
derecha y, a la izquierda, la anónima cota 1.894, que algunos llaman Muxivén
sur, a pesar de que es mucho más baja y queda bastante separada de la cima.
Comencé a
caminar remontando el Valle de la Mozarra por la pista que sale del pueblo,
viendo al fondo el Cornón (blanco, a la izquierda) y alguno de sus satélites.
Al dividirse el carril, continué por la izquierda (NO), bajando a cruzar el
riachuelo para, a continuación,...
... ganar
altura por la ladera occidental.
No tardé
en llegar a una segunda bifurcación, donde de nuevo tomé el camino de la
izquierda (O).
Pasadas
un par de lazadas, la pista acabó en El Navariego, ante unos cercados y bajo la
mole rocosa del Muxivén. De ahí, proseguí hacia la derecha (NO), por...
... un
camino menos marcado, que continúa remontando la ladera en diagonal. Mirando
atrás, más allá de Lumajo se veía en el horizonte la cresta nevada de la Sierra
de Villabandín. Después de pasar unos prados, vino...
... un
trecho entre matorral, donde pisé la primera nieve. Al aclararse a mi izquierda
(S), dejé el camino por ese lado y...
...
remonté una pendiente de hierba hasta un cercano lomo, donde giré a la derecha
(O) para...
...
seguir una traza bastante clara, que me metió en la vaguada del otro lado, por
la que remonté la vertiente. Después de un estrecho bajo el Pico del Rebezo,
llegué a...
... la
semicolmatada Laguna de las Borras, que rodeé por su orilla meridional
(izquierda).
A mi
izquierda, la cresta del Muxivén cambiaba de perspectiva al irla rodeando.
Tras la
laguna, remonté en diagonal una pendiente nevadas, donde la traza despareció
bajo el manto blanco. Pero, con su escasa y regular pendiente, nieve ideal y el
collado a la vista, la subida fue cómoda. Posiblemente, más que en seco.
En lo
alto de esa rampa, asomaron a mi espalda unos montes, ya en la comarca de
Babia. Se trataba las crestas de los Picos Blancos y el Montihuero, en medio de
las cuales asomaba lejana la de Orniz.
Estaba en
la cuerda que baja al sur desde la divisoria cantábrica, con al Alto de las
Rebezas a la derecha,...
... la
siguiente estribación al oeste, sobre la que asomaba el Cueto de Arbas,
delante, y, a la izquierda (SE),...
... el
cordal que me llevaría a la cumbre y que se iniciaba con la subida al Pico del
Rebezo. El lomo, generalmente cómodo, estaba recorrido por una traza, no
siempre clara, pero marcada con hitos.
Las zonas
abruptas o rocosas de la cuerda las evita por el oeste (derecha).
Al ganar
altura, acabó de descubrirse a mi derecha el Cueto de Arbas y, a su lado, los
Ancares Leoneses. Al otro lado,...
... se
volvía a ver Lumajo en el fondo del valle, mientras que al horizonte oriental
se iban incorporando crestas más lejanas.
Al llegar
a lo alto del Rebezo, apareció la punta norte del Muxivén y descubrí que aquél
no es pico, sino un mero hombro. Continué pues la subida con similar tónica,
hasta culminar...
... esta
punta de 2.024 m, desde la que hay este panorama al norte: al otro extremo del
cordal, se yergue poderoso el Cornón, rodeado de cerros notablemente más bajos
y menos altivos. Como mucho, destacan, libres de nieve, el Mocoso y el Penouta
a la derecha. Más allá,...
...
aparecían las montañas menos innivadas sobre las cabeceras del Valle de la
Mozarra y del Río Sil. A destacar, la alargada cresta, casi llana, de Peña la Chana.
Pero,
pese a las vistas, apenas paré aquí, pues por delante tenía la cumbre ya cerca,
enmarcada por las sierra de Villabandín y Gistreo. Como en la anterior punta,
apenas tuve que perder altura, pero, ahora, tampoco ganarla. Eso sí, durante el
corto cresteo,...
... se
gozaba de una impresionante vista a la izquierda, mientras quedaba atrás la
punta norte y...
... llegaba
a la principal del Muxivén.
Desde lo
más alto de la cresta, se despejó la vista al sur y el oeste, hacia la Sierra
de Gistreo,...
... los
Ancares Leoneses y el extremo oeste de la Cordillera Cantábrica en el Cueto de
Arbas.
Al norte,
el Cornón y, más al este,...
... las
montañas de la Babia, desde Peña Chana al...
... grupo
del Montihuero. Al otro lado de Valle del Sil, la Sierra de Villabandín. En
medio de ambos, al fondo, las crestas de Luna. Y, bajando la vista, Lumajo.
Para regresar allí,...
... comencé
prolongando el cresteo al sureste, que arrancó con...
... un
descenso bastante abrupto entre piedra suelta y matorral.
Había senda,
pero estaba reducida a un mínimo corte en el matorral. Tras un trecho más o menos
llano, con...
...
bonitas vistas a la derecha,...
... el
terreno se eleva en una cota anónima de 1.894 m, que he encontrado nombrado
como Muxivén Sur en algunos sitios. No me parece una denominación afortunada,
pero, en todo caso, llevado por los hitos, me encaramé a los bloques forman la
cima, desde donde...
... se ve
así de bonito el Muxivén.
Luego,
continué la bajada por terreno más movido, aunque sin pasar de meramente
incómodo.
Y, si
había algún paso algo más complejo, los hitos me llevaron por la vertiente
occidental (derecha) a través de pedreras razonablemente regulares y estables.
Al quedar
atrás la zona rocosa, entré...
... en un
ancho lomo cubierto de un matorral que se había cerrado sobre la senda. Abajo,
veía una pradera en La Gatera.
Al llegar
a ella, una mirada atrás; otra...
... al
oeste, para despedirme de la Sierra de Gistreo, última que se ve a ese lado,
antes de...
...
meterme en el matorral de la izquierda (E). Aquí ya la traza era invisible,
aunque debajo del matorral, se veía la tierra pisada. Con la referencia al
frente de Peña Chana, atravesé el monte bajo hasta dar,...
... a los
pocos minutos, con un camino, que tomé a la izquierda (N), pasando a...
...
atravesar la ladera bajo la cresta del Muxivén. Al principio, esta nueva vía
que seguiría hasta Lumajo, estaba muy bien, pero...
... se
estrechó enseguida, tras pasar una toma de aguas. Aunque aún perceptible, era
muy incómodo seguir la senda, pues el matorral a los lados, que debió de estar
cubierto de nieve hasta hacía poco, seguía tumbado, cruzándose sobre la traza.
Y, según
avanzaba al norte bajo la cuerda antes recorrida,...
... la
cosa no hizo sino empeorar. Aunque, mirando al suelo, se advertía una traza
pisada bastante clara. Supongo que, cuando los arbustos se recuperen, será más
llevadero el paso. Ya muy cerca de Lumajo, mejoró algo la senda, justo antes de
llegar ante un puente sobre el río de la Mozarra. Tras cruzarlo, un buen camino
al otro lado...
... me
llevó a remontar la ribera opuesta, saliendo en el aparcamiento del principio
frente al Muxivén.
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