Corocho de Rocigalgo (1.449)

ASCENSIÓN DESDE LOS NAVALUCILLOS

IDA Y VUELTA POR EL ARROYO DEL CHORRO

El Corocho de Rocigalgo es el segundo pico más alto de los Montes de Toledo, tras las Villuercas, aunque muchos lo creen el mayor, al creer que la cordillera se limita sólo a la provincia que le da nombre. En todo caso, es una montaña de renombre, situada en el área central de la cadena y que reúne las características típicas de esta media montaña castellana. Se trata de un monte formas alomadas pero con abundancia de afloramientos rocosos, altivos y afilados, entre espesos robledales. Aunque las tierras en que se alza esta montaña no se caracteriza por su humedad, el barranco que separa los cordales proyectados al norte es profundo y el agua corre abundante por él, con profusión de lanchares, pozas y cascadas. Otro fenómeno que no es extraño en estas sierras. Aunque relativamente alejado de núcleos de población, el entorno del Rocigalgo está bastante humanizado, por la caza y el turismo, y numerosas sendas facilitan las excursiones.

La ruta, que transcurre por camino, consiste en remontar el Arroyo del Chorro en su integridad, hasta el collado cabecero, para luego remontar la cuerda hasta la cima.

El Corocho de Rocigalgo sobre el tramo superior del Arroyo del Chorro, vistos desde el oeste

SITUACIÓN:

  • Zona: Sector Central de los Montes de Toledo
  • Unidad: Sierra Majana
  • Base de partida: Los Navalucillos (Toledo)
ACCESO: El Aparcamiento de la Cascada del Chorro de Los Navalucillos está situado en el municipio toledano del mismo nombre, en el suroeste de la provincia, al pie de la vertiente norte de los Montes de Toledo. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen al punto de partida de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 746 / 1.449
  • Mi tiempo efectivo: 4h53
  • Mi tiempo total: 5h45
  • Dificultades: Muy fácil. Aunque se trata de un itinerario por caminos, el paso por Las Cornisas, incluso equipado como está, y los varios cruces de torrentes, pueden suponer un obstáculo para algunas personas.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: En el aparcamiento situado en el paraje de Navaldelchorro, tomar el camino, primero pista, luego senda, que remonta el Arroyo del Chorro. Al pasar, desviarse por los correspondientes desvíos para visitar la Cascada del Chorro la Chorrera Chica. Una vez en el Collado del Chorro, girar a la izquierda (NE) y seguir la cuerda, siempre por camino, para alcanzar la cima del Corocho de Rocigalgo. Regresar deshaciendo el mismo itinerario.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Bonita caminata, al alcance de casi todo el mundo que se mantenga en un mínimo buen estado físico y tenga la voluntad de caminar unas cuantas horas. La belleza y variedad de los parajes que se atraviesan durante la subida por el valle no dejarán inconveniente a nadie y sorprenderán a muchos. Respecto a las vistas desde la cuerda, la propia amplitud de ésta las limita, pese a que, por prominencia y situación el horizonte del Rocigalgo es extenso y despejado. Pero es de esos picos que, para tener buenas perspectivas, hay que andar dando vueltas alrededor del vértice.

La ruta, ya lo dije antes, incluye algunos pasos que podrían ser problemáticos. Los vados, cuando el arroyo baje crecido, obligarán a tener cuidado y, a los que no lleven buenas botas, a mojarse los pies. Pero nada más. Respecto al paso por Las Cornisas, salvo que haya hielo y mucho, no debería de presentar ningún problema. En primer lugar, excepto en un sitio puntual que se salva de un solo paso (la entrada desde abajo en la equipada), son anchas. Y, luego, la más expuesta y estrecha está equipada con una cadena, que resulta más que suficiente. Mucha gente pasa sin siquiera tocarla.

Ésta es la manera más habitual de subir al Corocho de Rocigalgo. Es bonita. Como alternativas para no ir y volver por el mismo sitio, están los cordales que cierran el valle por ambos lados, que, además, complementan muy bien, por su carácter panorámico, la ruta del valle. Sólo en el lomo occidental, por las Tejadillas, hay tramos sin senda, pero son bastante cómodamente transitables. Hace años, ya recorrí ambos cordales y, si esta vez subí y bajé por el Chorro, fue por el fuerte viento que habían previsto en altura, y que me encontré en la cima. No estaba el día para cresteos y preferí ir por terreno más protegido. Pero, con una meteorología más amable, aconsejo regresar por una de las dos cuerdas; la Sierra Fría, que tiene camino en todo el recorrido de bajada, o la de las Tejadillas, más agreste.

RELATO GRÁFICO:

Salí del Aparcamiento de la Cascada del Chorro por la continuación de la misma pista que me había llevado hasta allí. Aunque al principio hay algunos cruces, ninguno presentaba dudas, pues tanto la ruta como las cascadas y la cima del Rocigalgo estaban abundantemente señalizadas.

Al poco, mirando atrás desde un alto se veía el cielo despejado sobre la boca del barranco y la vecina Sierra del Horno, donde ya iba dando el sol, lo mismo que...

... en el Risco del Castillazo, que se veía así de bonito.

Luego, la pista se introduce en la garganta y baja para cruzar, por un puente,...

... el cauce, junto al que va un trecho, hasta acabar. Un poco antes, junto a una caseta, dejé el carril por una senda que sale a la izquierda (NE) y a contramano (se ve la barandilla). Tras ganar altura por la ladera, el camino pasó a...

... avanzar más o menos horizontal a través de la vertiente. Alternaba tramos despejados, desde los cuales...

... se veía el torrente, cada vez más bravo, correr allá abajo, con otros...

... entre los robles y el cruce de algún arroyuelo tributario.

En uno de esos trechos boscosos, me encontré con un desvío, bien señalizado, a la derecha (S), que me llevó en pocos minutos...

... ante el Chorro de los Navalucillos. Este tipo de cosas son las que más arriba, digo que sorprenderán a alguno; recuerdo que estamos al sur de la provincia de Toledo.

Volví al camino principal, que, a continuación vuelve a retrepar la ladera. Al final de esa subida, culmina en un espoloncillo, desde el que había esta vista atrás, con el Castillazo asomando por la boca del valle.

A continuación, volví a avanzar en horizontal, por la cada vez más cerrada garganta. Y también rocosa, pues...

... llegaba a otro paraje notable: Las Cornisas. Se trata de una sucesión de paredes que la ruta atraviesa aprovechando cornisas. La más alta (la tercera, creo recordar, aunque no estoy seguro) estaba equipada con una cadena. Como se ve, no era muy necesaria, pero en inviernos más crudos se forman aquí unos heleros que sí la hacen aconsejable; sobre todo, a...

... la vista de lo que hay a la derecha. Bonito lanchar, por cierto.

En fin; después de este pasaje, llegué ante...

... otro desvío a la derecha (S), que baja...

... al cauce, lo remonta un trecho y...

... lo cruza, por el vado menos fácil de la jornada, para acabar...

... ante la Chorrera Chica. Aquí aproveché para almorzar ante de...

... regresar al sendero principal. No me hizo falta volver al cruce; un poco antes, hay un ramal que ataja. Desde este balcón,...

... se sucedían las vistas más o menos vertiginosas, hasta que...

... llevando superadas unas tres cuartas partes del valle, éste pierde angostura y se puebla de vegetación más densa. Aquí, se encontraron de nuevo senda y cauce, que crucé para...

... acabar la remontada por la vertiente izquierda, poblada por un húmedo robledal, del que no salí hasta...

... el Collado del Chorro, en el ancho lomo de la sierra. Aquí, giré con la senda a la izquierda (NE) para...

... acometer la subida final al Corocho de Rocigalgo, por la cuerda.

Al ganar altura, se fueron descubriendo, a mi derecha, los llanos del valle del Guadiana, sombríos bajo las nubes bajas.

Nada ver con el panorama al otro lado, donde un cielo azul dominaba el cordal que limita el Arroyo del Chorro por el oeste.

Al culminar la subida, dejé el camino, que continúa por lo alto de la Sierra Fría, por un desvío a la derecha (NE), tan bien señalizado como todos, que me llevó a la cumbre. Por desgracia, incluso con la plataforma de observación,...

... la perspectiva es mediocre en cualquier dirección, por lo extenso de la cima, como aquí al sur, como...

... por la existencia de puntas secundarias cercanas, como al este, donde la Sierra de San Pablo estaba casi tapada.

Al norte, el cordal de la Sierra Fría y la mole de las Tejadillas tampoco dejaban ver gran cosa a lo lejos. Sólo asomaban las crestas de la Sierra del Castillazo a la derecha de ésta y, al otro lado,...

... el largo cordal Hiruela – Sevilleja. Allí, destacaba el Pico de las Moradas y, a la izquierda, muy brumosas, las Villuercas.

Retorné deshaciendo camino, primero por la cuerda y...

... luego por el barranco, hasta...

... regresar al aparcamiento en Navaldelchorro.

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