Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: Ésta es la
ruta más corta y asequible para llegar al Veleta. Podría decirse que es sosa,
si no fuera por las vistas durante todo el recorrido. El momento ideal es
cuando hay nieve, pero está cerrada la estación, pero eso no es frecuente.
Hay que tener en cuenta
que, aunque esto sea Andalucía, la altitud es considerable y las tormentas
pueden ser fuertes, con mucho frío y vientos brutales. Pero en verano, y lo
digo por experiencia, se da el reverso de la moneda. Pese a estar tan altos, se
alcanzan temperaturas achicharrantes que, junto a la sequedad del aire y la
intensidad de la radiación solar, llegan a provocar trastornos graves; aunque,
en este caso, el remedio es más simple: un buen madrugón.
En suma, que es el exceso
de confianza en que, por latitud, la montaña no será aquí muy dura lo que
provoca más accidentes. Sin embargo, tomando las debidas precauciones, la ruta
está al alcance de senderistas con una mínima experiencia. Y la recompensa al
esfuerzo es magnífica.
Mi intención era haber
seguido la arista de Las Posiciones en la subida, que ya recorrí en invierno
hace más de 20 años y donde entonces, además de unas vistas vertiginosas sobre
el Corral del Veleta, encontré sólo dificultades mínimas. Pero cambié de idea dar,
esta vez, con un verglás durísimo y muy irregular, lleno de setas, que
hubiera hecho peligroso el paso por los lugares más expuestos de la arista. La
inicié, pero bajé a la pista que sigue el trazado de la vieja carretera
enseguida. Una pena, pero hay que ver lo que cambia la misma ruta con el tipo
de nieve.
RELATO GRÁFICO:
Bien
tempranito, dejé las instalaciones de Hoya de la Mora, con...
... la
vista puesta en la cima del Veleta, que asomaba al sureste, por encima de un
lomo ancho y suave.
La
vertiente se mantenía en sombra, mientras, a mi espalda, el sol iba terminando
de inundar la Vega de Granada.
Ya desde
el inicio, las vistas eran amplias. A mi izquierda, el horizonte se quebraba
con la Sierra de Mágina y el complejo de Cazorla-Segura, donde se llegaba a
distinguir el pico de La Sagra.
Más
cerca, de la propia Sierra Nevada llegaba a ver el Pico del Cuervo.
Procurando
mantenerme sobre la nieve, pues llevaba los crampones desde la salida, seguía
loma arriba, encontrando y dejando continuamente el trazado de la carretera.
A mi
derecha, más allá de las pistas de esquí y los remontes, se descubrió el cordal
de los Tajos del nevero y el Tozal del Cartujo.
Ya
bastante arriba, una mirada atrás. Como se ve, este lomo noroeste del Veleta
presenta pequeños subibajas.
Poco a
poco, junto a la cima del Veleta, fueron asomando otras puntas sobre el ya
cercano horizonte del lomo, al llegar al cual...
... se
abrió a mis pies el tajo del Barranco Guarnón, al otro lado del cual...
...
asomaba sobre una loma el cordal de la sierra más allá del Veleta.
Impresionantes
las caras norte de Mulhacén y Alcazaba.
En lo
alto, el barranco se cierra en el Corral del Veleta.
Al otro
lado, el terreno caía más suavemente hacia Borreguiles. Lo más fácil para
seguir hacia cumbre sería bajar un poco para seguir a continuación, a la
izquierda, la pista de esquí que sigue el trazado de la carretera. En vez de
eso, preferí...
... disfrutar
del panorama impresionante de la cara norte del Veleta desde la arista, tal y
como había hecho 24 años atrás.
Aunque
vertiginoso, el filo presenta sólo dificultades mínimas y, casi siempre,
evitables. Tampoco es empinado. Pero el problema fue que, en vez de la nieve
dura que encontré la otra vez, ahora, bajo una fina capa de polvo, lo que había
era un verglás durísimo e irregular, lleno de setas, donde los crampones no
clavaban bien. Así que no debía llevar ganados ni 40 metros cuando decidí ir
por el flanco derecho, aprovechando...
... las
huellas de alguien a quien debió de pasarle lo mismo para, al menos, no perder
cota. Pero tampoco la progresión por aquí, con una mediana pendiente lateral y
el hielo también muy duro, era cómoda. Y más cuando la huella se acabó sin más
en plena pala.
Entonces
decidí dejar de complicarme la vida y descender a la pista, que iba unos 40 m
metros por debajo de mí, para seguirla a la izquierda (S).
Al
contornear el monte, fue descubriéndose más de los Tajos de la Virgen y el
Nevero. También las pistas de Borreguiles.
Procurando
no meterme en terreno de los esquiadores, al llegar ante un remonte, dejé la
carretera por la izquierda (SE) para subir directamente por el pasillo entre el
mismo y una pista de esquí. Aquí encontré la pendiente un poco más intensa de
la jornada, pero todavía menor de 30º, que se mantuvo durante unos 100 m desnivel.
Llegando
a la caseta superior del telesilla, ya sobre la Carihuela del Veleta, que veía
a mi derecha, giré al otro lado (E) y crucé la pista para...
... acabar
la ascensión remontando la cara occidental del pico. Ésta se presentó como una
pendiente de hielo, duro, pero más regular y uniforme que la arista. Había que
patear fuerte para clavar los pinchos, pero era seguro. Respecto a la
pendiente, era ligera en general, pero se superaban los 30º en varios tramos
cortos. Aunque iba viendo el hito y la caseta de la cima, llevado por el
terreno, salí a...
... la
arista noroeste,...
... un
poco por debajo de la cima del Veleta. Una vez junto al hito,...
... se
abría al suroeste la cuenca de Borreguiles entre la cuerda que va al Cerro del Caballo
y la Loma de Dílar. La atmósfera turbia, por desgracia, no dejaba ver casi nada
más allá de la sierra; sólo las sierras orientales de Málaga (Tejera y
Almijara) llegaban a distinguirse. Girando a la izquierda,...
... la
cuenca de Poqueira, hasta entonces invisible, con las Alpujarras más allá. Hoy,
a diferencia de lo que recordaba de otras ascensiones invernales, sólo podía
adivinar el mar y, de África, nada. Por encima de esta vertiente,...
... el
cordal principal de la sierra se proyectaba afilado hacia los picos del
Mulhacén, Alcazaba, Puntal de Vacares... hasta el Cerro Pelao, curiosamente
libre de nieve.
Al
noreste, el Barranco Guarnón a mis pies y, en el horizonte, unas sierras de
Mágina y Cazorla - Segura más borrosas con el avance del día. Continuando la
vuelta, las arista de Las Posiciones y...
... el
ancho lomo que cae hasta la Hoya de la Mora enmarcando, junto con la Loma de
Dílar, el valle del Monachil.
Tras un
buen rato en cumbre, pues no llevaba prisa y el ambiente era agradable, inicié
el regreso bajando, más o menos por el mismo camino de subida. Primero al suroeste,
hacia la Carihuela, para luego ir derivando a la derecha (O), bajar paralelo al
remonte e...
... incorporarme
a la pista que va sobre la carretera para rodear el monte por su vertiente
occidental.
Pasando
cerca de las Posiciones, pude ver por última vez la Alcazaba y el Mulhacén,
antes de girar a la izquierda (NO) y,...
... dando
la espalda a la cima,...
...
descender por el lomo noroccidental hasta la Hoya de la Mora.
Poco
antes de llegar, pasando a la altura de la Virgen de las Nieves, mirada de
despedida al Veleta.
Comentarios
Publicar un comentario