Croquis
de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH
COMENTARIOS: La ruta de
subida es el itinerario más sencillo para subir al Zapatero desde el sur,
mientras que la bajada transcurre por su alternativa para hacer la ruta
circular. Pero si se va y vuelve por el Portacho del Cuchillo, la escasa
dificultad que se encuentra en la primera parte de la bajada desaparece. La
ascensión a la cumbre de la Sierra de la Paramera por este lado es, en mi
opinión, más bonita y entretenida que desde el norte. Se incrementa el esfuerzo,
pero es llevadero; y, la dificultad, escasa por un lado, el nula por la parte
del Cuchillo.
El día que realicé la
ascensión pisé nieve, pero no necesité emplear material por su consistencia y,
sobre todo, la existencia de una buena huella. Pero tampoco puedo decir que su
presencia no influyera, pues la pendiente alcanzó puntualmente los 30º en
algunos pasos contorneando los riscos entre el del Cuchillo y el del Sol, así
como bajando del Zapatero. Si hay nieve en esta ruta, aunque sean pocas
manchas, hay que ir bien calzado, como mínimo, para no arriesgarse a un
resbalón inoportuno. La nieve persiste más y, encima, se endurece en las
umbrías abrigadas, que coinciden con los pasos más escabrosos de la ruta.
Por último, dado que casi
toda la dificultad, así como el paso más duro, están en el descenso del
Zapatero, quizás fuera más conveniente realizar la ruta al revés, para pillar
todos esos pasitos en subida.
RELATO GRÁFICO:
De los
varios caminos que se unen en el Collaíllo, sobre el pueblo de Navandrinal,
comencé a caminar por el que desciende al norte, frente al Risco del Cuchillo y
Peña Cabrera. A los pocos metros, la pista se dividió en dos y giré a la
izquierda (O) para...
... bajar
a cruzar el cauce de la Garganta del Zapatero, dominada por la cresta de la
sierra, donde el Risco Redondo destacaba más que la cumbre misma del Zapatero.
Una vez
en la otra orilla, dejé el carril por otro camino peor que sale a la derecha
(NE) y se encamina a la sierra.
Después
de vadear un segundo torrente, el carril acabó y yo continué girando a la izquierda
(N) para encarar la ladera, siguiendo trazas de ganado y algunos hitos.
Avanzaba
entre muretes y, aunque no había senda, se caminaba bien por esta pendiente
suave y despejada, mientras iba viendo asomar el pico de La Joya al fondo de la
garganta, a mi izquierda.
Al ganar
altura, se fue descubriendo a mi espalda la Sierra del Valle.
Al llegar
a un rellano, hacia los 1.450 m de altitud, me encontré pisando una senda
estrecha, pero bien marcada, que me llevó a continuar la subida en una diagonal
a la derecha (NE), directo hacia el Portacho del Zapatero. Caminaba ahora bajo afilados
riscos y...
...
frente a la Peña Cabrera, que se alzaba al otro lado del barranco.
Pasando
junto al canto del Cuchillo, me detuve a mirar al sur. Junto a la Sierra del
valle, se llegaba a ver ahora un amplio segmento del cordal principal de
Gredos, incluyendo las crestas del Circo. Llamaba la atención, el Torozo, por
su aislamiento y abundancia de nieve, pese a ser más bajo que sus vecinos.
Otra
mirada a la Peña Cabrera, ya al ir a alcanzar...
... el
Portacho del Cuchillo, desde donde hubiera descubierto, al norte, el Valle de
Amblés, si la extensión del collado no hurtara la perspectiva. Aquí, giré a la
izquierda (O) y, dejando la senda que venía siguiendo, busqué...
... otros
hitos que marcan una subida diagonal paralela a la cuerda por la vertiente
septentrional. De hecho, empecé a subir sin encontrarlos, pues el terreno,
regular y despejado, era cómodo.
Pronto,
puede disfrutar de otra perspectiva más de la Cabrera.
Tampoco
tardé en encontrar los hitos de marras. No había traza, pero tampoco la eché
mucho de menos. Sí se marcaban huellas en las manchas de nieve. No eran muy
necesarias, pues la consistencia era como de alfombra: sólo con mi peso, hundía
justo las suelas.
Con la
altura, se fueron descubriendo abajo algo más del Valle de Amblés y la modesta
Sierra de Ávila.
También,
más lejos, mirando atrás, el Guadarrama se extendía por el horizonte.
Los hitos
me llevaron a flanquear por el norte (derecha) el Risco del Cuchillo, por una
terraza al pie mismo de la roca. Aunque no lo parezca, los últimos metros hasta
ella transcurrieron...
... por
una pala de nieve algo más dura (véanse las huellas que hice pateando), que no
llegó a 30º, pero ya se acercaba. Salí a...
... una
repisa u hombro al pie del Risco del Cuchillo, desde donde puede ver el
siguiente, el Risco del Sol y, detrás, asomando apenas y casi indistinguible
sobre Cancha Morena, el Pico Zapatero. Los hitos, tras este toque en la cuerda,
me volvieron a la vertiente norte para...
...
flanquear un breve crestón (2.031). Algunos pasos, como éste, resultaban
delicados por la pendiente lateral, que aquí sí que llegó a superar ligeramente
los 30º. Bueno, o lo hubieran sido sin la estupenda huella que seguía.
Una vez
pasada la zona movida, volví a la cuerda, desde donde, mirando atrás, se veía
así el Risco del Cuchillo.
El
siguiente crestón (2.031) lo pasé por el sur, por terreno de bloques sin
dificultad, pero movido.
Salí a
otro amplio collado, ahora sí, ante el Risco del Sol, que rodeé por la
izquierda; concretamente, lo hitos me llevaron justo por debajo de esos dos
cantos que se ven bajo la cima.
Mirando
arriba, se ve la pared que me dominaba y, atrás,...
... una
espectacular perspectiva del Cuchillo.
Tras
acabar de rodear el Risco del Sol, tenía ante mí la suave pendiente de nieve
que me llevaría a lo alto de Cancha Morena. Único pico secundario que la senda
no evita, por un motivo obvio: es más sencillo por arriba que flanquear.
Reconozco
que no me entretuve en encaramarme al bloque cimero. Eso sí; al pasar junto al
mismo, me volví a contemplar la cresta al este, ante de...
...
atravesar el último collado y acometer la subida a la cima del Zapatero. Cuando
hay más nieve, es aconsejable subir por la tira blanca que se ve a la derecha
de la arista.
Pero,
este día, como se ve por las huellas, era mejor ir al sur de la cuerda, por
donde marcan los hitos, pues el inicio nevado es suave y, luego, cuando...
... el
terreno se empina, al estar los bloques libres de hielo, no plantean ningún
problema. Alguna superación en que había que ayudarse de las manos (I).
Desde la
cima del Zapatero, por fin podía verse el Valle de Amblés en toda su longitud.
Y, pese a que la atmósfera no estaba muy clara, llegaba a distinguirse a lo
lejos, a la derecha, las crestas de Guadarrama, con...
... los
perfiles de Peñalara y la Maliciosa perfectamente identificables. Siguiendo con
el giro en esa dirección,...
... el
cordal que acababa de recorrer y los Carramales más allá.
Al sur,
al otro lado del Valle del Alberche, el macizo oriental de Gredos, del Pico
casillas al Torozo, donde destacaba por su...
...
altivez el Cabezo de Mijares.
Para ver
bien al oeste, hube de bajar del vértice, cruzar una depresión y encaramarme a
otros bloques, desde los cuales sí se ve el cordal que me quedaba por recorrer
hasta el Portacho del Zapatero. Sobre éste se veía la Joya, enmarcada por el
Circo de Gredos, la Sierra de Candelario y la Serrota. Entre éstos,...
...
contrastaba vivamente el carácter alpino de los alrededores del Almanzor con...
... las
formas achaparradas de la Serrota.
Como la
caída al oeste de la cumbre es un gran desplome casi vertical y liso, para
iniciar el descenso, volví al pasillo entre cantos y lo recorrí al este (izquierda
en la foto, tomada desde el vértice), hasta ver, a mi derecha (S),...
... este
bloque y meterme por debajo. Es más estrecho de lo que parece: para pasar, hube
de quitarme la mochila. Al otro lado,...
...
destrepé esta chimenea inclinada (I+) de 4 ó 5 metros, aterrizando...
... sobre
una repisa, que recorrí hacia la derecha (O), teniendo que trepar un poquito
(I) al ir a cruzar la cuerda.
Según
llegué a la vertiente septentrional, volví a girar a la izquierda (SO) para
bajar por una sucesión de cortos destrepes fáciles (I) y neveros de pendiente
moderada (30º). Por aquí, no había huella, pero la nieve estaba ya algo más
blanda y tampoco necesité usar el material.
Perdidos
unos 50 metros, llegué a un rellano, donde pareció acabarse la dificultad. Pero
no fue así.
A los
pocos metros, una nueva caída en la cuerda, que los hitos me llevaron a evitar
por el lado sur (izquierdo), teniendo de nuevo que afrontar otros cuantos
destrepes (I), pero ya sin nieve. Al final acabé en otro rellano de hierba,
desde donde, mirando atrás, se ve...
... así la cima del Zapatero y, a partir del
cual, ya se trató ya sólo de caminar y con senda.
Comentarios
Publicar un comentario