Como
tantas otras veces, comenzamos a caminar bien temprano por el camino que, desde
el aparcamiento de la Plataforma de Gredos, se dirige a la Laguna Grande,
primeramente remontando la Garganta de Prado Puerto;...
...
luego, atravesando el Prado de las Pozas y ascendiendo por el lomo de Los
Barrerones, al trasponer el cual,...
...
aparecieron las crestas del Circo, con el Almanzor, a la derecha, y la Galana,
centrada.
Luego, se
descubrieron la parte baja del Gargantón, bajo la Cabeza Nevada y...
... el
Circo de Gredos, con la Laguna Grande en su fondo. El camino nos dirigió hacia
allí,...
...
rodeando la masa de agua por la izquierda.
Dejada
atrás la laguna, seguimos bordeando la orilla y...
...
cruzamos el torrente que la alimenta hacia el Refugio Elola. De la espalda del
mismo salen varios itinerarios señalizados con hitos. Tomamos el que, hacia el
noroeste, apunta al Ameal de Pablo, en el extremo izquierdo de la cresta que se
ve detrás. También se distingue, bajo el risco, la tira, un poco más verde, de
la Canal de los Geógrafos.
Aunque
sin senda, el terreno no era malo; una mezcla de prado y pedreras estables de
mediana pendiente.
Llegamos
a un rellano, que atravesamos hasta...
... salir
por un paso estrecho. Dejando el agua a la izquierda los hitos nos llevaron por
una sucesión de gradas y...
...
placas tendidas que nos permitieron superar el resalte sin prácticamente apoyar
las manos, mientras el ambiente en torno nuestro era cada vez más espectacular.
Salimos a
un segundo rellano, del que salen dos canales que abrazan el Ameal de Pablo.
Tomamos la de la izquierda, que es la de los Geógrafos. Aunque empinada, es
predominantemente herbosa y no presenta obstáculos.
En lo
alto del tubo, mirando atrás, podíamos ver el Morezón y el Cuchillar de
Cerraíllos sobre la cabecera de la laguna.
A nuestra
izquierda, apareció el Almanzor.
Continuamos
rodeando el Ameal, ahora por terreno más tendido, hacia la horcada de la Punta
Esperanza, pasada la cual...
...
pudimos ver el Cuchillar de las Navajas y...
... La
Galana; estábamos en...
... el
Venteadero, al pie del Ameal de Pablo. Dando la espalda a este risco,...
... continuamos
hacia el cordal principal de la sierra, del que nos separaba una empinada
pedrera, afortunadamente atravesada por una decente traza que sube en diagonal
de derecha a izquierda. Casi se la distingue por las piedras más amarillentas.
Al ganar
altura, se iba ocultando el Almanzor tras el Cuchillar de Ballesteros.
Al llegar
a la Portilla del Venteadero, apareció al otro lado la continuación de Gredos
al oeste, por la Sierra Llana, aunque la turbidez de la atmósfera apenas dejaba
distinguir nada. Girando a la derecha (N), continuamos...
... por
la cuerda, hacia la cumbre, caminando por el pedregal que, al principio, era
ancho y suave.
Al
desplazarnos, podíamos ver abajo la Garganta Tejea, difuminada como todo a ese lado.
Luego, el
lomo se empinó y se hizo algo más incómodo, mientras dejábamos de lado el Risco
del Gutre y...
...
pasamos a la vertiente derecha, la del Gargantón, para evitar una prominencia
por una repisa de bloques antes de...
...
encontrarnos ante la cumbre. Aquí se pueden ver los dos tercios finales de la
trepada a la cima: la zona de bloques y la entrada a la travesía por la
vertiente de Cinco Lagunas. Bajando la vista,...
... la
placa inicial por la que se sale de la Muesca. Para bajar a ella, hubimos de
destrepar brevemente...
... un
muro vertical escalonado (II-). Ya en la brecha, a un lado, el Ameal de Pablo y
el Cuchillar de las Navajas. Al otro,...
... los
Riscos del Gutre.
En fin;
estábamos treinta metros bajo la cumbre y, para llegar a ella, comenzamos por
superar una placa empinada, pero con bastante apoyo, rematada por un resalte
vertical, lo suficientemente bajo para superarlo de una vez (II+).
Luego,
encontramos una zona de bloques escalonados, con apoyos de sobra (II-), en lo
alto de la cual pasamos a la izquierda para rodear un par de cantos
verticales...
... por
una repisa diagonal, suficientemente ancha para un paso cómodo (II), sobre
la...
...
vertiente de Cinco Lagunas. Aquí, mirando atrás al salir. Ya sólo quedaba
encaramarnos al bloque que teníamos detrás.
Desde lo
alto de la Galana, más allá del Portillo del Venteadero y el lomo por el que
habíamos llegado, el Almanzor entre los cuchillares de Ballesteros y las
Navajas. Volviéndonos a la izquierda,...
... la
cresta que forman el Cerro de los Huertos, Risco Moreno y el Ameal de Pablo,
por delante del Morezón y la Mira.
Al norte,
se proyecta un cordal hasta Cabeza nevada, más allá de la cual se adivinaban,
más que verse, las Parameras. Siguiendo con el giro,...
... la
mayor de las Cinco Lagunas, bajo el Meapoco, el Fraile y...
... los
Riscos del Gutre.
Y
acabamos la vuelta con este nebuloso panorama al sur, donde solo destaca el
Alto del Horco, por encima del pico del Joral.
Para
regresar, comenzamos deshaciendo camino, por la Muesca y...
... la
Portilla del Venteadero hasta el rellano bajo el Ameal y la Galana, que ahora
atravesamos al norte para pasar entre ambos.
Esto nos
permitió disfrutar de unas perspectivas de vértigo, tanto de la Galana como...
... del
Ameal y compañía antes de...
...
meternos en el abrupto tubo del Gargantón. La bajada es empinada e incómoda al
principio. Incluso siguiendo los hitos, hubimos de superar cortos destrepes
(I).
Teníamos
la alternativa, que conocía de otras veces, de haber bajado por una tira de
nieve que había en el lado izquierdo, el de la Galana, de la canal. Pero, como
no nos lo esperábamos, ni las botas ni el equipo que llevábamos eran adecuados
para descender por con seguridad su pendiente, que supera los 45º en la parte
media. Y menos con la nieve como estaba, muy húmeda y resbaladiza.
Eso sí,
en el resalte más importante nos encontramos una cuerda con nudos, que nos vino
bien, más que por la dificultad (II), por el hecho de estar la roca mojada.
Tras el paso, tuvimos que bajar inevitablemente por nieve, aunque un tramo...
... más
corto y menos empinado. Aquí se ve el tubo grande a la derecha (la opción buena
si hubiéramos llevado un piolet) y la pala bajo el estrechamiento del resalte
(30 m, 30º), que bajamos resbalando más que caminando y con alguna culada.
Luego, el
terreno se tiende, aunque continúa siendo incómodo por pedregoso.
Según nos
acercábamos a Cabeza nevada, mejoró en una zona de grandes lajas de roca en que
se alternaban remansos y...
... pequeñas
cascadas.
En parte final
del descenso antes del Prado del Gargantón, volvimos a sufrir una bajada
empinada e incómoda, por hierba y cantos.
Una vez
abajo, nos volvimos a contemplar el Gargantón. Mucho más agradable de pasar en
invierno (y con equipo adecuado).
A continuación,
buscamos en la hierba el trazo, no muy claro, de la senda que baja de la
Portilla del Rey y que, tomada a la derecha (SE), nos llevó a ganar una horcada
(2.075) bajo el Risco Negro.
Mientras
subíamos, podíamos ver la Garganta de Gredos: ya quedaba menos.
Desde el
collado, volviéndonos, Cabeza nevada sobre la Pradera del Gargantón.
Al
cambiar de vertiente, descubrimos la cresta del Circo de Gredos sobre la Laguna
Grande. La senda nos llevó al desagüe, que...
...
cruzamos fácilmente. Poco después,...
... a
cierta altura sobre el fondo del circo, dimos con...
... el
camino de la Laguna, que tomamos a la izquierda (N) para subir hacia los
Barrerones. Ya sólo quedaba deshacer camino hacia la Plataforma.
Llegando
a los Barrerones, una última mirada al circo y...
... a la
Galana, antes de...
...
descender, con la Mira ante los ojos, hacia el Prado de las Pozas y la
Plataforma.
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