El Pelado (2.219)

ASCENSIÓN DESDE NAVALGUIJO

CUERDAS DEL PRADO CAMPO Y EL CAMPILLO

El Pelado es un pico secundario del Macizo Occidental de Gredos, que se alza rematando el brazo oriental del circo del Corral del Diablo. Si bien desde Navalguijo aparece como una impresionante pirámide, en realidad no es sino un modesto bulto redondeado visto desde las lomas que convergen en él. En este sector, no se encuentra el carácter alpino de los circos de Gredos o Cinco Lagunas, pero se trata de una zona silvestre y apartada, de largas gargantas abiertas entre laderas empinadas de pasto y matorral. Es cierto que las crestas son suaves y anchas pero el entorno es grandioso y solitario y, abriéndose paso por las trochas perdidas, se tiene la permanente impresión de estar muy muy lejos.  

La consiste en crestear la cumbre en un recorrido circular que usa de guía las cuerdas que rodean la Garganta de la Lanchuela, que desciende del Pelado a Navalguijo.

Los dos Pelados vistos desde el este, con la Cuerda del Campillo cruzando la imagen por debajo de las cimas

SITUACIÓN:

  • Zona: Sector Principal de Gredos (Sistema Central)
  • Unidad: Macizo Occidental
  • Base de partida: Navalguijo (Ávila)
ACCESO: La población de Navalguijo pertenece al municipio abulense de Navalonguilla, situado en el extremo suroeste de la provincia, al pie de Gredos, entre el Macizo Occidental y la Sierra Llana. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen hasta el lugar de inicio de la ruta en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.195 / 2.219
  • Mi tiempo efectivo: 6h35
  • Mi tiempo total: 7h29
  • Dificultades: Muy fácil. La mitad de la ruta transcurre por terreno sin marcar, con mucha pedrera y zonas de matorral cerrado. El inicio, entre cercados y barrancos a través de bosque, es confuso.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Dejar Navalguijo remontando la Garganta de San Miguel. Al dar con una senda horizontal, tomarla a la izquierda (S), pasando a atravesar la ladera y entrando en la Solana del Pajonal. Cuando el camino desaparece junto a un gran hito, a la entrada de un prado, girar a la derecha (N) y remontar la pendiente, intentando reducir al mínimo el paso por piornal, hasta alcanzar la Cuerda del Prado Campo. Seguirla a la izquierda, por terreno incómodo de monte bajo y pedreras, hasta la cima de El Pelado.

Continuar por el lomo del cordal al sur hasta el vecino Pelado Bernardo. Girar allí a la izquierda (E), bajando, siempre por terreno muy incómodo que ralentiza la marcha, hacia El Picario. Allí, el lomo se divide en dos; tomar el de la izquierda (NE), llamado Cuerda del Campillo, hasta la linde de un pinar. Al rodearlo por el este (derecha), se llega al extremo de una pista. Seguirla dejando de lado sucesivos desvíos hasta el Aparcamiento Laguna de los Caballeros, desde donde un carril de cemento conduce de vuelta a Navalguijo.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Ruta solitaria, visualmente bonita y sin dificultades técnicas, pero muy incómoda y con una zona de orientación compleja al principio. Buscaba una alternativa a la ascensión al Pelado por el fondo la Garganta de la Lanchuela y se me ocurrió seguir los dos lomos que la abrazan. De hecho, mi intención inicial era haber alcanzado la cuerda de Peña Lengua desde la entrada a la Solana del Pajonal; pero el matorral estaba demasiado cerrado. De todas formas, como el lomo de la Cumbre del Cuchillar y la Cuerda del Campillo están cada año peor de matorral, tampoco el incremento de incomodidad es mucho mayor.

En fin; supongo que es el precio que hay que pagar por la tranquilidad de salirse de las rutas trilladas. Porque no sólo este pico o esta ruta son solitarios; en todo el Macizo Occidental, en cuando uno se sale de la Covacha y las gargantas de Galín Gómez y los Caballeros, la soledad está garantizada.

RELATO GRÁFICO:

Desde la entrada a Navalguijo, comencé a caminar junto al cauce de la Garganta de San Miguel, remontándola por esta acera y cruzando el puente para continuar por senda. Pero, cuando ésta entró en los árboles del fondo,...

... se perdió la traza. Proseguí ladera arriba, por una zona confusa de cercados y caminos que aparecían y desparecían. Procuré ir paralelo al barranco y así, al rato, di con...

... una senda estrecha pero clara, que cortaba la ladera. La tomé a la izquierda (S) y no tarde en salir del bosque y, doblando el lomo que baja de Peña Lengua, entrar en la Solana del Pajonal, desde donde podía ver ya la cumbre. Fui atento a la derecha, a ver si podía ganar dicha cuerda, pero no vi manera.

Así, continué por la senda, metiéndome en la Garganta de la Lanchuela, ganando altura muy suavemente, mientras...

... la iba remontando a media ladera, por...

... una senda estrecha, pero suficiente para atravesar el monte bajo con comodidad. Aunque, de vez en cuando, tuve de apartar las ramas de los arbustos con las manos.

A la altura del rocoso cóncavo de la Lanchuela, que se abre bajo la cima del Pelado,...

... acabó el caminillo junto a un hito de buen tamaño, a la entrada de un prado. Al salir del matorral, giré a la derecha (N) para...

... ascender directamente por la ladera despejada.

A mi derecha, podía ver la Sierra Llana por encima de las gargantas.

Cuando aún faltaba un trecho para la cuerda, llegué al matorral. A la izquierda (SO), vi unas bandas de hierba y me fui por ellas, rodeando el cabezo más cercano en busca del...

... siguiente collado (1.835), donde alcancé la Cuerda de Prado Campo, que me conduciría a la cumbre.

Ésta es ancha y suave pero muy incómoda; de hecho, llegué a caminar sobre el murete para evitar el matorral. Mientras, podía ver a la derecha el Pico del Corral del Diablo y, mirando atrás,...

... la Sierra de Candelario y...

... la prolongación del cordal al norte.

A la izquierda, la Garganta de la Lanchuela, que va a desembocar en la de los Caballeros y la Sierra Llana más allá. Por cierto, que sobre ésta asomaba muy ligeramente la cresta del Circo de Gredos.

Al ir avanzando y ganando altura, las pedreras fueron ganando terreno al monte bajo. Un alivio, pues, aunque irregulares... 

... eran muy estables. Llegando a lo alto de una primera prominencia (2.031), podía ya ver, a mi espalda, la llanura charra al fondo.

Vino a continuación un tramo con canchos donde hube de pisar con cuidado, pero sin llegar a usar las manos.

Luego, otro poquito de matorral y pedrera antes de...

... ceder la pendiente y encontrarme ante la cima del Pelado. Desde ahí, a la derecha,...

... una estampa impresionante: el Corral del Diablo. De ahí desciende,...

... la Garganta de Galín Gómez, cuyo fondo no se llegaba a ver. Tampoco era buena la perspectiva de la Sierra de Candelario.

Al norte, la llanura se extendía más allá de la Cuerda de Prado Campo y, al este...

... la Sierra Llana y el Cancho.

Cerrando el Giro, el Pelado Bernardo, por donde continuaría la marcha, caminando por un lomo más cómodo.

Desde esa segunda cima, se llegaba a ver asomar ligeramente la Covacha sobre el lomo del Pico del Corral del Diablo.

La anchura de la cuerda no dejaba ver el fondo de la Garganta de los Caballeros, pero sí una buena perspectiva de la cara norte del Cancho. Inicié el descenso girando a la izquierda (E) para...

... recorrer la Cumbre del Cuchillar. Se trata de un lomo ancho y más bien suave, donde volvían a mezclarse el matorral espeso, alto y enmarañado con pedreras, menos estables que las de antes. Creo que el nombre no se debe a la cuerda sino a...

... esto que tiene debajo.

Perdidos unos cien metros de desnivel, a partir de esta casi imperceptible cota, el terreno se agudizó y empinó. Sin plantear dificultades técnicas, la progresión se hizo aún más incómoda.

Al menos, las vistas eran hermosas, tanto a un lado...

... como al opuesto.

Vinieron también unos canchos, que rodeé por donde mejor me pareció. Pues, salvo aquél de hace un par de fotos, no había más hitos ni rastros de paso.

A la izquierda, otra vista de las vertientes del Pelado.

Luego, llegando a la cota 2.000, el matorral se adueñó de la cuerda hasta el Picario, que es el último bulto que se ve. Puedo asegurar que aquí había una senda, mala, pero senda, hasta hace menos de diez años. Este día, ni rastro; y, si quedan hitos, deben de estar por debajo de las escobas, que no bajaban del metro y medio. Delicias de Gredos.

Bueno, a veces, sí que di con algún rastro de animales (de hecho, levanté un par de ciervos y perdí la cuenta de las cabras). Lo malo es que tendían a abandonar la cuerda antes de lo que yo quería. Me consolaba mirando al Cancho.

Bueno, tampoco fue tan malo. Lo menos diez minutos antes de llegar al Picario, comencé a encontrar zonas de hierba.

En este hombro, se divide el lomo y, dejando de lado el que prosigue cayendo hacia la Garganta de los Caballeros, giré a la izquierda (NE) para...

... seguir la Cuerda del Campillo. Ésta comenzó por una bajada muy empinada por pedrera, seguida por...

... un matorral mucho más llevadero que lo pasado. 

Además, aquí encontré un trazo, estrecho pero razonablemente claro, que me llevó a la linde de un pinar. Rodeé lo árboles por el este (derecha) y, al otro lado, encontré...

... el inicio de una pista que descendía al oeste. La tomé, teniendo al principio, ante los ojos, el Pelado. Luego, el carril fue haciendo lazadas, perdiendo altura suavemente.

Dejé de lado varios desvíos, todos indudables como éste, hasta llegar al “Aparcamiento Laguna de los Caballeros”

Allí, la pista se hizo de cemento y continué por ella. Caminaba ahora paralelo a la Garganta de los Caballeros, por un entorno cada vez más humanizado, viendo a mi izquierda el Pelado y...

... a mi derecha, la Cabeza del Tormal.

Cuando la pista se bifurcó, seguí por la izquierda (N) y, enseguida, llegué a la entrada de Navalguijo.

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