La Mesa (2.163)

INVERNAL DESDE EL EMBALSE DE PAJARES

POR LA CARA ESTE Y BAJADA POR LA COLA

La Mesa culmina la Sierra Cebollera, la más oriental de las que forman la larga alineación sur del sector riojano de la Cordillera Ibérica. Pese a esa condición, no es una cima precisamente altiva; como es habitual en la zona, sus vertientes son suaves, incluso donde están excavadas por los antiguos glaciares, y están cubiertas por extensas masas forestales, que dejan sitio al matorral rastrero y el pasto cerca de las crestas. Éstas tampoco son muy agrestes, sino más bien amplias y suaves; tanto, que a veces se pierde totalmente la sensación de estar en cresta. El nombre de este pico no es casual y se ajusta bien a su forma: en la cima se podría jugar al fútbol sin agobios. Todo esto, por otro lado, no quita un ápice al atractivo natural y paisajístico de esta montaña, situada en medio de una de las mayores masas forestales de la península y dominando un horizonte despejado que abarca desde el Pirineo al Sistema Central; un lujo.

La ruta comienza remontando el curso del Río Lumbreras hasta llegar al pie del lomo que baja de la cara este y subir ya directamente hacia la cima. Para regresar, se recorre el cordal, primero al SO y, una vez en la divisoria serrana, al este, hasta el arranque de la loma que baja hasta La Cola, por lo alto de la cual que vuelve al punto de partida.

La Mesa y el Pico Verde desde la orilla del Embalse de Pajares

SITUACIÓN:

  • Zona: Sierras de Neila, Urbión y Cebollera (Cordillera Ibérica)
  • Unidad: Sierra Cebollera
  • Base de partida: San Andrés (La Rioja)
ACCESO: El Embalse de Pajares se encuentra en el sur de La Rioja, al pie de la vertiente septentrional de la Sierra de Cebollera, concretamente a la bajada del Puerto de Piqueras. La población más cercana es San Andrés, perteneciente al municipio riojano de Lumbreras de Cameros. La ruta parte del prado donde confluyen el Arroyo de la Vieja y el Río Lumbreras, cerca de la cola sur del embalse, al cual se accede, desde la carretera que baja del puerto, al cabo de 5,7 km de pista en excelente estado. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen hasta allí en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.249 / 2.163
  • Mi tiempo efectivo: 6h49
  • Mi tiempo total: 8h50
  • Dificultades: PD- (condiciones del día: nieve medianamente consistente o blanda, con espesor máximo de 30 cm, durante casi toda la ruta). Pendientes de nieve de hasta 45º. Una pequeña trepada de muy poca dificultad (I+) en el resalte de La Mesa y crestón de bloques incómodo, con algún apoyo de manos, en los Altos del Haigal. El resto, por caminos o terreno despejado e indudable.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Salir de la confluencia del Arroyo la Vieja con el Río Lumbreras por la pista que sale al oeste y remonta el curso de este último por la orilla derecha. Tras cambiar de vertiente, en un cruce ante un torrente, dejar el carril por un camino que sigue recto (SO), subiendo por lo alto de un lomo. Cuando se esfuma, continuar pendiente arriba, pasando por el rellano de las Lagunas de La Gamella antes de acometer la remontada de la cara oriental de La Mesa (F+).

Seguir la cuerda a la izquierda (SO) hasta el pico sur (2.162) y, a la bajada del mismo, girar a la misma mano (S) para atajar hacia el Alto de la Laguna, en el cordal principal de la sierra. Seguirlo a la izquierda (E) hasta sobrepasar el Alto de las Setecientas y encontrar el entronque de la siguiente loma de La Cola, que cae a la izquierda (E). Girar para seguirla, regresando tras prolongado descenso por la cuerda al Arroyo La Vieja.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Hermosa ruta invernal, en general asequible, aunque con un momento de emoción al sobrepasar el resalte que corona la cara este de La Mesa. Sobre todo, si, como fue mi caso, las condiciones de la nieve no son buenas; la trepada es corta y fácil, pero con nieve fresca cubriendo los apoyos, hay que poner cuidado para no llevarse sustos (o algo peor). También influyó esto en el tiempo, ralentizando mi ritmo de progresión. Además, tampoco me esperaba que el tramo entre el Alto de la Laguna y el de Setecientas fuera tan lento, consecuencia esta vez de un terreno pedregoso sin traza de paso, muy incómodo. Por último, reconozco que mis cálculos fueron optimistas; por un lado, salí algo más tarde de lo que hubiera podido y, por otro, me entretuve mucho en la cresta, disfrutando del entorno y las vistas, con lo que llegué al coche cuando ya caía la noche.

Por lo demás, la excursión es muy bonita, tanto por la belleza de los bosques y crestas de esta Sierra cebollera, como por la amplitud del panorama que se contempla, siendo visibles la mayor parte de las montañas del cuadrante nororiental de la Península Ibérica.

Por último, sin nieve, disminuirá la dificultad, quedando en fácil (F) si se ataca directamente el resalte, que por otro lado, creo que se puede rodear, pero pierde gracia y el obstáculo no es para tanto.

RELATO GRÁFICO:

La pista de El Abasco está cerrada al tráfico privado a partir de la confluencia del Arroyo de la Vieja y con el Río Lumbreras. Allí aparqué, junto a un cruce y comencé a caminar hacia el oeste por la citada pista, que, tras doblar un lomo, me llevó a remontar el valle del Río Lumbreras.

Pronto, pude ver a mi derecha la Mesa, bien reconocible por el roquedo que defiende la cima.

Luego, sucesivamente, entré en el bosque, me acerqué al río y cambié a...

... la orilla izquierda. Ante el torrente que baja de La Gamella, la pista gira a la derecha para remontar la ladera. De la curva, salen dos caminos; yo tomé el de la derecha, que sigue recto (SO) y remonta un lomo...

... de pendiente moderada cubierto de pinos. Unos puntos verdes en los troncos ayudaban a seguir el trazado, pues, con la nieve,...

... no siempre estaba claro. Y el lomo era tan suave que tampoco era siempre reconocible.

Salí del arbolado, pasados ya la cota 1.600, a un gran claro dominado por La Mesa. A la izquierda, podía ver...

... el arranque del lomo por donde iba descender a la vuelta, al otro lado del corte del Río Lumbreras.

Mirando atrás, sobre el mismo valle, el Castillo de la Rolliza y el Cabezo de Piqueras. Aquí, desaparecieron los puntos verdes, así como todo rastro de senda y, al entrar...

... de nuevo en el pinar me encontré avanzando por un terreno incómodo de nieve blanda con suelo irregular debajo y con el paso entorpecido por ramas y matojos. Por fortuna, acabé encontrando un pasillo de pedrera en el flanco norte (derecho) del lomo, igual de incómodo para caminar, pero al menos despejado.

Por él llegué a la modesta prominencia (1.784) que se eleva sobre las Lagunas de la Gamella, irreconocibles bajo la nieve. Bajé hacia ellas, crucé el rellano y emprendí la remontada de la cara este de La Mesa.

La pendiente no es constante, sino que alternaba rellanos relativos (10-20º), con pendientes más recias, que...

... alcanzaron los 45º durante un tramo de unos 50 m de desnivel, en torno a la cota 2.000. Desde allí, se veía así el Moncayo a mi izquierda, mientras que, a mi derecha,...

... fue asomando el Pico verde, anunciando la cercanía de la cresta.

Efectivamente, al cambiar la pendiente, me encontré ante el farallón que corona la ladera. La forma fácil de pasarlo está clara: ese pasillo un poco a la derecha. Y hacia allí me dirigí, ya por pendientes más llevaderas.

Al mirar atrás, pude ver, a ambos lados del Cabezo de Piqueras, una sombra blanca.

Eran las nieves del Pirineo, brillando en la lejanía.

A mi izquierda, llamaba la atención el dorado del fondo contrastando con los tonos apagados de lo que me rodeaba.

El pasillo que atraviesa el roquedo está interrumpido por un resalte de bloques de 4 ó 5 metros de altura. La trepada es fácil, sobre todo por la derecha (I), pero yo le añadiría hoy un signo + pues la presencia de nieve blanda entre y sobre los apoyos obligaba a poner cuidado en los pasos para evitar sustos.

Una vez superado, una mirada atrás al escaloncito mismo y, levantando la vista,...

... al valle del Lumbreras y las Tierras Altas de Soria con el Moncayo al fondo. Aquí, la pendiente se tiende en...

... los últimos metros hasta el hito cimero de La Mesa. Al alcanzarlo, aparecieron al otro lado,...

... al oeste, las sierras de Urbión y Neila, destacando altiva...

... la Muela. Girándome a la derecha,...

... la Sierra de la Demanda, donde también se reconoce claramente su mayor altitud en...

... el Cerro San Lorenzo.

Al norte, el horizonte no es tan espectacular. Sólo algunas manchas blancas revelan las montañas vascas. Siguiendo el giro,...

... el final de la Sierra Cebollera hasta el Cabezo de Piqueras, las sombrías Tierras Altas y la mole solitaria del...

... Moncayo. A la derecha,...

... el terreno se aplana en el Valle del Duero, aunque sobresalen unas curiosas mesetas alargadas. Sierras de San Marcos, Cabrejas e Inodejo, dice el mapa.

Cierro la vuelta al suroeste, donde se levantan suaves los cabezos de la Chopera, la Cebollera y la cima sur (2.162) de la Mesa. Estuve mucho rato en cumbre, para mis costumbres; casi una hora pues, aunque soplaba algo de aire, no era excesivo y la temperatura era sorprendentemente agradable (bajo tres capas de ropa, claro). Luego, me encaminé hacia el último pico citado, a través de...

... una amplia, suave e indiferenciada cuerda donde alguien se entretuvo en poner hitos.

Sobre el horizonte de esta extensa culminación, era fascinante ver sobresalir la Sierra de la Demanda.

Hacia el norte me fijé en qué bien se distinguía la forma de caparazón del Gorbea.

Mirando atrás desde el pico sur, la cumbre de La Mesa no parecía muy impresionante.

Al noroeste, el extremo de la Ibérica, con la Sierra de Mencilla asomando entre los cordales del Urbión y la Demanda.

Al suroeste, en el Sistema Central se llegaban a distinguir algunas montañas, como el Alto Rey, el Ocejón o la pareja Lobo - Tres Provincias. En esa dirección comencé a descender por la cuerda, pero giré enseguida a la izquierda (S) para...

... atajar, a través de una despejada rampa nevada, hacia el cordal principal.

Al llegar al mismo, se abrió ante mí el hueco que aloja La Laguna, así a secas, y giré a la izquierda (E) para...

... seguir la cuerda hacia los Riscos del Haigal y el Alto de las Setecientas. Ésta es ancha y despejada, pero, sin senda, su carácter pedregoso la hizo incómoda.

A la izquierda, se iba descubriendo el perfil de la cara este de la Mesa, mientras que, al otro lado y...

... atrás, podía ver mejor el circo de La Laguna.

Los Riscos del Haigal son un largo crestón de bloques, aún más incómodo, donde hube de ayudarme de las manos en algún pasaje, como en esta bajada.

Una vez que quedaron atrás, aún me quedó un ratito de caminar por pedregal,

... eso sí, con estupendas vistas, antes de...

... llegar a un terreno más regular, al pie del...

... Alto de las Setecientas, al pie de cuya tendida ladera encontré incluso unas rodadas que recorrían la cuerda.

En la cima de esta prominencia encontré una charca helada, que formaba una curiosa composición con La Mesa, como si no estuviera en medio el tajo del Río Lumbreras.

Luego, sigue la bajada hacia el Puerto de la Cola, al que no llegué. Antes, cuando encontré a mi izquierda (NE)...

... una loma recorrida por un cortafuegos, giré para descender por ella, viendo a mi derecha...

... la Mesa, que cambiaba de perspectiva. Pero no siempre, pues...

... los árboles a los lados tapaban las vistas la mayor parte del tiempo. Por otro lado, la pendiente era suave y regular y...

... aproveché para acelerar el ritmo, pues, con tanto bonito panorama, me había retrasado más de lo debido y las sombras empezaban a alargarse. Aunque el Cabezo de Piqueras.

La bajada no es constante; hay algunas pequeñas subidas, todas cortas y tendidas.

La vista de la Muela me iba señalando el avance.

También, cuando empecé a ver delante el agua del embalse.

El ocaso pintó de oro las nubes sobre los apagados colores del valle en sombras y, luego,...

... también de rojo, justo antes de que...

... la sombra se apropiara de todo. Para entonces, estaba llegando a La Cola, donde, a la vista del embalse, me encontré con la pista del inicio. Tomándola a la derecha (SE), llegué en pocos minutos al coche, con la luz justa para quitarme mochila y botas sin recurrir a la linterna.

Comentarios

  1. Aupa Luiso!

    Muy interesante ruta a la zona cimera de la Sierra de Cebollera. Precisamente la vertiente que me queda por conocer (de ahí el interés al leer la, como siempre, impecable reseña) tras acceder a la Mesa y aledaños desde el norte, por la cuerda desde el oeste y desde el sur por esa laguna que comentas que en la zona es conocida como Laguna del Cebollera, lagunas por otra parte, algunas colmatadas por el paso del tiempo o en proceso. Estas sierras del Sistema Ibérico, Moncayo, Urbión, Campiña (Neila), Demanda y ésta del Cebollera están salpicadas de numerosos circos glaciares, mudos testigos geológicos de otros tiempos en que el clima era bastante más severo que el actual. Aunque pequeños todos tienen bastante encanto.
    Parece que el descenso por ese cordal no es que sea precisamente muy cómodo de andar.
    Con nieve es evidente que se añade un plus a esta ruta. Queda apuntada en la larga lista de pendientes, en realidad ya estaba, ahora avanza unos cuantos puestos, je,
    je.

    Un abrazo

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    1. Gracias por tus palabras, Alfredo; interesante comentario, como todos los tuyos. Esa cuerda del descenso, la de los Riscos del Haigal, debe de ser mucho mejor con más nieve, cuando se cubran los cantos. Igual no supe encontrar la senda si la había. O igual es que no está tan transitada como otras. Saludos

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