Peñalara (2.428)

ASCENSIÓN DESDE LA GRANJA

POR EL PUERTO DE LOS NEVEROS Y EL COLLADO DE PEÑA CITORES

Peñalara es la cumbre más alta del Guadarrama y una de las principales del Sistema Central. Aunque es montaña antigua, muy desgastada, el gneis surge en su vertiente sureste, para dar carácter a un puñado de pequeños circos de origen glaciar, rematado por una bonita cresta. Por lo demás, se dan en las laderas los pedregosos prados y pinares frondosos típicos de estas sierras. Como en todo el Guadarrama también, carreteras y otras infraestructuras llegan muy arriba y hay siempre mucha gente, que, por fortuna, se concentra en cuatro sitios. Consecuencias de tener seis millones de personas viviendo alrededor.

La ruta consiste en recorrer el tramo de cuerda expresado, alcanzando y abandonando la misma por las rutas más asequibles y prácticas a través del pinar que cubre la ladera norte.

Vertiente norte de Peñalara

SITUACIÓN:

  • Zona: Sierra de Guadarrama (Sistema Central)
  • Unidad: Sierra de Guadarrama
  • Base de partida: La Granja (Segovia)
ACCESO: La población segoviana de San Ildefonso o La Granja está situada en el sur de la provincia, al pie de la vertiente norte de la Sierra de Guadarrama; concretamente, en el pie de monte bajo Peñalara. El punto de partida ideal es el final de la pista de acceso a la Puerta de la Última Línea de los jardines del palacio, situada junto al Estanque del Chato. Puedes calcular un itinerario desde tu lugar de origen hasta allí en el siguiente link a GoogleMaps.

OTROS DATOS:

  • Cota mínima / máxima: 1.220 / 2.428
  • Mi tiempo efectivo: 6h32
  • Mi tiempo total: 7h53
  • Dificultades: Muy fácil. Algo de pedrera, unos cuantos pasos aéreos, la mayoría de los cuales se pasa sin manos, y dos breves trepadas (I grado) en la cresta. El resto es por camino o terreno despejado.
  • Track para descargar en Wikiloc
Mapa tomado del visor Iberpix. ©INSTITUTO GEOGRÁFICO NACIONAL DE ESPAÑA

LA RUTA: Junto a la Puerta de la Última Línea tomar la que sube al SE paralela al muro de los jardines del palacio y seguirlo hasta el ángulo oriental o Esquinazo. En el cruce, girar a la derecha (S) para alcanzar y remontar el Arroyo Carneros hasta el Vado de Oquendo. Tras cruzar el torrente, subir por la loma que cae del Raso del Pino, donde se cruzan varios caminos. Tomar el que continua la subida a la izquierda (E) y lleva al Puerto de los Neveros. Girar a la derecha (S), por una senda que empieza por el lomo del cordal y luego se desvía a la izquierda, hacia la Laguna de los Pájaros. En el cruce junto al desagüe, girar a la derecha (O) para volver a la cuerda y remontarla. Al llegar a una cresta de roca, trepar a la misma, alcanzando la cumbre del Risco de los Claveles. Desde ahí, progresar por la cresta hacia el suroeste, llegando a la cumbre de Peñalara.

Bajar por la ancha loma SO y, llegando al collado previo a Dos Hermanas, atajar en diagonal a la derecha (SO), hasta el collado de Peña Citores. Dejarse caer por la vaguada de la derecha (NO), por una senda, poco clara en su inicio, que sigue la orilla izquierda. El caminillo se aleja luego del cauce, al entrar en el pinar, y desemboca en una ancha pista de tierra, el Camino Forestal de Prado Largo. Seguirlo a la izquierda (O) hasta llegar a una carretera asfaltada y tomarla a la derecha (NE). Al llegar a la bifurcación junto al Puente del Vado de los Tres Maderos, seguir por la derecha (NE), pero para dejar el asfalto enseguida, en el vértice de la primera curva. Atajando a la izquierda (NE), sin hacer caso de caminos, y tras atravesar un torrente, se llega al camino del inicio, muy cerca de la Puerta de la Última Línea.

Croquis de la ruta sobre ©GOOGLE EARTH

COMENTARIOS: Esta ruta combina los dos itinerarios más lógicos y asequibles de la vertiente segoviana de Peñalara, recorriendo además la parte más elevada y agreste de la cresta. Queda así una actividad variada, que combina la caminata por bosques con una panorámica cresta, con cierta emoción, y está mucho menos masificada que los itinerarios que parten de Cotos. Incluso los 1.300 metros de desnivel se llevan mejor de lo que parece.

Su único punto delicado es que, habiéndola realizado varias veces en el transcurso de más de 20 años, he visto cómo caminos y sendas variaban su trazado al ritmo de los trabajos madereros, lo que puede provocar algún despiste. El remedio es ir atento para darse cuenta de cuando nos desviamos y corregir sin grandes pérdidas de tiempo. En esta ocasión, me pasó dos veces.

RELATO GRÁFICO:

Eché a caminar cruzando una cancela que, junto a la Puerta de la Última Línea, cierra una senda que entra al pinar desde la carretera y se dirige al sureste para cruzar el Arroyo del Rastrillo y subir suavemente junto a la tapia.

Al llegar al ángulo sur de los jardines, giré con el muro a la izquierda (NE) y crucé los arroyos de los Carneros y el Morete antes de llegar al vértice oriental del recinto, conocido como El Esquinazo. Allí, salí del bosque, pudiendo ver a mi espalda las crestas de Siete Picos, el Montón de Trigo y la Mujer Muerta y,...

... delante, las casa de La Granja bajo la Atalaya. Ahí, dejé la tapia y seguí por la senda que sale a la derecha (S) y...

... se dirige hacia la sierra entre árboles dispersos, con la referencia del Moño de la Tía Andrea delante.

Volví al bosque, ahora pinar, poco después; al cruzar el Arroyo del Morete por un puente, al otro lado del cual me encontré un cruce de sendas. Seguí por la derecha (SO) y, con unas ligeras subida y bajada, atravesé el espoloncillo que separa esta cuenca de la del...

... Arroyo Carneros, que forma un gran corte en el bosque. La senda me llevó a remontarlo por su orilla derecha (NE).

Al rato, desemboqué en una pista, que tomé a la izquierda (SE), llegando en minutos al Vado de Oquendo. Allí, se ensancha el carril y sale una senda a la derecha (SO) que baja a cruzar el Arroyo de los Carneros por un puente. En la otra orilla, tomé un carril que sale a la izquierda (S) y encara la ladera.

Hasta ahora, las cuestas habían sido suaves excepto unos pocos metros al final de la tapia. Al otro lado del Vado de Oquendo, el camino tira ladera arriba por recia pendiente, atravesando el pinar. Por ahí solté los segundos resoplidos del día. Al topar con un carril que recorre horizontal la ladera, lo tomé a la derecha (O) y siguiéndolo llegué ante...

... un barranco. Sin alcanzarlo, giré a la izquierda (S) para continuar subiendo por otro carril maderero. Luego, cuando éste dejó de ganar altura, continué pendiente arriba, por terreno despejado bajo los pinos, hasta que...

... la pendiente cedió en el Raso del Pino, claro donde hay un cruce de caminos en el que giré a la izquierda (E), tomando...

... una vereda pedregosa y que sigue subiendo bajo los pinos.

Salí del bosque a una ladera cubierta de enebros y retama, en lo alto de la cual se veía el Cerro de los Neveros. A mi derecha,...

... más allá de la loma vecina, se elevaban la cresta de Peñalara y...

... la Mujer Muerta, a cuyos pies se extendía...

... el llano segoviano.

La senda me llevó ahora por vertiente derecha de la vaguada del Puerto de los Neveros. Al llegar al mismo, descubrí las crestas de Ayllón y giré a la derecha (S) para...

... continuar la subida por el amplio lomo, sobre el cual se mostraban agrestes los riscos de los Claveles y los Pájaros.

Mirando atrás, pronto pude ver la continuación del cordal al este sobre el Puerto de los Neveros.

La senda se desvió a la izquierda de la arista para entrar en la cuenca de la Laguna de los Pájaros. Ante la misma, me desvié a la derecha (O) para encaramarme...

... al ancho y suave lomo que dominaba el estanque helado, más allá del cual se divisaba el Valle del Lozoya.

... subiendo hacia los riscos por un lomo pedregoso, por el que llegué a una empinada pedrera, donde...

... los hitos marcan el paso. Creo que es mejor no hacerles caso e ir por donde mejor parezca. Si bien hube de ayudarme de las manos para superar algún que otro canto, no se puede hablar de dificultad.

Salí de ahí a un trecho de arista más suave y cómodo, aunque el terreno caía vertiginoso a mi izquierda, al final del cual se alzaba el crestón del Risco de los Claveles. Al encontrar la roca, la senda la rodea por la vertiente derecha (N), atravesando una pedrera. Apenas comenzada la misma, me desvié a la izquierda hacia un tendido canalizo, del que salí...

... a la arista, pocos metros por debajo de la cima, que tenía a la derecha, en lo alto de unos bloques fáciles (I).

Desde el Risco de los Claveles, la perspectiva del Valle de Lozoya es ya muy completa, bajo el cordal principal del Guadarrama y con las crestas de Ayllón al fondo.

También, destaca la visión del pueblo de La Granja, por debajo del bosque y los prados que había atravesado.

Poco me entretuve antes de continuar hacia Peñalara, de la que me separaba de una cresta de bloques casi horizontal,...

... con alguna brecha algo más profunda, donde hube de volver a usar las manos (I), pero...

... que es, casi todo el rato, lo suficientemente ancha y regular como para ir andando sobre ella, aunque con tiento. 

Durante este recorrido la vista era vertiginosa a mi izquierda, mientras que, al otro lado,...

... era menos impresionante, pero también bonita por su extensión.

Dejada atrás la cresta,...

... la cuerda se ensancha y los últimos metros de ascenso consistieron en prado pedregoso. Al ceder la pendiente,...

... me volví a contemplar el Cerro de los Pájaros en su mejor perspectiva, antes de alcanzar...

... la cumbre del Guadarrama, desde donde hay una completa perspectiva de la Cuerda Larga, al otro lado de la cabecera del Lozoya, que, a la izquierda,...

... se extiende hacia las montañas Ayllón entre los dos brazos del Guadarrama. Al otro lado,...

La llanura de Castilla la Vieja se extiende sin límite aparente.

Acabando la vuelta, el cordal baja al suroeste, amplio y suave, con un fondo de crestas al contraluz, que van de Siete Picos a Gredos. Abandoné la cumbre caminando por el ancho camino que va por la cuerda.

A mi izquierda, una perspectiva interesante a poco de dejar la cima. Más adelante, otra...

... de las Cabezas de Hierro.

Poco antes de llegar a la horcada previa a Dos Hermanas, dejé la senda, desviándome a la derecha (SO) para dirigirme a Peña Citores o, mejor dicho, al collado que la separa del cuerpo de la sierra, atravesando una pradera...

... de pendiente moderada, cómoda de caminar.

Sólo poco antes de llegar hube de enfrentar una breve banda de matorral cerrado. Ya en la horcada, busqué a la derecha (NO)...

... una senda que baja por la vertiente izquierda de la vaguada, bajo la cual se veía ya La Granja, aunque aún me quedaban un par de horas para llegar. Al principio, el caminillo era borroso, difícil a veces de seguir, hasta que...

... poco más adelante, a partir de un manantial en una pradera, la traza se hizo más clara. Pese a lo avanzado de la hora, persistía el hielo en el torrente.

Más abajo, pasé por un rellano con los restos de una majada, donde los hitos me ayudaron a no perder senda. A mi derecha,...

Luego, entré en el pinar y la senda se desvió a la izquierda (O), alejándose del cauce. Pero, cuando vi que de dejaba de perder altura y se alejaba demasiado de mi línea prevista, la dejé por la derecha (N) para...

... descender directamente a través del pinar hasta...

... dar con el horizontal Camino Forestal de Prado Largo, que iba buscando y tomé a la izquierda (O). Tras dejar de lado un par de desvíos ascendentes,...

... llegué al cruce con una carretera asfaltada, que tomé a la derecha (NE). El tráfico está cortado en ella y así pude atravesar tranquilamente el pinar que el sol descendente iba dorando.

Poco después de pasar la Cueva del Monje, un claro me permitió ver, sobre el bosque la cresta de la sierra, incluyendo...

... la rocosa de Peñalara, que venía de recorrer.

Al llegar a una bifurcación junto al Puente del vado de los Tres Maderos, giré a la derecha (E), lo crucé y, en el vértice de la primera curva, dejé el asfalto por la izquierda (N).

Fui atravesando el pinar, primero por sendas, pero, luego, cuando vi que desviaban mucho, las di de lado y me dirigí al noreste, intentando mantener la dirección y cruzando un torrente, hasta...

... dar con la senda del principio muy cerca del puente sobre el Arroyo del Rastrillo; es decir, a muy pocos minutos de la Puerta de la Última Línea, de donde había partido.

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